Disclamer: personajes de JK Rowling

Hola a todos, aquí he de vuelta con un dramione. En realidad este fic estaba escrito y publicado en este sitio desde hace más de un año, pero lo dejé porque hubo algo en la historia que no me satisfacía, no podía seguir escribiendo algo que no me gustaba, lo lei de nuevo y me dije ¿Cómo fuise capaz de escribir algo tan tan….tan….lejos de las cosas que tú escribes?. Bueno lo intenté, experimenté un poco con algunas cosas y no me gustó lo que salió, así que después de darle vuelta en mi cabecita, decidí ser honesta conmigo misma y volverlo a reescribir desde una perspectiva que me acomodase mejor.

A aquellos que leyeron el fic en su versión original, he decidido respetar sus reviews, sin embargo verán que todo está un poquito diferente, claro sin perder la esencia que hizo que este fic les gustase, entre otras cosas algunos intentos de pareja ya no lo son y como siempre, este fic será un fic coral donde los hilos de los diferentes personajes son importantes. Por ejemplo, soy y seguiré siendo necia con respecto a Theodore Nott porque de todos los personajes de Harry Potter, es él quien más me engancha (entre otras cosas porque he tenido que crearlo desde cero), igual con mi obsesión particular con un Draco estilo draconiano (no puedo evitarlo, él es para mi una especie de antiheroe torturado).

Les dejaré que lo disfruten.

Besos.

WANTED

PROLOGO

Ocho años antes….Quinto año en Hogwarts

La estupidez sin duda puede ser el peor enemigo de una persona…..actuar sin pensar o simplemente dejarse llevar pueden ser consideradas como tal, las consecuencias de una acción de ese tipo ocupan una larga lista de posibilidades, desde la total intranscendecia hasta el hecho de cambiar una vida para siempre. A veces, ser irreflexivo puede costarlo ….todo

Era de noche y el castillo de Hogwarts estaba particularmente agitado. Le tocaba guardia, de hecho casi todas las noches de esa semana había tenido guardia ya fuese como prefecto o como miembro de la brigada inquisitorial. Estaba cansado y fastidiado, a cada minuto que pasaba había repasado mentalmente al menos dos veces la variedad de cosas divertidas que pudiese estar haciendo en ese momento, en lugar de estar vigilándola a ella….

Ella, una chica por la cual sentía una extraña combinación de antipatía e indiferencia y al mismo tiempo una persona que lo desconcertaba, hecho por lo cual le molestaba doblemente. A Draco Malfoy no le gustaba la gente impredecible, Hermione Granger era inteligente, pero con sus acciones no lo demostraba, arriesgaba su vida defendiendo lo indefendible y protegiendo a Harry Potter, a juicio de Draco, esa chica era una farsa total, si en realidad tuviese alguna neurona funcionando correctamente, hacía tiempo se hubiese ido de Hogwarts, consciente del peligro que corrían ella y todos aquellos iguales que ella.

Si él hubiese sido una persona más compasiva, hasta le hubiese dado lastima el futuro negro que le esperaba a Hermione Granger y sus amigos cuando el nuevo orden mágico estuviese instalado a cargo de Dolores Umbrigde y sus aliados del Ministerio Mágico….incluso se comentaba que Lord Voldemort había vuelto, pero a Draco no le constaba esa información, de ser así, la situación incluso se haría más jodida para los sangre sucia. Si…claro…si él fuese una persona más sensible y caritativa, ella le hubiese dado algo de lastima. Pero no, de ninguna manera, esa chica lo había dejado en ridículo desde que llegó al colegio, incluso en tercero se atrevió a golpearlo ¡golpearlo!, en esa ocasión estuvo tentado a devolverle el golpe, pero Theo Nott se lo impidió, eran slytherin´s cierto, pero eran sangre puras educados en las más rancias familias del mundo mágico, tenia estilo, tenían un status que mantener, ellos….simplemente no golpeaban mujeres. Aunque a Draco siempre le pareció que con Hermione Granger podía saltarse esa regla fácilmente.

