Capitulo 1 "Comprometidos"

Esta historia comienza en el Instituto Seishun, donde una chica de larga cabellera castaña y ojos carmesí corría por los pasillos buscando a su mejor amiga Tomoka, estaban por comenzar las clases del primer semestre y no la encontraba por ningún lado.

Como era la nieta de la directora y entrenadora del Instituto, debía tener mejores calificaciones que sus compañeras para no ser una vergüenza para la familia Ryusaki, no obstante a pesar de sus esfuerzos en tenis y en las materias, siempre fallaba, aunque se esforzará estudiando, nunca podía ser la mejor, lo cual le impedía tener un buen autoestima.

Al mismo tiempo, por ese mismo pasillo transitaba un chico de ojos ámbar y cabello azabache, quien asistía a su primer día de clases en Japón, ya que venía de . Alrededor de él, muchas chicas lo observaban con emoción, sabían perfectamente que aquel chico no era un ser humano cualquiera, sino que no era nada menos que el Príncipe de Tokio…Quien era reconocido por sus grandes capacidades en todo, principalmente en tenis, su deporte favorito, por el cuál era conocido internacionalmente a lo largo de su vida.

La castaña al visualizar a su mejor amiga caminando por el mismo pasillo entre una multitud, corrió hacía ella gritando su nombre. Iba tan rápido que no alcanzó a percatarse que había alguien más transitando por dicho lugar, hasta que tropezó con sus zapatos. Cuando estuvo a punto de caerse, alguien la tomo del brazo, impidiendo que cayera. Al mirar hacía su héroe, se sonrojo al encontrarse con unos bellos ojos ámbar observándola:

-¿Estás bien?-La soltó

-Sí, gracias…-Susurro

-Debería fijarte más por donde caminas-

-Lo se…Lo siento-

-¿Por qué hablas con tanta informalidad?- Preguntó una chica de cabello rubio- ¿Acaso no sabes quien es?-

-Un estudiante como todos ¿No?-

-Es un príncipe, tonta-

-¿Un príncipe?- Preguntó confusa

-Es verdad, pero eso no importa…Por cierto ¿Sabes dónde está la oficina de la directora?-

-Sí…está siguiendo este mismo pasillo y luego doblas a la izquierda-

"Ok, Thank you" susurro, mientras caminaba por el pasillo desapareciendo entre la multitud, lo observó un momento hasta que doblo a la izquierda. Extrañamente su corazón comenzó a latir y no entendía porque, antes de poder seguir pensando en lo que ellas habían dicho sobre él, su mejor amiga apareció ante ella y la condujo hacía el salón. En la ceremonia de apertura no lo vio por un ningún lado, lo cual le parecía extraño, porque si era un príncipe debería presentarse a los demás, no obstante no era así. Cuando comenzaron las clases apareció en su salón y se sentó el último asiento, quizás intentando no llamar la atención, sin embargo pasó todo lo contrario, todas las chicas se desconcentraban más observándolo y cuando debía salir a la pizarra se escuchaban suspiros por todas partes. El era extraño ante su punto de vista, aun no podía creer que él fuera un príncipe, porque si era así ¿Por qué estaba en ese Instituto y no en otro? Estaba muy confundida por todo. Al llegar el descanso lo observó caminando hacía las canchas de tenis junto con su abuela, quien lo presentaba a los titulares como si fuera uno de ellos, Kikumaru-Sempai lo abrazó dándole la bienvenida y diciéndole "Ochibi", mientras que los demás aun lo miraban a prueba.

Cuando llegó la tarde, Sakuno planeaba irse con Tomoka como siempre, no obstante fue detenida por Sumire quien decía que debía hablar urgentemente con ella en la oficina. Por ello, tuvo que ir a dejar a su amiga a la salida, para luego volver a hablar con su abuela. Entró lentamente y cerró la puerta a sus espaldas, Sumire estaba más sería de lo normal, por lo cual temía que fuera a regañarla por algo, "Sientate" ordeno la directora, mientras ella se ponía de pie y miraba por el visillo temiendo que alguien más las escuchara.

