¡Hola a todos! Ha pasado mucho tiempo y aunque pensé que Momentos estaba ya terminado (y lo está), hace un tiempo alguien me pidió un drabble de la vida de Albus y Scorpius. Hoy, una conversación por Twitter hizo que recordara este fic y pensé en compartir ese pequeñísimo fic con ustedes. Además, aprovecho para agradecer a todas las personas que siguen leyendo esta historia, recomendándola, dejando comentarios, agregándola a favoritos y todo eso. ¡Son los mejores!


LAS MAÑANAS JUNTO A ÉL
(BONUS STORY)

Cuando Scorpius abre los ojos, lo hace sin Albus en la cama. Tarda algunos segundos en despertar del todo y, entre bostezos, se pone de pie. Hasta la habitación llega el sonido proveniente del taller y algo de música en un volumen que le indica que su esposo (y qué raro, pero maravilloso, llamarle así; incluso después de cinco años) tiene toda la intención de despertarlo.

EL piso está tibio, como siempre durante el invierno, y no se preocupa por calzarse antes de salir de la habitación. La música es más fuerte afuera y sonríe cuando, mezclada con la letra, escucha la voz de Albus. Sonríe no porque sea un cantante magnífico, sino porque los días así son los mejores. La voz de Albus se pausa un momento, hay algunos otros sonidos que Scorpius reconoce como los de las herramientas de Al, y después continúa la canción.

Scorpius se dirige a la cocina y prepara un poco de té, porque no hay nada mejor que comenzar el día con una taza de buen té, y después, con dos tazas flotando detrás de él, va hacia el taller.

Al abrir la puerta, se encuentra con Albus sosteniendo una de las escobas como si fuera una guitarra y cantando a todo pulmón. Una carcajada sale de su boca y Albus, al verle, sólo guiña un ojo y "tocando" la guitarra improvisada hasta que termina la canción. Scorpius sonríe y, por molestar, pone los ojos en blanco cuando Albus deja la escoba sobre su mesa de trabajo y se acerca a él.

—Eres ridículo —dice sin dejar de sonreír mientras le da un corto beso en los labios a su esposo.

—Y aun así, te casaste conmigo —responde Albus al tomar la taza de té que Scorpius lleva para él.

—Sólo Merlín sabe por qué.

—Oh, ambos sabemos por qué —responde Albus, siguiéndole el juego.

—Sí, porque te apareciste en mi vida por accidente en la estación de tren.

—Mejor aún. ¿Qué otro primer encuentro podría compararse?

Vuelve a guiñar el ojo y se gira para regresar a trabajar con la escoba.

—Además —agrega tras darle un sorbo al té—, soy lo mejor que pudo pasarte en la vida y lo sabes.

Scorpius sonríe genuinamente:

—En eso tienes razón.

fin.


Ahora sí, esto ha sido todo. Gracias, gracias, gracias por sus bellas palabras tanto tiempo después. Aunque ya no escribo fics de esta pareja, sigo por aquí y por allá: si compartimos fandom, espero que nos volvamos a leer. Y si no, de todas maneras en el perfil tienen los enlaces a mis redes, por si quieren pasar a saludar.

¡Besos a todos!