Este es el capi de new moon "la verdad" pero contado desde el POV de Edward y créanme cuando digo que voy a dar mi mayor esfuerzo porq cmo seguro ya saben todas es difícil entrar en la cabeza de nuestro querido Edward.

Bueno acá les tengo mi nuevo one-shot

Ninguno de los personajes me pertenece, todos son propiedad de la fabulosa y única Stephanie Meyer.


Miedo

Era de madrugada, habían pasado ya varias horas desde que la traje a su casa y la deje durmiendo en su cama, luego del largo viaje que habíamos hecho desde Volterra.

Bella aun estaba dormida, envuelta por mis helados brazos. A pesar de todo lo pasado hace ya un par de días, me alegraba poder estar de nuevo en su habitación y volver a verla dormir. Quizá por última vez en mi existencia. Me estremecí ante esa opción, que era de lo mas probable considerando todo lo que había ocurrido hace siete largos y duros meses. Los mas duros a lo largo de mi vacía existencia solamente iluminada por su presencia, la cual yo rechace y desperdicie. Y también a lo largo de ellos.

No había dicho una sola palabra en sueños desde que entre por su ventana y me acomode junto a ella, en su pequeña cama. Me preocupe de que tal vez eso significara que le había ocasionado tanto dolor que ya ni soñara conmigo, y aunque deseara con todas mis fuerzas lo contrario si era así, no podría evitarlo y tendría que acostumbrarme a sobrevivir sin ella La verdad no sabia como lo lograría, pero pasara lo que pasara, me conformaría con que ella estuviera viva y feliz, así yo podría sobrevivir. Pero antes no perdería la oportunidad de poder suplicarle su perdón. Me volvió a frustrar como tantas otras veces el no poder leer su mente para poder adelantar alguna respuesta en medio de sus sueños y saber que tan difícil seria que me perdonara.

Habia evitado ir a mi casa y enfrentarme a mi familia sobre los recientes acontecimientos. No tuve el suficiente valor para ello. De seguro Alice se habrìa encargado de comunicarles todo lo sucedido.

Se removió un poco entre mis brazos y yo rocé suavemente su frente con mis labios.

Bella suspiro y abrió los ojos bruscamente, mirándome fijamente

-¡Oh!-Jadeo y se froto los ojos con las manos.

Volvió a abrir los ojos y a mirarme. Me llene de ansiedad.

-¿Te he asustado?- Pregunte en voz baja. Examine sus expresiones, alarmado de que explotara en furia y me echara de aquí En parte eso me dolía, pero tambien me alegraba, ya que de esa forma nunca tendría porque volver a acercarme y hacerle daño otra vez.

Parpadeo dos veces y sacudió la cabeza como si intentara pensar. Me volví a frustrar por no poder saber que estaba pensando.

-¡Oh mierda!- Grazno con vos pastosa

-¿Qué pasa Bella?- Dije con aun mas ansiedad. Ella me frunció el ceño

-Estoy muerta, ¿no es cierto?- Soltó un gemido-Me ahogué de verdad. ¡Mierda, mierda, mierda! El disgusto va a matar a Charlie.

Le puse mala cara.

-No estas muerta.

-Entonces, ¿porque no me despierto?- Dijo alzando las cejas.

-Estas despierta- Dije tratando de que se calmara, no me gustaba cuando se alteraba.

Ella sacudió la cabeza.

-Seguro, seguro. Eso es lo que tú quieres que yo piense, y entonces, cuando despierte, todo será peor; si me despierto, cosa que no va a ocurrir porque estoy muerta. Esto es horrible. Pobre Charlie. Y Renée y Jake….- se le fue apagando la vos mientras hablaba, me entro un deje de tristeza porque no me hubiera mencionado, ya que su muerte seria el peor tormento que yo pudiera tener. Pero claro, ¿como no lo iba a pensar después de que fui yo el que le dijo aquello hacia ya tanto? Aunque eso fuera un sacrilegio, ella me había creído. Seguro que ahora pensaba que estaba en medio de una pesadilla.

-Ya veo que me has confundido con una pesadilla- sonreí tristemente- Lo que no me puedo imaginar es que es lo que debes de haber hecho para terminar en el infierno ¿Te has dedicado a cometer asesinatos en mi ausencia?-Intente bromear un poco y me dio una mueca.