-¿Qué sucede? Me estas asustando ¿Por qué miras así hacía afuera? Te comportas como un detective-

-¿Cómo es eso? Sakuno-

-No sé, mirando hacía todos lados, como si lo que me fueras a decir sea confidencial-Rió

-mmm talvez lo es-Susurro

-¿Eh? ¿Es muy grave?-

-Iré al grano pronto, pero primero te explicaré la situación-Suspiro sentándose frente a ella- Pues verás cuando yo era más joven conocí a un chico muy poderoso en el tenis, con el cual nos hicimos-

-¿Novios?-

-No me interrumpas- Gruño y luego tosió un poco para proseguir- Amigos, muy buenos amigos. Por ello, yo solía ir a su casa siempre a entrenar, donde conocí a su padre, quien al igual que tú pensaba que podríamos ser novios, pero no se podía, porque no sentíamos lo mismo y yo a Nanjiro lo veía solo como un amigo, al igual que él a mí, por ello, nos hizo prometer que cuando tuviéramos hijos los comprometiéramos-

-¿Es eso posible? Pero mamá y papá…-

-Ese fue el problema, cuando nació tu padre se enamoró de tu madre y no pude hacer nada, al mismo tiempo Nanjiro conoció a una mujer llamada Rinko, con quien se comprometió y no podían tener hijos al principio-

-¿Entonces que hicieron?-

-Al principio habían adoptado a uno, pero después del tiempo…meses después que tu nacieras, nació su primer hijo y al mismo tiempo meses antes habías nacido tú. Entonces cuando tuviste como 1 año, te llevamos a su casa para que te conocieran…-

-¿Y yo conocí a ese niño?-

-Así es, y se hicieron buenos amigos, por lo cual el padre de Nanjiro nos hizo prometerle que cuando ustedes cumplieran 15 años se comprometieran y se casaran más adelante-

-¡¿Qué?! Ósea que… ¿Estoy comprometida?-

-Sí, con el hijo de Nanjiro…que acaba de llegar hoy-

-No puede ser…-

-Y hay algo más…-

-¿Qué puede ser peor que eso?-

-A partir de ese momento, serás la princesa de Tokio-

-¿Qué? No puedo creerlo…¿Osea que ellos son del Palacio Imperial?-

-Así es, yo era amiga del rey de Japón-

-No me puedes hacer esto, tengo recién 15 años y ni siquiera lo conozco…no quiero ser una princesa-

-Lo sé, pero esta noche lo conocerás y te irás acostumbrando-

-Pero yo-

-Pero nada, ahora vamos a casa porque debes cambiarte para ir a cenar-

Sakuno ahora si estaba realmente confundida, todo esto que le estaba pasando no podía ser real, más que un sueño parecía una verdadera pesadilla ¿Cómo podría acostumbrarse a vivir así? Además ni siquiera conocía a su supuesto prometido ¿Cómo podría llegar a estar con él, si ni siquiera lo amaba? Es más, nunca se había enamorado en su vida y ahora debía estar con alguien sin amor.

Al llegar la noche, Sumire le entregó un Kimono blanco con flores celestes y tomo sus trenzas con dos cintas del mismo tono que la flores, además le agregó un poco de maquillaje a su rostro. Cuando eran las nueve en punto, una limosina llegó a su casa y apenas entraron en ella, partieron al Palacio.

La castaña estaba nerviosa, no entendía como un hecho así estaba sucediendo en su vida, esos matrimonios concertados los había leído en novelas, no en la vida real, no podía creer que lo estuviera viviendo, que dentro de muy pronto entregaría su corazón a un hombre que no amaba, y lo peor es que sus padres nunca le habían comentado nada antes de morir, es cierto que siempre le decían "Hime" de cariño, pero nunca pensó que hablaban en serio. Se sentía traicionada por su familia, o más bien engañada, por 16 años esta decisión fue tomada y recién hoy se enteraba de todo…se sentía tonta, por no haberse dado cuenta antes.

