13. Momentos felices

Me desperté por la molestia en mis ojos. Abrí lentamente los ojos y vi que la cortina de la ventana estaba un poco levantada y la luz se filtraba de ahí dándome en la cara. Molesta por eso me di vuelta de ella cuando sentí que mi cuerpo y rostro chocaba con algo blando y caliente. Inhale un poco por la falta de aire y pude oler el aroma masculino. Levanté la vista y mis ojos se encontraron con la perfección en persona. ¿Cuándo me había quedado dormida en la cama de Jacob? Oh si, ayer. Sonreí como boba y le di un ligero beso en su pecho hasta estirarme un poco y llegar a sus labios. Les di un beso corto, casto. Estaba por retirarme cuando me sorprendí cuando sus labios me correspondieron y su gran brazo rodeo mi cintura y me pego a su cuerpo (si es que más se podía). Gustosa rodee su cuello con mis delgados brazos y lo jale un poco más a mí. El beso era tierno, dulce. Nos separamos por falta de aire. ¡Maldito aire! Abrí los ojos un poco y observe que unos ojos negros preciosos ya me observaban con un brillo extraño en ellos. ¿Me estaba mirando? ¡No tonta, te esta analizando! (notase el sarcasmo). No me había dado cuenta de ello, había cerrado mis ojos en el transcurso del beso que no pensé que estaba despierto.

-Que hermoso despertar. Daría todo por despertar todos los días así- dijo mirándome con una sonrisa que me derretía pero con los ojos destellando picardía. Rodee los ojos, ese era mi Jake.

-¿Te desperté?- pregunté devolviendo la sonrisa. El negó levemente con la cabeza y luego de acerco nuevamente a mi hasta que estuve encerrada entre su cuerpo encima mío y el colchón a mi espalda. Involuntariamente mi respiración se volvió agitada. ¿Por qué me pasaba esto? ¡Ni que fuera mi primera vez! ¡Y bien que acabaste! ¡Embarazada mira no más! ¡Ay cállate conciencia inútil!

-Podríamos quedarnos todo el día aquí. Puedo llamar a Seth y que le avise al jefe que hoy no voy a trabajar- dijo en mi cuello haciéndome cosquillas. Me dio un leve mordisco que me hizo estremecer y luego un beso allí.

-No. Jake debes trabajar. Otro día podremos- le dije tratando de calmar mis latidos y mis hormonas.

Bufó.

-Pero yo quiero estar aquí contigo. Di que si- ronroneo en mi cuello aun y subió a mi lóbulo y lo mordió leve solo para que pierda la razón y cedería. ¡Y lo estaba logrando! ¡Malditas hormonas!

-No Jacob, en serio. Ve a trabajar. Prometo que luego nos veremos en la noche y…ya veremos- dije con voz entrecortada. ¿Era yo o estaba empezando hacer calor en la habitación?

Jacob se corrió resignado de mí y se dejo caer rendido a mi lado. Respire entrecortadamente y luego me di vuelta un poco sobre mi brazo y le di un corto beso que el termino por alargando. Típico de Jacob, nunca dejaba nada a medias.

-Te amo. Ahora a levantarse. Hay un pesado día por recorrer- dije incorporándome de la cama con cuidado.

Salí de la habitación y crucé el pasillo hasta llegar al baño. Abrí la puerta, entre y luego la cerré con cerrojo. Me acerque al espejo. ¡Estaba totalmente sonrojada! ¡Era un tomate! ¡Maldito perro!

Abrí el grifo de la ducha, me quité la ropa y entre a la ducha. Solté un suspiro relajada por el agua caliente recorrer mi cuerpo. Tendría que a ver bañado con agua fría. Recordé las manos de Jacob en mí debajo de mi blusa y rápidamente cambie el agua a fría.

Quince minutos después salía del baño con el cabello suelto mojado y goteando y una toalla, no muy larga, rodeando mi cuerpo.

