Porque me lo pidieron, aquí está!!

Ruichi-chan presenta el epílogo de 'Amor en Juego' ^.^

De verdad perdón por la tardanza… ó_ò No era mi intención tardarme tanto! Es que la universidad absorbe mucho!!! Perdónenme, sí??? Xfis.. .

Los reviews del capi pasado, muchas gracias!!! También a los que agregaron la historia como favorita ó dejaron reviews en otros capis ^.^:

*Ghost iv *yoxxa *Laura V *byakushi (sorry .! aki ta el epilogo pa q t contentes ^.^) *karla kr ^-^ (gracias por tus ocho reviews ^.^) *Uchiha Katze *aLeKuchiki-zr *hiyomi19 *metitus *Kuchiki Rukia 7 *keisi *yeckie

Bueno, la simbología:

-blablabla- diálogos

"Pensamientos"

Flashback …………………………..Fin Flashback

Bueno, saben que ni BLEACH ni sus personajes son míos, son de Kubo Tite-sama; yo hago esto sin otro fin más que el de entretener ^.^

Epílogo: Recuerdos de deseos cumplidos y amores eternos

Rukia tomaba el té mientras esperaba a que Ichigo regresara del trabajo. Ya que su profesión era absorbente ella entendía perfectamente los retrasos que tenía su marido y lo esperaba pacientemente, lista para lo que fuera en cuanto él atravesara la puerta.

Desde el día de su boda habían pasado ya cinco años. Suspiró mientras veía a través del ventanal, fijando su mirada en el columpio que se mecía tranquilamente con la brisa del viento vespertino. Entre la tranquilidad de su hogar lo único que se escuchaba era el sonido de las manecillas del reloj; miró ansiosa la hora: dos y media. Se levantó mientras iba a la cocina por algo que le calmara un poco el hambre que tenía. Ser ella era algo agotador: esposa del hombre más maravilloso del mundo, madre del niño más inteligente del planeta y llevar uno de los departamentos de ventas de la Kuchiki Co. no era cualquier cosa. Pero a ella le encantaba y, aunque sus días eran ajetreados, atesoraba cada uno de los momentos que había vivido después de conocer al ojimiel.

Desde el nacimiento de su bebé habían remodelado un poco la casa. El cuarto de huéspedes se había convertido en la recámara de su único hijo; hijo porque ella acertó sobre el sexo del bebé. Ya que lo presentía ya tenía planeado un nombre para él: Kenshi (corazón de espada). A Ichigo no le importó haber perdido, después de todo su hijo era su viva imagen: ojos cafés, piel clara y ese característico y brillante cabello naranja. La sonrisa y mirada de su hijo también era idéntica a la que tenía Ichigo a la edad de cinco años. Eso le dio una idea para matar el tiempo.

Se dirigió a la sala. Ahí había un enorme librero donde estaban, entre otras cosas, libros de medicina y revistas médicas, algunas obras clásicas de la literatura y otros cuantos ilustrados para Kenshi. Se agachó y buscó dentro de uno de los cajones hasta encontrar lo que buscaba: los álbumes fotográficos.

Cogió todos y se los llevó con ella al sillón, donde hojeo uno por uno, refrescando sus tan atesoradas memorias…escuchó una camioneta estacionarse frente a su casa. Sabía quién había llegado. Se levantó y, antes de que pudieran llamar a la puerta, la abrió. Frente a ella se encontraba un hermoso niño de cinco años que corrió hacia ella para abrazarla:- Mami!!!

-Kenshi! Te extrañé, precioso…!- le decía mientras se ponía de cuclillas para abrazarlo y le regaba besos por su rostro, haciéndole cosquillas. Eso era algo que había sacado de su padre: la adoraba, la quería a ella por ser su mamá de la misma forma en que Ichigo lo hizo.

-Mami, por qué no fuiste por mí hoy a la escuela?- le preguntó haciendo pucheros

-Estuve algo ocupada, precioso…pero te prometo que mañana iremos tu papá y yo juntos a recogerte, sí?- le decía mientras le abría los brazos para volver abrazarlo

-Sí!!!- le dio su hijo mientras la abrazaba con toda la fuerza que su cuerpo le permitía. Levantó la vista para encontrar a su hermano viéndola, con una sonrisa imperceptible para todos menos para ella.

-Gracias por recoger a Kenshi de la escuela; he estado algo ocupada con el proyecto- le agradeció Rukia, regalándole una hermosa sonrisa

-No fue nada- le dijo; él también atesoraba el tiempo que estaba con su sobrino. Además la sonrisa de Rukia era suficiente agradecimiento.

-Quieres pasar a tomar algo? Ichigo aún no llega, pero no tarda. Si quieres puedes comer con nosotros- le dijo mientras cargaba a Kenshi y se ponía en pie

-Deberías dejar de hacer eso; te puedes lastimar la espalda. Recuerda que Kenshi-kun ya no es un bebé y pesa más que antes- le decía mientras le tendía los brazos para ayudarla a cargarlo

-Está bien, yo puedo! Pasa por favor, aunque sea un ratito

-Sí! Tío Byakuya, quédate un ratito- le dijo su sobrino, juntando las manos y poniendo cara de angelito, pero ni eso pudo convencer al líder del clan

-Hoy tengo una junta importante, pero otro día con gusto- les dijo a ambos, haciendo un gesto de despedida. Les dio a cada uno un beso, a Rukia en la mejilla y a Kenshi en la frente, y se retiró. Lo vieron alejarse y luego desaparecer.- Kenshi~ Papá todavía no llega, así que qué te parece si me acompañas a ver los álbumes de fotos?

