Mi primer Fanfic de Bones. Escrito entre una aburrida clase de historia y otra más entretenida de teoría literaria. Ninguno de los personajes de Bones me pertenece. Son de la Fox y de HH y SN y demás. El titulo es una canción de los Beatles, que me matan. Y que tampoco son míos, ya que estamos. Ojalá les guste.

"Here There And Everywhere"

Para él, ella brillaba. Podía verla incluso en la oscuridad. Las vibraciones de su voz golpeando sus oídos y se extendiéndose por su cuerpo en forma de electricidad, haciéndolo temblar de una forma imperceptible pero maravillosamente intensa. Estaban allí, en medio de la oscuridad, en ese reducido espacio, reciclando el oxigeno que salía de sus pulmones, respirando su mismo aire, su perfume, percibiendo incluso su inquietud.

— ¿Booth?— pregunta ella. Su voz dejando traslucir su incomodidad.

—Aquí Bones, a tu derecha.

— ¿Cómo sabes cual es mi derecha? Yo no veo nada.

—Pero yo sí Bones. Ven aquí— extiende su mano para tomar la suya y a traerla hacia si, como sabía que sólo él tenía derecho a hacer.

Le habría gustado decir "Tú no me ves. Pero yo te percibo en todas partes" Sabía que ese frase podía ser el preámbulo de tantas cosas, pero se quedo en nada, como otras muchas que le gustaría decirle.

— ¿Crees que tarde mucho más?

—Tranquila, ya no deban de tardar—asegura él, atrayéndola un poco más hacia su cuerpo.

—Es toda esta oscuridad—se justifica—me esta poniendo nerviosa.

—No te preocupes. No dejaré que te pierdas—Sonríe.

No la dejaría perderse nunca. Así como ella no lo dejaba perderse en los demonios de su pasado. No dejaría que se perdiera, de la misma forma en que ella lo mantenía a su lado, atrayéndolo con su luz.

—Estas bromeando.

—Tal vez

Silencio. Sólo sus respiraciones que poco a poco se acompasan. Estar allí, abrazados en la silenciosa oscuridad le parece un acto tan íntimo que estaba seguro de si lo viera desde afuera sentiría envidia de si mismo.

— Sabes— irrumpe, temblorosa, su voz en el aire— ¿Qué los labios son la única parte del cuerpo que dos personas pueden encontrarse en la oscuridad?

— ¿De verdad?

—Sí.

—No lo sé Bones ¿Qué pruebas tienes de eso?

—Enserio Booth. Es un hecho científico.

— ¿Comprobado como a ti te gusta? ¿Evidencias palpables incluidas?

—Aja. Es un rasgo evolutivo que…

—Entonces—Interrumpe entusiasmado—Quieres decir que, si tu quisieras, no sé, darme respiración de boca a boca, en medio de esta oscuridad, en la que aseguras no ver nada ¿Tus labios podrían encontrar los míos?

—Sí, Booth. Siempre y cuando estemos lo suficientemente cerca uno del otro.

— ¿Cómo ahora?— provoca él, haciendo el abrazo un poco más firme. Bromea, pero sólo a medias, en el fondo esta esperando esa iniciativa que ninguno de los se atrevería tomar nunca.

Más silencio. Las respiraciones acompasadas ahora se sienten más agitadas. El nerviosismo de ella revoloteando en aire. La tensión tan palpable que les pesaba en los pulmones.

—Bones, yo…

Un grito se atraviesa, violento, hiriendo algo más que el aire. Desde la rejilla de ventilación un hombre les habla.

—Ya estamos aquí. El desperfecto esta arreglado, las puertas se abrirán en un momento.

La tensión rota. Las chispas de intimidad desvaneciéndose lentamente. Ambos se levantan. Se escucha un "clic" anunciando el destrabe de las puertas. Su momento escapándose una vez más de entre sus manos. Como siempre.

Pero justo antes de que las puertas se abran, durante la eternidad de los tres segundos que la luz tarda en invadirlos, los labios de ella se posan en los suyos. Suaves, dulces y tibios.

Las puertas ahora abiertas completamente. Ella sale y da un escueto "gracias" al hombre de mantenimiento. Se gira un momento y le sonríe. Le dedica esa increíble y esporádica sonrisa de triunfo condescendiente. Se da la vuelta y camina silenciosa e imponente hacia la oficina.

Él sale de aquel elevador descompuesto, cegado por una luz que no es la del sol.