Entré a la habitación y me encontré con Jacob semi desnudo sin remera y solo en boxers, se estaba por cambiar parece. ¡Ay dios las hormonas vuelven!

Esta vez no me sonroje pero no evite ponerme nerviosa y… ¿ansiosa? Jacob me miro de arriba abajo, casi con descaro y luego se acerco a mí sonriendo de lado galante y los ojos brillando de deseo.

-Amor, ya me voy- me susurro al oído con esa maldita voz seductora propia de el. ¡Maldición!

-Es-esta bien, ve. Que tengas un buen día- le dije tartamudeando. Estaba demasiado cerca, me estaba enloqueciendo.

-Lo haré luego de verte así, tendré esta imagen guardada toda el día- me dijo con picardía y me beso el hombro, le siguió el cuello y finalmente los labios.

Fue un beso breve de los que yo daba. Fruncí el seño. El me observo y soltó una risotada que se habría escuchado hasta en china. Se separo completamente de mí y fue a cambiarse.

Volví a respirar entrecortada. Maldición, este chico me mataba. Me cambié con un simple vestido rosa pálido con finos breteles. Aun me pregunto como llego aquí, seguro fue Alice anoche. En solo pensar en ella mirándonos dormir me hizo sonrojar al pensar si no estuviéramos del todo…vestidos.

Volví a sentir el aroma masculino de la mañana y unos fuertes brazos abrazándome de la cintura.

-Te amo Ness, nos vemos luego. Ya llego tarde- me susurró en el oído y yo me di vuelta aun en sus brazos. Le sonreí y le di un beso.

-Pórtate bien- dije ordene, casi sonaba como mi madre. Jacob soltó otra risotada que me hizo saltar de alegría al ser yo la causante de esa risa.

-Si mamá- dijo rodando los ojos. Se agacho un poco y beso mi panza- Adiós princesas, no le traigan problema a su madre- dijo tiernamente y luego se incorporo de nuevo y me beso ligeramente los labios- Adiós, te amo- dijo dulcemente. Le regale una sonrisa y el camino hacia la puerta y salió. Lo escuche bajar las escaleras y cerrar la puerta al salir.

Solté un suspiro y respire profundamente tratando de recuperar el aliento que esta mañana se fue con él. No se si aguantaría hasta la noche. ¡Dios lo odio! Mira que dejarme así…maldito guapo e irresistible perro.

Ordene un poco la habitación y luego cogi mi bolso. Baje las escaleras y me acerque a la frutera y cogi una manzana roja jugosa. Le di un leve mordisco y salí de la casa. Y ahí en el umbral me di cuenta de algo. ¿Cómo me iba a ir hacia mi casa ahora? Estaba por llamar a casa cuando un imperial Porsche amarillo canario apareció en el sendero. Se estaciono y vi salir por la ventana la cabeza de Alice.

-¡Ness! Pensé que necesitarías alguien que te lleve y aquí estoy yo- dijo sonriendo radiante. Aunque tuve un mal presentimiento…muy malo.

Me acerque al auto y entre por la puerta de acompañante. Observe a Alice, sonreía mucho, eso era definitivamente algo muy malo.

-Buenos días Alice. Gracias por venir a recogerme. No sabia como llegar a casa- confesé.

-Lo se, a eso vine. Además de que hoy habrá… ¡salida de compras!- dijo sonriendo casi dando saltitos en el asiento. ¡Maldición! ¡Maldición! Ya dije muchas veces maldición ¿no? ¡Maldición!

-Alice, yo…tengo que descansar. Tu sabes, hacer reposo por el embarazo- le dije tratando de persuadirla. Pero no hubo caso cuando tenia esa sonrisa NADA podía hacerla echar para atrás.

-Se que no es así Ness. Además las compras son relajantes- dijo y encendió el auto y arrancó hacia la carretera rumbo al Centro comercial.

