¡Hola a todo el mundo!

Primero que nada, lamento mucho haberme tardo tanto con este capitulo (casi un año ¡dios mío!). No los aburriré con excusas, pero solo les diré que les compensare el tiempo perdido.

Una vez más, les doy las gracias a ustedes por sus comentarios, estoy muy contento por haber alcanzado los 100 reviews, espero que sigan dejando sus opiniones, criticas y dudas para seguir mejorando. En fin, espero que disfruten este nuevo cap (Que por cierto, salió muy diferente a lo que tenia planeado, pero igual ojala les guste).


Capitulo 20

Viajando sentada en los asientos del tren, Amy miraba las estrellas por una ventana. Se encontraba sola, no había ningún otro pasajero rondando por el vagón, nadie que la viera con las mejillas empapadas en lágrimas y con el seño fruncido.

-¿Como pudo ser capaz de hacerme esto? – Se pregunto así misma, enojada. Al no haber nadie en el vagón, no tenía de que preocuparse de que alguien la vieran raro por estar hablando sola, pero aunque se diera el caso, no le importaría.

En su mente, veía a su querido héroe de púas azules, caminando al lado de su amiga Blaze en el túnel que llevaba al parque de atracciones conocido como "Twinkle Park". Como bien sabia, aquel parque de diversiones era muy conocido por ser visitado principalmente por parejas enamoradas y el hecho de que el erizo azul saliera con una chica que no fuera ella le hacia hervir la sangre.

"Guárdame el resto, lo compartiremos otro día"

Aquella frase resonó en su cabeza y suspiro pesadamente. Esperaba tener una oportunidad de salir con el erizo azul y pasar una velada romántica tras escucharlo decir que compartirían el pastel que había comprado. Claro que paso lindos ratos con el joven héroe en todo el tiempo que estuvo enseñándole a nadar, pero esos momentos no contaban como citas oficiales.

Recordó el momento en el que fue corriendo a la entrada del parque, exigiéndole al sujeto de la taquilla que la dejara entrar, pero no le permitieron el paso, ya que no venia acompañada para hacerle el descuento de parejas y no tenía dinero suficiente para pagar su propio boleto. Poniéndose furiosa, pensó en hacer aparecer su martillo y entrar por la fuerza, sin embargo, luego se dio cuenta de no tenía caso. ¿Qué ganaría con armar un drama? Solo quedaría en ridículo frente a las personas adentro del parque temático y frente a la recién nacida "pareja". Caminando cabizbaja, regreso por donde vino a recoger los víveres que había tirado, colocándolos en las bolsas de mercado para después llevárselos hacia la estación del metro.

Salió de sus pensamientos, derramando más lágrimas y llevándose las manos a la cara.

-¿Cómo pude creer que esta vez sería diferente? – dijo con la voz quebrada, haciendo memoria sobre las ocasiones en las que perseguía al afamado erizo azul a donde quiera que iba y las veces en las que este salía huyendo apenas la veía venir.

Desde hace mucho tiempo, ella siempre había creído que Sonic era muy tímido como para demostrar sus verdaderos sentimientos y por eso no se atrevía acercársele. Pensaba que muy en el fondo, él también la amaba. Desde que la salvo de Metal Sonic cuando eran más jóvenes, pasando por el rescate sobre el Egg carrier del científico bigotudo. Incluso en la colonia ARK, antes de salir disparado al espacio, Sonic le deseo una vida feliz, sonriéndole con el pulgar hacia arriba.

Siempre soñó con el día, en el cual fuera Sonic quien viniera a buscarla para decirle lo mucho que la quería, que le pidiera ser su novia y que la llevara de paseo por el mundo, diciéndole lo bonita que es, que la llenara de besos y cariño para que eventualmente la llevara altar, donde formalizarían su amor frente a sus mejores amigos, pero la realidad, le cayo peor que un balde de agua fría.

Su imaginación la traicionaba, mostrándole todo lo que el erizo azul y la gata lila podrían estar haciendo mientras ella viajaba con destino a su hogar. Conociendo el carácter del erizo, se lo imaginaba yendo de lado a lado con la felina, ambos subiéndose a los juegos recreativos, riéndose el uno con el otro, platicando seguramente sobre su relación y de lo felices que están de haberse vuelto a encontrar.

-Eres la chica más genial que he conocido – diría Sonic, teniendo sus manos sobre la cintura de la guardiana, viéndola fijamente a los ojos.