-Sí!!!- le decía mientras se bajaba de sus brazos y corría dentro de la casa. Lo vio subir, seguramente a dejar sus cosas. Mientras tanto ella sacó una jarra de agua de horchata (hecha por ella; Ichigo le había ensañado muchas cosas sobre cocina y demás) y tomó tres vasos de la alacena. Los puso en una bandeja y los llevó a la sala, depositándolos sobre la mesa de té. Se acomodó en el sillón y tomó uno de los álbumes, apilando los demás en el suelo. Su hijo bajó las escaleras emocionado; esas imágenes siempre lo entretenían y más de una vez él mismo los había ido a sacar para verlos hasta quedarse dormido. Se sentó impaciente junto a su mamá y comenzaron por uno sobre Ichigo, cortesía de Yuzu, que contenía fotos de él cuando era muy pequeño.

-Mami, mi papi se parecía mucho a mí- dijo, señalando al Ichigo de siete años de edad, tomado de la mano de Masaki.

Rukia se rió del orden en que su hijo había dicho la oración; técnicamente él se parecía a Ichigo, pero daba igual- Sí, Kenshi, así es

-Cómo era papá cuando lo conociste?- le preguntó. Rukia lo miró arqueando una ceja: nunca antes su hijo le había preguntado eso. Era una historia que recordaba muy bien, pero no era exactamente color rosa

-Mmm…pues…-se lo pensó, sin saber qué decirle- Era extraño…- dijo finalmente, riéndose de la expresión de su hijo- Pero sigue siendo la persona dulce y amorosa que tú ya conoces- le dijo, tocándole la punta de la nariz con su dedo, sacándole una brillante sonrisa

-Y te enamoraste de él desde la primera vez que lo viste?- le preguntó curioso

-Mmm…-Rukia volvió a pensarlo…tal vez no desde la primera vez que lo vio, o sí? Trató de recordar la primera vez que había entrado al bar donde ella trabajaba…Sonrió y miró a su hijo, que seguía esperando su respuesta- Sí, así fue…me enamoré de él desde el primer día

-Mamá, yo me parezco a papá, verdad?

-Sí, así es…por qué preguntas?

-Pues es que quiero saber si me voy a casar con alguien tan bonita como tú

-Pues si te portas bien y le haces caso a tu mamá, seguro que sí- contestó una voz masculina junto a la puerta. Ambos voltearon hacia allí, viendo al peli naranja que estaba apoyado en la entrada, mirándolos con una amplia sonrisa y esa expresión de inteligencia en el rostro. Kenshi saltó del sillón y corrió a abrazar a su padre, que lo cargó para darle un beso en la mejilla y preguntarle cómo le había ido en la escuela. Rukia en cambio se quedó sentada, contemplando el maravilloso cuadro que hacían ambos mientras conversaban animadamente. Si hubiera tenido una cámara en el momento los habría fotografiado…espera, tenía el celular. Lo sacó y sin que lo notaran les sacó la foto.

-Y qué están haciendo, eh?- le preguntó Ichigo a su hijo mientras lo depositaba de vuelta en el suelo

-Mami y yo vemos las fotografías de cuando eras niño- le dijo sinceramente mientras corría de regreso al lado de la ojivioleta

-Así que burlándose de mí mientras estoy fuera, eh?- les preguntó divertido, mientras dejaba su portafolios en el sillón y se quitaba su saco negro. Rukia contemplaba a su marido mientras éste se despojaba de la parte superior de su traje negro, dejando al descubierto su camisa blanca con dos botones desabrochados: el ojimiel no había cambiado nada, ni tampoco ella. Era como si el tiempo se hubiera detenido en aquel día…Finalmente el peli naranja tomó asiento en el mismo sillón, dejando a su hijo en medio de los dos.

-Ya ves, aprovechando que no estabas- le respondió burlona

-Ja-ja, que graciosa, eh? Te mereces un castigo- le dijo bromista

-Sí, creo que sí- le dijo, inclinándose por sobre la cabeza de su hijo para besar a su esposo en los labios. Aún después de tantos años, las mariposas en su estómago aparecían cada vez que sus labios rosaban los de él.