¿Las compras son relajantes? ¡No! ¡Con Alice no lo eran! ¡Eran una tortura humana!

Llegamos al Centro Comercial a los quince minutos exactos. Hubiéramos llegado mas rapido si no fuera porque obligue a Alice a reducir la velocidad, no era que no me gustaba correr, me gustaba además que con una vampiro al volante nada podría pasarnos. Pero tengo dos criaturas en mi panza y no quiero que nada malo les pase.

Alice aparcó el Porsche en el estacionamiento y ni bien me baje del auto ya tenia a Alice sujetando mi brazo y arrastrándome hacia el interior del lugar. Me quede en estado catatonico cuando lo vi. ¿Hace cuando no entro aquí? ¡Pero si es enorme!

Sali de mis pensamientos cuando me fui obligada a seguir caminando aunque mis ojos no estaban en el camino si no en las tiendas, LAS tiendas de ropa. ¡Wow! Alice me miro y pareció ver mi embobamiento porque rápidamente me llevo a una tienda.

Era ropa para embarazada. Agradecí, con mis seis meses recién cumplidos necesitaba ropa urgente. No espere que me dijera nada, corrí a un estand y me puse a mirar la ropa. Era muy linda, hasta elegante. Mucho para alguien embarazado. Pero no le di importancia. Cogi unas cuantas prendas y entre al probador. Me quite el vestido y el espejo mostró mi cuerpo. Me puse de perfil, pase mi mano por la gran pasa. Sonreí como tonta, feliz… ¡oh! sentí un golpecito ahí. Sonreí aun más abiertamente y me dispuse a ponerme la ropa antes que Alice entrara y me asesinara por no estar probándome las cosas. Me puse una remera azul marino de manga ¾ con volados en el puño y en el largo de la remera. Era muy corte princesa (N/A: no se nada de ropa, eso se lo preguntan a bellita perver,Bella McCarty Darcy)

Sali del probador y me encontré con Alice, llevaba un vestido negro, con escote en V que se ataba al cuello. Era corto hasta la rodilla y fino como la seda.

Lo mire maravillada. Era sencillamente precioso. ¿Pero cuando lo iba a usar? Lo mire de vuelta. ¡Bah! Que importa cuando lo use, ¡lo compro!

Efectivamente, me lo probé y me quedaba muy bien. Se notaba mi panza de embarazada pero de alguna forma la hacia mas sutil.

Me volví a poner mi prenda y salí finalmente del probador con la remera azul y el vestido negro.

-Me los llevó- le dije a la cajera mientras sacaba mi billetera. Pero observe como por delante de mis ojos pasaba una diminuta y pálida mano con una tarjeta dorada y se la daba a la mujer.

-Va a mi cuenta- dijo Alice con voz cantarina. La mujer obedeció e hizo el pago. Mire a Alice con reproche.

-Alice, podía pagar yo ¿sabes?- le dije irónica. Pero ellas se rieron. ¡Se rió la muy malvada pixie!

-Deja de sacar humo por las orejas Ness, es un regalo mío. Regalo de boda anticipado, ¿te va?- me dijo sonriendo. Suspiré resignada y comencé a caminar saliendo del negocio con las bolsas en mano. Rápidamente Alice me siguió agarrando del brazo y dando saltitos. Negué con la cabeza. Tengo que decirle a la abuela que no le deje tomar cafeína nunca mas.

Fuimos a unas tiendas mas, compre zapatos, vestidos, remeras, jeans, de todo en fin. Yo ya me iba hacia el lugar de comida cuando Alice me presiono el brazo y me arrastro a otra tienda.

Llegamos y la mire atentamente. Me sonroje al instante.

-Alice, ¿Qué hacemos aquí?- pregunté bajito. ¡Estábamos en la puerta de Victoria Secret! No era que daba pudor entrar allí, ya había entrado antes pero al ver toda esa ropa interior no pude evitar pensar en la mañana y bueno…me puse nerviosa.

