Hola. Este es mi primer fic de Bleach.

La pareja es IchiHitsu (Sipis entre hombres, sino te gusta, pues no es obligación seguir leyendo)

Bleach no me pertence, sólo tomé prestado los personajes para que hagan lo que mi ociosa imaginación quiere.

Sin más que decir, al fic...

Sé que quieres ser mi salvación.

Ichigo observó los documentos por enésima vez, estaba nervioso, el temblor en su mano se lo recordaba a cada momento y que decir del ruido de su estómago. Este iba a ser su primer caso como profesional egresado y simplemente no quería arruinarlo.

Releyó el nombre de su paciente mientras observaba la foto del pequeño. Tan joven y ya sufriendo un mal como esquizofrenia, Ichigo no podía comprender el motivo de aquella enfermedad y menos de cómo el pequeño la había tenido a tan temprana edad.

Aun recordaba la primera vez que leyó la ficha del niño y como sus ojos se abrieron en completa sorpresa ante lo que tenía, pensó que había un error, mas con el transcurso de los días y con una serie de investigaciones, logró confirmar por su propia cuenta que el joven Hitsugaya Toushirou efectivamente padecía de aquella enfermedad.

- ¿Nervioso?

Ichigo salió de sus pensamientos al escuchar la voz familiar, dejó los documentos sobre la mesa y luego sonrió.

- Algo.

- No te preocupes, es normal.

La mujer se acercó al joven egresado para luego moverle un poco los cabellos, Ichigo no evitó quejarse ante aquel acto, definitivamente odiaba que lo trataran de esa forma.

- Ya Rukia.

Rukia simplemente sonrió y luego fijó su vista en los documentos del paciente, al igual que Ichigo, no dejaba de sorprenderle el caso.

- Parece un niño.

- Y lo es. Con 16 años te siguen catalogando de niño.

- Ahm… ¿Y tú en que categoría estas? – Rukia no evitó observar de forma burlona al joven.

- Hey sólo tengo 21.

- Yo no pregunté tu edad.

- Como sea…

Se escuchó como golpeaban a la puerta y luego de que Ichigo diera el permiso otra joven apareció.

- Kurosaki me pidieron que te informara que tu paciente está a punto de llegar.

- Claro, gracias Orihime.

La joven mencionada sonrió mientras sus mejillas tomaban un suave tono rosa, luego cerró la puerta.

- Esta loca por ti. – Rukia le golpeo con el codo.

- ¿Por mi? Jah lo dudo, a ella no le gustan los hombres.

- ¿Qué?

- Lo que oyes.

Ichigo rascó sus cabellos ignorando el rostro de su amiga. Bien el no era nadie para pensar mal de sus amigos, cada persona era libre de tener los gustos que deseara.

- Vamos a buscar a nuestro pequeño.

Sin esperar respuesta se alejó de su oficina para dirigirse a la entrada de la clínica. Rukia lo alcanzó rápidamente, pero mantuvo su vista perdida.

- ¿Sorprendida?

- … Algo.

- Vamos, sigue siendo la Orihime de siempre.

Rukia no respondió y llegaron a la entrada en silencio. No pasó mucho tiempo cuando el auto de la clínica hizo su aparición, Ichigo no evitó extrañarse al verla, normalmente los pacientes eran dejados por sus familiares.

"Tal vez es otro paciente, aunque no recuerdo que llegará otro aparte del mío"

El auto se detuvo, Rukia se acercó al vehículo para ayudar al pequeño a bajar. Ichigo siguió observando en la entrada de la clínica y no evitó sorprenderse cuando el niño salió del coche tranquilamente y sin mostrar expresión alguna.

- ¿Y sus padres?

Se preguntó en voz alta, aún observando al pequeño, este observaba a Rukia y asentía cuando la mujer le daba algunas indicaciones. Pareciera que el pequeño no sufriera de ningún tipo de enfermedad, pero sabía a través de múltiples experiencias y libros que no todo lo que se aparenta se es.

Sin más el vehículo se marchó y Rukia guió a Toushirou hasta donde Ichigo se encontraba.

"Bien, aquí vamos"

Pensó el mayor mientras comenzaba a sonreír de forma amigable, lo menos que necesitaba el pequeño era que lo trataran mal o se sintiera incómodo en este nuevo ambiente.

- Hola espero que te guste tu instancia en....

Ichigo rápidamente detuvo su discurso cuando se percató en la reacción del niño. Eran unos ojos azul-verdoso penetrantes que sólo estaban fijos en Ichigo. Abriendo los ojos en total sorpresa, el pequeño cuerpo comenzó a temblar mientras el rostro infantil perdía su color.

- Ku-kurosaki I-Ichigo.

El silencio se hizo presente cuando la voz del niño se hizo notar, Rukia observó confundida a Ichigo, pero este se encontraba de la misma forma que la muchacha. ¿Cómo ese niño conocía su nombre? Sin quitar su sonrisa recordó un detalle muy importante.

- Veo que tus padres te hablaron de mi Toushirou, me alegro que…

Toushirou se abalanzó sobre Ichigo cayendo ambos al suelo, Rukia comenzó a llamar a los guardias para que los ayudaran. Ichigo observó el rostro aterrorizado del pequeño y como este se aferraba a sus ropas en total desesperación.

- ¡¿Qué está pasando Kurosaki?! ¡¿Por qué estoy aquí?!

El personal de la clínica llegó e intentó sacar al pequeño de Ichigo, mas la fuerza del muchacho parecía ser superior a la de aquellos hombres, sorprendiendo a todos. Ichigo prefirió no hacer nada, sabía que la clínica estaba lo suficientemente preparada para poder tratar estos casos.