-Y tú eres el chico que siempre he buscado – le contestaría Blaze, rodeando el cuello del erizo azul con sus brazos.

Se mirarían cariñosamente, dedicándose una cálida sonrisa de felicidad, para terminar con un beso en los labios.

Tras ver eso, la chica peli rosada no lo soporto más y se desplomo en su asiento, llorando en silencio mientras se encogía, poniéndose en posición fetal.

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Miraba atentamente la silueta que estaba detrás del vidrio en la plataforma superior de parque de atracciones, ignorando el bullicio de la gente que se formaba a sus espaldas y las órdenes de los oficiales de desalojar el área. Se encontraba pasmada, como si el tiempo a su alrededor se hubiera detenido.

No le cavia la menor duda, el chico que había chocado contra el muro de cristal, se trataba de uno sus mejores amigos, Sonic el erizo, quien en esos momentos se encontraba en serios problemas. No lograba reconocer al ser que estaba frente a él, ya que su forma y altura eran demasiado distintas a las del científico loco de siempre, incluso podría jurar que el físico del ente se veía casi idéntico a la del joven de púas azules.

Un fuerte escalofrió recorrió su espalda y se abrazo a si misma. En su interior, sentía que ya lo había visto en alguna otra parte, sin embargo, no lograba recordarlo.

"Chao" chillo su mascota, preocupado mientras ella seguía con la vista fija en el combate. Ambos vieron a Sonic incorporarse, para luego embestir a su oponente, desapareciendo junto con este de su vista en una cortina de humo.

La niña apoyo sus manos sobre una valla frente a ella, parándose de puntitas con la intención de ver a su amigo de ojos verdes, pero sin éxito.

-¡Oye niña! ¡Aléjate de la línea! – le dijo un oficial, quien se posiciono delante de ella.

-Pero mi amigo esta allá adentro – le contesto preocupada, pero el uniformado no la escucho y la aparto.

A los pocos segundos, hubo otra explosión adentro del parque recreativo y el ascensor de la entrada colapso. La gente exclamaba asustada al igual que los policías, esperando a ver lo que sucedería después.

Cheese voló asustado hacia el pecho de Cream y esta lo abraza para calmarlo. Ambos cerraron los ojos, deseando que toda la conmoción terminara pronto y que el erizo saliera del edificio sin ningún daño como siempre suele hacerlo en sus batallas contra el Dr Eggman.

-¡Cream! – Grito una voz muy familiar para la niña y su chao, haciendo que ellos abrieran los ojos de par en par. Giraron hacia donde este provenía y visualizaron a lo lejos a Tails, montado en un jet ski que se desplazaba rápidamente sobre mar, siendo conducido por una niña mapache que nunca habían visto. En cuestión breves segundos, miro como aquel vehículo sale del agua, transformándose en una moto acuática de cuatro ruedas, el cual se movió sobre la arena de la costa hasta llegar al pavimento.

Frenando muy cerca de donde estaba parada la conejita, el zorrito naranja se apresura a bajar del jet ski, corriendo a su lado.

-Cream ¿Qué esta pasando? – le pregunta Tails, exaltado al ver a los policías armados detrás de su barricada.

-Tails – dijo la conejita, sonriendo un poco aliviada de tener a su novio cerca, sin embargo, cuando estaba por acercársele, apareció la chiquilla que manejaba el vehículo acuático, quien se paro al lado del zorro.

-Si ¿Por qué tanto escándalo? – indago luego esta. La conejita la miro con incredulidad, volviéndose después hacia el niño de dos colas. Antes de que pudiera decir algo, el sonido del crujir del cristal distrajo su atención.

Las personas observaban como parte de túnel de vidrio se desmoronaba, dejando caer pedazos de vidrio al suelo. Los niños alzaron la vista hacia el piso superior, pero no podían ver nada debido al humo que salía de adentro del parque.

-Sonic… - musito ella, ganándose la atención de sus acompañantes.

-¡¿Sonic esta adentro? – le pregunto la niña mapache, eufórica.

-Debe ser obra el eggman – asumió el joven zorro, frunciendo el seño.

-No, no es él – contesto, cabizbaja.

Tails y Marine voltearon a verla anonadados cuando de pronto, una estela de color azul salió volando sobre las cabezas de espectadores, estrellándose contra un poste de luz cercano.

Todos se giraron a ver en su dirección, impactados por el suceso. Los niños fijaron la vista en el chico tirado en la acera, impactados.

-¡Sonic! – exclamaron los tres al mismo tiempo, corriendo hacia donde se encontraba el mencionado.