-Necesitas ropa Ness. Yo lo vi- dijo con una sonrisa que deslumbraría a cualquiera. Oh no, cuando decía las palabras mágicas de "lo vi" significa que… ¡Ah! Que horror. Debió a ver visto lo que pasaría esta…noche. Ay ay ay que vergüenza.

No pude seguir lamentándome internamente porque me paso un par de ropa interior y me empujo dentro de un probador. Inhale profundamente varias veces y me puse la diminuta ropa. Con esta panza me daba vergüenza.

-Vamos Ness, sal- me animó Alice del otro lado. Suspiré y sin mirarme al espejo para no verme salí. Alice estaba viendo ropa cuando me vio y su sonrisa pequeña que tenia antes se ensancho.

-Perfecto, estas perfecta Ness. Lo llevamos- dijo a la empleada que asintió y fue a buscar la caja.

Me mordí el labio y entre al probador, me cambie nuevamente sin mirarme al espejo y salí. Fui al la puerta donde me esperaba la pixi diabólica ya con la bolsa. Me sonrió y volvió coger mi brazo. Caminamos a la plaza de comida y nos sentamos en una mesa al lado de una fuente muy bella.

La camarera vino y tomo nuestro pedido. Pedí un café y una porción de torta de chocolate mas un brownie. La mujer asintió sin reparos al ver mi panza. Le preguntó a Alice pero ella se negó. ¡Y claro no se alimenta de comida humana tonta!

-Alice, después de comer nos vamos- le dije casi como con suplica. Ella me mío detenidamente y luego sonrió.

-Claro que si Ness- dijo sonriente. ¿Qué si? ¡Si! – Luego de ir a la tienda de bebes- sentenció y yo me hundí en el asiento. No tenia caso. Pero al saber que era ropa para mis angelitos no me importo, me animo.

Llego nuestro pedido y mientras charlábamos me llego un mensaje de texto al móvil. Lo abrí y vi que era de Cathy.

¡Amiga! Mi cumpleaños se acerca y lo sabes, por eso este viernes voy hacer una fiesta en casa con amigos íntimos. No faltes.

Te adoro Ness

Cathy

Sonreí de lado al leerlo. ¿Amigos íntimos? Seguro iban hacer como veinte personas y eso no era "intimo". Pero no importa, era mi mejor amiga no la podía defraudar. Así que respondí el mensaje y ni bien lo envié le dije a Alice. Mala decisión. Luego de pagar rápido la cuenta me arrastro a una tienda de vestidos y luego a una zapatería.

-¡Como avisa ahora! Es pasado mañana. ¡Tiene que avisar antes! Es muy poco tiempo. Se hacer milagros, pero milagros con tiempo- dijo rápidamente para si misma algo molesta. Y otra vez a probarme vestido y todo. ¡Estoy cansada! Dios.

-Alice ya no aguanto. ¿Nos podemos ir?- le pregunte por décima vez.

-Y falta poco Ness, ahora vamos a la tienda de bebes y nos vamos- dijo sonriendo. Yo suspire pero la seguí, si era para mis hijas con gusto iría sin chistar.

Entramos y empezamos a mirar y elegir ropa.

-Oh, este es hermoso- dijo mostrándome un enterito rosa con un oso dibujado en el pecho. Sonreí y asentí. Le pase un gorro del mismo color como para combinar. Compramos unas cuantas cosas mas ahí y mientras Alice pagaba todo, que era un montón me quede en la puerta esperándola.

Justo en ese momento paso un grupo de chicos riendo y haciendo bromas. Uno de ellos me vio y yo traque saliva. ¡Mierda ellos no!

-¡Ness!- dijo Taylor Newton acercándose sonriéndome y detrás de el venia su pandilla. Un chico y dos chicas.

-Mmm, hola Taylor- lo salude sonriéndole sin esfuerzo y con desgana.