-Iugh!- expresó su hijo mientras hacía una mueca de asco- Papá, ya te he dicho que no debes castigarla mientras yo esté con ustedes!- le dijo a Ichigo, regañándolo

-Jajaja, lo había olvidado, Kenshi…-dijo, riéndose de cómo 'casualmente' siempre lo olvidaba

-Bueno, que les parece si comemos primero, eh?- sugirió Rukia- Kenshi, ve a lavarte las manos

El niño simplemente se paró y corrió al baño. En cuanto salió disparado Ichigo se acercó a Rukia mientras ella le abría los brazos para que la abrazara. Sintió los labios de su amante en su cuello y suspiró gustosa:- Te extrañé

-Yo también, te extraño todo el día; agradece a Dios que aún conservo mi título de Doctor- le dijo el peli naranja. Ambos soltaron una risita ahogada. Luego se movió del cuello de Rukia hasta su rostro, donde la besó en la comisura de los labios, antes de acariciarlos con la punta de su lengua. Ella suspiró y luego comenzó a besarlo, ansiosa de su contacto y de sus caricias. Sintió una mano moverse de su cintura hasta su espalda y luego seguir un camino hasta uno de sus pechos. Ella gimió cuando sintió que lo tomaba entre sus dedos- Te he dicho lo mucho que me gusta esta blusa? No tiene mangas y es tan delgada que casi puedo sentir el calor de tu cuerpo- le dijo al oído, haciéndola ruborizar

-Ahora no es el momento…-dijo ella, pero no se apartó

-Sí, primero comemos- dijo él, tomándola de la mano y dirigiéndose a la cocina. Sirvieron tres platos y los llevaron a la mesa, junto con la jarra y los vasos que Rukia había dejado en la sala. Se sentaron los tres a comer, platicando y riéndose de lo que cada uno de ellos decían. Finalmente terminaron; Kenshi secaba los platos que Rukia le iba pasando, ya que ese día le habían dado a Hana el día libre.

-Mami, hoy tengo práctica de kendo y de football- le recordó su hijo

-Muy bien, te dejo entonces en la de football y luego te recojo para llevarte a la de kendo- le dijo Rukia

- El día de hoy la mamá de Mikage se ofreció a llevarnos a ambos a la practica de kendo y luego traerme a casa- le explicó Kenshi- Puedo irme con él, mami?

Rukia lo pensó un momento; Mikage era el mejor amigo de su hijo, además tomaban las mismas actividades -Bueno, Mikage es un muy buen niño y su mama es muy atenta, así que si no es molestia puedes ir con él- accedió Rukia- De todos modos te dejamos en la de football, sí? Pero antes debes hacer tus deberes, así que ve por tus cosas

-Hoy nada más tengo que terminar matemáticas; lo demás lo hice mientras estábamos en clase- le dijo su hijo. Realmente era suertuda: Kenshi era tan brillante con su padre y tan ingenioso como ella, así que su educación era sencilla.

-De acuerdo, quieres que papá te ayude?- le preguntó, pero su hijo dijo que podía solo.- De acuerdo, entonces lávate los dientes y luego haces los deberes, de acuerdo?

-Sí

Su hijo se fue corriendo escaleras arriba hasta su habitación. Rukia terminó de acomodar la cocina y luego salió al jardín, donde Ichigo se mecía tranquilamente en el columpio. Se veía tan relajado que le dio algo de pena interrumpir pero, como cada vez que abría los ojos y la veía, Ichigo la llamó para que se reuniera con él. Caminó hasta su lado, sintiéndose expuesta ante la mirada penetrante del peli naranja. Planeaba sentarse a su lado, pero el ojimiel la tomó entre sus brazos y la sentó en sus piernas, meciéndola tranquilamente.

-Este lugar…-dijo Rukia débilmente con su rostro apoyado en el hombro de él- me trae muchos recuerdos maravillosos

-A mí también- acordó Ichigo. Rukia lo miró, casi segura de que una vida tan perfecta no podía existir y de que su buena suerte se agotaría en cualquier momento. Extendió su mano hasta tocar los labios de su esposo. Éste volteó a verla, extrañado por esa acción; ella se acomodó hasta que sus rostros quedaron a la altura y comenzó a besarlo, invitándolo a que introdujera su lengua para comenzar la batalla que había estado ansiando toda la mañana. Él no se resistió a la tentación y comenzó a besarla apasionadamente, tocando de nuevo sus pechos por sobre la blusa. Ella gimió complacida y luego se separó de su boca para que inmediatamente su cuello fuera vorazmente atacado.- Ichigo…-gimió su nombre, deseosa

-Te deseo tanto…-le respondió él- Te amo tanto como el primer día, incluso más…!

-Hazme tuya- le imploró

-Estamos en el jardín…-le recordó- Además, Kenshi podría aparecer en cualquier momento…!- dijo besando su cuello todavía

-Por favor…!- le dijo mientras se levantaba un poco para sentarse de nuevo sobre él, ésta vez con las piernas a ambos lados de la cintura de Ichigo.- Quiero que me toques…-le decía, comenzando a moverse para incitarlo- Quiero que hagamos el amor…-le dijo, besándolo de nuevo

El ojimiel la besó, pero no quería pasar de ahí sin antes hablar con ella. La detuvo en cuanto su concentración fue suficiente, viendo el rostro pasmado de su esposa:- No creas que no tengo ganas de hacerte mía, pero hay algo que quiero preguntarte primero

-Qué cosa?- le preguntó, alejándose un poco para poder observar por completo su rostro, pero sin quitarse de encima de él.