En estos momentos su atención estaba en Toushirou, su mirada confusa, el modo en que se encontraba aferrado a sus ropas, el rostro en total confusión y desesperación, pidiendo respuestas a alguien que recién había conocido por primera vez.

- Tranquilo Ichigo.

Exclamó Rukia mientras recibía una jeringa y la preparaba para dársela a Hitsugaya.

- ¡Kurosaki! ¡¿Qué pasó con Aizen?! ¡¿Y la guerra?! – Ignorando a Rukia Ichigo no quitaba sus ojos de la mirada del pequeño. No podía responder a aquellas preguntas, no las entendía.

Los hombres tomaron de alguna forma el brazo del niño y lo estiraron para que Rukia inyectara la aguja, aquel líquido rápidamente entró en el cuerpo del muchacho, haciendo efecto rápidamente. Toushirou lentamente comenzó a perder fuerzas, mas sus ojos azul-verdosos nunca dejaron los café de Ichigo. La mano dejó de sostener las ropas del psiquiatra y la cabeza lentamente fue cayendo hasta posarse en uno de los hombros del doctor.

- Ku-Kuro… saki… qué…

- Todo estará bien Toushirou.

Susurró en la oreja del niño .

Uno de los hombres levantó el cuerpo dormido del pequeño. Ichigo lo observó por unos momentos y luego procedió a dar instrucciones para que dejaran al niño en lo que sería su nuevo cuarto.

- ¡¡¡Kurosaki!!!

- Hey Orihime.

La joven castaña se acercó al joven con total preocupación, Rukia se había marchado con el personal de la clínica, vigilando el estado del niño.

- ¿Cómo estás? Acabo de escuchar lo que pasó.

- No es nada, sólo una pequeña bienvenida.

Orihime observó detenidamente a Ichigo y luego le sonrió como siempre.

- Pero igual ven a verme a mi oficina, bueno… -Orihime sonrió algo nerviosa – No es que desconfíe de ti, pero… bueno, tu sabes… uno nunca sabe y.

- Si, gracias.

Se sonrieron y luego tuvieron que retirarse. Orihime era una de las enfermeras que trabajaba en la clínica, aquella joven, según el criterio de Ichigo, simplemente era una de las mejores en lo que se refería al cuidado y tratamiento de las personas.

Si, Orihime tenía un algo que te permitía confiar en ella. Y una mano tan suave que apenas podías sentir las agujas de las inyecciones. Definitivamente aquella joven estaba hecha para lo que había estudiado.

Ya más tranquilo y con la mente despejada por el incidente anterior. Ichigo optó por ver nuevamente a su joven paciente. Cuando llegó a las habitaciones, diviso la silueta de Rukia frente a una puerta.

- ¿Cómo esta?

- Sigue durmiendo. Puede que despierte en unas cuatro horas más.

Ichigo suspiro mientras se rascaba la cabeza.

- No podré verlo hasta mañana, a menos que despierte en una hora más o algo.

Rukia fijo su vista en Ichigo.

- ¿Cómo te encuentras?

- Bien, su acción repentina fue lo que me asustó pero fuera de eso no me hizo nada malo.

- Fue una reacción muy extraña. Y eso de conocer tu nombre.

- De seguro sus padres se lo dijeron. – Rukia guardó silencio, Ichigo comprendió ese gesto, la joven se encontraba analizando la situación. - Sigo diciendo que no es la gran cosa.

Volvió a hablar de forma despreocupada. Fijó su atención a la puerta, en ella una ventana le permitía observar toda la pieza y con ello a su paciente durmiente. Ichigo observó por unos momentos el rostro del joven, su cabello blanco casi se perdía con las sabanas del mismo color. Aquel color parecía tan irreal que le costó creer que era real, pero bueno no podía decir mucho, menos al tener su cabello de un color especial.

- Vamos a prepararnos, pronto será nuestra hora de salir.

Rukia asintió y así los dos se dirigieron a sus respectivas oficinas.

Ichigo preparó sus cosas, observó algunos documentos y luego se centró nuevamente en el informe de Toushirou.

- Aizen… ¿Quién diablos es ese tal Aizen?

Los comentarios del niño lo tenían algo preocupado, usualmente en una enfermedad como la esquizofrenia la mayoría de las personas que la padecían sufrían de paranoia, delirios o alucinaciones a cierto nivel, mas no recordaba que todo aquello se mutara de tal forma que aquellas personas crearan a otras o hubieran ideas tan raras y extremas como una guerra.

Algo curioso prendió el computador, bebió un poco de café mientras esperaba a que la máquina iniciara y luego busco por internet el nombre de Aizen, para su sorpresa ningún resultado fue entregado.

Curioso.

Fue lo único que pasó por su cabeza, mas aquel nombre no podía quedar descartado, el mundo era inmenso y los nombres siempre se repetían. Aún así que aquel nombre no apareciera le daba un poco de esperanza para ayudar al niño. Definitivamente alguien tan joven no merecía estar en un lugar como este.

Observando la hora Ichigo decidió darse una vuelta con la esperanza de ver al pequeño despierto. Mas como Rukia le dijo el chico continuaba durmiendo en la misma posición de antes.

Suspiró con cierta resignación. La única opción que le quedaba era irse a su casa y esperar a mañana.

TBC…

Inicio – 22 – 04 – 09

Fin 04 – 05 - 09

¿Muy raro? y ¿Por qué Hitsugaya no reconoció a Rukia? Todo se irá respondiendo de a poco.

Gracias por leer. Cualquier comentario es bienvenido.