Al llegar ambas descendieron del vehiculo y caminaron por una alfombra roja que era conducida hasta el interior del palacio, alrededor de la alfombra habían cientos de sirvientes inclinándose hacía ellas como un acto de saludo. Cuando entraron, unos sirvientes se encardaron de conducirlas por un pasillo hacía un salón, rodeado de cuadros y hermosos muebles, además de una pequeña mesa llena de deliciosos bocadillos para servirse. Se acomodaron en un sillón, mientras esperaban que llegaran los invitados de honor, el primero en llegar Nanjiro quien sonreía y abrazaba a Sumire:

-Hola…Sumire-Sonrió- Ha pasado mucho tiempo en verdad-

-Así es, dieciséis años precisamente-

-Sí…tú debes ser Sakuno-Chan-Sonrió Nanjiro

-Sí, un gusto conocerlo…-Susurro nerviosa

-¿Por qué tan timida? Te conocí al año ¿No me recuerdas?-

-Lo siento, pero no-

-Entonces no debes recordar a Ryoma-Susurro

-"¿Ryoma? Donde he escuchado ese nombre…"-Pensó

-Mejor que no te recuerde- Susurro una voz

"Esa voz…" Pensó la castaña, entonces antes que pudiera decir de quien se trataba, apareció frente a ella dicho ambarino y cabello negro que había visto por la mañana, no podía creer que él fuera su prometido, el mismo que la había rescatado de no caerse. Entonces en verdad era el príncipe de Tokio y ahora ella es su prometida…

-Tú eres…el de la mañana-Susurro por fín la castaña

-Y tú la despistada-

-¿Eh? No soy despistada, es solo que-

-No me des explicaciones, no me importan-Susurro

-"¿Quién se cree que es?"- Gruño la castaña

-Ryoma ¿Por qué eres así? Intenta ser más amable con tu prometida- Rió Nanjiro, pegándole en el hombro- Es tan bromista-

-No estoy bromeando, no me importa lo que haga-

-Debería importarte porque es tu prometida-

-Nunca dije que estaba de acuerdo con este compromiso…-

-Yo tampoco lo estoy- Suspiro la castaña, aunque lo odiaba por lo que había dicho, pero tenía razón-

-Tomaron esta decisión sin nuestro consentimiento…-

-Pero no pueden hacer nada, ya está todo decidido- Sonrió Sumire

-Así es-

-Lo sé, pero es injusto-Susurro el ambarino

-Sí, demasiado injusto-

-Piensan igual, ya son la pareja perfecta-Rió Nanjiro

-Claro, estoy de acuerdo, ya son un matrimonio- Rió Sumire

-No lo somos-Gruñeron ambos al mismo tiempo

La cena fue tensa para ambos, mientras que para Nanjiro y Sumire era todo divertido mientras recordaban los viejos tiempos cuando jugaban tenis, aunque intentaban incluirlos en la conversación, definían todo en una palabra y luego volvían a estar en silencio.

Cuando eran las diez y media, Sumire decidió que debían irse ya que ambos mañana tenían Instituto y no podían trasnochar, por ello se despidieron y acordaron que al día siguiente mandarían la mudanza para cambiarse de casa de inmediato, lo cual era una mala idea para la castaña que no quería vivir allí y mucho menos con el ambarino bajo el mismo techo.

Al día siguiente, Sakuno se levantó muy temprano para ir al Instituto, preparó el desayuno y tras comer caminó hacia la puerta para marcharse. En el camino, aun estaba confundida, deseaba con todo su ser que lo que había sucedido ayer hubiera sido todo una pesadilla y que en verdad aun era una estudiante corriente como todas las demás. No obstante, se percato que unos periodistas la iban siguiendo con cámaras y micrófonos, entonces se dio cuenta que todo había sido real.

-¿Usted es Sakuno Ryusaki?-

-S-Sí…-

-¿Es cierto que usted es la futura princesa de Tokio?- Preguntó un periodista, transmitiendo en vivo

-Pues yo…-

Antes que pudiera responder, mágicamente apareció la limosina a su lado, donde bajaron cuatro hombres de negros y la ayudaron a subir en ella. Cuando entró se encontró con el ambarino quien tomaba una taza de té y leía un periódico.