No era una cuestión de competencia….tampoco era pasarse de melodramático, no era su estilo ni jamás lo seria, él era un ofidio, frio por naturaleza, reservado casi por costumbre, totalmente inaccesible porque lo prefería de ese modo, su fama de misterioso no era gratuita, él la fomentaba todo los días de su vida, porque después de todo,¿ que podía compartir él con sus compañeros si ninguno estaba a su nivel? No, no se le daba bien el dramatismo, no iba a declarar que la odiaba con toda su alma porque sería irse a los extremos, simplemente su antipatía por la chica se originaba por el simple hecho de que Draco Malfoy se consideraba superior en todo, padecía de excesiva confianza en sí mismo. Era su dogma personal, él era el mejor, afirmación que constantemente peligraba ante el hecho irrefutable de que ella era una bruja dotada y le había ganado en todo los terrenos posibles en ese colegio, eso lo hería y lo molestaba a niveles alarmantes, sobre todo por el hecho de que su padre se lo echaba constantemente en la cara. Y Draco Malfoy odiaba que su padre pisoteara su ego. No era ella, era los problemas que le causaba su existencia indirectamente. Draco se repetía constantemente que Hermione Granger…esa chica insignificante con la cual no había cruzado una palabra decente en años….no importaba para nada.

Entonces estaba allí vigilándola….perdiendo su valioso tiempo…vigilándola….por obligación….si definitivamente las obligaciones de su estatus eran unas grandes hijas de puta.

"Que es lo que la sangre sucia lee con tanta emoción", Draco Malfoy estaba asechando en la Biblioteca de Hogwarts, un poco cansado puesto que la había seguido todo el día, sospechaba de ella, había estado actuando de una manera muy extraña las últimas semanas.

Sangre sucia….ese epíteto que había usado a destajo contra ella, porque él lo sabía….sabia que la hería echándoselo en la cara. Y el disfrutaba de ver sus ojos inundándose de lagrimas, le provocaba una extraña satisfacción observar su rostro descompuesto mientras la insultaba, él sentía que tenia poder sobre ella. Lo que nunca llegaría a entender era porque a ella le molestaba tanto, si era una situación que escapaba completamente a su control, simplemente era la verdad. Así como un niño nacido fuera del matrimonio por definición era un bastardo, ella era una sangresucia. Pero últimamente no la insultaba con tanta frecuencia. En cuanto a Granger, Draco había madurado algo en relación a ese tema, y se había dado cuenta que andar insultándola todo el tiempo podía ser muy mal interpretado, incluso podría parecer que le gustaba o algo así y primero muerto que bañado en sangre, literalmente.

Mientras la observaba leyendo, a Draco le daba la impresión de que Hermione Granger ocultaba algo, aunque para ser honestos, ella siempre ocultaba algo, más bien todos y cada uno de ellos, la pandilla de Potter. De hecho, la mitad de los estudiantes de Hogwarts, aquella que no era Slytherin´s, de un tiempo a la fecha actuaban de una manera anormal, miembros de diferentes casas hablaban en cuchicheos unos con otros. Draco había encontrado en sus rondas como jefe de la brigada inquisitorial, más gente de la usual rondando los pasillos del colegio a deshoras, algo tramaban, de eso estaba seguro, lo que no sabía era que.

Siguió mirándola un rato, con una mezcla de rencor y envidia. Ella, siempre tan impecable, ordenada, el colmo, la mejor estudiante del colegio era una indigna sangre sucia. Pero ni modo el deber llama y estaba claro de que después de tantas horas, tendría que irse con alguna información.

No era tonto, ni mucho menos estúpido, algo se estaba cocinando en Hogwarts y no tenía nada que ver con los elfos domésticos. De alguna manera sentía que se estaba gestando una revuelta contra el régimen de Dolores Umbrigde. Y su sexto sentido le decía que el cerebro detrás de todo era la chica de cabello enmarañado que en ese momento estaba sentada en el rincón más apartado de la biblioteca, intentando pasar desapercibida.

La expresión de su rostro la delataba, Draco veía en ella, lo mismo que observaba todas las mañanas cuando se miraba su propio rostro al espejo, codicia. No podría engañarlo, a menos que ella estuviese leyendo pornografía, cosa que dudaba, no tanto por tratarse de Hermione Granger, la perfecta prefecta Gryffindor (aun así, Draco estaba seguro que sin duda ella jamás habría leído algo así, era demasiado correcta, ajustada a las reglas, demasiado estúpida, demasiado mojigata) sino porque en la biblioteca nadie iba a encontrar un libro de ese tipo, lo más probable era que se hubiese encontrado con un verdadero tesoro allí, sin duda algo referente a magia poco convencional. Y fuese lo que fuese, si le interesaba tanto a Hermione Granger, por supuesto que le interesaba a él.