-Tay, puedes llamarme Tay, Ness. Me entere de…mmm…tu embarazo, te felicito- me dijo algo incomodo.

-Ah si, gracias New-digo Tay- dije incomoda también. Sus amigos nos miraban curiosas y pude ver como las chicas me señalaban y hablan entre si. Me enoje, seguro irían con el chisme luego.

-Te ves bien Ness- dijo Taylor aunque pude ver que quería ocultar un sonrisa burlona. Las chicas de antes me miraron y se rieron junto con el otro que no podía simular. Pude escuchar claramente la palabra "gorda" entre esas risas. No aguante y me enoje demasiado, estaba por largarme a llorar ahí mismo. Pero no lo haría. No con esas víboras ahí mirándome.

-Gracias, debo irme. Nos vemos luego- me despedí de el pero antes que pudiera apareció Alice y al verme su semblante se endureció y me rodeo por los hombros y miro a los cuatro seriamente pero con una sonrisa fingida.

-Muchachos, que bueno es verlos de vuelta. Mi pobre sobrina ha estado estresada y no puede esperar para su embarazo- dijo mirándome sonriendo y yo fruncí el seño para entender de iba la cosa. Me guiño un ojo y los miro de vuelta.

-Ya quiere tener a las mellizas para poder volver a tener una relación "activa" con Jacob otra vez- dijo y los miro picaradamente mientras los demás se quedaban de piedra- Tengo que admitir que Jacob es muy bueno y ven su resultado- prosiguió e hizo un elocuente mirada a mi enorme barriga.

-Alice- susurre para que parara pero ella siguió como si no me escuchara.

-Amo a mi Jazz pero bueno, lo que se ve a simple vista se ve. Tengan suerte chicas, seguro les llegara algún día un chico lo bastante…activo para estar satisfechas. Por lo que veo por ahora no tuvieron suerte- dijo mirando sin pudor a ambos chicos que se quedaron de piedra y molestos. Las chicas estaban estupefactas y los miraban a ellos con una mueca. No pude evitar reír por lo bajo. Taylor me mando una mirada envenada yo solo le sonreí.

-Bueno los dejamos chicos, suerte. Chicas, en serio, espero que tengan MUCHA suerte- dijo Alice mientras me arrastraba hacia la salida del Centro Comercial.

Entramos al Porsche y toda la risa que no saque allá la saque adentro del auto. No podía parar, me caían lágrimas de los ojos.

-Alice sos mi idola- le dije sonriéndole franca y feliz.

-Lo se. Además nadie insulta indirectamente a mi sobrina, nadie- dijo seria pero con una sonrisa divertida bailando en su rostro.

Arrancó el auto y salimos a la carretera. A los quince minutos llegamos a la Mansión Cullen. La abuela Esme nos esperaba en la puerta con una gran sonrisa.

-Que bueno que llegaron. ¿Se divirtieron?- nos preguntó y ambas asentimos. Pasamos adentro y dejamos todas las bolsas en el la sala. Se encontraban todos allí ya.

Me acerque a mamá y papá y lo salude con un abrazo y un beso en la mejilla.

-¿Cómo estuvo tu día hija?- preguntó mamá sonriendo. Le estaba por contestar pero papá me interrumpió.

-¿Te torturo mucho Alice? Juro que lo quise evitar pero me amenazo. Ese duende es muy peligroso- dijo en tono asustado y bromista. Me eche a reír un poco.

-¡TE ESCUCHE EDWARD ANTHONY CULLEN! ¡DESPIDETE DE TU PIANITO!- grito Alice de a saber donde.

Papá hizo una mueca.

-Si la pasamos excelente la verdad. Estoy muy cansada me voy a costar un rato- dije y bostece. Ya estaba subiendo cuando Carlisle me detuvo.

-Reneesme, mañana te voy hacer chequeo- me dijo serio, profesional. Yo asentí sonriendo y subí a mi habitación.

