Los rayos de aquel resplandeciente sol brillaban por la ventana, un hermoso día estaba amaneciendo, pero a ella no le importaba. Le daba igual que hoy lloviera, que hiciera sol o que se desencadenara una tempestad atroz. Y si hoy era el fin del mundo, pues mejor para ella. Hacía ya una semana que no se había molestado en salir de casa. Las piernas solo le daban, algunas veces, para bajar al primer piso a comer alguna que otra cosa… Nada más.

Se oía el sonido de las agujas del reloj de su cuarto. "Tic-tac""tic-tac"… El tiempo iba pasando, y ella estaba completamente sola, su estado anímico era, simplemente, pésimo, habían pasado mínimo tres días desde que se miró por última vez en el espejo. Se levantó de su cama, donde hubo estado durante todos aquellos días llorando desconsoladamente en su almohada húmeda por las lágrimas, y se dispuso a mirarse al espejo que se encontraba al fondo de la habitación, al lado del armario. Al verse solo pudo hacer una triste mueca, seguida por una lágrima que cayó de sus oscuros y humedecidos ojos. Y otra, y otra más.

¿Las lágrimas no se cansarían nunca de caer? ¿Siempre estaría sumergida en aquella horrible tristeza y soledad?

Preguntas que se hacía a cada instante.

Odiaba verse así al espejo, parecía desdichada, dejada… Y no sólo lo parecía. Lo estaba.

Intentó esbozar una sonrisa, que le ayudara a animarse, a verse mejor, a volver a ser la chica de carácter y con impulso de antes, a volver a tener aquella sonrisa confiada de siempre… A volver a ser ella. Y es que no entendía el porqué de todo lo que estaba sucediendo… Aún no comprendía nada, solo sabía una cosa, y es que hasta que él no estuviera ahí ella seguiría igual… O peor.

FLASH BACK

—No te vayas, por favor, si te fueras… yo…—no podía continuar, las lágrimas le impedían hablar, sus ojos estaban completamente nublados y sólo atinaba a ver los ojos del chico que la estaba abrazando.

—Tranquila… Sabes que eres la persona más importante para mí… Te amo y esto nunca cambiará…—la besó con lentitud— Pero tengo que irme…

—Quiero… venir contigo…—articuló ella agarrándose a la camiseta del chico como si fuera a desaparecer en cualquier momento.

—No… No quiero que corras el mismo riesgo que yo… ¡No quiero perderte! — masculló el chico melancólicamente, cogiéndole rostro suavemente. Ella no sabía que aquella frase era la clave de todo aquello… Que estaba a punto de suceder.

—¡No quiero separarme de ti! ¿Es que no lo entiendes? —rogó ella llorando aún más dolorosamente que antes.

—Nojiko…—dijo él con los ojos abiertos—Mierda… Yo tampoco…—susurró segundos antes de cogerla por la cintura y aferrarla a él con un beso apasionado.

—Ace…—Susurró ella abrazando por el cuello al chico, si había algo que tenía claro entonces, era que amaba a ese chico, desde el momento en que lo vio en la boda de su hermana….

/

~ 1 año atrás~

¿Cómo? ¿Dentro de 7 días? ¿QUE TE CASAS?gritó Nojiko, presionando sin compasión al pobre Den Den Mushi. Estaba histérica por esta noticia que le había dado la pelirroja.

Pues sí…—contestó Nami con voz cortada. Poco típico de ella.

¿¡Y sería mucho pedir saber con quién?! replicó Nojiko—Como nunca me llamas para explicarme nada…—se hizo la ofendida, aunque tenía motivos más que pesados para estarlo.

—Verdad… —hizo una pausa seguida de una risa tonta- pues… Me caso con la persona más importante de mi vida… Me caso con…

Iba a responder pero Nojiko la cortó.

—¿Con el tío del pelo verde?— chilló, imaginando un bebé con el pelo pelirrojo y verde. ¡El fin del mundo estaba cerca!

