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Con ustedes y sin mayor preámbulo el final de esta historia.

Si llegaron hasta aquí me imagino que ya leyeron todos los disclaimer que puse en los capítulos pasados, siguen siendo los mismos.

No dejen de leer los comentarios del final.

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Por dicha los cumpleaños son una vez al año.

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Capítulo 6

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Por fin la fiesta.

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Anko a pesar de lo mucho que corrió no logró regresar a la aldea sino el mismo día de la fiesta.

Y dado que no confiaba en que el copy-nin hubiese logrado resguardar el secreto en los pocos días en que ella había estado ausente, antes de hacer ninguna otra cosa se comunicó con algunos de los amigos comunes que tenía con Iruka para tratar de averiguar como se preveían las cosas.

Tal parecía que todo seguía como lo planeado.

Shizune le informó que el maestro aparentemente seguía sin averiguar del todo lo que se estaba planeando y como habían acordado, ese día inclusive le habían pedido que trabajara algunas horas extras en la Torre a lo que el chunin había accedido, a pesar de que también se había organizado que una cantidad inaudita de padres de familia le fueran a buscar ese día luego de su trabajo en la Academia para aclarar dudas que tenían de sus retoños.

Eso le daba la oportunidad de ir a hablar con Hatake y ver si todos los planes seguían sin contratiempos.

La kunoichi tuvo que reconocer que su preocupación había sido innecesaria.

El enorme pastel ya se encontraba en la casa del copy-nin, intacto y las velas estaban colocadas de manera que no obstruían el mensaje de "Feliz cumpleaños Iruka" y estaba colocado en una mesa cubierta con un mantelito de encaje en la que también había un encendedor, un cuchillo, una espátula y muchos platitos.

Ni el recibidor ni el jardín tenía ningún adorno para que el chunin no se diera cuenta de la sorpresa al entrar a la propiedad, pero el salón donde lo esperarían todos los invitados estaba lleno de globos de colores, guirnaldas y flores y ya se habían retirado la mayor parte de los pesados muebles que antes la habían ocupado substituyendo estos con mesas y sillas para que la gente pudiera compartir en grupos, pero dejando un espacio frente a donde estaría los músicos para que pudieran bailar o hacerle barra al que estuviera en el karaoke.

La pequeña orquesta que había sido contratada para amenizar la fiesta estaba preparando su lugar en la tarima que había sido colocada en un extremo del salón para ellos.

Cerca de allí estaba el karaoke para ser usado cuando los músicos descansaran.

La gente del catering también se encontraban terminando de alistar la comida en la cocina que quedaba al lado y todo se veía delicioso, por no decir lo tentador que se veía el licor que estaba apilado en cajas y que junto con el hielo estaban metiendo en el gran congelador que se había alquilado para la ocasión.

La pareja de ancianos sirvientes que desde su juventud se habían encargado de cuidar de la casa cuando los dueños no estaban se veían emocionados e increíblemente alegres, Anko se imaginó que tendrían décadas de no ver tanto movimiento en esa mansión.

Kakashi, quien estaba en un extremo del salón mirando todo ese movimiento, contrario a todas las demás personas se miraba angustiado.

Anko a pesar del desacuerdo de la última vez en que se habían visto sabia cuando reconocer un trabajo bien hecho;

-Hey Kakashi-kun, tengo que aceptar que todo se ve perfecto, te felicito.

Kakashi no era rencoroso y estaba al tanto de que mucho de lo que se fuera a lograr sería gracias a la ayuda de la mujer y que para empezar él no hubiera ni sabido que Iruka cumplía años ese día y mucho menos como o donde conseguir todo lo necesario para una fiesta;

-Maa, no hubiera podido hacer nada si no me hubieras ayudado.

La kunoichi sonrió;

-¿Estamos en paz entonces?

El ojo visible de Kakashi se arqueó en señal de una sonrisa a la vez que extendía su mano;

-Estamos en paz.

Ambos se estrecharon las manos y se dirigieron, cada cual por su lado, a terminar de organizar los últimos detalles.