-Has ido al médico como te pedí?- hacía una semana que lo había notado. Ya no tenía el mismo apetito, casi no dormía y cuando lo hacía se movía inquieta; la notaba muy pálida y decaída…así que le pidió que visitara a un amigo suyo del hospital para que le hiciera un chequeo rutinario, solo para asegurarse de que todo estaba en orden

-Sí, fui en cuanto me lo pediste…los resultados me los dan hoy en la tarde

-A qué hora?- le preguntó apresurado

-Me dijo el Dr. Urahara que a partir de las seis de la tarde podía recogerlos en su consultorio

-Muy bien, entonces te acompaño- le dijo

-Puedo ir yo sola, tú quédate a descansar- le dijo, algo molesta

-Quiero asegurarme de que todo esté bien; además aprovecho para saludarlo, después de todo hace mucho que no lo veo

-Ahora que lo mencionas, cómo conociste al Dr. Urahara?- le preguntó. Lo único que sabía de él era que se conocían de tiempo y que estaba casado con Yoruichi Shunshin, una de las encargadas del departamento de Relaciones Internacionales de Kuchiki Co.

-Nunca te lo he mencionado? Pues…fue mi maestro cuando estudié la especialidad en la División de Tokyo

-Vaya! Entonces sí que es un buen doctor…-admitió ella, asombrada por la revelación

-Sí; de hecho fue él quien me recomendó en el hospital, digamos que me consiguió el trabajo. Mi puesto es el que él tenía antes de poner su propio consultorio- le dijo, sonriente

-Increíble…otra cosa más por la cual tenemos que agradecerle- le dijo sonriente

-Bueno, entonces entremos a la casa; me dieron ganas de ver las fotografías, a ti no?

Rukia sabía que lo que intentaba era que se le bajara la calentura, y había funcionado maravillosamente…suspiró y luego se levantó de su lugar. Ichigo la imitó, cercándola con sus brazos y caminando juntos a la casa. Se sentaron donde habían dejado los álbumes y tomaron uno al azar.- Mira, es el de la boda de Ishida e Inoue- dijo Rukia, señalando la foto donde aparecían Orihime y Uryu al centro, ella e Ichigo al lado izquierdo y Tatsuki y Renji del lado derecho de los novios.

-Sí, quién lo diría…nada más faltan Renji y Tatsuki- dijo divertido

-A mí se me hace que ya no tardan, no crees? Se les nota a kilómetros de distancia que están enamoradísimos

-Sí, tienes razón; además Tatsuki es la única que lo pone en su lugar. A propósito, no los has visto?

-Pues no, con eso de que Tatsuki se quedó en Karakura y Renji sigue trabajando con Nii-sama…pero sé que harán una división allá, así que Renji podrá mudarse y quedaran mucho más cerca

-Tal vez solo espera a que esté establecido para pedirle matrimonio…tampoco nos hagamos esperanzas, recuerda todo lo que tardó para pedirle ser su novia- dijo divertido

-También recuerdo el puñetazo que le metió por haberse tardado tanto, jajaja

-Claro! Eso estuvo genial, la verdad- dijo, pasando distraído las hojas hasta que terminaron el álbum

-Ahora éste- dijo, tomando otro de la pila del suelo- Mira, es del bautizo de Kenshi

-Recuerdas el show que nos hicieron Rangiku y Yuzu porque ambas querían ser madrinas

-Claro que sí; y al final, como fue niño, decidimos que el padrino fuera Byakuya- recordó Ichigo. La verdad es que era el más indicado, y el hombre se alegró bastante cuando se lo pidieron

-Sí; fue un problema mantener a la prensa alejada. Después de todo Kuchiki Byakuya iba a tener un ahijado; era una noticia de primera plana

-Fue un problema también para mantenerlos alejados de nuestra boda; con eso de que Kuchiki Rukia iba a contraer matrimonio con un doctor desconocido…

-El mejor del mundo- le dijo, besándolo en la mejilla-Yo creo que escogerlo fue la mejor opción…Nii-sama lo quiere mucho, no crees? Es como si viera a su propio hijo…-dijo inconsciente, recordando la historia de su hermano

-Estoy seguro de que lo quiere; además lo ha educado muy bien, y se llevan de maravilla

-Es como si Kenshi fuera su rayito de luz, no crees?- dijo, dejando el álbum y tomando otro- Este es de las vacaciones que hicimos justo después de comprometernos!

Las fotografías mostraban a todos sus amigos y familiares en la playa; el viaje había sido organizado por Karin y, ya que todos necesitaban un descanso, accedieron a la propuesta. Además fue la oportunidad perfecta para que Byakuya y los Kurosaki se conocieran.

-El mundo es injusto, no crees?- soltó de repente Rukia

-Por qué lo dices?- le preguntó, extrañado por la suposición de la morena

-A nosotros nos lo ha dado todo, y a otros no les dio nada…

-Pero a nosotros nos dio lo que de alguna forma nos debía- le dijo, sonriéndole- Si para conocerte y amarte era necesario todo lo que pasé, entonces no me arrepiento de nada

-Yo tampoco…!- le dijo, atrayéndolo hacia ella para besarlo. Ichigo la recostó en el sillón, mitad consciente de que había mucho riesgo en empezar algo ahí, mitad perdido entre el aroma de su esposa.