La niña orejona tomo al muchacho de un brazo y su novio del otro, ayudándolo a incorporarse.

-¿estas bien? – indago Cream, preocupada.

-Si, por lo menos no tengo ningún hueso roto – le bromeo el joven de tez azul, sacudiéndose el polvo de su cuerpo.

-Sonic ¿Quién esta haciendo todo esta destrucción? – inquirió el zorrito naranja.

El erizo sonrió de lado, volteando a ver a su mejor amigo.

-Un viejo conocido nuestro – contesto, desviando la mirada hacia el hoyo en el túnel de vidrio.

Giraron en dirección hacia donde el erizo observaba, y vieron una silueta salir flotando del agujero. Conforme se alejaba del humo, notaron a una criatura metálica con una apariencia parecida a Sonic, rodeado de un campo de electricidad y levitando en el aire. El joven zorro se estremeció en cuanto reconoció la identidad del robot.

-Me… Metal Sonic – pronuncio, quedándose con la boca abierta.

-¿Metal quien? – lo miro la pequeña mapache, confundida.

La gente se quedaba quita mientras la maquina con forma de erizo humanoide salía del agujero y descendía lentamente hasta llegar al suelo. Los policías se agruparon, sacaron sus armas y le dispararon varias veces, sin embargo las balas rebotaban contra el escudo eléctrico que cubría al ente sin hacerle ningún daño. Todos vieron como sus ojos brillaron al rojo vivo, empuñando sus manos e impulsándose rápidamente hacia la barricada, mandando por los aires a los autos policiacos, los cuales cayeron sobre pavimento encendiéndose en llamas. La gente huyo despavorida, creándose un gran alboroto en toda la zona.

El ente de púas metálicas giraba su cabeza a su alrededor, como si analizara el lugar, buscando a su némesis entre la destrucción que había creado. Un oficial que estaba tirado a los pies del ser hecho de cables, temblaba de miedo por su vida; cogió un arma y le apunto, a lo que la maquina volteo rápidamente a verlo, haciendo que el hombre retrocediera arrastrándose del pavor.

-¡Oye! ¡¿Acaso ya te olvidaste de mí? – grito el erizo veloz con una sonrisa confianzuda y el aludido volteo a verlo inmediatamente, dejando ir al pobre oficial. No le tomaba mucha importancia que el humano escapara, ya que su verdadero objetivo era acabar con su copia de carne y hueso.

Sonic hizo un ademan con una mano a Tails para que se la llevara a sus amigas lejos de lo que se iba convertir en un campo de batalla. Los dos seres de color azul se dedicaron una mirada de desafío por unos breves momentos, no obstante, en cuanto el erizo azul se aseguro que sus acompañantes estaban lo suficientemente lejos del peligro, se lanzo corriendo velozmente en dirección hacia Metal Sonic, a lo que este ejecuto la misma acción, yéndose de lleno a por el chico de ojos verdes. Ambos chocaron sus cabezas el uno contra el otro fuertemente y fue entonces cuando empezó la contienda.

Parados a gran distancia de la acción, los niños veían a los dos seres moverse rápidamente como si fueran manchas azules en medio de la calle, tratando de atinarse golpes y patadas. Les costaba mucha dificultad seguirlos con la mirada, sin embargo, escuchaban claramente el sonido de las suelas de los zapatos del erizo azul, raspando el suelo cuando se detenía un segundo para volver a la carga en cada choque, como si se tratara de las llantas de un auto frenando con fuerza en el pavimento, y el ruido de la turbina similar a la de un avión por parte del erizo de metal.

-¿No podemos hacer algo? – le pregunto Cream, preocupada a Tails.

El zorro mecánico se quedaba pensativo sin despegar la vista de la acción.

-No podemos, solo seriamos un estorbo – contesto este, de manera seria.

-¿De hablas, Tails? No podemos dejar solo a mi antiguo grumete – le reclamo Marine, indignada.

-¿Grumete? – se quedaron extrañados Cream y Cheese.

-Lo se, pero no tienes idea de lo que es capaz Metal Sonic – le dijo el zorrito a su amiga mapache.

-No me importa. Un capitán nunca abandona a sus tripulantes, y si no me vas ayudar ¡iré yo sola! – le contesta la joven de cola anillada, corriendo hacia el campo de batalla una vez que termino la oración.

-¡No, Marine! ¡Vuelve! – dice el zorro de dos colas, yéndose tras su amiga. La conejita de color crema extiende su brazo en un intento por detener a su novio, pero fue inútil.

