He vuelto, al menos momentaneamente, a escribir de Supernatural. Es un Dean/Jo con spoilers como puños del 5x10, Abandon all hope, asi que si no habéis visto el episodio no leais porque os lo reviento. Viñeta triste, escrita como regalo de cumpleaños para Earwen Neruda.
Ya nunca podrá ser
(Dean/Jo)
Dean Winchester le había pedido pocas cosas a la vida. Una familia, por más disfuncional que fuera, el monstruo de la semana, alguna noche de esparcimiento con una chica guapa, y el Impala rodando como la seda por las carreteras de toda América.
Sam Winchester siempre pidió mucho más: una vida propia, un oficio de elección y una novia por la que volver cada noche a casa.
Dean, sinceramente, nunca se atrevió a pedir nada de eso, así que se dijo a sí mismo que no lo quería. Que esa vida no era para él porque nunca encajaría en una casa con jardín y valla blanca y un trabajo de 8 a 2.
Sin embargo, si se hubiera atrevido a tener una fantasía ahora, ahora que el mundo se caía a cachos y Lucifer iba por ahí llenándolo de más mierda todavía, una de esas fantasías de poseer un lugar al que llamar hogar, al que volver siempre, la chica que habría allí dentro, sentada en el sofá con los pies sobre la mesa y una cerveza fría colgándole de los labios, sería Jo Harvelle.
(Y en su fantasía, Ellen no estaría en el jardín llevando un rifle con el que hacerle algún que otro agujero en el cuerpo si se portaba mal con su niña).
También sería la elegida en su vida real, si pudiera tener algo que durara más de tres horas arrancadas a la madrugada en el calendario sin sentido de un cazador, porque bueno, Joanna Beth Harvelle pasaría a la historia como la única chica que le dio calabazas dos veces a Dean Winchester. Y si había algo que a él le gustara, eran los retos.
Siempre pensó que era cuestión de tiempo, de todos modos, que simplemente aún no habían encontrado el momento y el lugar adecuados para eso que tenían pendiente desde que entró por la puerta del Roadhouse varios años atrás y Jo le dio un puñetazo en la nariz.
Por eso se acercó a ella en la cocina de Bobby y le soltó el discurso de la última noche en la tierra, junto a la nevera, con Ellen a sólo unos metros de distancia intentando emborrachar a Castiel, aún a sabiendas de que Jo iba a mandarle a paseo y probablemente darle otro puñetazo en la nariz. Porque a pesar de que ese no era el momento adecuado y desde luego, no el lugar, era bastante posible que no hubiera otro momento y que el mundo se fuera a la mierda definitivamente al día siguiente dejándoles sin lugar.
Por eso, ahora que Jo estaba apoyada contra el mostrador, sujetándose algunos de sus órganos vitales con una mano, Dean Winchester, el que había entrado al infierno por la puerta grande y sin amilanarse, no se atrevía a acercarse a ella. Sólo pensaba en cómo arreglar esa situación y sacarla de allí. Porque había conocido a muchas mujeres en su vida pero sólo una de ellas se había enfrentado a su mayor miedo para salvarle, uno que ni siquiera se podía ver, armada tan sólo con un rifle y un cartucho de sal gorda.
Y que le partiera un rayo si en ese mismo momento no se había enamorado, aunque fuera un poco, de Jo Harvelle.
Una parte de él, la que lograba que no se dejara llevar por el miedo, le insinuó que llamara a Bobby, con la ingenuidad de un niño que cree que su padre puede arreglarlo todo. Pero Bobby no tenía soluciones mágicas, sólo una bofetada de realidad. Era el maldito Apocalpsis, se tenía que centrar.
Bien, patearían el culo de Lucifer y después volverían a por Jo y Ellen.
Pero Jo no era una de esas chicas que quería morir oyendo un "Todo va a ir bien" aunque supiera de sobra que era mentira. Ella quería morir llevándose a todos los perros del infierno por delante y dándoles la oportunidad de llegar a Lucifer y salvar al mundo.
