Todos los personajes son de Stephenie Meyer. Sólo la trama es de mi autoría.
(Esta parte está ubicada durante el capítulo cinco: Cambio de planes)
Capítulo especial: Deseos
– Cariño… ¿crees que… puedas quitar el bloqueo, solo un poco?
Adentrarse a los sueños de mi hija era como entrar a un mundo paralelo. Debido a su don, no había necesidad de palabras, ella expresaba lo que quería; recordé cuando ella era niña y, con su pequeña mano en mi mejilla, me hacía saber que quería escuchar su canción de cuna o sus ganas de ir a correr al bosque.
Diferenciar entre sus sueños y sus deseos no era sencillo; separar la realidad de la fantasía. Al ver en su mente, cuando estaba dormida, era difícil saber si lo que soñaba era algo que le había pasado en el día o era algo producto de su imaginación.
Pequeños flashbacks empezaron a desfilar ante mi mente. Recordando la primera vez que la llevamos al prado, la primera vez que fue a cazar con nosotros, las reuniones en casa de Charlie… todo estaba ahí. Renesmee suspiró tranquilamente y se dio la vuelta para quedar en una posición más cómoda.
A pesar de que Bella constantemente se quejaba de la humedad en Forks, era curioso ver que mi hija había amado ese pequeño pueblo verde. La conversación que habíamos tenido, antes de nuestra discusión, sumado a lo que me dejaba ver en sus recuerdos, reflejaba lo mucho que extrañaba vivir ahí.
Entonces, algo diferente. Nuevamente la imagen del prado estaba presente, solo que ahora mi esposa se encontraba sentada a mitad de este, observando algo con infinita devoción. En ese momento, una tenue luz blanca cruzó el lugar y se escuchó la tintineante risita de mi hija. Se detuvo y miró hacia atrás.
–¡A que no me atrapas! –canturreó y soltó nuevamente una risita, agitando sus largos rizos color cobre.
No tardé mucho en descubrir a quién le decía eso, ya que mi imagen se hizo presente en su sueño. Sonreí torcidamente y sentí que mi cuerpo borboteaba orgullo ante la visión de mi hija. Ella disfrutaba enormemente competir conmigo y correr por el bosque.
En el sueño, rápidamente pude llegar a ella y la cargué, colocándola sobre mi hombro. Su risa, como el sonido de campanitas, resonó por todo el prado.
–¿Decía usted, señorita? –me burlé de ella un poco. La llevé hasta donde se encontraba Bella, quien nos veía divertida por nuestra interacción. Renesmee soltó un chillido y sus risitas se hicieron más constantes.
–Ustedes parecen un par de niños pequeños –nos reprendió Bella.
Bajé a mi hija para que se sentara en el pasto, junto a mi esposa. Renesmee todavía reía por nuestro juego, haciendo que sus mejillas se colorearan de un intenso rojo. Dejó caer su cuerpo hacia atrás y quedó recostada, rodeada de flores. Bella comenzó a hacerle cosquillas en el estómago, haciendo que Nessie riera aún más fuerte. El sentimiento de amor hacia mi familia se hizo más grande. Sentía que mi corazón palpitaba con fuerza contra mi pecho, a pesar de que era algo imposible.
El sueño era tan luminoso y tan vívido. Estaba lleno de color y reflejaba la alegría de mi hija. Las carcajadas de Nessie siguieron hasta que se detuvo para tomar aire. Aún soltaba risitas cuando se enderezó hasta quedar sentada en el pasto. Contempló todo a su alrededor, permitiéndome ver también.
Su sueño había cambiado, ya tenía tanta luz como antes, y eso la asustó por un momento. Ni su madre ni yo estábamos ahí. ¿Qué había pasado? Renesmee comenzó a alterarse y nos buscaba frenéticamente con la mirada. Se puso de pie y dio un par de vueltas por el prado, girando su cabeza hacia ambos lados, buscándonos.