-¿Qué sucede? ¿Por qué me han subido aquí?-

-¿No es obvio? Porque ya no eres una estudiante normal, porque a partir de ahora eres la Princesa de Tokio-

-Pero… ¿Cómo se enteraron todos?-

"La prensa es rápida…mira, ya te descubrieron" Le entregó el periódico y siguió mirando hacía la ventana. Al ver la portada se sorprendió al percatarse que había una fotografía de ella diciendo "La Princesa de Tokio ha aparecido", en el decía todo, donde vivía, en que Instituto, su salón, su edad, todo…

-¿Cómo es posible?-

-Es fácil, ya estoy acostumbrado a esto…por eso debías esperar que la limosina pasará por ti-

-¿Iba a pasar?-

-Sí ¿No te dijo tu abuela?-

-No…es que no la desperté para venirme-

-mmm ya veo. Recuerda que más tarde irán a buscar el equipaje para el cambio-

-Ok, pero ahora podrían aquí-

-¿Por qué? ¿No quieres llegar en limosina?-

-No, no quiero…-

-"Cualquier persona querría, pero ella no…es extraña"-Pensó el ambarino- Pero no podemos dejarte antes, estará lleno de periodistas

-Pero…-

-No me importa lo que hagas, pero si te pasa algo yo seré el responsable, solo por eso no puedo permitir que te bajes ahora-Dijo fríamente

-E-Esta bien…-

Al llegar al Instituto, tal como había dicho Ryoma, estaba lleno de periodistas más otras personas que observaban la limosina, los hombres de negro rodearon la entrada y permitieron que entraran los príncipes, Sakuno estaba asustada, ya nada sería como antes definitivamente. Todos la miraban, murmurando sobre ellos, otras la observaban con odio y curiosidad. Cuando entraron al salón, se hizo un silencio, todos observaban sin nada que poder decir, el puesto de la castaña había sido cambiado a un lado de Ryoma. Tomoka apenas llegó sacó a la castaña de un brazo y la llevo al baño.

-Sakuno…¿Es cierto lo que dicen los rumores? ¿Estás comprometida con Ryoma-Sama?-

-S-Sí, es cierto…me enteré apenas ayer-

-Oh…ya veo porque no me lo habías comentado, estaba enfadada porque no me lo habías dicho, y me tuve que enterar por el diario, pero como no tienes celular, no te culpo- Sonrió- ¿Y cómo se siente? Ahora eres una princesa, debe sentirse genial-

-Honestamente…no se siente genial, no me gustaría estar en esta situación-

-¿Por qué no?-Sonrió- Te envidió, estar con Ryoma-Sama, es emocionante-

-No lo sé, él es muy frío…-

-Pero las cosas pueden cambiar, debes acostumbrarte-

-Todos me dicen eso…pero no sé como lo haré, ya nada volverá a ser como antes, extraño ser una estudiante normal como lo era ayer-

-jajajaja tienes razón, apenas ayer lo eras-Sonrió, viendo como ella se entristecía- Pero no te preocupes, Sakuno-Chan, algún día nos reiremos de esto y no será un problema para ti, te lo prometo-

-Eso espero Tomo-Chan…-

-¿Y ya estás viviendo en el palacio?-

-No, hoy nos cambiamos-

-Ya veo- Sonrió- ¿Te podré ir a visitar?-

-Eso creo…-

-Eso es bueno-Sonrió

El día se hizo eterno para la castaña, dado que algunas personas le daban privilegios de pasar antes u otros la trataban con desprecio, incluso había personas que nunca le habían hablado que ahora lo hacían solo por su Status, eso le incomodaba. Incluso en el almuerzo todos la interrogaban, incluso parecía que el centro de atención no era solo Ryoma, sino ella también.