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Por su parte Iruka no sentía que ese fuera un muy buen día en particular, era cierto que no le había dicho a Kakashi de su cumpleaños y Anko hacia algunos días que no estaba en la aldea por lo que no había hecho un alboroto por ello como en otros años.

En caso de que a alguno de los dos le hubiera interesado celebrar algo en esa ocasión.

Sus alumnos sí se habían acordado por lo que iba con la bolsa donde cargaba con las cosas de las clases llena de las tarjetas artesanales, adornitos y jarras de rigor que le obsequiaban los niños cada año, además sus compañeros en la academia habían llevado un pequeño pastel y le habían cantado el cumpleaños feliz a la hora del almuerzo como era costumbre cada vez que alguien cumplía años y luego en la Torre la Hokage le había felicitado por lo que otros shinobi y kunoichi que se encontraban allí habían hecho lo mismo y luego la mujer se había disculpado por tenerlo trabajando ese día más que de costumbre, pero para compensar le dijo que podía tomarse el día siguiente, Iruka había tratado de rechazar la oferta pero Tsunade dijo que se sentiría ofendida si rechazaba su obsequio.

Aparte de esas felicitaciones también había quedado con algunos de sus amigos en salir una noche de esas para celebrar.

No hubiera sido un cumpleaños malo de no ser por el dolor de sentirse traicionado por dos de las personas a las que más quería en el mundo.

Ese día además no había almorzado con Kakashi, el jounin le había dicho que el encargado de su casa le había pedido que fuera a la propiedad porque había algunos arreglos que había que hacerle y necesitaba que estuviera allí para que tomara las decisiones del caso, lo cual seguramente le tomaría todo el día por lo que invitó a Iruka a que esa noche durmieran allí en vez de hacerlo en el apartamento del chunin como era lo habitual.

Iruka suponía que esa sería la última vez que haría eso por lo que a modo de despedida y un obsequio que se hacía a sí mismo aceptó.

El maestro a pesar de que le gustaba tener a Kakashi con él estaba conciente de que su apartamento era muy estrecho y su cama muy incómoda para los dos.

Aún él se levantaba a menudo con un terrible dolor de espalda que nada tenía que ver con lo que hubieran estado haciendo en la noche.

Pero era evidente que no tenía sentido buscar un lugar más grande cuando ya no iba a tener a nadie con quién compartirlo.

Y en todo caso, pensó con amargura, si Kakashi estuviera pensando en una relación a largo plazo hubiera sugerido él eso en vez de estar dejando unas pocas cosas en su apartamento para salir del paso.

De esa manera llegó la noche y a pesar de que Tsunade le había encargado una gran cantidad de papeleo, con tal de pensar en otra cosa el chunin se concentró en ello de tal manera que lo terminó mucho antes que lo que hubieran calculado, por lo que despidiéndose de los shinobi que quedaban a cargo del turno nocturno se dirigió un poco antes de lo previsto a casa de Kakashi.

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En casa del jounin se respiraba un aire de entusiasmo, ya casi todos los invitados habían llegado y se encontraban en el salón que de momento estaba a oscuras y con la puerta cerrada, evitando que se pudiera ver la gente que hablaba en susurros para no echar a perder la sorpresa, pues suponían que el homenajeado llegaría en poco tiempo.

En el recibidor que estaba con la puerta que daba al exterior abierta se encontraban Anko y Kakashi que habían estado recibiendo a la gente antes de dirigirla al salón.

Kakashi se sentía tan nervioso que inclusive tenía algo de nauseas, jamás en su vida había hecho algo así y tenía temor de que a Iruka no le gustara, además no estaba seguro de que respuesta recibiría por su regalo.

El chunin había estado irritable en los últimos días.

La kunoichi por el contrario estaba muy emocionada y deseosa de que la fiesta empezara de una buena vez pues la verdad tenía algo de sed, pero no de la que se quita con agua, y Gai, que había regresado mientras ella se encontraba en su misión estaba dentro del salón esperándola, pero aún así primero quería ver a Iruka.

