Mentiroso, Mentiroso.

Las relaciones humanas pueden llegar a ser un problema.

Todas esas cosas como el amor, la amistad, la preocupación, pueden crear grandes enredos, no Uchiha?

Si sabrá él de esas cosas.

Si sabrá sobre planteamientos filosóficos y caos entremezclados en el subconsciente entre el deber y el querer.

Y si sabrá él cómo esconder todo ese caos tras la más confiable tranquilidad.

Maldito mentiroso.

Porque en su cara no se vio ni la más mínima reacción cuando escuchó que Sakura-chan aún no volvía de su misión de Rango S la cual debía haber terminado hacía una semana.

Ni se inmutó cuando la hokage dio la orden de crear un equipo especial de rescate para ir a buscarla.

Porque él es tan endemoniadamente frío.

Tan lleno de sus escrúpulos.

Tampoco mostró ningún tipo de emoción cuando todos nos desvivíamos por consolar a Ino, y al mismo tiempo también a nosotros mismos. Porque los rumores decían que ella no iba a volver. Porque la vida ninja está llena de muertes y pérdidas.

Pero por dentro él se estaba desarmado.

Porque la única perfección de este Señor Perfección era no dejar ver lo que sentía.

Pero sabes, cuando uno vive tanto tiempo al lado de una piedra aprendes a ver historias en sus hendiduras y grietas. Cada día parecía que te levantabas aún más temprano, te pasabas casi todo tu tiempo entrenando, tú mal humor iba aumento, siempre estabas pensando en alguna otra cosa y simplemente desaparecías cuando Ino o Hinata o alguno decaía ante la frustración de no poder hacer nada más que llorar. Vernos a nosotros frustrados, te recordaba que tú tampoco podías hacer nada. Y eso realmente te sacaba de quicio.

Hubo un hecho crucial que le dio fundamentos a mis sospechas de que tú estabas sufriendo tanto como nosotros. Fue aquella mañana que fuiste al lago bien temprano. Yo te vi, pero tú no a mí. Recién te habías levantado, y pude notar claramente tus ojos rojos. Y no rojos del Sharingan, rojos de lágrimas, frustración y quizás miedo.

Fue entonces que me di cuenta que no era que te levantaras cada vez más temprano, sino que no dormías.

Tú solo querías correr y correr hasta que tus músculos ya no te respondieran, y aún así seguir corriendo hasta encontrarla. Tú querías ser parte de ese equipo especial, ya que así sería la única forma en que podrías ir por ella.

Porque un ninja no puede desacatar las órdenes. Un ninja tiene que apegarse al protocolo. Todos sabíamos eso, y todos lo sufríamos. Pero nosotros nos quejamos hasta que nos dolieron los dientes de tanto apretar la mandíbula en resignación. Y tú, al ver nuestro fracaso, te dijiste que no podrías hacer más así que sería inútil intentarlo. Sabías que no podías dejarte en evidencia. Después de todo, si tú mismo no aceptabas tus propios sentimientos, ¿cómo habrían de hacerlo los demás? ¿Cómo habría de hacerlo ella?

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¿Duele mucho perder a alguien, no teme?

¿Duele mucho darte cuenta que la luz de tu vida se va sin si quiera decir adiós?

Una vez me dijiste: Las vida nunca va a seguir tus planes. Me pregunto si eso es suficiente para consolarte en las noches, eh Señor Perfección?

Pero las cosas todavía no habían terminado, porque esto no era solo una tragedia qué debías superar y luego seguir con tu vida. El destino quería seguir torturándote.

Quizás con el tiempo te hubieras podido olvidar de ella.

Pero aún no era el tiempo de ella para partir.

Al igual que siempre, ni te mosqueaste cuando el equipo de rescate regresó con su misión cumplida y con ella en grave condición.

Siempre hacías como que ella no te importara.

Pero esta vez, yo podía saber, al menos en líneas generales, qué era que lo pasaba detrás de tus ojos de marfil. Frío marfil. Mentiroso marfil.

Si, ahora podías respirar más fácilmente sabiendo que ella estaba viva y de regreso. Pero su condición seguía siendo peligrosa.

Seguías teniendo miedo.

Y odiabas eso. Pero sabías muy bien cómo actuar, que cara fingir y que palabras usar para que nadie lo notara. Era algo perfectamente natural para ti.

