Disclaimer: CCS PERTENECE A LAS DE CLAMP! Yo sólo creé una trama diferente (-:
Aquí epílogo para las que lo pidieron (: Aparte, yo me sentía incompleta. ¡Aquí va! Perdón por tardar.
¿Secuestrada?
Epílogo.
"Irrealmente Real"
—Más que bien. Todo va genial —Me sonrió ampliamente, llena de satisfacción.
Le devolví la sonrisa, en forma de demostrarle que me alegraba aquel hecho. En el último mes que había estado saliendo con Shaoran, había conocido más a fondo a Tomoyo y a Eriol, su novio. Y había sido grandioso, eran fantásticas personas.
Tomoyo se había ganado mi afecto rápidamente, que un día me llegué a sorprender a mí misma dándome cuenta que era mi mejor amiga. No por que fuera imposible, claro; si no por la rapidez que había llegado a serlo.
Mi vida se había vuelto perfecta.
Y ni hablar de la alegría que me azoto esa mañana, cuando Tomoyo tomó su teléfono y llamó a mi apartamento, para ofrecerme tomar algo. Me pareció genial, y tenía mucha curiosidad por como iban las cosas con Eriol.
Y ella no había dejado de repetir las palabras "genial" y "maravilloso" para describir su relación. Era fabuloso saber que las personas a las cual apreciaba también estuvieran pasando un momento dulce.
—Ya, escúpelo. No querrás que hable sólo de mi vida, ¿o si? —Su sonrisa alumbraba todo alrededor. Reí.
—¿De que hablas, Tomoyo? —Me hice la inocente.
Elevó los ojos al cielo de forma divertida. Y luego se golpeó sin fuerza la frente, en forma de decir "Esta mujer".
—El trabajo, y mi vida, van muy bien —Respondí.
Me miró con curiosidad, mientras enarcaba una ceja.
Hice fuerza para presionar mis labios entre sí, y no largar a reír allí mismo como una demente. Ya sabía muy bien que eso no era lo que ella deseaba escuchar.
Tomé entre mis manos mi jugo de naranja, y bebí lentamente del sorbete. Sabía que cada segundo que pasaba la ponía más nerviosa. Ella era verdaderamente impaciente.
—Este lugar es el mejor —Dije alejándome levemente del sorbete—, ¿Ordenamos algo para comer? —Dije intentando evitar las risas que querían escapar de mis labios.
Su mirada asesina me hizo estremecer levemente.
—De acuerdo. De acuerdo. No te alarmes —La calmé.
Sonrió triunfante. Ya que la batalla la había ganado sin tener que presionarme, no con palabras, por lo menos.
—Bien. Todo va genial entre Shaoran y yo —Le sonreí—. El es una persona genial, es muy dulce y siempre esta cuando lo necesito.
» Es un caballero. Mi padre lo acepto con gusto ¿Sabes? Es más, creé que es genial. Se llevan espléndidamente. Y mi hermano… bueno, él es otro tema. Demasiado sobre protector, no acepta que su hermanita —dije con disgusto aquel diminutivo— ya tenga novio. Pero, creo que ya esta aceptándolo… de a poco.
» Meiling, bueno, ella me ahogo con sus abrazos cuando volví a verla. Y justo esa noche que nos reencontramos, estaban todos sus familiares —susurré con incomodidad, había sido una gran sorpresa encontrarme con todos allí—, festejaban que Ieran había vuelto a casa. Me alegro mucho, ya que yo no tenía ni noticias de ella.
» Sus hermanas… Bueno… Ellas son… Bien —suspiré—, todas son unas personas maravillosas. Divertidas, simpáticas, son geniales. Pero… Bueno. Fuutie es la más callada, muy madura; pero también muy sonriente. Shiefa es la más aniñada e inocente. Así que ellas dos no me causaron problemas… —Murmuré.
Tomoyo me miró sin comprender.
—Feimei es muy… insinuante. Varias veces murmuró indirectas sobre… ya sabes, Shaoran y yo… —Me puse roja y empecé a balbucear de la vergüenza—. Bueno, pero por lo menos lo hace indirectamente —Apremié—. Fanren, bueno, no. Ella lo dice sin indirectas. Lo lanza como si estuviera hablando del tiempo —Comenté incomoda.
» Es bastante… incomodo. Ya sabes, me suben los colores al rostro, y balbuceo como una estúpida mientras todos se ríen. Menos Shaoran, él también se pone incomodo, pero puede mantener la postura, a diferencia de mí.
Tomoyo se rió divertidamente. La miré de forma envenenada, lo que la acalló rápidamente, pero me miró de forma divertida.
—Dame ejemplos.
La miré suplicante, no deseaba repetir lo que Fanren decía. Era muy… ¿Incómodo? ¿Ya he dicho esa palabra? La he repetido veinte veces.
Ella negó con la cabeza, no queriendo cumplir lo que me ruego le pedía. Suspiré, y todavía roja, comencé:
—Bueno. Fanren no tiene cuidado, ni aunque este Ieran frente nuestro… Es… Es… Es una sexópata. Todo el tiempo. El otro día murmuró algo sobre Kama supla, o algo así. No lo recuerdo bien. Lo único que sé es que fue horrible.
Tomoyo se mordió el labio inferior, mientras las ganas de reír como una psicópata la atacaban sin delicadeza. La miré, y le dije "Ríe, no tengas cuidado" con la expresión.
Sus risas retumbaron en mis tímpanos de forma desenfrenada. Suspiré. Quizá era sólo yo, que no le veía la gracia.
No, definitivamente no era así. Fanren era una pervertida.
—En fin —dijo luego de calmarse y darle unos tragos a su jugo—, creo que es hora que me vaya —me sonrió maliciosamente.
—¿Qué? ¿Ya? Es demasiado rápido…
—Luego hablamos —Dijo mientras se levantaba y tomaba su cartera. Comenzó a alejarse rápidamente— ¡Adiós, Sakurita! —Se despidió sin voltear mientras se alejaba.
Suspiré. Tomoyo era demasiado extraña para mi pobre capacidad de comprensión. Sonreí, ella era así ¿O no? Y era genial.
Suspiré, y jugueteé con mi vaso —ya vacío— de jugo.
Pero algo cálido cubrió mis ojos, por unos momentos. ¿Unas manos? Rápidamente coloqué las mías sobre las que me tapaban, y sonreí.
Con mis dedos comencé a trazar una textura sobre aquellas cálidas y suaves manos que conocía tan bien.
—Esto no es divertido. Ya sabes que soy yo —Dijo aquella voz musical que tanto quería con una fingida decepción.
Ahora entendía por que Tomoyo se había alejado casi corriendo de mí. ¡Lo había visto acercarse! Luego se lo agradecería.
Reí. Las manos se alejaron de mí, y rápidamente sentí unos labios acariciar mi cuello.
Con una de mis manos acaricié su rostro. Rápidamente me alejé para poder voltear, y levantarme de la silla. Al verlo, sólo pude sonreír ampliamente y lanzarme a los brazos de mi atractivo y perfecto novio.
Mi vida era perfecta. ¿Lo había dicho?
Y todo lucía tan irreal. Pero no lo era. Era… Irrealmente real.
Sonreí ante mi pensamiento, y acuné mis labios entre los suyos.
¡Gracias a todos por su apoyo! Sí, faltaba algo. Y aquí está.
Muchas gracias a los reviews. Me despido. ¡Hasta la siguiente historia!
Jane.