–Estoy sola…
Quería meterme en su sueño nuevamente; quería abrazarla y decirle que eso no era verdad, que ella nunca iba a estar sola. La discusión que habíamos tenido esta tarde, le había hecho sentir que ella no era lo más importante en mi vida, que la había hecho a un lado. Tal y como mi hermano había dicho, iba a dedicar el resto de mi existencia a hacerle saber que eso no era verdad. Mi esposa y mi hija eran lo más importante para mí.
Me acerqué a ella y pasé la yema de mis dedos por su pálida mejilla. Se estremeció un poco por el gélido contacto y soltó un suspiro. Me incliné y besé su sien, reposando mis labios un poco más de lo normal. De ahora en adelante, iba a dedicar mi vida a hacer feliz a mi pequeña niña.
–No importa dónde estés, siempre te encontraré… –dijo una voz y me hizo congelarme en mi lugar. Sabía perfectamente de quién era, y no me gustó para nada.
La imagen de Jacob se hizo presente en el sueño de mi hija, apareciendo en el prado. Renesmee giró su cuerpo hasta quedar frente a él, sorprendida de encontrarlo ahí. Sonrió ampliamente y comenzó a acercarse a él. Una vez que estuvieron juntos, Jacob la atrajo hacia él para envolverla en un abrazo.
–Te extraño tanto, mi Jacob –le dijo en su sueño, suspirando y recargando su cabeza contra su pecho. Él se limitó a besar la parte de arriba de su cabeza y apretó su agarre un poco más.
Permanecieron así por un tiempo, el cual me pareció una eternidad. Jacob contemplaba a mi hija con infinito amor y devoción; de la misma manera que yo veía a mi esposa. Mientras tanto, Nessie tenía grabada una sonrisa preciosa en su cara, devolviéndole la mirada a Jacob.
Ellos estaban felices. Él la amaba. Ella le correspondía.
En ese momento, la realidad me golpeó con fuerza. Mi hija había crecido y sabía que, sin importar cuánto tratara de prolongar esto, tarde o temprano ella y Jacob iban a estar juntos por toda la eternidad. Sabía que en Jacob no había más que amor hacia mi Renesmee, pero me aterraba la idea de perderla; tenía tanto miedo de que mi pequeño milagro se apartara de nosotros.
Mis manos se cerraron hasta formar puños y un gruñido comenzó a burbujear en mi pecho. El delicado tacto de mi esposa me hizo regresar a la realidad.
–¿Qué pasa? –preguntó Bella, preocupada al ver mi reacción.
–Nada, cariño – bufé de nuevo–. Está teniendo un sueño feo –dije con una mueca al relacionar a mi hija con Jacob.
–Pues, no lo parece –dijo soltando una risita al ver que nuestra hija sonreía feliz
Me volví a concentrar en el sueño de Renesmee. Nada cambiaba (sobre todo, que ella recordaba más y con mayor fuerza al chucho). Soñaba con todo lo que había hecho en Forks. Realmente quería regresar.
Tenía que hacer a un lado mis deseos egoístas de retenerla solo para mí, pues sabía que inevitablemente esto iba a pasar. Los deseos de mi hija eran más que obvios en este punto. No importaba qué tan difícil iba a ser para todos, pero buscaría la manera de complacerla.
(N/A) No es necesario que me lo digan, casi creo que puedo ver sus caras de confusión al ver esto (?). Esto es una idea loca que traía en mi cabeza desde antes de terminar Luna Llena, pero jamás pude plasmarla. Surgió alrededor de los últimos capítulos y era un destello de idea en mi cabeza, además de que se me hacía absurdo, ya que la historia iba bastante avanzada.
Por si les gustaría un consejo: ustedes saben que la música me inspira para escribir. Mientras escribía esto, New Moon (The Meadow) se repetía una y otra vez. Alexandre Desplat se lució con esta canción y siento que va mucho con este pequeño regalo.
En fin, espero que disfruten leer esto así como yo disfruté escribirlo. Finalmente, jeje. Será interesante leer sus reviews.
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Besos (L)