Total, esa era la tarea que le impuso desde los once años su padre, expiar al enemigo, al niño que vivió y a todos sus amigos, eso lo incluía a ella. "El enemigo", cuando pequeño hacia caso a su padre en todo, después de adolescente le llegó el momento de reflexionar y hacerse preguntas ¿Por qué los sangresucia y mestizos eran "el enemigo"? La respuesta que encontró era la lógica, ellos amenazaban su modo de vida, la supremacía de los sangrepuras en el mundo mágico, clase social a la cual él pertenecía y le ofrecía los privilegios de los cuales disfrutaba, no era la necesidad de agrupar más poder, era conservar lo que tenían. Y el hecho de que existiesen advenedizos como Hermione Granger hacía peligrar ese balance de poder en el mundo mágico. No era que siempre estuviese pensando en ella, de hecho, ese día la había mirado más tiempo de lo que recordaba. En general trataba de ignorarla, no valía la pena buscarse problemas con Potter por ella, sobre todo después de lo sucedido el año anterior, le costaba reconocerlo pero Potter demostró su valía en esa ocación. Había ganado el Cáliz de fuego, se había enfrentado supuestamente a Voldemort y escapó con vida, según lo dicho por el profesor Dumbledore. Draco todavía no se creía lo del Señor Tenebroso, pero ciertamente había pasado algo grave, quizás una pelea con ex –mortifagos, después de todo Potter había regresado al estadio esa noche con Cedric Diggory perfecta y absolutamente muerto.

En fin, lo cierto era que ella leía con avidez un viejo tratado de encantamientos. Y él estaba escondido intentando descubrir cuál era la razón de tanto interés. La vio copiando algo en un pergamino, incluso de la prisa derramó algo de tinta sobre el libro, después de terminar ella se levantó de la mesa, tomó el libro en sus brazos, apretándolo como si estuviese vivo y se le fuese a escapar en algún momento de sus manos.

Hermione miró hacia todos lados y fue hasta el pasillo que conducía a la sección prohibida. Draco la siguió con cautela, intentando hacer el menor ruido posible. Ella entró al sitio y él la vio tratando de esconder el libro lo mejor que pudo, al salir cerró la reja de metal que protegía los valiosos volúmenes y luego de mirar de reojo de nuevo a todas direcciones, Hermione Granger se fue de allí apretando en una mano el pergamino.

Los ojos de Draco brillaron con malicia, ese libro debía ser algo muy bueno, si ella se había incluso tomado la molestia de tratar de esconderlo, de que pásese desapercibido en la montaña de volúmenes que había allí.

Ya eran las once de la noche, no debería estar allí ni por asomo, pero la curiosidad fue más fuerte que la cautela. Intentando hacer todo el menor ruido posible, él abrió la reja y esta chirrío un poco, Draco se congeló en el acto. ¡Diablos! Por un momento estuvo tentado a huir del sitio, pero solo se quedó estático intentando pensar que hacer a continuación. El libro lo atraía como un imán. De todas las características de su personalidad, quizás el ser un perfecto cretino sin justificación era lo que todos veían y señalaban, pero su curiosidad a su juicio era su mejor virtud y también su peor defecto. Por ser curioso y también un poco imprudente era que la mayoría de las veces salía con las tablas en la cabeza de algún incidente, para bien o para mal, casi siempre relacionados con Potter y compañía. Su curiosidad era su marca personal y también su capacidad de ocultar su verdadero yo a los demás. Y lo único bueno que había heredado de la personalidad de su padre, era su instinto para sacarle el beneficio a cualquier situación descabellada que se le presentase, justo como en ese mismo momento.

Últimamente esa curiosidad lo único que hacía era traerle problemas, algo que Draco conocía muy bien, puesto que lo perseguían últimamente como moscas a la miel. Problemas con sus padres debido a su actitud rebelde hacia algunas cosas, por hacer las preguntas equivocadas en el momento menos propicio, problemas con sus compañeros debido a su comportamiento autoritario dentro de la casa de Slytherin. Problemas tales como los que tendría, si lo descubrían intentando ingresar a la Sección Prohibida de la Biblioteca sin permiso a esa tardía hora de la noche. Ya vería después como resolver esa dificultad con su jefa, Umbridgde ¿Cómo la Brigada Inquisitorial iba a ser efectiva si existían sitios del castillo en donde no estaban autorizados a revisar?