Los miro ir al centro de la zona, quedándose ahí parada. Se sentía impotente, con la mente en blanco. Quería ayudar a sus amigos, pero no sabía que hacer. Vio a la niña de nombre Marine en una esquina, agitando los brazos al aire con la intención de llamar la atención del erizo hecho de metal, sin embargo este último estaba totalmente centrado en su "copia" de carne y hueso. Al darse cuenta de esto, la chiquilla coge una piedra del suelo y se la arroja al robot, el cual le pega en la cabeza, logrando hacer que por fin este volteara a verla. En cuanto se distrajo, Sonic le propina una serie de golpes en la cara, terminando con una patada en el torso que mando al robot al suelo, raspando el asfalto con su espalda y sacando chispas hasta que se detuvo a varios metros de donde estaba el erizo azul.

-Buena jugada – felicito Sonic a Marine, sonriendo con su pulgar hacia arriba, y la niña le correspondió su seña con la misma.

Cream suspiro de alivio al pensar que la pelea había acabado, sin embargo, nota que el erizo robot se levanta rápidamente del suelo, mirando al erizo de púas azules y a la mapache pirata en ese orden.

-¡Cuidado! – les alerto la conejita a ellos y estos en seguida voltearon a ver al malvado erizo maquina.

Marine sintió escalofríos cuando noto que Metal Sonic tenía su vista fija en ella, mientras este otro enseña sus garras filosas como cuchillos y empieza a avanzar en su dirección.

-¡Aléjate de ella! – comando el zorrito de dos colas, interceptando a la malévola maquina para bloquearle el paso, sin embargo, el erizo mecanizado lo quita del camino de un golpe en el rostro.

-¡Tails! – gritaron la conejita y la mapache al unisonó, viendo al zorro naranja caer secamente en el pavimento.

La niña de cola anillada retrocedió unos pasos con algo de temor, viendo como el robot se le acercaba de forma amenazadora, pero justo cuando estaba por atraparla, noto como el erizo azul le llego por la espalda a Metal Sonic y lo sujeta de los brazos.

-¿Tengo que recordarte que tu pelea es conmigo? – le pregunta Sonic en modo de burla a su enemigo, quien forcejeaba para librarse del agarre.

Recuperándose del susto, Marine aprovecho para ir a donde se encontraba el joven zorro mecánico. Cream y Cheese también fueron corriendo en su auxilio, pero se detuvieron súbitamente cuando se percataron de como al erizo maquina despego al cielo, tratando de quitarse al chico de ojos verdes de encima. Estos volaban por los alrededores a alta velocidad, hasta que de un momento a otro el erizo azul fue arrojado violentamente contra la pared de un edificio cercano, dejando una marca con la silueta de su cuerpo en la misma tras caer al piso. A pesar de la distancia, la conejita alcanzo a escuchar un leve quejido por parte del chico azulado, quien trataba de reincorporarse. El ser hecho de circuitos se impulso velozmente hacia el héroe de color azul, queriendo encestarle un zarpazo. La niña orejona vio esto espantada e intento prevenir a su amigo de púas azules, pero nota como el chico esquivar el ataque a duras penas, rondando por un lado y respondiendo a su agresor con una fuerte patada en el abdomen, tumbándolo en el concreto.

Una vez que Sonic se puso de pie, estaba por hacer su próximo movimiento, cuando inesperadamente una bola de fuego cayó del cielo y estalla al impactar sobre el cuerpo del erizo robótico.

-¿Todos están bien? – dijo una voz femenina muy familiar para conejita, quien miro hacia arriba, viendo a su buena amiga felina caer del aire y parándose frente a ella.

¡Blaze! – exclamo Cream, contenta "¡chao!" le siguió Cheese de igual manera.

-Oye, gracias – le dice el erizo de púas azules a la felina, volteando a verla mientras esta corre hacia el, poniéndose a su lado.

-Agradécemelo después de haber acabado con esa cosa – le contesta la chica, seriamente con su vista fija en donde se encontraba el ente de metal, que ahora estaba cubierto de humo.

-Cierto – dicho esto, el joven se vuelve hacia la pantalla de humo y corre junto a su compañera directo contra la amenaza mecánica oculto en ella. A su vez, De entre el smog, el ser de púas metálicas surge velozmente en dirección hacia los dos jóvenes.

