Diario de una prostituta

Por Katsumi Kurosawa

Capítulo 1


Diciembre 25 – Tokio, Japón 12:30 de la madrugada.

Ren Tao estaba en mi apartamento esa noche cuando la tormenta había empeorado y nuestra jefa nos había que dicho tomáramos ese día de descanso.

Sentado con suma sutileza, el joven chino estaba mirándome como si reflexionara acerca de las vidas de ambos y como si quisiese decirme algo importante.

Quiero dejarlo —susurró divagando en la ventana después de su largo pensar y la tormenta de nieve se intensificaba.

—Yo también quiero, pero esto me ha dado todo… la señora Kino me ha dado todo… sería una ingrata si quisiera dejarlo ahora… a estas alturas… —le dije mientras mi mirada se paseaba por su cuerpo.

—Pero Anna… no quiero más esto… quiero casarme, tener una familia, esta profesión no me dejará hacer eso —asumió serio— además… los clientes son unos… ¿Cómo se dice? Perturbados… y cada vez se vuelven peor…

—Eso lo sabías cuando huiste de China y te metiste en esto…

—Sí, pero estoy harto —fue su sentencia y devolvió su mirar a mis ojos.

Me acerqué. Nuestra relación era fría… no por el hecho de que siendo lo que éramos no debíamos sentir lo que sentíamos… si no porque ambos éramos secos, perfectos actores a la hora del trabajo, pero nuestro verdadero ser era así… el de una infancia marcada por el sufrimiento.

Yo fui acogida por la Señora Kino después de que mi madre me abandonara puesto que fui uno de sus muchos errores en su vida.

Para kaa-sama Kino… yo era la "hermosa mestiza, regalo del monte Ozore".

Cuando tuve la sufriente edad me inicié en esta profesión peligrosa… pero increíblemente bien pagada…

Sobre todo, si se hablaba de Ringo no hanabira, la empresa por excelencia que ejercía esta profesión…

—Esto de venderme no lo quiero más… sólo cuando estoy contigo no me siento un negocio… no me siento mercancía que la señora Kino pudiese vender… —dijo Ren en un susurro perfectamente audible.

Una risa irónica me contagio. ¿Acaso sentía algo por mí? Lo dudo… creo que lo nuestro era la manera de darnos cariño en la vida real…

— ¿Conmigo?

—No me malinterpretes… siento que de todos los de… aquí… sólo tú… puedes entenderme y eso se siente bien —miró a un lado como si aquello que dijo le costase mucho.

Desde siempre Ren no fue expresivo. Es de esas personas que parecen crudas, crueles hasta insensibles, pero… era un hombre gentil a su manera… dulce a su manera y de entre mis muchos amigos sexuales, mi favorito… ya que sabía tantas mañas como yo, y el sexo dejaba de ser un deber de nuestra profesión… más bien un deleite.

Se acercó a mí con parsimonia planeando sus cosas, siempre tan calculador… era como si su mundo fuese siempre planeado.

Yo solo ladeé la cabeza, sentada al borde de mi cama con aquella diminuta bata de dormir, me sentí acorralada por él. Simplemente se deslizaba sobre mí, haciéndome sentir escalofríos, pronto sentí como mi cuerpo estaba ya contra las sábanas y sus labios en mi boca besándome con gentileza.

El era uno de los dos hombres que me besan los labios. Kaa-sama Kino me tenía terminantemente prohibido el acto… ella sabía por qué.

Pero no me importaba demostrarle de esa forma mi cariño a Ren… era como si aquel contacto transmitiera nuestro sentir.

Planeaba ser una larga noche… una de mucho placer…

Su mano sinvergüenza entre mis piernas mientras yo me aferraba a su abrazo gimiendo débilmente… esa le gustaba, la mujer que disfrutase de sus caricias, pero en su caso yo no actuaba y eso… es algo que simplemente amo.

Se deshizo de mi ropa tan rápido que mi sorpresa fue notoria.

— ¿Cuál es la urgencia de hoy? —le susurré al oído cuando se quitaba las ropas.

—Que es navidad y no nos hemos dado nuestro regalo… —siseó acariciándome y metiéndose en las sábanas y cubriéndome del frío latente, como si yo no estuviera acostumbrada al frío, como si no hubiera crecido en el Monte Ozore.

—Yo nunca he creído en Santa Claus… es un maldito pedófilo sinvergüenza…

— ¿Quién habló de Santa Claus? Yo sólo quiero el regalo que no puedo comprar… —y tomó mi boca.

Éramos amigos… amigos que compartían la cama… amigos que compartían su pena de querer dejar un trabajo de esta calaña.

Yo, Anna Kyouyama, soy una mestiza de madre americana y padre japonés. Rubia y de contrastantes ojos negros.

Fría como el hielo… Una bruja en toda la extensión de la palabra. O al menos la Anna real lo es…

Pero soy lo que el cliente pida, cuando lo pida y como lo pida…

Continuará…

Notas del autor:

Wow, por fin pude escribir esta historia que tenía en el lomo

xD es que simplemente la quería… pero aun no escojo quien será la pareja de Anna… porque si habla de un romance… por supuesto tengo que elegir.

Nya

Bueno… voy a escribir más de más fics xD ya que tengo un poquitín de tiempo xD

Y…

Que los ilumine la eterna luz!