-No creo que debamos hacerlo aquí tampoco…-dijo, separándose de nuevo. Miró el reloj de su mano izquierda (cortesía de su hermosa familia) y dijo:- Ya es hora de llevar a Kenshi a la práctica de football

-Iré por él, espéranos en la camioneta- le dijo Rukia mientras se ponía en pie y subía las escaleras. Llegó hasta la habitación de su hijo y lo llamó. Kenshi tomó sus cosas y bajó tomado de la mano de su mamá. Se aseguraron de cerrar la puerta y se dirigieron al carro de Ichigo. Él los esperaba recargado; mirar a su hijo tomado de la mano de Rukia era como verse a sí mismo tomado de la mano de su mamá. Sabía lo apegado que estaba a la morena, y lo mucho que sufriría si algo le llegara a suceder. Tanto para él como para su hijo sería perder una parte de su existencia. Ese era en parte el motivo por el que quiso que la ojivioleta se hiciera los estudios…la otra era porque tenía una idea general y casi certera de lo que padecía la chica.

Subieron todos y charlaron animadamente mientras llegaban a la cancha de entrenamiento. Dejaron a Kenshi y saludaron a la mamá de Mikage, poniéndose de acuerdo sobre a qué hora dejaría a su hijo en casa. Se despidieron y luego subieron al carro.

-A dónde vamos, Ichigo?

-Pues apenas son las cinco, así que no es conveniente ir por los resultados de tus estudios…tengo una idea de a dónde podemos ir, pero no sé si quieras- con los brazos cruzados y la mirada fija en el retrovisor del carro.

-Pues no lo sabremos hasta que lleguemos ahí, no crees?- le preguntó, tomando su rostro y obligándolo a mirarla- Además, no es que necesitemos estar a las seis en punto para recogerlos, Urahara-sensei dijo que podía hacerlo a partir de las seis

-Bueno, entonces vámonos…por cierto, ya pensaste qué auto quieres?- le preguntó. Rukai hizo una mueca, algo exasperada. Hacía un mes que Ichigo había cambiado su convertible blanco por otro convertible, esta vez un Porsche negro; ahora insistía en que ella debía tener algo para su transporte, pero ella no concordaba. Tenía los autos de la compañía para cualquier emergencia y Nii-sama podía recoger a Kenshi en caso de que ella tuviera algún inconveniente.

-Ya te dije que no es necesario! Además no se conducir- le recordó

-Éso es lo de menos, lo importante es que tengas con qué moverte libremente; así que deja de decir eso y escoge uno, el que quieras- le dijo, arrancando el convertible y dirigiéndose al lugar escogido por él. Rukia cruzó los brazos, molesta, y se puso a pensar. La verdad no sabía mucho sobre ese tema, y a ella cualquiera le vendría dando igual…claro que además no quería que Ichigo gastara mucho en un capricho. Ciertamente su trabajo como Doctor en Jefe del departamento de Neurología del Hospital Central de Tokyo era uno muy bien pagado, lo suficiente para tener la casa que tenían, mantener un muy buen nivel de vida y darse lujos tales como el auto y vacaciones cada que el Dr. tenía tiempo, pero no estaba bien confiarse ni abusar de lo que ganaba con tanto esfuerzo. Ella también trabajaba, pero aún así él le daba dinero y pagaba las tarjetas; no quería que siguiera gastando tanto, y mucho menos en algo que ella consideraba inútil.

-Creo que uno sencillo está bien, no crees? Después de todo solo lo usaré para ir y venir del trabajo, recoger a Kenshi de la escuela y llevarlo a sus clases extra- dijo, encogiéndose de hombros

-No creo que esté bien, después de todo tu puesto en la compañía es muy importante como para que llegues así como así- le dijo; en parte tenía razón, así que le dijo:

-Pues entonces puedo pedir prestado uno a la compañía…

-No creo que sea lo mejor, después de todo debes pensar un poco más en el cuidado de tu imagen. Eres Kurosaki Rukia, la hermana menor del Presidente de la Kuchiki Co., Kuchiki Byakuya…ese es suficiente motivo para cuidarla, no crees?- le dijo, y de nuevo tenía algo de razón

-Recuerda que lo único que adoro ser es Kurosaki Rukia, la esposa del Dr. Kurosaki Ichigo y madre del niño más hermoso de este mundo…solo eso- le sonrió. Ichigo no pudo evitar regresarle la sonrisa. Para él, su papel más importante también era ser solo Kurosaki Ichigo, esposo de Kurosaki Rukia y padre del hijo de ella, padre de Kenshi…suspiró derrotado

-Está bien, si de verdad quieres cualquiera, yo lo escogeré por ti- le dijo

-No!- soltó de repente. Ichigo puso una mueca de disgusto, pero siguió con la vista en el camino, rebasando uno que otro automóvil.- Es que tú elegirás uno caro y lujoso con un montón de cosas inútiles; yo quiero uno pequeño y de diseño elegante, blanco de preferencia.- dijo señalándole las características- Además necesitaré unas clases, ya sabes…

-Sí, no te preocupes. Me tomaré el tiempo de enseñarte, de acuerdo? Por el momento deberíamos ir a las agencias a…

-No! Negó rotundamente Rukia, mostrando su desacuerdo- No teníamos planes? No querías que fuéramos juntos a algún lugar?! Entonces ya veremos después lo del carro! Ahora lo único que quiero es…!