Cream se apresuro a llegar con Tails y su amiga mapache, mientras el erizo veloz y la gata piroquinetica atacaban simultáneamente al robot. Nuevamente se quedaron observando el combate, parecía que los dos jóvenes tenían las de ganar al estar los unidos en combate, sin embargo, la maquina asesina lograba anticiparse a sus movimientos, bloqueando sus golpes y patadas. Había ocasiones en las que este contraatacaba, usando su campo eléctrico para embestirlos o empleaba sus garras, intentando cortarlos en tiras, pero el chico y la chica lograban esquivarlo con rapidez. Luego de unos momentos, el erizo y la gata retrocedieron, mirando fijamente a su adversario.

-Vaya, no se parece a ningún otro robot hecho por eggman – admitió Blaze.

-Aja, el cabeza de rodilla se esmero mucho haciéndolo a mi imagen – rio Sonic.

-Esto serio, Sonic – miro a su amigo de reojo.

-Lo se, lo se. – se paso su mano por su cabellera, arreglándose las púas – Es un tipo duro, pero podemos ganarle, juntos – dice con su sonrisa confianzuda.

-Suena a que tienes un plan – sonriendo de lado.

-Algo parecido a eso. Tu solo sígueme.

Los dos corriendo de frente en contra del peligroso ser, quien se mantenía en su lugar, sin molestarse en evitar el intento de agresión. El chico se le adelanta a su compañera, ejecutando su famoso spin dash hacia metal sonic, pero justo antes de taclearlo, freno raspando las suelas de sus zapatos y justo antes de llegar le da un puñetazo en el mentón, impulsándolo hacia arriba. La chica de pelaje lila se apresuro a dar un salto al aire, envolviéndose en llamas y dar una patada giratoria contra el pecho del erizo metálico, quien sale disparado hasta chocar con la pared de un edificio cercano. Lo miraron sacudir su cabeza, manteniéndose flotando en el aire. Notaron como se revisaba el área afectada, la cual estaba entre abollada y con una gran mancha de hollín.

La niña de orejas largas y los otros dos chiquillos sonrieron asombrados. En tan solo dos movimientos el erizo azul y la gata lila le habían causando un enorme daño al robot. Pensaron que la pelea no duraría mucho, pero fue entonces cuando el erizo de metal giro hacia un lado y salió volando por una calle de la ciudad.

-¡No podemos dejar que se escape! – pronuncio Sonic, decidido.

-¡Vamos por el! – finalizo Blaze y ambos se fueron corriendo tras la pista de metal sonic.

Al mismo tiempo, Marine se fue de regreso a su jet ski y se monto arriba de este.

-¿A dónde vas? – indago el zorrito naranja, alcanzándola seguido de su novia orejona y su chao.

-¿A dónde crees tu? ¡Hay que seguirlos! – le contesta la niña mapache, confianzuda.

-¡¿Estas loca? ¡Deja de ponerte en peligro! – replico el joven zorro.

-Oblígame – frunció el seño.

Los miro a ambos, provocándose con las miradas. Su mascota le toco el brazo, lo volteo a ver y este chillo dos veces.

-Si, Cheese, yo también estaba pensando lo mismo – le dijo la conejita a su chao, esbozando una sonrisa. Se monto al vehículo de Marine y abrazo a la mapache por la espalda.

-¿Cream? – se quedo sorprendido, Tails.

-Lo siento, Tails, debo ir apoyar a Sonic y a Blaze – contesto la dulce niña.

La chiquilla de cola anillada miro con extrañeza a la conejita atrás de ella, pero luego sonrío con la misma confianza de antes y giro al frente, apretando el manubrio con sus manos. Cheese se aferro a la espalda de su ama y la moto acuática especial de cuatro ruedas hecho andar a una alta velocidad, siguiendo el rastro que dejaron el erizo y la felina.

El zorro mecánico suspiro pesadamente y comenzó a girar sus colas como hélice, elevándose al cielo.

-Que remedio… - dijo resignado, volando lo más rápido que podía para alcanzar a las niñas.

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En el corazón de la ciudad, el joven erizo de zapatos rojos esquivaba velozmente los autos mientras perseguía al robot, quien volaba rápidamente por una calle de sentido contrario. Miraba de reojo a su compañera, quien saltaba ágilmente sobre techo de los vehículos, siguiéndole el paso a la maquina voladora con forma de erizo.