-Pues claro que no, tú no podrías estar conmigo si yo estuviera en el infierno- no sabía si eso era una buena o mala señal, pero de alguna forma me dio algo de esperanza. Solté un suspiro. La obreve mientras ella alejaba la vista para ver atrás de mi hombro, probablemente a la ventana que estaba abierta, y después me volvió a dirigir la mirada. Vi como la comprensión alcanzaba su rostro mientras se sonrojaba. Extrañaba tanto aquel sonrojo que tuve que reprimir las ganas de acariciar su cara.

-Entonces, ¿Todo eso ha ocurrido de verdad?- me pregunto.

-Eso depende- aun estaba tenso- Si te refieres a que casi nos masacran en Italia, entonces si.

-¡Que extraño! He viajado a Italia de verdad ¿A que no sabias que por el Este nunca había pasado más allá de Albuquerque?

Le puse los ojos en blanco.

-Quizás deberías dormirte otra vez. No dices más que tonterías.- aunque prefería que siguiera así en vez de que llegara el momento en el que me echaría de su cuarto y me dijera que la dejara en paz, debía aprovechar mi tempo restante a su lado.

-Ya no me siento cansada. ¿Qué hora es? ¿Cuanto tiempo he estado durmiendo?- comenzó a estirarse mientras hablaba.

-Es la una de la madrugada, así que unas catorce horas- se había mantenido despierta demasiado tiempo mientras escapábamos de de los Vulturis.

-¿Y Charlie?- torcí el gesto.

-Duerme. Deberías saber que en este preciso momento me estoy saltando las reglas, aunque no técnicamente, claro, ya que el me dijo que no volviera a traspasar su puerta, y he entrado por la ventana… Pero bueno, al menos la intención era buena.- recordé la sarta de insultos mentales que el me había dirigido, además de una mirada llena de cólera que habría asustado a cualquier humano (y que yo tenia bien merecida), antes de que saliera de la casa y me metiera por la ventana de su habitación (la de Bella).

-¿Charlie te ha echado de la casa?- Inquirió. En su cara mostró una incredulidad que se fue convirtiendo en una de furia, lo cual me sorprendió y hasta agrado un poco, pero luego me volvió a embargar la tristeza. De nuevo me hubiera gustado ver sus pensamientos.

-¿Acaso esperabas otra cosa?- cualquier padre hubiera hacho lo mismo con el chico que hubiera hecho a su hija, el mismo daño que yo le había ocasionado al Bella.

Ella tenía una expresión enloquecida en la cara.

-¿Cuál es la historia?- parecía estar intentando controlarse y hasta sonaba un poco ansiosa, pero lo deja pasar.

-¿Qué quieres decir?- le pregunte.

-¿Qué le voy a decir a Charlie? ¿Qué explicación le voy a dar por haber desaparecido durante…? Ahora que lo pienso, ¿Cuánto tiempo he estado fuera?- comenzo a calcular el tiempo.

-Solo tres días- entrecerré los ojos pero le sonreí con mayor naturalidad-. En realidad, albergaba la esperanza de que se te ocurriera alguna buena explicación. Yo no tengo ninguna- ella refunfuño.

-De fabula.

-Bueno, quizás Alice sea capaz de inventar algo- le ofrecí a modo de consuelo, y pareció consolada.

-Y bueno…- parecía pensar en que decir. Nuevamente desee poder leer su mente- ¿En que has andado hasta hace tres días?

Me tense. Pues en realidad no mucho Bella, solo me he estado hundiendo en mi propia miseria durante los peores meses de mi existencia mientras intentaba mantenerte a salvo de mi mundo, nada demasiado interesante.

-En nada que me entusiasmara excesivamente- dije con cautela.

-Claro que no- mascullo.

-¿Por qué pones esa cara?

-Bueno…- frunció los labios, pensativa-, si, después de todo, solo fueras un sueño, esa seria exactamente la clase de respuesta que darías. Mi imaginación no da, para mucho, esta muy claro.

Suspire.

-Si te lo cuento, ¿te creerás al fin que no estas viviendo una pesadilla?

-¡Una pesadilla!- me repitió con resentimiento. Yo todavía esperaba su respuesta-. Quizá, si me lo cuentas.