-Qué cosa?- le preguntó Ichigo, viendo como Rukia se interrumpió ella misma. Aún cuando estaban juntos esa parte de ella de no decir lo que quería seguía saliendo a la superficie de vez en cuando- Dime Rukia, qué es lo quieres?

-Quiero que pasemos un tiempo juntos, nada más- se sinceró totalmente. Siempre que lo sentía cerca, la seguridad la invadía y comenzaba a abrirse; Ichigo sacaba siempre lo mejor de ella, también aquello que ocultaba. No había secreto que pudiera guardar de él

-De acuerdo, llegamos- dijo de repente. Rukia miró a través del cristal y abrió los ojos, sorprendida. No podía articular palabra; Ichigo salió del auto y llego hasta la portezuela del copiloto sin que ella lo notara. Le abrió la puerta y la ayudó a salir. Era el mismo parque de su primera cita; no habían ido allí juntos después de ese día. Lo habían visitado, cada uno por separado. Incluso Rukia había llevado a Kenshi varias veces con Mikage para que jugaran ahí mientras ella leía un libro o hacía algún trabajo en su laptop, pero como Ichigo estaba muy ocupado con el trabajo no hubo tiempo de que volvieran juntos- Creí que sería un buen momento, cierto? Después de todo no regresamos después de aquel día- le susurró al oído mientras la abrazaba por la cintura desde atrás, pegando la estilizada espalda a sus pectorales.

-Tenía muchas ganas de venir aquí…contigo- le dijo mientras volteaba su rostro lo suficiente para que Ichigo pudiera besarla en la comisura de los labios- Demos un paseo antes de ir a ver a Urahara, de acuerdo?

Ichigo asintió una vez. Ichigo tomó la mano de Rukia y entrelazó sus dedos, comenzando a caminar. Ese lugar se había vuelto muy popular para las parejas de Tokyo, probablemente porque estaba algo alejado del centro de la ciudad y la vista se tornaba grandiosa en determinadas horas del día. En lo particular la morena sentía que invadían su espacio, pero no podía quejarse cuando por fin tenía tiempo de estar a solas con Ichigo.- No has cambiado nada, Rukia- dijo de repente Ichigo, sacándola de sus pensamientos

-Tú tampoco: sigues siendo el mismo de aquel día- dijo Rukia. Ichigo la miró como si en cualquier momento fuera a desaparecer; ella se detuvo, tomando el rostro del peli naranja con la mano que tenía libre.- Qué sucede, Ichigo?

-No tienes ni idea de todo lo que te amo- dijo, firme pero con voz baja. Ella se ruborizó y dejó que su esposo hiciera lo que quisiera con ella. Sintió los dedos del ojimiel abandonar los suyos y como en su lugar cercaban su cintura, atrayéndola a él. Pudo sentir su cuerpo estremecer ante la cercanía de sus alientos mientras se inclinaba lentamente para besarla. Se detuvo cuando sus narices se rozaron- Puedo decirte con exactitud los años, los días, las horas y los minutos que tengo de conocerte, y aún así me parecen muy pocos…

-Es por eso que estaré a tu lado lo que me queda de vida- le dijo ella, cerrando los ojos y esperando a que sus labios hicieran contacto.

-Ahora también está Kenshi, y debes ver por él; yo sé mejor que nadie lo que sufriría tu perdida, y yo no tendría la suficiente voluntad para sacarlo adelante solo. Ciertamente no hay futuro para mí en el que tú no estés conmigo

-Por qué dices todo esto, Ichigo? No vas a perderme! Jamás te librarás de mí!- le aseguró

-Tengo miedo de los resultados de tus estudios. Soy doctor, me percato del más mínimo detalle y no me gusta la idea de verte enferma- le dijo, tomando el rostro pálido de la morena entre sus manos. Rukia sintió la frialdad de su toque y abrió sus ojos violetas, fijándolos en los cafés del hombre.- Te has vuelto más pálida de lo que ya eras, no crees? Esa tampoco es una buena señal

-Es solo el estrés, nada más. Ya verás que todo saldrá bien- le dijo, poniendo sus manos sobre las de él.- Iremos juntos por los resultados y descansaremos tranquilos esta noche, de acuerdo? Es una promesa

-Promesa?

-Sí; hoy regresaremos a casa juntos, tranquilos por las buenas noticias que nos dé Urahara Kisuke

-Está bien, es una promesa.

Caminaron un rato más por el parque y luego se dirigieron al consultorio del Dr. Urahara. Era un lugar muy cómodo y elegante. Varios pacientes estaban en la sala de espera; al parecer también fueron por resultados de varios estudios o análisis. Tomaron asiento junto a una pareja que charlaba animadamente en voz baja sobre su boda. Rukia tomó la mano de Ichigo sin poder evitar que una sonrisa asomara y que el ojimiel la notara: ella estaba aún más feliz cuando hicieron los preparativos de la boda. No era precisamente su sueño hecho realidad, pero si era su realidad consumándose y volviéndose el más tierno recuerdo. Él apretó su mano para llamar la atención de la chica; en cuanto su mirada estuvo en su rostro se acercó a su oído y le susurró:- Rukia, me estás dando miedo; por qué sonríes mientras los ves hablar de su boda?