— ¿Casarme con Zoro?¡Nooo! ¡Por dios! ¡Eso nunca!— chilló Nami notando arcadas.

De repente se oyó otro grito, procedente de donde estaba Nami, que empezó:

—¡CÓMO QUE TE CASAS CON ZORO! ¡CREÍA QUE TE CASABAS CONMIGO!—gritaba un chico, por lo que Nojiko pudo adivinar quién era, solo había un chico así…

—¡Luffy! ¿Qué haces aquí? ¡Y qué rábanos dices! Estoy hablando con mi hermana… ¡Y claro que me caso contigo, tontorrón!—gritó Nami regalándole al afortunado un sonoro coscorrón, que el moreno ni siquiera notó. Estaba inmunizado.

Ante esta conversación Nojiko sonrió dulcemente, estaba muy feliz por su hermana, se lo merecía… sabía que Luffy la cuidaría siempre, que la amaría siempre…

—Nami, te llamo luegoo — y colgó, no quería interrumpir ningún momento de intimidad.

—¿Nojiko? ¿Hola? Colgó…—se lamentó Nami— ¡Es que solo oyes lo que quieres!—dijo, sarmoneándolo.

—Jooo, Namiii no te enfades— Luffy hizo pucheritos. Nami no se pudo resistir, le sonrió dulcemente y lo besó.

—No estoy enfadada… Ni aunque quisiera estarlo, no podría… Eres demasiado adorable— dijo Nami fingiendo un enfado. Luffy sonrió de lado y juntó sus labios con los de la chica, sorprendiéndola gratamente—Nami… Te quiero.

Nami sintió su corazón bombearle demasiado rápido. No lograba acostumbrarse a las atenciones de Luffy. Le pasó ambos brazos por el cuello y lo abrazó, notando la felicidad penetrar en cada rincón de su alma.

/

La boda se celebró en el pequeño pueblo natal de Nami, donde vivía Nojiko. Por parte de Nami asistió todo el pueblo, incluido el alcalde, que había sido como un padre para ella y Nojiko. Por parte de Luffy asistió solamente Ace, y evidentemente sus mejores amigos, todos sus nakama.

El día era soleado, y el sol brillaba intensamente. Las nubes eran frágiles y parecía que no tenían intención alguna de amenazar con lluvia. Soplaba una brisa suave, refrescando un poco el ambiente de aquel día veraniego.

Habían decidido casarse al aire libre. Bellemère sería testigo de aquella esperada unión: se casarían en la colina coronada por aquella cruz de madera. Nada hacía más feliz a Nami que eso.

Los casaría el alcalde, ya que no querían una boda religiosa, simplemente necesitaban alguien que los uniese, nada más.

Nami llevaba un hermoso vestido blanco ajustado, y llevaba el pelo recogido en un moño con una " pinza " adornada con cintas y flores blancas, mientras que Luffy iba vestido de negro, con un traje formal pero con su aire descuidado, sin corbata y con algunos botones desabrochados, al igual que Nami. Los dos tenían su estilo.

Se encontraron todos a la colina. El pueblo de Nami acogió muy calurosamente a Luffy y a los demás, que estaban todos entusiasmados.

Ace vino a media boda, cumpliendo con su tradición; la impuntualidad.

Nojiko estaba a primera fila, ella iba vestida de azul celeste y blanco, conjuntando los dos colores en un sencillo vestido que la hacían todavía más hermosa.

Al ver venir a Ace, todo el mundo se giró (que es lo normal, todos tenemos instinto cotilla xD) y él se quedó cortado. Se sentó lo más adelante que pudo, la tercera fila. Estaba entusiasmado, no se lo creía… Que su hermano pequeño infantil y comilón se casara era increíble… y todavía era más increíble que se casara antes que él, que era el mayor. Pero igualmente se alegraba muchísimo por él. Sabía que Nami le amaría para siempre, con sus virtudes y defectos… Que no eran precisamente pocos.