-Estuve…cazando- lo cual era verdad, había estado dándole caza a Victoria los últimos meses para asegurarme de que Bella estaría por completo fuera de peligro.

-¿Eso es todo lo que eres capaz de hacer?- me critico-. Eso no prueba de ninguna manera que este despierta.

Vacile. Después hable lentamente, eligiendo las palabras con cuidado.

-No estuve de caza para alimentarme. En realidad, ponía a prueba mi habilidad… en el rastreo. Y no soy nada bueno.

-¿Y que fue lo que estuviste rastrando?- me pregunto con autentica curiosidad.

-Nada de importancia- intente poner mi mejor expresión pero estaba enfadado e incomodo.

-No te entiendo.

Dude y me debatí si decirle o no la verdad. Me decidí por decirselo.

-Yo…- inspire hondo-. Te debo una disculpa. No sin duda te debo mas, muchísimo mas que eso, pero has de saber que yo no tenia ni idea…- comencé a hablar mas rápida y nerviosamente- No me di cuenta del desastre que dejaba a mis espaldas. Pensé que te dejaba a salvo. Totalmente a salvo. No tenía idea de que volvería Victoria…- se me contrajeron los labios al pronunciar su nombre-. Debo admitir que preste mas atención a los pensamientos de James que a los de ella cuando la vi aquella vez y, por consiguiente, fui incapaz de prever esa clase de reacción por su parte y de descubrir y de descubrir que ella tenia un lazo tan fuerte con el. Creo que me he dado cuenta ahora de que Victoria confiaba tanto en el que jamás pensó pudiera sucumbir, ni se le paso por la imaginación. Quizá fue ese exceso de confianza el que nublo sus sentimientos por el y lo que me impidió darme cuenta de la profundidad del lazo que los unía.

Pero, de cualquier modo, no tengo excusa alguna por haber permitido que te enfrentaras sola a todo eso. Cuando oí lo que le contaste a Alice, e incluso lo que ella vio por si misma, cuando me di cuenta de que habías tenido que poner tu vida en manos de hombres lobo, esas criaturas inmaduras y volubles, lo pero que ronda ahí afuera aparte de Victoria…- me estremecí ante la idea de que Bella se acercara a hombres lobo ¡Y apenas iniciados! Si le hubiera pasado algo no me perdonaría nunca-. Por favor, créeme cuando te digo que no tenia idea de todo esto. Se me revuelven las tripas hasta lo mas profundo, incluso ahora cuando puedo verte segura en mis brazos. No tengo ni la mas remota disculpa en…

-Para, para- me interrumpió. Yo la mire con el sufrimiento escrito en mis ojos y vi como ella elegía con cuidado sus palabras. Se esforzó por mantener el rostro tranquilo.

-Edward- comenzó. Le costaba pronunciar mi nombre, eso me entristeció-, esto tiene que terminar ya. No puedes ver las cosas de esa manera. No puedes permitir que esa… culpa… gobierne tu vida. No tienes por que asumir la responsabilidad de las cosas que me han ocurrido aquí. Nada de esto ha sucedido por tu causa, solo es parte de las cosas que me suelen pasar a mí en la vida. Así que si tropiezo delante de un autobús o lo que sea que me ocurra la próxima vez, has de ser consiente que no es cosa tuya asumir la culpa. No tienes por que salir corriendo hacia Italia porque te sientes mal por no haberme salvado. Incluso si yo hubiera saltado de esa acantilado para matarme, esa habría sido mi elección y, desde luego, no tu responsabilidad. Se que esta en tu… naturaleza el cargar con las culpas de todo, pero de verdad… ¡no tienes por que llevarlo hasta ese extremo! Es de lo mas irresponsable por tu parte no haber pensado en Carlisle, Esme y…

Hizo una pausa para respirar profundamente. Entonces me di cuenta, elle creía que me sentía culpable. Me dieron ganas de gritarle que no era así, que solo el que ella viviera era la única razón por la que hasta ahora seguía existiendo. También le diría que la amaba, si le diría que lo que dije fue la mentira mas baja que hubiera podido decir. Pero no quería asustarla y recordé que su padre dormía en la otra habitación, por lo que me contuve.