Trataban de encestarle puñetazos y patadas al aire, pero el ser de metal los esquivaba fácilmente moviéndose de un lado a otro. Lo observaron bajar al tráfico, embistiendo a los automóviles con su dura cabeza haciéndolos volar por los aires, lo que obligo a los dos jóvenes esquivar y saltar los obstáculos que les caían del cielo, aunque no les costaba ningún trabajo hacerlo. Doblaron por varias esquinas, llevando la persecución fuera de la ciudad, hacia los muelles.

El erizo y la gata frenaron su paso al ver que Metal Sonic había descendido al suelo, quedándose de espaldas. Subieron sus brazos, en posición de guardia. Manteniéndose alerta ante cualquier acto de agresión, pero el robot solo se quedaba perfectamente quieto, parado sobre las tablas de madera y con la cabeza baja. Los dos jóvenes avanzaron con cautela, manteniéndose alerta ante cualquier acto de agresión. A los pocos metros de distancia, el ser hecho de metal desaparece frente a sus ojos, haciendo que ellos dieran un salto hacia atrás. Observaron en todas direcciones, pero no logran localizarlo.

-¿Adonde se habrá ido? – indago Blaze, indignada.

-No lo se, pero no creo que este lejos – respondió Sonic, frunciendo ligeramente el seño.

En ese momento, las dos niñas y el chao llegan rápidamente en el jet ski de cuatro ruedas.

-¡Sonic! ¡Blaze! - Exclama la conejita, bajándose del medio de transporte tan pronto este detiene, junto a sus acompañantes.

-¿Dónde esta ese tipejo que se ve como Sonic? – pregunto la mapache.

-No estamos seguros, pero creemos que aun sigue por aquí – dijo la guardiana felina, volteando a ver junto con el erizo veloz a las chiquillas.

-Así que es mejor que se mantengan alejadas – les advirtió chico de tez azul a los recién llegados.

-¡Ni de broma! yo también me les uniré a la batalla – cito Marine, molesta.

-Marine, esto es muy peligroso, no discutas – sentencio la chica pyroquinetica.

-Vamos Blaze, si todos atacamos unidos, ese montón de chatarra no tendrá oportunidad – le insistió la mapache pirata.

-Te dije que no, debes alejarte de aquí – comando la felina, medio enfadada.

-Pero nosotras también queremos apoyarles – intervino Cream, preocupada "chao, chao" le siguió Cheese.

-Lo sabemos, Cream, – se acerco Sonic a la mencionada – pero entre Blaze y yo podemos encargarnos de esto.

Repentinamente, el muelle donde se encontraban parados se estremeció. Miraron a su alrededor, sin ver a nadie cerca de ellos.

-Por última vez ¡váyanse! – ordeno gata de ojos color miel, molesta. Las niñas, sin embargo seguían en sus lugares, atemorizadas viendo a sus alrededores esperando que metal sonic se postrara en cualquier momento.

-Ya oyeron a Blaze, tienen que irse de aquí ¡Ya! – le segundo Sonic, poniendo sus manos sobre los hombros de ambas pequeñas, obligándolas a verlo.

La conejita poso su mano sobre la del erizo y lo miro a los ojos. Cuando la vio sonreír, creyó que esta lo había comprendido, sin embargo, noto una lágrima deslizándose por su mejilla, cosa que lo dejo sorprendido.

-Lo siento, pero no quiero abandonarlos… no quiero dejarte – le dijo Cream, con la voz quebrada.

Después de escuchar esa oración, Sonic se quedo callado, mirando a la chiquilla de ojos marrón, sin entender por que la niña de orejas largas se veía tan preocupada y triste. Las otras chicas por su parte, también se mostraban algo extrañadas por tal reacción, mirándose la una a la otra.

Cuando se dieron cuenta, el muelle dejo de estremecerse, dejándolos aun más confundidos. El silencio reino por unos minutos, nada ocurría, ni siquiera había señales de la presencia del ser de metal en forma de erizo humanoide.

Finalmente, el erizo relajo sus cejas, dibujando una sonrisa en sus labios. Removió su mano del hombro de la conejita y la puso sobre su mejilla de esta. La niña lo miro a los ojos y el chico le dijo:

-Todo va estar bien, te lo prometo.

De pronto, unas garras de metal atravesaron la madera debajo de los pies de Sonic y lo sujeto de un tobillo. En cuanto el erizo azul se percato de esto, empujo a las niñas para apartarlas del camino, antes de caer por un gran agujero, sumergiéndose en el agua. Aun con la velocidad a la que iba, pudo distinguir al erizo robot, queriendo hundirlo hasta lo más profundo del mar.