Y siempre haciendo como si ella solo fuera una compañera de equipo a la que no le prestabas más atención de la necesaria.

Y es que a ti no te gustaba la facilidad con que ella demandaba más atención de ti de la que debería.

Sentías que eso te hacía débil. Te aterraba sentirte dependiente de una persona. Tú, el gran Guerrero de la elite De Konoha, único superviviente de la masacre Uchiha, vencedor de criminales de Rango S, te sentías tan afectado por el estado de una pequeña, molesta y común Ninja Médico que ni si quiera provenía de un clan ninja.

Claro que para ti no era ni molesta ni común. Quizás pequeña en tamaño, pero no en habilidades.

Ella era la Kunoichi que esteba haciendo dudar al gran Sasuke, definitivamente no era alguien menor.

Ella era la persona que te hacía delirar antes de que lo notaras.

Ella era la mujer que con solo respirar desarmaba tus aires de grandeza.

Y ahora ella pendía de un hilo entre la vida y la muerte mientras tú solo podías mirarla dormir. Ni tu sharingan, ni tu velocidad, ni tu control del chakra, ni tu capacidad para mentir podían ayudarte, ni ayudarla a ella.

¿Qué tanto vale la pena la vida para ti ahora?

Lo sé. No mucho comparada con la de ella, no?

Y duele, duele tanto que a veces sientes que el dolor se vuelve físico y que te corta las costillas.

Pero no son las costillas, Dobe, es el corazón lo que lastima.

Y el miedo te hace vibrar los oídos, y la frustración te da ganas de gritar hasta que te duelan las cuerdas vocales, y la angustia te aprieta el pecho, y la congoja te arde en los ojos, y la inquietud late en tus manos, y la furia se revuelve en tu estomago.

Y a pesar de toda la tortura, te retas a ti mismo y te dices que eso no es nada, que ella está sufriendo mucho más y aún se mantiene serena. Porque ella ha de estar aterrada, después de todo podía morir. Y ella estaba sola, porque aunque llenaran esa diminuta sala hospital con millones de personas, mientras sus ojos se mantuvieran cerrados ella seguiría estando sola.

Esta vez, no puedes salvarla.

Y estas tan enojado contigo mismo, porque sabes que si la situación fuera diferente ella estaría a tu lado, asegurándose de que los tratamientos fueran los adecuados, de que todo estuviera listo para cuando despiertes, de que tú estado fuera el optimo. En cambio tú solo puedes mirar y confiar en el equipo médico del hospital y en la Hokage. Pero tú sabes que no todo se puede arreglar, que no todas las heridas se pueden curar. Y la simple idea te aterra.

Pero todos te decimos que ella va a despertar, porque ella era una kunoichi muy fuerte que no iba a morir tan fácilmente. Y tú sabes que cada vez que lo repetimos y repetimos, estamos tratando de convencernos a nosotros mismos. Todos estamos asustados. Y ella sigue durmiendo.

Pero el mundo sigue girando, ¿sabes? El ciclo de la vida nunca se detiene.

Pero tu mundo ahora esta tendida en una cama conectada a un respirador y llena de vendajes.

Y tú solo puedes mirar mientras tu mundo se te desarma en las manos.

Y duele mucho, ahí entre las costillas. Ahí donde dejas apretujada la verdad.

Yo sé cómo te sientes, yo también la estoy perdiendo. Pero al menos yo le he dicho todo lo que tenía que decirle.

Dime, Teme, el miedo a que ella te deje sin poder decirle todo eso que quieres gritar, ¿se compara con el miedo a ser rechazado que te detuvo tanto tiempo?

Supongo que es una pregunta difícil para alguien con el orgullo de un Uchiha.

Después de esto, ¿se lo dirás si tienes la oportunidad?

Lo sé, no es algo tan fácil. Son solo dos palabras, pero son dos de las palabras más pesadas para decir en tu diccionario.

Y odias cuando las cosas son tan difíciles.

Pero toda la vida es difícil.

Y entonces me dices que sientes como si todo lo que amas muere. Y entonces yo te digo, Dobe, que esto aún no está perdido. Ella aún no se ha ido.

Solo está esperando a que la llames.

Decídete.

Continuara…

Bueno, que tal? Si gusta, sigo, si no ni me esfuerzo.