-Isabella Marie Swan- le susurre-, pero tu crees que les pedí a los Vulturis que me mataran ¿porque me sentía culpable?

Su rostro afloraba la más absoluta incomprensión.

-¿Ah, no?

-Me sentía culpable, de una forma muy intensa. Mas de lo que tu podrías llegar a comprender.

-Entonces, ¿que estas diciendo? No te entiendo.

-Bella, me marche con los Vulturis porque pensé que habías muerto. Incluso aunque yo no hubiera tenido nada que ver con tu muerte…- me estremecí al pronunciar aquella palabra-. Me hubiera ido a Italia aunque no hubiera ocurrido por culpa mía. Es obvio que debería haber sido más cuidadoso, tendría que haberle preguntado a Alice directamente, en lugar de aceptarlo de labios de Rosalie, de segundas. Pero vamos a ver… ¿Qué se suponía que debía pensar cuando el chico dijo que Charlie estaba en el funeral? ¿Cuáles eran las probabilidades?

Las probabilidades…- murmure mas para mi mismo-. Las probabilidades siempre están amañadas en nuestra contra, error tras error. No creo que vuelva a criticar nunca más a Romeo.

-Pero hay algo que aun no entiendo- me dijo-, y ese es el punto más importante de la cuestión: ¿y que?

-¿Perdona?

-¿Y que hubiera pasado si yo hubiera muerto?

La mire un momento antes de contestar.

-¿No recuerdas nada de lo que te he dicho desde que nos conocimos?

-Recuerdo todo lo que me has dicho- su expresión demostraba que también se acordaba de aquello que era mentira. Roce su labio inferior con mi pulgar, disfrutando del calor de su respiración.

-Bella, creo que ha habido un malentendido- cerré los ojos mientras sacudía mi cabeza y sonreía tristemente. Era increíble que ella hubiera creído mis palabras después de todo lo habíamos pasado juntos-. Pensé que ya te lo había explicado con claridad. Bella, yo no puedo vivir en un mundo donde tú no existas.

-Estoy… estoy echa un lío.

La mire profundamente a los ojos con una mirada seria y honesta.

-Soy un buen mentiroso, Bella, tuve que serlo.

Se quedo helada y se le contrajeron los músculos, dejándola sin aliento. Me había malinterpretado, creía que me refería a estos últimos minutos. Desesperadamente, me apresure a corregirla. Le sacudí los hombros, intentando relajar su postura.

-¡Déjame terminar! Soy un buen mentiroso, pero desde luego tu tienes tu parte de culpa por haberme creído con tanta rapidez- hice un gesto de dolor-. Eso fue… insoportable.

Me resultaba increíble que me hubiera creído, pero ¿Por que? ¿Por qué me creyó? ¿Es que no le había dicho ya tantas veces lo mucho que la amaba?

-Te refieres a cuando estuvimos en el bosque, cuando me dijiste adiós…

No quise recordar aquel momento, así que me limite a susurrarle:

-No ibas a dejar que lo hiciera por las buenas. Me daba cuenta. Yo no deseaba hacerlo, creía que me moriría si lo hacia, pero sabia que si no te convencía de que ya no te amaba, habrías tardado muy poco en querer acabar con tu vida humana. Tenia la esperanza de que la retomarías si pensabas que me había marchado.

-Una ruptura limpia- susurro a través de sus labios inmovibles.

-Exactamente. Pero ¡nunca imagine que hacerlo resultaría tan sencillo! Pensaba que te darías cuenta de la verdad, que yo tendría que soltar una mentira tras otra durante horas para apenas plantar la semilla de una duda en tu cabeza. Mentí y lo siento mucho, muchísimo, porque te hice daño, y lo siento también porque fue un esfuerzo que no mereció la pena. Siento que a pesar de todo no pudiera protegerte de lo que yo soy. Mentí para salvarte, pero no funciono. Los siento.

Pero ¿Cómo pudiste creerme? Después de las miles de veces que te dije lo mucho que te amaba, ¿Cómo pudo una simple palabra romper tu fe en mí?

No me contesto.

-Vi en tus ojos que de verdad creias que ya no te quería. La idea más absurda, más ridícula, ¡como si yo pudiera vivir sin necesitarte!