Rápidamente pateo el brazo de aquel ser hasta que lo soltó. Se apresuro a nadar para alcanzar la superficie en busca de aire, pero la maquina con forma de erizo lo intercepto velozmente, embistiéndolo por la espalda hasta hacerlo chocar contra unas rocas. Sonic giro e Intento defenderse, sin embargo, sus golpes no se movían como el quisiera por estar bajo el agua. De un momento a otro, Metal Sonic lo cogió fuertemente del cuello, con intenciones de estrangularlo. Sonic trataba de seguir oponiendo resistencia, plantando sus pies sobre la cara del robot y forcejeando contra este para que lo soltara, pero poco a poco sintió como sus fuerzas le estaban abandonando. Sabia que el poco oxigeno que le quedaba en sus pulmones no le duraría mucho y debía darse prisa en salir del agua.

En un intento desesperado por zafarse, pisoteo con fuerza los ojos de su enemigo y logro que este último lo soltara. Nado lo más rápido que pudo a la superficie, tosiendo y escupiendo una vez que salió, arrastrándose a la orilla del puerto. Se quedo boca arriba sobre la arena con los brazos extendidos a los lados. En poco tiempo, comenzó respirar de manera normal, aunque no había recuperado todas sus energías por completo. Escucho unas voces llamándole, volteo hacia donde provenían estas y vio a sus amigas corriendo hacia donde se encontraba tirado, pero en ese momento, Metal Sonic salió disparado del agua, manteniéndose en el aire.

El joven erizo lo miro atentamente, notando que uno de sus faros estaba cuarteado, debido al daño que le causo para poder liberarse de aquel estrangulamiento.

Rápidamente se incorporo, dando un salto hacia atrás y poniéndose en pose de pelea. Vio venir a su contrincante, quien se impulso de lleno contra él, en forma de una bola de púas metálicas. Sonic se lanzo a interceptarlo con su homing attack, sacando chispas al chocar contra su enemigo y después aterrizaron en el suelo, quedando a espaldas del otro. Se giro a ver a Metal Sonic, corrió hacia a él y le lanzo dos golpes a la cara, pero al intentar darle de una patada, el erizo de metal lo cogió de la pierna, impulsándolo en el aire para luego azotarlo contra el suelo.

El robot lo tomo de las púas y le dio un fuerte rodillazo en el estomago que lo mando contra un muro cercano. Se dejo caer sobre sus rodillas, escupiendo saliva y tratando de recuperar aire, pero el ente robótico voló rápidamente hacia donde se encontraba y lo pateo por un costado, haciéndolo rodar por la arena hasta quedarse boca arriba.

Antes de que el androide se lanzarla nuevamente sobre él, Blaze lo ataco por la espalda, conectándole una patada por la nuca antes de ir en auxilio del erizo azul.

-¿Aun puedes seguir? – le pregunto la felina al chico de ojos verdes, colocando el brazo de este sobre su hombro para ayudarlo a incorporarse.

-Seguro *jadeo*… todavía no tiro la toalla *jadeo* - respondió.

Vieron a su enemigo levantarse del suelo, cerrando sus puños mientras sus ojos brillaban como si estuviera enfurecido. La gata aparto al erizo y corrió a confrontar al erizo robot. Ella logra esquivar un zarpazo que iba directo a su cara, agachándose para luego tumbarlo con una patada baja, pero a su vez Metal Sonic se eleva con su propulsor para evitar el ataque, contraatacando con un homing attack que Blaze evade dando dos saltos hacia atrás, solo para ser alcanzada por el androide, quien intento asestarle sus garras encima, sin embargo, la felina lo coge con fuerza de sus brazos, forcejeando contra este para detener su ataque.

Parecía que la punta de los dedos afilados del robot alcanzaría su piel, pero entonces la gata utilizo sus poderes pirotécnicos para calentar las extremidades del ente robótico de tal modo que los fundirían y lo hace.

Sonic y los otros quedaron impresionados, observando a Metal Sonic retroceder y como este se veía sus brazos, ambos fundidos por el calor de las palmas de Blaze.

-Cualquiera sabe que el metal y el fuego no se llevan bien – dijo la guardiana, deshaciéndose de lo que quedaba de las extremidades del robot, echándolas al suelo como basura.

-¡Si! ¡Esa es mi amiga! – exclamo Marine, muy alegre.

Acto seguido, la chica de pelaje lila alzo una mano frente al erizo de metal, mirándolo con desafío.

