Disclaimer: Nada de lo que reconozcan me pertenece.

¡Gracias por seguir esta historia hasta su final! Esperen la segunda parte, que es un final alternativo a este. Un beso a todos! Gracias!


Conociendo el futuro.

Capítulo 22. Epílogo.

El sol brilló por la ventana de la habitación, iluminando la cara de la chica, mientras fruncía el ceño. La pequeña Lily Potter despertó abruptamente y se sintió desubicada al encontrarse de nuevo en su recamara. Tenía un vago recuerdo de lo que había soñado. Sus padres habían viajado al pasado para cambiar su futuro y poder vivir mejor. Había mucha gente a la que no conocía, pero había crecido escuchando hablar de ellos. Salió de la cama con un salto y corrió hasta la habitación de sus padres. Subió a la cama donde aún se encontraban y comenzó a brincar sobre ella.

- ¡Papi! ¡Papi! - lo llamaba.

- ¿Qué pasa, princesa? - preguntó un pelinegro.

- ¡Tuve un sueño! - Harry se incorporó y tomó en brazos a su hija, sentándola en su regazo.

- ¿Ah, sí? - Lily asintió fervientemente - ¿Por qué no me lo cuentas?

- ¡Tú y mami y tía Hermione y tío Ron y tía Luna y tío Neville y muchos, muchos más viajaban al pasado, con los abuelos y leían un libro en el que tú luchabas contra Voldemort y se iban a quedar en el pasado para cambiarlo y hacer un mundo mejor! - exclamó la pelirroja, emocionada. Harry rió levemente y besó la frente de su pequeña.

- Qué interesante, mi amor.

- ¿¡Lo van a hacer!?

- No, linda. Algunas cosas es mejor dejarlas como están. Además, aquí tengo todo lo que necesito.

- ¿Y qué necesitas, papi? - el ojiverde sonrió.

- A ti, a tus hermanos y a tu mami - Lily compartió la sonrisa con su padre, mostrando un agujero donde le faltaba un diente - te amo, pequeña.

- Y yo a ti, papi - contestó ella, abrazándolo. A Harry le costó separarse de ella, pero lo hizo, para decirle:

- Ve a despertar a tus hermanos, anda.

- ¡Sí!

La pequeña pelirroja salió corriendo del cuarto y se escuchó entrando al cuarto de sus hermanos y gritándoles para que despertaran. Harry Potter se recostó de nuevo y se acomodó para abrazar a su esposa. Cerró los ojos y pensó en lo que su hija le había preguntado y lo que le había respondido. Todo era cierto, pero si le aseguraran que terminaría con la maravillosa familia que tenía en ese momento, volvería en el tiempo para arreglar las cosas.

Ginny se removió y buscó sus labios con los ojos cerrados. Harry la besó suavemente, sonriendo. La mirada castaña de su mujer se fijó en él y le sonrió levemente, mientras negaba con la cabeza y se levantaba de la cama. Harry salió tras ella y la atrapó por la cintura.

- ¿Qué sucede?

- ¿Te he dicho alguna vez que tienes un enorme complejo de héroe? – Harry rió frescamente y besó la frente de Ginny.

- Muchas veces.

- Ah, creí que no lo había hecho.

Dicho eso, se cambió y bajó a preparar el desayuno. Harry fue a buscar a sus hijos; al entrar al cuarto de James, Albus y Lily estaban saltando sobre su cama, pero James aún no parecía dar señales de estar despierto. El pelinegro se acercó a la cama y abrazó a sus dos pequeños y besó sus cabezas, mientras los bajaba al suelo.

Se colocó sobre James y comenzó a hacerle cosquillas, mientras el chico se retorcía entre risas y pedía piedad a su padre. Lily y Albus habían subido de nuevo a la cama y atacaron a su padre entre los dos, terminando en un ataque de cosquillas ellos también. El timbre de la puerta sonó y Harry bajó a atender.

Ron, Hermione y sus pequeños, Hugo y Rose, se encontraban bajo el umbral de la puerta, con grandes sonrisas en sus caras. Después de saludarlos, los dejó entrar y los pasó a la cocina, donde Ginny ya tenía todo listo.

- No creerán el sueño más extraño que tuvieron Rose y Hugo – comentó Hermione.

- Lo más extraño es que soñaron exactamente lo mismo – siguió Ron.

- ¿Ah, sí? Lily también se despertó diciendo que había soñado algo.

- Pues Rose dijo que había soñado con que volvíamos en el tiempo a la época en que tú tenías un año, Harry – el pelinegro casi escupe el jugo.

- Lo sé, es totalmente ridículo…

- Hermione, Lily tuvo el mismo sueño – dijo una pálida Ginny, mientras miraba a su marido, con los ojos abiertos como platos.

- ¿James, Albus, pueden venir un momento? – los llamó Hermione. Los niños tardaron en llegar y cuando lo hicieron, tenían las mejillas sonrosadas, seguramente por estar jugando - ¿Tuvieron algún sueño interesante?

- ¡Sí! – exclamaron los dos, al mismo tiempo y comenzaron a relatar el sueño que habían tenido.

- ¡…Y papá salvaba a sus tíos, los Dursley!

- ¡Y dijeron que había luchado contra un dragón!

- ¡Y entonces un gran rayo de luz apareció!

- ¡Y desperté!

Los adultos se miraron y dejaron que los chicos regresaran a jugar. Hermione parecía estar buscando la respuesta a todo eso, intentando descifrar el misterio detrás de todo eso. Ginny tenía el ceño fruncido, pensando en lo que pasaba, mientras Ron comía todo lo que podía. Hubo un momento en el que Hermione murmuraba cosas inentendibles aceleradamente, y Harry supo que lo tenía todo entendido.

La observó, pacientemente, esperando a que terminara de atar cabos para que pudiese explicarle el por qué los cinco niños habían soñado con eso. De pronto, su cabeza se alzó precipitadamente, mientras ahogaba un grito. Ron miró a su esposa, con interés y preocupación, mientras Ginny esperaba a que hablara.

- Posored Incantatem – susurró, pálida como la cera.

- ¿Qué es eso?

- Cuando algo tiene que hacerse e implica a ciertas partes, si es lo suficientemente poderoso o necesario, puede pasar algo como esto; lo que no entiendo es por qué nuestros hijos son los que lo vieron.

- Tal vez… Porque ellos lo entenderían mejor que nosotros y no lo tomaríamos tan en cuenta como ellos – propuso Ginny. Hermione asintió, asimilando la propuesta de su cuñada.

- O puede que todo sea una coincidencia – dijo Ron.

- Sí, es lo más probable – concordó Harry.

Pero las mujeres solo se miraron, dudando la verdad de esas palabras. Después de un tiempo, olvidaron el tema y vivieron sus vidas normalmente, pero la duda los asaltaba de vez en cuando, justo cuando pensaban en el pasado y en lo que les gustaría cambiar; más el pensar en sus hijos y pareja, desechaban la idea y volvían a la realidad.

'Desearía que fuese verdad' pensó Harry, una noche, mientras besaba a su esposa y apagaba la luz.