Al llegar la tarde, la princesa planeaba irse con su mejor amiga como siempre solía hacerlo, no obstante se encontró con miles de periodistas afuera impidiendo que avanzara, entonces apareció Ryoma con unos hombres de negro que le pidieron que abordara a la limosina:

-Sube…-

-Pero, no puedo dejar a Tomo-Chan sola-

-No te preocupes Sakuno, nos podemos ver mañana-Sonrió

-Pero igual, antes nos íbamos juntas, no puede ser que por culpa de ellos no podamos-Susurro triste

-Esta bien-Suspiro el ambarino- Suban las dos, pero debemos salir de aquí cuanto antes-

Cuando iban en la limosina, Sakuno iba sorprendida por lo que había hecho su prometido, nunca hubiese pensado que le permitiría llevar a su mejor amiga y eso la ponía feliz, mientras por su parte Tomoka iba fascinada mirando por todos lados, era su primera vez en una limosina y era emocionante para ella, tanto que inclusive sacó fotos con su celular. La dejaron en su casa, mientras los príncipes se dirigían al palacio, ya que según los hombres de negro ya tenían todas las cosas de la familia Ryusaki y no había nada que ir a buscar.

Al llegar al Palacio, el mayordomo la condujo por la escalera, para enseñarle su nueva habitación, ella lo siguió nerviosa, aun no se acostumbraba a la presencia de los sirvientes, además con Ryoma lejos no se sentía muy segura, porque no conocía a nadie más. Cuando ingresaron en una habitación de color rosa, la princesa se sorprendió ante tanta belleza, su habitación tenía una cama de dos plazas, un balcón que daba hacía el jardín, un enorme closet que parecía ser una habitación más, llena de zapatos, kimonos, cualquier tipo de ropa. Además había un baño dentro de la misma habitación, también un escritorio, un espejo e incluso un sillón lleno de peluches. Era todo hermoso, parecía un sueño hecho realidad, o más bien era mejor que eso, ni en sus sueños se había imaginado algo tan hermoso. Cuando el mayordomo se retiró la castaña recorrió la habitación, deslizando sus dedos por todas partes.

Camino hacía el balcón y miro hacia abajo, había una hermosa pileta de dos ángeles, entonces recordó que aun no recorría todo el palacio y no se imaginaba lo grande que podría ser. La puerta sonó a sus espaldas, volteó sabiendo que estaba abierta, entonces se encontró con los ojos del ambarino.

-Ryoma-Kun…-

-Veo que ya recorriste tu habitación-

-Sí, es hermosa, me encanto-Sonrió

-Eso es bueno…Por cierto ¿Quieres ir a recorrer el Palacio?-

-¿Ahora?-

-¿O prefieres mañana?-

-No, está bien ahora-

Ambos bajaron las escaleras y salieron al jardín, Ryoma le mostró las diversas canchas que tenían de tenis, eran específicamente 4, además de dos piletas, 2 piscinas una temperada y otra al aire libre, 2 gimnasios. Lo más emocionante y bello es que parecía haber un hermoso bosque alrededor de todo el palacio, cuando estaban caminando por él, de repente apareció una gata negra con blanco.

-Que linda-Sonrió la castaña tomándola en brazo

-Es mia, se llama Karupin-

-ya veo…Karupin, eh-Sonrió y la acarició

-Es extraño…-

-¿Qué cosa?-

-Karupin nunca permite que la carguen, solo ciertas personas, es raro que no te haya hecho nada-

-¿Eh? No sé…-

-Por cierto…ya casí es la hora de comer, lo mejor será que volvamos-

-Esta bien-Sonrió

Cuando volvieron al palacio, Sumire con Nanjiro lo esperaban con una sonrisa maliciosa "Parece que lo han pasado bien" susurro su abuela, y ella solo asintió, entonces comenzó a comentar lo hermosa que era su habitación, y como era todo de maravilloso "Que bueno Sakuno, porque a partir de ahora esté será nuestro hogar" Sonriò sumire.

Continuara…

Konichiwa!

Debido a que se me borró el primer capítulo e.e tuve que escribirlo todo de nuevo, así que lo he modificado mucho, así que espero que les guste.

Arigato por pasarse

Sayonara