Habían decidido decirle al chunin que ella acababa de regresar de su misión y que le había traído un regalo de cumpleaños del lugar en donde andaba y que había ido allí pues al llamar a su apartamento el copy-nin, que había ido a recoger su libro que había dejado olvidado allí, le había contestado y dicho que Iruka estaría en su casa esa noche.

La kunoichi dándose cuenta de la condición del copy-nin le trató de meter conversación para mejorar su ánimo;

-No me creerás la ropa tan maravillosa que tenía mi cliente, al final acabé comprándole una pijama de seda junto con su bata para Iruka, ¡se va a ver maravilloso en ella!

Y haciéndole un guiño y metiéndole un codazo a Kakashi prosiguió;

-Pensándolo bien casi que es un regalo para tí que eres el que lo va a ver con eso puesto. ¿Y tú, al final que le vas a regalar?

El hombre suspiró y arrugó el ceño;

-Pareciera mentira pero esta fiesta me dejó un poco desfinanciado y sin efectivo, tengo más dinero pero no puedo disponer de el de manera inmediata, y bueno, había querido darle a Iruka esto desde hace algún tiempo pero no había hallado como preguntarle y pensé que este sería un buen momento…

Y le mostró a la kunoichi una pequeña bolsa de regalo la cual abrió mostrándole a la mujer su contenido.

Anko abrió mucho los ojos y luego de observar con la boca abierta lo que había dentro de la bolsa miró al copy-nin;

-¿Es eso lo que creo que es?

El jounin asintió con la cabeza viéndose muy preocupado;

-¿Crees que le guste? Después igual lo voy a llevar a que descanse en un hotel con baños termales que me recomendó Shizune-chan como parte del regalo de cumpleaños.

Anko hizo algo que jamás creyó tuviera ganas de hacer, abrazó al copy-nin;

- Eres un idiota pero me doy cuenta de que lo que sientes por él es real y ya me demostraste que mereces el cariño que te tiene, así que de ahora en adelante te acepto como el novio de mi querido Iruka-kun.

El hombre se puso a reír mientras medio devolvía el abrazo palmeando un poco la espalda de la kunoichi;

-Y tú eres la única persona tan demente como para decir algo amable iniciando con una ofensa, y gracias, sé que todos nuestros mal entendidos han sido porque buscas el bien de Iruka, ah, y cuida mucho de Gai también.

-Anko-san, Kakashi-san, buenas noches, les parece si entramos un momento, no me parece que este sea un lugar muy apropiado para decir lo que tengo que decir.

Iruka estaba tranquilo, había tenido suficiente tiempo para pensar las cosas e imaginarse toda clase de escenarios y en ese momento cuando por fin se encontraba de frente con sus peores temores se sentía aturdido por el peso del dolor.

Aún así no quería hacer un escándalo, principalmente porque el que quedaría peor parado sería él, estaba consciente de que al día siguiente lo que sucediera sería del dominio público aunque ninguno de los involucrados dijera nada y no tenía ni la mas mínima intensión de quedar como una víctima, ni quería que dijeran que había hecho una escena histérica.

También estaba seguro de que cuando por fin hiciera conciencia de lo que había sucedido se sentiría destrozado, pero de momento no sentía nada, como si fuera un espectador ajeno a todo eso, como si estuviera muerto.

Era una bendición.

Las dos personas frente a él se miraban sorprendidas y algo confundidas, aparentemente no lo habían sentido acercarse, cosa nada inesperada porque había enmascarado su chacra.

Kakashi pasó de primero al salón que se encontraba a oscuras seguido de Anko, el maestro pocas veces había entrado en ese lugar y se alegró de que su ex-novio no hubiera elegido algunos de los lugares de la casa en que había vivido momentos felices.

Las luces de muchas más arañas de cristal que las que recordaba iluminasen el salón se encendieron.

-¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

El ambiente se llenó de gritos de júbilo de aparentemente media aldea que se encontraba allí, mientras volaban en el aire cientos de guirnaldas de papel y confeti y una orquesta que estaba en una esquina tocaba música festiva.

Iruka de repente se encontró siendo abrazado por una sucesión de gente que una tras otra le llenaban de deseos de felicidad y bendiciones y en algún momento le tocó el turno a Izumo que acercándose a su oreja para que le escuchara sobre la algarabía le dijo;

-Felicidades Iruka-kun, si alguien merece todas las cosas buenas eres tú, pero por favor, asegúrate de que Kakashi-kun y Anko-chan no se enteren de que te dije que te estaban organizando una fiesta sorpresa, se esforzaron mucho haciéndola.

Y dicho eso le cedió el campo a otra persona.

Iruka por algunos segundos mientras recibía más abrazos y felicitaciones repasó todos los eventos de las últimas semanas, dándose cuenta al fin de lo equivocado que había estado y de lo injusto que había sido, y por fin el dolor y la angustia de ese tiempo le pasó la factura al marcharse de repente y empezó a sollozar.

Kakashi, quien no se había alejado para verificar que esos abrazos no tocaran nada inapropiado ni duraran más de lo necesario, apartó al siguiente en la fila para tomar al maestro en sus brazos mientras trataba de consolarlo temiendo que todo ese asunto de la fiesta hubiera sido un gran error;

-Iruka, lo siento, Anko-chan y yo creímos que esto te iba a gustar, anda, cálmate, si quieres le digo a la gente que no te sientes bien y que es mejor que se marchen.

Anko también estaba cerca con Gai a su lado;

- Si Iruka-kun, vamos, que nunca habías llorado en tus otros cumpleaños, la verdad es que es mi culpa, yo le dije a Kakashi-kun que te iba a gustar y él movió cielo y tierra para que fuera estupenda.

Iruka tomó un brazo de Anko y halando de ella la incluyó en el abrazo mientras trataba sin mucho éxito de controlar su llanto al tiempo que entre hipidos trataba de disculparse por las dudas que había tenido de esas dos personas que habían estado organizando eso para él;

-¡U-stedes dos son de l-lo mejor que me haya p-asado en la vi-ida, n-no se que haría sin alguno, p-p-erdón, n-no los m-erezco!

Y mientras Anko y Kakashi trataban de negar semejante afirmación sintieron como alguien más se incluía en el abrazo;

-¡Que momento tan emotivo, no cabe duda de que este es una ocasión en que derramar las masculinas lágrimas es lo adecuado y por eso me uno a ustedes que son un ejemplo de lo que debe ser un habitante de nuestra amada aldea!

Y efectivamente Gai se puso a derramar sus masculinas lágrimas a cántaros, lo que ayudó a que Iruka lograra retomar el control de sí mismo al hacer conciencia de lo ridículo de la situación.

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El resto de la fiesta pasó sin mayor contratiempo, o mejor dicho sin nada fuera de lo común en una fiesta en la Aldea Oculta entre las Hojas en que hubiera un montón de shinobi y kunoichi, muchísima comida, aún más licor, mucho espacio y rincones oscuros para estar a solas con alguien del agrado, una orquesta, un karaoke y un ambiente festivo.

No entraremos en detalles pero generaciones después cuando se quería decir que una fiesta había sido un éxito se decía "estuvo como de Iruka", aunque ya se hubiera perdido el recuerdo de quién o qué había sido Iruka.

Esa noche nuestros sensei no pudieron hacer nada de lo que les hubiera gustado hacer a solas, eso aunque ese día por fin Kakashi hubiese sido dado de alta de su reposo obligatorio, otro obsequio de la Hokage, pues eran demasiados las personas que quedaron tiradas en el suelo, los jardines y cualquier otro lugar al que pudieron llegar en la propiedad.

Inclusive en la cama de Kakashi se acomodó la Hokage y por supuesto nadie era tan suicida como para tratar de moverla de allí y ni el dueño de la casa ni su novio tenían ganas de compartir ese lugar con ella.