Ni bien me acosté recibí una llamada a mi móvil. Conteste de inmediato.

-Amor, ya te quiero ver. ¿Podrás venir después de cenar a mi casa y quedarte a dormir?- me dijo directo como siempre. Sonreí.

-Corazón, lo haré. Cenó y voy para allá. ¿Esta bien?- dije mientras escuchaba su respiración al otro lado de la línea.

-Si, te espero. Adiós, te amo- dijo dulcemente y ya no pude contestar porque cortó.

Me senté en la cama y me quede pensando. Estoy nerviosa, mucho. Ya lo hicimos pero no se, ahora es diferente, estoy embarazada. Tengo una panza enorme. ¿Me deseara?

¡Ay dios!

No pude seguir pensando me llamaron para ir a cenar. Baje lo más rápido que pude y me comí en silencio por los nervios. Pero las bromas de Emmet y los golpes que le daba Rosalie me hacían reír mucho. Este momento familiar me hacia salir de la bola de nervios de cómo estaba. Cuando termine les avise lo de Jacob. Al principio papá ya se estaba negando pero mamá lo tranquilizo y solo me hizo prometer que mañana venga temprano para el chequeo con Carlisle.

Subí a mi cuarto y rápidamente busque que ponerme.

-Yo que tu me pondría esto- dijo Alice mostrándome un conjunto de lencería y un jean y una remera de breteles sencilla sobre la cama. La mire sorprendida. ¿Cuándo entro? ¿De donde rayos salio? Mejor no saber.

Entre la baño y salí ya cambiada, aun estaba nerviosa. Baje las escaleras, prometí volver temprano y me despedí. Sali de allí y tome el Volvo plateado de papá y conduje hasta la casa de Jacob.

Cuando aparque respire hondo varias veces para tranquilizar mis nervios. Me acerque a la puerta y toque tres veces. Que no este por favor, que no este por favor.

-¡Amor llegaste! Pasa, pasa- dijo Jacob sonriente al ver y me hizo entrar. Adiós a mi cordura.

La casa estaba en penumbras y había una pequeña mesa con un mantel y dos copas con un vino a su lado. Sonreí.

-¿Te gusta? Me esforcé- me susurro al oído abrazándome por atrás. Suspire y luego me gire y le di un gran beso. Me respondió al instante acariciando mi cintura.

-Me encanta- le dije con doble sentido. Lo dije por la mesa y por el. Pareció que entendió por que vi en sus ojos el brillo del deseo y su sonrisa soncorrona.

Me tomo de la mano y me llevo a la mesa. Nos sentamos y tome un poco de vino. Estaba bueno, pero no iba a tomar. Me habían dicho que hacia bien para la embarazada pero no tanto. La botella quedo hasta la mitad. Lleve las copas vacías a lavaplatos y cuando me di vuelta observe a Jacob muy cerca mío, a centímetros de mi rostro. Me tomo de la cintura y me recargo en la pared. Bajo la mirada y sus labios estuvieron en mi cuello. Rodee su cuello con mis brazos mientras cerraba los ojos e intentaba de tranquilizarme. ¡Me había tomado desprevenida!

Me dio un leve mordisco y yo gemí leve. Mierda. Subió sus labios a mi rostro, me dio pequeños besos por el y luego nuestros labios se encantaron. Empezó por se un beso tierno, dulce y casto hasta llegar a uno mas pasional, quise enredar mis piernas a su cintura pero no podía por la panza. Es la primera vez que odio tenerla.

Enrede mis dedos en su cabello mientras el acariciaba mi espalda subiendo y bajando sus manos.

Me beso casi con furia, ansiábamos esto hace bastante. Me tomo en brazos y no se como ni cuanto pero enseguida sentí la mullida y blanda frazada de la cama. Nos separamos un poco para poder coger aire. Lo mire a los ojos y yo a los suyos. Demasiado brillo escondido. Toque mis labios, ya estaban hinchados. Me acaricio la mejilla y lentamente se acerco a mí de nuevo y me beso apasionadamente pero lento, tranquilo.