Y, ¿qué iba a decirle? No había un plan B. Si se quedaban allí encerrados, esperando, Jo moriría igualmente y probablemente ellos también. No había otras opciones, ella no iba a permitir que tomaran otras opciones. Decía que no podía mover las piernas pero Dean estaba seguro de que se las apañaría para pegarle otra vez si seguía negándose.
Le dijo a su madre "Esta puede ser literalmente tu última oportunidad para tratarme como una adulta, ¿podrías cogerla?", pero miró a Dean cuando acabó, diciéndole silenciosamente un se nos ha acabado el tiempo.
Él bajó la mirada.
Puso el stand by y se metió de lleno en el modo 'cazador'. Preparó la bomba con ayuda de Sam, sin pensar en qué vendría después, sólo concentrándose en los ingredientes y cuando todo estuvo listo, le colocó a Jo el detonador en las manos sintiendo que algo estallaría también dentro de él cuando ella lo pulsara.
"Te veré en el otro lado" le dijo y Jo sonrió, cansada, asustada pero valiente, y estuvo a punto de replicarle algo como "Eso se lo dirás a todas", estaba seguro. Le puso el rifle en la mano, un implícito Acaba con ese cabrón en la munición y Dean la miró y quiso decirle tantas cosas, tantas cosas que no había empezado ni a plantearse, que ni se habían formulado en su propio cerebro, tal vez sólo en su subconsciente, o más abajo, donde latía un corazón aterrado y estrujado, que no fue capaz de hablar y tan sólo la besó en la frente.
Jo estaba fría, como si ya tuviera un pie en ese lugar al que quizás pronto la seguiría, y Dean apretó los labios firmemente contra su frente, como si quisiera transmitirle su aliento. Cerró los ojos y el tiempo, ese enorme capullo, marcó sus últimos acordes para los dos.
Se apartó y sabía que debería irse en ese mismo momento o correría el riesgo de mandar a la mierda todo el plan, pero no pudo evitar mirarla y pensar que esa sería la última vez que la volvería a ver. El brillo en los ojos de Jo estaba comenzando a apagarse, ese dulce brillo de niña que estaba ahí desde la primera vez, y Dean sintió tanto dolor en el pecho que pensó que nunca podría volver a respirar del todo. En lugar de ceder a su impulso de llorar, se inclinó sobre ella y la besó, esta vez en la boca, y todo lo que ya nunca podría ser se concentró en un beso breve pero profundo, tan profundo como aquellos lugares a los que nunca llega la luz.
Se apartaron despacio, como si algo en ellos se negara a soltarse. Después Dean cogió fuerzas y se puso en un pie de golpe, como quien se arranca un puñal del pecho de un solo tirón para que duela menos.
Cuando los Winchester salieron de allí, ajustándose el traje de soldado, Dean había dejado de luchar por inercia, porque era lo que John le había enseñado y lo único que sabía hacer.
Y cuando apretó el gatillo y le metió una bala en la frente a ese malnacido de Lucifer, lo hizo por la última noche en la tierra de Jo Harvelle.
Por su gran 'Ya nunca podrá ser'.
Mejor no me pongo a hablar de mi indignación ante el hecho de que trajeran a las Harvelle sólo para matarlas, así que me limitaré a decir lo triste que es que empiece a shippear tanto el Dean/Jo ahora que Jo está muerta. Lo hicieron cannon pero le faltó mucha emoción por parte de Dean, por eso necesitaba escribir esto y hacer mi propia lectura de la situación.
Espero que os haya gustado. Si queréis comentar algo de la quinta temporada conmigo en los reviews, sentíos libres de hacerlo, voy al día. Gracias de antemano y por si no nos "vemos antes", FELIZ NAVIDAD.
Con cariño, Dry.