-Es mejor que te retires ahora que puedes – amenazo la joven, cubriéndose con un campo de llamas a su alrededor.

El ser de transistores parecía indignado, pero no era tonto. Como su cuerpo estaba en muy malas condiciones, no se podía arriesgar a enfrentar a la gata pirómana. Luego de unos breves segundos, se elevo en el aire y salió volando velozmente sobre el mar hasta perderse de vista. Una vez pasado el peligro, el fuego que estaba alrededor de la guardiana desapareció poco a poco y ella bajo su brazo, dejando salir un suspiro.

-Jum… no esperaba este resultado – musito.

Sin que se diera cuenta, el chico de púas azules se paro a su lado y le dio una palmada en la espalda, tomándola un poco por sorpresa.

-Wow, nunca había visto a ese cabeza de tornillos volar tan rápido. Gracias – dijo Sonic, guiñándole un ojo.

-Em… No hay de que – le contesto la chica, volteando a verlo con una mano por detrás de su nuca.

Ambos giraron hacia el muelle y vieron a las jovencitas corriendo a reunirse con sus compañeros. Marine estaba saltando y gritando de alegría, celebrando la victoria de Sonic y Blaze, mientras que Cream miraba fijamente al chico de púas azules con una tierna sonrisa y las mejillas empapadas en lágrimas de felicidad.

Al ver esto, el erizo se separo de la guardiana piroquinetica, camino hacia la conejita y se arrodillo frente a esta última.

-Todo salió bien al final, tal como te lo prometí – le dijo suavemente.

La niña de orejas larga se le acerco y lo abrazo fuertemente, llorando sobre su hombro. El joven pasó su mano sobre la cabeza de la conejita, acariciándola para poder calmarla. Cheese se unió al abrazo, también llorando junto a su dueña.

Poco después, el erizo azul y sus amigas se encontraban fuera de los muelles, caminando por las calles de station square.

-Oye Marine ¿podrías llevar a Cream a su casa? – inquirió Blaze, parándose junto a los demás debajo de un poste de luz – ya es muy tarde y su mama debe estar preocupada.

-Claro, no hay problema – le dijo la niña pirata, guiñándole.

-En cuanto a ti, Sonic – girándose a ver al mencionado – debemos ir a mi apartamento a revisarte esas heridas.

-¿Qué? Solo tengo unos cuantos rasguños, no es nada – dijo el joven de tez azul, flexionando sus articulaciones para demostrar de lo que hablaba, sin embargo, la gata lila se le acerco lo cogió del brazo, haciendo que el chico pusiera una mueca dolor.

-No seas tan orgulloso – le reprendió ella, a lo que el erizo sonrió apenado.

-Esperen ¿alguien ha visto a Tails? – pregunto la conejita.

Miraron a su alrededor, pero no vieron al zorro de dos colas por ningún lado.

-Ahora que me doy cuenta, lo dejamos muy atrás cuando conducía mi Super Marine – decía la chiquilla de cola anillada, confundida y rascándose la cabeza.

-¿Le habrá pasado algo? – indago Cream, notándose algo preocupada.

-No lo creo – negó Sonic con la cabeza –, seguro que debe haber regresado a su taller.

-¡¿Qué? ¿El se fue a descansar en su camita mientras nosotros perseguíamos al raro ese? ¿Por qué? – preguntaba Marine, indignada.

-Debió tener sus razones – excuso la felina.

-Si, ya lo veremos mañana. – volvió hablar el erizo. Miro a las niñas montarse sobre el vehículo semi-acuático, viendo a la mapache apretar los manubrios mientras dejaba salir un bufido de enojo y a la conejita abrazándola por la espalda seguida de su chao. Cuando se percato de que esta última se veía muy pensativa, el erizo llamo su atención con un silbido y luego le sonrió – él esta bien, no te preocupes – le dijo.

-Gracias, Sonic – le contesto un poco más calmada, devolviéndole una sonrisa.

Se despidió de sus amigas más pequeñas, viéndolas partir por las calles en el jet ski motorizado, quedándose solo con la guardiana de las solar emerlads.

Continuara…


Aquí termina un capitulo más de este fic. Siéndoles sincero, la pelea contra Metal iba ser un poco más larga, pero dado que ya me había tardado bastante en este aspecto, decidí acortarlo. Si se preguntan ¿Que paso con Silver y Tails? Pues los verán en la siguiente parte.

Sin más que escribir, me despido como siempre, cuídense y nos vemos pronto

¡Sayonara!