Iruka había tomado solo un poco cuando pudo relajarse y disfrutar de su fiesta y siendo de madrugada, o más bien casi de mañana, se acostó un rato en un sillón que en algún momento había sido suyo y al que Kakashi se había aficionado tanto que ahora estaba en la casa del copy-nin.

Por supuesto compartió ese lugar con su novio.

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Cerca de la una de la tarde del día siguiente, cuando los últimos rezagados de la fiesta y el equipo de limpieza que Anko había incluido dentro de los gastos indispensables en una fiesta de ese estilo se marcharon, nuestros dos sensei decidieron que merecían reposar un rato en la cama, luego de que cambiaron las sábanas pues ninguno tenía ganas de acostarse donde Tsunade había estado babeando.

En ese momento Kakashi decidió que era un buen momento para entregar su obsequio, pues en el alboroto del día anterior no había tenido oportunidad;

-Iruka, tengo algo que quiero darte solo a ti porque la fiesta aunque era en tu honor es algo que disfrutó todo el mundo y…

El chunin ya se había estado preguntando quién habría sido el pato que Anko había desplumado para conseguir los fondos para una fiesta de esa magnitud, teniendo el justificado temor de que fuera Kakashi, que no tenía experiencia en ese tipo de cosas y que lo quería lo suficiente como para dejarse convencer para hacer algo tan excesivo.

En su agenda mental puso como urgente hablar con Kakashi acerca de la manera habitual de celebrar un cumpleaños corriente para que algo así no se repitiera y tener una muy seria conversación con su abusiva amiga acerca de que no iba a permitir que se aprovechara de nuevo de la inexperiencia social de su novio.

¡Faltaba más!

El chunin luego de hacer un rápido plan de qué método usar para que su amiga llegara sola al convencimiento de que no era una buena idea volver a hacer algo semejante, siguió escuchando lo que el jounin le estaba diciendo sorprendiéndose al darse cuenta de que Kakashi se veía nervioso.

-bueno, aquí tienes.

Y le dio una bolsita de regalo adornada con un lacito azul.

Iruka tomó la bolsa y luego de meter su mano en ella sacó un juego de llaves.

El chunin se imaginó lo que podía significar eso, pero aún así decidió mejor preguntar, aunque lo hizo con una gran sonrisa en su rostro;

-Kakashi, ¿de qué son estas llaves?

Al jounin se rascaba la nuca con una mano mientras con la otra trataba meticulosamente de quitar las arrugas de las sábanas sin quitar la vista de ellas;

-También quiero llevarte de regalo un fin de semana de estos a los baños termales en las montañas, pero, bueno, me gustaría, si tu quieres, y como para mí mi hogar es donde tú estés, que si no te parece mal te vinieras a vivir aquí, ya sabes, conmigo.

El copy-nin levantó con temor la mirada en el preciso momento en que Iruka se abalanzaba sobre él.

-¡Hmp!

Estando en el piso con su novio sobre él el jounin por fin se permitió sonreír;

-¿Eso quiere decir que te gusta mi regalo?

El chunin sonrió de una manera que hizo que Kakashi pensara en un gato mirando a un pajarito.

Y aunque él era el pajarito por esa vez no le importó.

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Fin.

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¡Feliz cumpleaños también a Kmil-chan, Nebyura que también cumplen en este mes! espero no haber dejado a nadie por fuera.

Espero que les haya gustado este final, posiblemente haga un epílogo pero como historia aparte porque va a ser categoría M y dado que esta la subí como T no me parecía bien cambiar en el último capítulo.

Así todo el mundo contento.

También aclaro que a pesar de que ya van varias historias que escribo de esta pareja esta es la primera en que pongo a llorar a Iruka porque me pareció indispensable, a mi nunca me ha gustado el Iruka débil y llorón de otros autores, espero que por esta vez me la perdonen.

Por cierto, mi cumpleaños es mañana y me harían muy feliz si me regalaran un comentario.

Besitos, XimeB.

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