-No crees que se parecen un poco a nosotros?- le preguntó sin moverse de su lugar

-Claro que no! No tienen nuestro atractivo- le dijo. Rukia soltó una risita que hizo que la pareja de la que estaban hablando se volteara hacia ellos y lo miraran con curiosidad:- Disculpen…- les dijo la chica, animándose a dirigirles la palabra:- ustedes también van a casarse?

-Cómo?- le preguntó Ichigo

-Sí…es decir, también se ven muy enamorados y seguramente planean casarse dentro de poco, no es así?- le respondió la muchacha. Ichigo y Rukia intercambiaron una mirada divertida y finalmente Rukia le dijo:

-Nosotros ya estamos casados

-Ah! Así que son recién casados? Es que el amor se les nota en el rostro- les dijo. Antes de que cualquiera de los dos pudiera aclararle el 'malentendido' la enfermera los llamó para que recogieran los resultados de sus pruebas. La pareja de futuros esposos se dirigió al cuarto que la mujer les había indicado y luego desaparecieron. Con una ojeada se dieron cuenta de que la estancia se había quedado vacía; solo quedaban ellos dos.

-No durarán- dijo de repente Ichigo. Rukia supo inmediatamente a qué se refería.

-Ichigo, no deberías juzgarlos si ni siquiera los conoces

-No los juzgo por lo que no conozco, sino por lo que acabo de presenciar- Rukia lo miraba sin entender exactamente a qué se refería- Para ella el amor es una idea tan corta que se limita al amor en el noviazgo, es decir antes del matrimonio, o justo después de haberte comprometido con la persona para el resto de tu vida. Qué será de ellos cuando tengan cinco años de casados y la idea del amor eterno se haya esfumado?

-Él puede enseñarla a amar por el resto de sus vidas

-Un hombre no puede hacer eso; el amor es decisión de estar al lado de la otra persona no importando la situación en la que se encuentre, es determinación de creer que dos ahora son solo uno. Si ella no puede concebir el amor más allá del noviazgo o del 'recién casado' entonces no hay manera de que eso dure.

-Eres muy duro para juzgar; yo tampoco sabía amar, y de alguna manera tú me enseñaste. Estoy segura de que si él tiene la determinación que tú posees entonces encontrará la manera de hacerlo funcionar

-Vaya, Kurosaki-kun, te han derrotado- dijo una voz que ambos conocían. Urahara Kisuke estaba apoyado viéndolos discutir.

-Claro que no; yo más bien diría que es un empate- le dijo, levantándose para saludar a su sensei.- Hace mucho que no lo veía, Urahara-sensei- dijo estrechando su mano y dándose un caluroso saludo

-Claro que sí; me sorprendió muchísimo cuando esta preciosa señorita vino aquí bajo tu recomendación para hacerse unos cuantos estudios 'de rutina', y me sorprendió aún más saber que su nombre era 'Kuchiki Rukia' y es tu adorada esposa! Debes de tener mucha suerte, Kurosaki-kun.

-Y bien, crees que es pura suerte o me lo merecía?- dijo recibiendo un codazo de parte de la morena

-Creo que nadie tiene nada que no merezca- dijo en conclusión- Bueno, supongo que vienen por los resultados de Rukia-san, así que síganme.

Ichigo tomó a Rukia de la mano y entrelazó de nuevo sus dedos; ella adoraba esa acción del peli naranja y correspondió felizmente. Caminaron detrás de Urahara hasta la habitación que les indicó y tomaron asiento frente a su escritorio.

-Por cierto, Urahara-sensei- le dijo mientras tomaba asiento- La pareja que entró antes de nosotros…

-Ah, ellos? Ya se fueron, salieron por otra puerta. Pero bueno, enfoquémonos en ustedes- les dijo mientras apoyaba los codos en el escritorio y apoyaba la barbilla en ambas manos. Los miró fijamente viendo el nerviosismo de la pareja; la verdad que aún no se creía que su mejor estudiante, el médico más brillante que pudo educar y el 'playboy' no declarado más popular y codiciado de la universidad estuviera casado con nada más y nada menos que la hermana menor de Kuchiki Byakuya, Rukia. Era una especie de karma, o no? Esa chica era increíblemente ingeniosa para los negocios según había escuchado de Yoruichi, con el plus de que era hermosísima: sus ojos violetas y su cabello oscuro contrastaban de manera perfecta con su piel blanca. Pero era mejor no hacer esperar a la pareja o seguro que su ex-alumno perdía el control y comenzaba a golpearlo:- Bueno, supongo que ya te diste cuenta de que algo no está 'bien' con Rukia-san y por eso le pediste que viniera a hacerse unos estudio para comprobar que todo estuviera en orden

-Sí, así fue.- aceptó Ichigo. Vio como Urahara le sonreía

-Siempre fuiste más perceptivo que los demás, sin contar que analizas cada detalle de la persona sin pasar por alto nada. Eso es lo que te convierte en alguien excepcional; me he enterado que has estado haciendo investigaciones y me gustaría que nos juntáramos uno de estos días para platicar un poco

-Claro, por mí encanta…Espera! No me cambies el tema y dime los resultados!- le dijo recordando de repente de qué iba la visita

-Oh, claro…pero antes una preguntita; por qué no le hiciste tú los estudios? Trabajando en el Hospital más grande de la ciudad no había posibilidad de hacerlo ahí?