Todo fue estupendo, y Nami y Luffy no pararon de mirarse en toda la ceremonia, como ansiosos.

Robin llevaba un vestido largo hasta más debajo de las rodillas de color blanco, le quedaba estupendamente. Llevaba un corte de pelo muy refinado, los mechones negros le caían por los lados, cogidos en una cola de caballo. Estaba bailando con Zoro, que la miraba ensimismado, como si viera un ángel. Estaba tan hermosa… Zoro se había puesto un traje oscuro, no le gustaba nada ir de blanco. Él sí llevaba corbata, cosa que hizo que Nami se riera de él durante toda la ceremonia.

Ussop y Chopper estaban sentados en una mesa, comiendo exquisitos platos que les habían preparado.

Franky se había puesto pantalones (O/O ¿en serio?) y sus calzoncillos no se dejaron ver durante toda la tarde (pues sí, va en serio lo de los pantalones xD)

Sanji bailaba con diferentes chicas, feliz, la verdad estaba muy contento tanto por Luffy como por Nami. Aunque Luffy le había quitado su Nami Swan él sabía des del principio que Nami estaba enamorada de Luffy.

"Luffy… ayúdame…"

Creía que no había podido dejar a Nami en mejores manos, sin duda alguna Luffy era el chico ideal para ella.

...

Nojiko estaba sentada entre los invitados, de vez en cuando venía alguien y le felicitaba por ser su hermana y a veces había gente que venía para hablar con ella.

Tenía ganas de bailar, pero no quería hacerlo sola…

—¿Te gustaría bailar conmigo?—le dijo una voz sacándola de sus pensamientos. Miró hacia la mano que le habían tendido y la cogió, siendo levantada por un chico moreno.

—Bueno… Por qué no— dijo, dejándose guiar por aquel chico.

—Oye…—empezó el chico— ¿Tu eres la hermana de Nami no?—preguntó curioso el chico.

—Pues sí… ¡Un momento! No serás…

—Pues sí— adivinó él— Soy el hermano de Luffy. Soy Ace, encantado.

—Yo soy Nojiko, y como has podido comprobar, soy la hermana de Nami.

—Mmh… Dime… ¿Qué tal se porta Nami normalmente?

—¿Qué pregunta es esa?—dijo Nojiko arrufando la nariz.

—Es que... Quiero saber si Luffy está a salvo…—dijo sacando la lengua.

—Nami tiene carácter…"Demasiado…" Pero créeme, delante de Luffy no se puede resistir… Tranquilo, no hay peligro….—respondió ella, con autosuficiencia.

—Vaya… Sí que estás bien informada… —se sorprendió Ace.

—Yo lo sé todo—dijo Nojiko haciéndose la mejor.

—jajaj… Está bien… Pero no creo que seas mejor que yo…—dijo Ace desafiante.

—No… Qué va—se burló ella.

—Tú lo has dicho…

—¡Lo decía en sentido irónico, bobo!

—¡No soy bobo!

—¡Lo eres!

Y empezaron a pelearse como dos críos de primaria. Todos los invitados se los miraban como si fueran dos bichos raros. Incluso Robin y Zoro que se mantenían alejados de ellos sintieron sus gritos y se giraron a ver tal escena.

Luffy y Nami ni siquiera prestaban atención a aquél escándalo, sólo tenían aliento para besarse y abrazarse, para mirarse y quererse, lo demás era secundario para ellos.

...

—¡Eres un crío! — gritaba Nojiko.

—¡Y tu una histérica! —devolvía Ace.

—¡Si estoy histérica es por tu culpa!

—Grr… ¡No te soporto! —gruñó girando su cara hacia el lado contrario al que estaba Nojiko.

—¡Pues ya somos dos!- Giró su cara de la misma manera, evitando así enfurecerse más-.

