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Mire el reloj:
18:30
Tenia que irme en este momento si no quería toparme con El. Dirigí una ultima mirada a mis amigos, que me miraron resignados.
Estaba apunto de irme, cuando la voz de Alice se escucho de nuevo:
- Te vas con Jacob – No era una pregunta, si no una afirmación. Me tome un poco de tiempo para contestar, a sabiendas que la pequeña Cullen se lo diría a su hermano.
- Si, El ha sido mi apoyo y mejor amigo en los peores momentos, siempre estuvo ahí ayudándome. El me conoce mejor que nadie y lo mas importante, nunca me haría daño – Emmet me sonrío tristemente, aceptando mi decisión al igual que los demás. –
Todos excepto ella, mi mejor amiga.
- Si te subes a ese avión mañana, Olvídate de mi existencia – Sentí una punzada de dolor, no quería perderla. Mire sus ojos idénticos a los de Edward, más incluso ahora que se encontraban fríos y duros. – Nos estas enterrando a Edward y a mi al irte, sabes las consecuencias que traerá tu partida – Si, las sabia, pero no podía quedarme. Ya no podía perdonar a Edward.
Tenia que pensar en mí ahora. Había tratado con todas mis fuerzas y mi corazón ayudar a Edward, pero era como si te pararas en un pequeño bote en medio del mar durante un violento huracán.
Jasper la miro como si no la conociera, y Rosalie y Emmet la miraban furiosos pero ella solo me miraba ami decidida.
Casi pude escuchar al mundo entero aguantando la respiración, en espera de mi decisión, me reí internamente de mi absurda idea. Solo era mi corazón el estupido (y terco), el que se saltaba los latidos, aun sabiendo cual era el final.
Sentí mi pecho encogerse dolorosamente con la decisión que tomo mi cerebro.
Tendría que dejarla ir a ella también.
- Lo siento Alice. Te voy a extrañar – Negué con la cabeza y Salí rápidamente por la puerta.