Draco estuvo a punto de claudicar y esperar obtener una autorización para entrar "legalmente", entonces recordó un truco, insonorizó el sitio agitando su varita haciendo gala de su habilidad recién descubierta para los hechizos no verbales, no se oiría nada, por lo menos en los metros alrededor de él. Sin duda la sangre sucia también lo había hecho de esa forma, puesto que no escuchó el ruido metálico de la puerta al abrirse y cerrarse. Luego de echar un vistazo, sabiéndose solo y con la Sra. Pince seguramente dormida sobre algún libro, Draco aprovechó su oportunidad y se dirigió al estante en donde había visto a Hermione Granger esconder el libro. No lo dudo un instante, sabía exactamente su tamaño, forma, el color de la cubierta. Lo encontró rápidamente y entonces su suerte mejoró inesperadamente, al revisar las paginas encontró unas manchitas de tinta húmedas. Por supuesto, ella había dejado caer tinta sobre lo que estaba leyendo. A veces la torpeza de unos es la suerte de otros.

Observó la hoja. Se fijó en el titulo que encabezaba ese capítulo.

Conjuros de Poder, esto se estaba poniendo bueno. Los ojos de Draco se agrandaron perceptiblemente. Las manos le picaban de la curiosidad. Realmente sonaba a algo interesante. El tipo de cosas por las que él y sin duda Hermione Granger matarían.

Los hechizos de vinculación mágica pueden dividirse en aquellos temporales y permanentes. Draco frunció el ceño, vinculación mágica, tenía una idea bastante aproximada de que se trataba. ¡Ah sí!, exactamente como la marca tenebrosa. Uff, pasó el párrafo, en realidad no tenía intensiones de torturarse tan pronto con su destino. Realmente la idea de ser mortifago no le atraía especialmente, se sentía cómodo siendo solamente el insufrible del colegio, arriesgar el pellejo en el nombre de Voldemort (estuviese vivo o no) no lucia tan atractivo como disfrutar sus galeones, dándose la gran vida de millonario, lástima que su padre no pensase lo mismo. ¡Maldito orgullo Malfoy!. Draco luego leyó algo que le llamo la atención:

GOMERT KAILOETH:

Conjuro para apropiarse de la fuerza vital de otros, la energía que rodea a los seres humanos, su aura. La fuerza del hechizo depende de la magia del que lo convoca y su resultado es proporcional a la magia del otro sujeto. Es considerado un hechizo ilegal y los efectos dependen de los participantes. Hay historias que relatan, que importantes personajes en la historia de la magia han realizado este hechizo para conservar su posición y para atraer poder. El efecto es temporal, horas, días, no se puede precisar con exactitud. Por supuesto, se insiste en que no debe ser utilizado entre un hombre y una mujer…

Blah, blah, blah, Draco pasó la pagina y rodó los ojos, tanta advertencia lo único que hacía era aumentarle el atractivo al hechizo, por lo menos desde su punto de vista. El joven rubio siguió revisando otros párrafos, saltándose algunos en letras minúsculas. Ser un poco impaciente también era otro de sus defectos.

Luego de un rato Draco cerró el libro y memorizó las palabras para conjurar el hechizo, GOMERT KAILOETH. No es que fuese la octava maravilla ni nada de eso sin duda habían otros hechizos en el texto más interesantes, pero la mayoría eran demasiado complicados y sin duda se metería en más problemas intentándolo, algunos incluso advertían ser mortales si eran mal ejecutados, fatales para quien los lanzaba. Era consciente de sus limitaciones como brujo adolescente. Todavía no tenía tanta pericia para algo así. Y para Draco Malfoy lo primero y principal era su bienestar físico. Sin embargo, al parecer ya tenía una manera de fastidiar a Potter, le haría el hechizo y lo pondría fuera de combate por los menos unos días. Y disfrutaría ser revitalizado por su energía. Era algo así como vampirismo mágico. Pero si lo lograba, sin duda se ganaría los elogios de su padre. De los del Señor Tenebroso podía pasar de largo, si el Lord Oscuro realmente estaba resucitado y se enteraba de un descubrimiento de ese tipo, sin duda quería verlo personalmente. Draco se estremeció ante esa posibilidad, nunca había visto a Voldemort en su vida y la perspectiva no le agradaba. De hecho, si nunca lo llegaba a conocer personalmente mejor para él. Tendría que convencer a su padre para guardar el hechizo solo para el conocimiento de ellos. Sería un arma secreta para los Malfoy.

Dracó se quedó con el libro...después de todo ni era la primera vez que hurtaba algo de la biblioteca, ni seria tampoco la ultima de seguro. El fin justificaba los medios.

Y esa fue la fatídica noche donde la estupidez le ganó a la lógica y la curiosidad mató al gato….en este caso…a una serpiente insensata.