—Son como dos críos… —reía Robin divertida—Ya verás que con el tiempo no podrán vivir sin estas discusiones…—le dijo a Zoro, que la miró extrañado.

—¿A qué te refieres? —preguntó, mirándola curioso.

—Ya lo verás…—sonrió enigmáticamente.

Zoro sonrió y después de mirarla fijamente la besó.

—Me encantas…—susurró a su oído.

—Lo sé—respondió ella arrogante, juntando sus narices.

"Robin… Confío en ti"

Al recordar eso no pudo evitar esbozar una tierna sonrisa en su rostro. Tener la confianza del espadachín había significado mucho para ella. Él había arriesgado su vida, su sueño, su futuro sólo por ella, por salvarla a ella de la muerte.

Le correspondió, y ella no podía ser más feliz ahora.

...

Chopper se levantó de su silla, pues ya le dolía el culo y arrastró a Ussop a la pista de baile.

Sanji se reía a carcajada limpia de Ussop, pues estaba bailando a lo loco, y todo el mundo le miraba, pero él se enorgullecía, y le contaba a Chopper que había sido el mejor bailarín de su isla.

...

Nojiko se había vuelto a sentar en su silla, medio enfadada medio avergonzada. Este chico la había hecho salir de sus cabales… Nunca nadie se había atrevido (xD)…

Pero… Le había gustado mucho conocerlo… él sería el primer amigo que tendría… Sonaba penoso… Que con veintidós años estuviera sola… En su rostro se dibujó una cara triste y melancólica, que hizo oscurecer su rostro.

"Mierda… otra vez... no, por favor… No es momento de pensar eso…— susurró Nojiko con voz rota—No quiero pensar eso—murmuró mientras unas silenciosas lágrimas recorrían sus mejillas. No se dio cuenta de que alguien se había sentado a su lado, mirándola fijamente.

—Nojiko… ¿Estás bien? — le dijo Ace en voz baja.

—A-Ace… —susurró Nojiko levantando su rostro y dejando ver las lágrimas que ocultaba.

El corazón de Ace dio un vuelco al ver así a Nojiko. Aunque la acabara de conocer algo le impedía marcharse de su lado, algo le retenía a ella…

—Tranquilo… Estoy bien…— dijo ella intentando sonreír.

—No, no lo estás…—le cogió la mano y la levantó dulcemente—Ven…

Y ella se dejó guiar, se sentía segura a su lado.

Ace la guió en la cima de una pequeña colina cerca de donde se celebraba la boda. Esta estaba más escondida, y a la cima un árbol reposaba.

—¿Por qué me has llevado aquí? —preguntó Nojiko mirando al suelo— "Aunque es un lugar precioso…"

—Pues porque quería que habláramos a solas…—le dijo sentándose en la hierba— ¿Te sientas a mi lado? —preguntó.

—S-sí…—y se sentó, mirando profundamente el infinito que se dibujaba tras aquellas colinas verdes de Cocoyashi.

—Sé que nos conocemos poco, pero… Esto no me impide preocuparme por ti…— Nojiko enrojeció por aquel comentario del chico—No tienes porque contarme lo que te pasa si te incomoda…—hizo una pausa que a Nojiko se le hizo eterna—Pero… Me quedaré aquí contigo el rato que quieras—dijo sonriéndole sinceramente, con una sonrisa que a Nojiko le dieron ganas de abrazarle y contárselo todo, pero… No quería que se alejara para evitar cargar en el peso… Era la primera persona que se interesaba tanto por ella, y no quería ser repudiada… Así que lo que hizo fue apoyar su cabeza en el hombro de Ace, que la recibió pasándole el brazo por la cintura.

Nojiko se sentía ahora protegida por primera vez, se sentía querida, importante… Y, sinceramente, le hubiera gustado disfrutar de esta cálida sensación otras veces que no lo pudo hacer… Al volver a pensar en aquello una lágrima traicionera cayó en sus rojas mejillas, que fue secada por Ace, que se dio cuenta.