Seguía helada. Volví a desear el poder leer su mente.

La sacudí un poco.

-Bella-s uspire- ¡Dime de una vez que es lo que estas pensando!

Rompió a llorar.

-Lo sabia- sollozo-. Sabia que estaba soñando…

-Eres imposible- solté una carcajada seca y frustrada- ¿De que manera te lo puedo explicar para que me creas? No estas dormida ni muerta. Estoy aquí y te quiero. Siempre te he querido y siempre te querré. Cada segundo de los que estuve lejos estuve pensando en ti, viendo tu rostro en mi mente. Cuando dije que no te quería…ésa fue la mas negra de las blasfemias.

Sacudía la cabeza y las lágrimas seguían saliendo.

-No me crees, ¿verdad?- susurre-. Puedo verlo incuso con esta luz. ¿Por qué te crees la mentira y no puedes aceptar la verdad?

-Nunca ha tenido sentido que me quisieras- me explico y la voz se le quebró-. Siempre lo he sabido- claro, ella siempre se daba de menos solo por las apariencias y no veía todos sus valores, valores que para mi eran inalcanzables. Lo que en realidad no tenia sentido es que ella me quisiera a mi, pero por algún milagro así era y haría lo que sea por recuperarla. Se me entrecerraron los ojos y se me endureció la mandíbula.

-Te probare que estas despierta- le prometí.

Sujete su cabeza entre mis manos e ignore su esfuerzo por intentar volver la cabeza hacia otro lado.

-Por favor no lo hagas- susurro. Me detuve con nuestros labios apenas a unos centímetros de distancia.

-¿Por qué no?- le inquirí, cuando sabia que ella tendría toda la razón para rechazarme.

-Cuando me despierte…- abrí la boca para protestar pero me freno- ¡Vale, olvídalo! Rectifico: cuando te vallas otra vez, ya va a ser suficientemente duro sin esto.

Retrocedí para examinar su rostro.

-Ayer, cuando te toqué. Estabas tan… vacilante, tan cautelosa. Y todo sigue igual. Necesito saber por que. ¿Acaso ya es demasiado tarde? ¿Quizá te he hecho demasiado daño? ¿Es porque has cambiado, como yo te pedí que hicieras? Eso seria… bastante justo. No protestare contra tu decisión. Así que no intentes no herir mis sentimientos, por favor; solo dime si todavía puedes quererme o no, después de todo lo que te he hecho. ¿Puedes?- murmure. Esta era la parte que había estado esperando, el saber si me perdonaría o me echaría de su vida para siempre.

-¿Qué clase de pregunta idiota es esa?

-Limítate a contestarla, por favor.

Me miro con aspecto enigmático.

-Lo que siento por ti no cambiara nunca. Claro que te amo y ¡no hay nada que puedas hacer contra eso!

-Es todo lo que necesitaba escuchar.

En ese momento mi boca estuvo sobre la suya. No cabía en mí de felicidad de poder volver a probar sus suaves y calidos labios. En esta ocasión no la bese tan cuidadosamente, lo cual me vino de maravillas y a ella también, porque me devolvió el beso con su respiración transformada en un jadeo frenético. Sus manos se movían por todo mi rostro, era como si me estuviera electrocutando. Note cada curva de su calido y frágil cuerpo contra el mío. Sus manos memorizaron mi cara, tal y como lo estaban haciendo las mías, y durante los segundo escasos en los que nuestros labios estuvieron libres, murmure su nombre.

Luego de un rato me aparte, cuando comenzo a marearse. Puse mi oído sobre su corazón, pensé que nunca lo volvería a oirlo. Me deleite escuchando cada latido, era el sonido mas hermoso que podría escuchar jamás.

-A propósito- dije como quien no quiere la cosa-. No voy a dejarte.

Y era cierto, nunca seria capaz de irme de nuevo, lo sabia, además ahora tenía demasiadas razones para quedarme ¡Y daba gracias al cielo por eso!


Bueno quedo hasta aca, yo queria hacer todo el capi pero se me hacia muy largo y me iba a tardar demasiado.

¿Y ?¿les gusto?¿lo odiaron?

plis dejenme un revew y haganme saber cualquier albo, critica, sugerencia y hasta les acepto amenazas

nos leemos, un besito

vampi.