Sentí sus manos por debajo de mi remera y yo hice lo mismo en su espalda, estaba muy caliente su temperatura comparada a la mía pero no me importo. Empezó a subirme la remera hasta que lo ayude a sacármela y yo hice lo mismo un tiempo después con la suya. Nos seguimos besando mientras mis manos recorrían su espalda y las suyas mi cuerpo, mis curvas. Me saco el jean y no se como paso pero su pantalón ya no estaba. Dios, ¿tan rápida fui?

Se separo un momento y me miro, de arriba abajo. Me mordí el labio y desvié la mirada. Tenía vergüenza de mi cuerpo, no era la misma con ese cuerpo con curvas de nuestra primera vez, ahora tenia una enorme barriga que la desformaba. Amaba esa barriga pero en este momento no la quería.

-Hermosa. Pensaras que estoy loco pero esta panza te hace aun más adorable- me susurro y me tomo del mentón para que lo mirara. Le di una sonrisa franca, sincera. Volvió a besarme suave pero yo no aguante y lo intensifique hasta casi hacerse salvaje.

Estuvimos así toda la noche, recorriendo nuestros cuerpos en totalidad. Me sentía en el paraíso, completa. ¿Les dijeron que la primera vez es buena? Pues la segunda es maravillosa.

Nos hicimos mimos luego de un rato cuando ya estábamos algo cansados de tanta acción.

-Parece que Alice tenía razón. Si que eres activo- le dije sonriendo picadamente y reí leve.

El me miro confundido pero luego sonrió. Se acerco peligrosamente y me mordió el lóbulo de la oreja.

Me mordí el labio tratando de no saltarle de nuevo.

-Jake, no hagas eso que no me controlo. Es mi punto débil- dije en un susurro advirtiéndole. El se rió y sus risas hicieron cosquillas en mi cuello.

-Lo se- dijo y me quede helada. ¡Descarado! Le quería decir algo malo pero no pude, estaba totalmente entregada a el.

-Te amo- le dije mirándolo a los ojos y sonriéndole. El me miro largamente y luego sonrió se acerco y me dio un pequeño beso, breve pero demostraba todo el amor que me tenía.

-Yo también te amo Ness. A las tres- dijo y beso mi panza. Yo sonreí y sentí una patada.

-¡Una patada! Jake, me dio una patada- le dije y el puso su mano en mi panza y la patadita volvió. Me miro asombrado y ya estaba derramando lágrimas por felicidad.

-Parece que me reconoció- dijo sonriendo y me limpio las lágrimas a base de besos- Tranquila amor, te amo Nessy, nunca lo olvides. Son mi vida- dijo dulce y me beso yo aun llorando un poco sonreí entre beso.

-Yo también, te amamos las tres- le aseguré y al poco tiempo el sueño nos venció y nos quedamos profundamente dormidos abrazados.

Estaba sumamente feliz, pero entonces ¿Por qué tenia ese mal presentimiento?

Y otro capitulo termino. Ya ahora tengo ideas para otros caps jiji. ¿Les gusto? Como vieron no fue un capitulo muy light, fue digamos algo subido de tono. No tanto, pero tampoco podia hacerlo muuuy subido de tono porque tampoco el fic tiene ese fin. Prefieron que ustedes usen su imaginacion y vuelen con ella.

Este capitulo a mi principalemente me gusto mucho la verdad. Y es un capitulo largo. Creo que no escribo uno tan largo desde hace bastante, los primeros eran asi.

Bueno espero que les haya gustado, en serio. Saben que adoro sus opiniones buenas o malas. Gracias por seguir leyendo. Gracias por darle vida a este fic, porque si lo escribo es por ustedes.

Hasta pronto, hasta el siguiente capitulo.

Jane Whitlock Potter