—Venga… Vuelve a sonreír como lo hacías antes… Estabas más guapa…—le dijo Ace.

En aquel momento sí que Nojiko pudo reír de corazón, con una sonrisa que hizo sonrojar a Ace.

—Ace… Gracias…—susurró Nojiko con una sonrisa sincera— Me has ayudado mucho…

—Gracias a ti por regalarme esta sonrisa… Me has dejado… Sin palabras…—Reconoció.

Nojiko hizo una mueca.

—Venga, no me vengas con esas…

—¿Cómo que no te venga con esas? Solo soy sincero…

—¡No, no lo eres, te doy pena!

—¡Pero si tu no das pena ni pidiendo por la calle!

—Eh, eh, ¡ahí te has pasado, niño!

—¡Niña lo serás tú!

—¡Pues si yo soy una niña tu eres un bebé!

Y empezaron a pelearse como dos críos de parvulario, hasta que al quererse levantar, Nojiko se torció el tobillo y fue a caer en brazos de Ace, que la cogió por los pelos.

—No sé quién es la cría que no sabe ni andar…—se burló Ace mirándola fijamente.

—Tsk… ¡Me pones de los nervios! — chilló Nojiko, haciendo el amago de levantarse pero un brazo le impidió hacerlo. Ace le abrazó la cintura, causándole un notorio sonrojo.

—¿Qué haces? —dijo Nojiko cortada al ver el rostro de Ace cada vez más cerca del suyo.

—Quererte… —susurró Ace a su oído momentos antes de besarla apasionadamente.

Nojiko se perdió en el cálido aliento de Ace y en sus suaves y ardientes besos. Cerró los ojos y se dejó llevar por aquél momento que parecía haberse extraído de un bonito cuento de hadas.

Pero llegó un momento en que se tuvieron que separar, para mirarse a los ojos, y explicarse el porqué de aquellos besos, el porqué de aquellas caricias.

—Oye, Nojiko… Yo…—pero antes de decir nada más un dedo lo calló posándose en sus labios.

—No digas nada… —le susurró suplicante—Ahora solo quiero estar aquí contigo…— hizo una pausa—No lo estropees… —añadió, con una sonrisa burlona, una sonrisa que hizo que el corazón de Ace hiciera un salto.

—Yo no estropeo nada— murmuró, dejando de sonreír. Su rostro estaba serio. — Y ahora voy en serio…—dijo acercándose ella, volviendo a besarla ahora con un beso corto—Nojiko… Yo… Te quiero…—viendo la cara de sorpresa que ponía Nojiko tuvo que añadir algunas palabras más— sé que nos hemos conocido hoy… Y que es muy poco tiempo… Pero yo a eso no le doy importancia, porque…—hizo una pausa y suspiró— Porque cuando te vi noté que mi corazón se aceleraba, y ahora que estoy aquí contigo… No quiero separarme de ti jamás…—acabó, sintiéndose raro por decir todo aquello.

No era propio de él comportarse como un adolescente enamorado.

A Nojiko un millón se sensaciones le pasaron por el cuerpo: sorpresa, duda, alegría… y también otra que no supo identificar: la necesidad de abrazar a aquél chico y de considerarlo algo más que un amigo.

/

Y así es como empezó aquél apasionante amor, así es como empezó todo… Y Nojiko no estaba dispuesta a perderlo todo, no dejaría que la persona más importante de su vida se marchase…

…Pero al final perdió la batalla. Al siguiente día de que él le dijera aquellas extrañas palabras de despedida, se levantó sola de la cama, y había una nota, dónde Ace se despedía para siempre de ella. Sin explicaciones, dejándola desamparada. Abandonada.

Se había quedado sin la persona que más quería, que la hacía sonreír, que estaba siempre a su lado… Aquél chico sonriente que una vez la había sacado de su oscuridad, de su soledad y de su tristeza ahora había desaparecido dejándola Sola… otra vez.

...