-Lo pensé, pero no tengo el tiempo suficiente; incluso si hubiera hecho la cita ahí yo no hubiera sido quien analizara las muestras y no me fío de cualquiera para encargarle a alguien tan valiosa como Rukia

-Oye, oye…! Que soy valiosa para ti, no para todo el mundo- le dijo avergonzada

-Yo también creo que eres alguien muy especial, Rukia-san- le dijo Urahara, viéndola divertido- después de todo eres increíble si pudiste atrapar a Kurosaki Ichigo, jajaja. Deberías de haberlo visto en sus épocas de universitario, era el más codiciado en Todai! Jamás alguien ha tenido tantas admiradoras en tan pocos años, incluso sus sempais se peleaban por él

-Quieres dejar de revelar mis malas épocas y decirme los resultados de una vez?!

-Oh, claro, claro…pero otra preguntita antes de eso

-Y ahora qué quieres, Urahara-sensei?- le preguntó Ichigo, comenzando a desesperarse

-Pues ésta vez es para Rukia-san- dijo, girando de nuevo su vista hacia ella- Dime, qué es lo que te agrada de éste sujeto? Siendo tú pudiste conseguir a cualquier otro mejor pero decidiste casarte con él e incluso tienen ya un hijo, o me equivoco?

-Cierto, tenemos un hijo

-Vaya, eres valiente!

-Jajaja- se rió Rukia. Luego miró a Ichigo tratando de escoger las palabras correctas- Pues yo tampoco estoy segura de que fue exactamente lo que me llevó a decidirme por Ichigo; solo sé una cosa: no podría estar con nadie más- afirmó, sonriendo. Urahara giró hacia Ichigo y vio lo que jamás había tenido oportunidad: una sonrisa auténtica, de completa complicidad, aquella que solo puedes compartir con una sola persona y nadie más.

-Bueno, entonces les daré los resultados- dijo, abriendo uno de los cajones y sacando un folder con la etiqueta 'Kurosaki Rukia'. Se lo tendió a la chica que inmediatamente lo abrió, revolviendo entre la inmensidad de papeles que no entendía. Ichigo tomó cada uno de ellos y los observó con cuidado…todo parecía estar en orden, no había ninguna cifra fuera de lugar excepto…

-Urahara, los niveles de progesterona y estrógenos son elevados…

-Así es, y está presente las hormonas GCh y SCh- se detuvo viendo como su alumno ya lo había deducido sin necesidad de ver nada más de los estudios

-Eso significa que…

-Sí, muchas felicidades- dijo, viendo como Rukia permanecía confundida hasta que pronunció estas últimas palabras

-No…no puedo creerlo!- dijo feliz mientras Ichigo la cargaba y le daba una que otra vuelta- Cuánto tiempo?- le preguntó en cuanto se detuvieron

-Tres meses…calculo que nacerá para mediados de julio

Eso fue suficiente para que ambos estallaran de nuevo en risas. Urahara los miraba: cualquiera diría que Ichigo había cambiado totalmente gracias a la pequeña mujer frente a él. Además ella tampoco parecía tener el carácter de Kuchiki Byakuya: era expresiva, efusiva y decidida, además de que su sonrisa hacía nacer una en el rostro del ojimiel. Ciertamente no parecían una pareja que se formara todos los días, parecían más bien una extraña combinación de defectos y virtudes…tenía curiosidad por conocer su historia, pero la escena era tan radiante que interrumpirla podría ser considerado un crimen- Si me lo permiten, me gustaría recomendarle a un ginecólogo amigo mío que puede encargarse del embarazo de Rukia-san.

-Vaya, muchas gracias, Urahara-sensei- le dijo Rukia, regalándole a él también una gran sonrisa

-Es bueno, cierto? Ya sabes lo especial que es para mí y no se la confío a cualquiera- dijo, abrazándola posesivo

-Ya sabes que sí, Kurosaki-kun. Si no fuera muy bueno no te lo recomendaría; además, que su periodo de embarazo sea excelente también se ha vuelto una preocupación para tu sensei.- intercambiaron una mirada de complicidad- Yo mismo me encargaré de que sea atendida como la princesa que es; si tienes alguna duda puedes preguntarle a Kuchiki Byakuya. Si mal no recuerdo Hisana fue atendida por esa misma persona el poco tiempo que estuvo embarazada

-Cómo? Byakuya tuvo un hijo- Rukia palideció. Nunca le había contado a Ichigo esa parte de la historia de su hermana y no había planeado hacerlo; era una especie de agradecimiento por haberle tenido la confianza necesaria y contárselo. Sentía la mirada inquisidora del peli naranja pero no volteó.

-Nii-sama me lo contó; si él atendió a Hisana-nee-sama y no hubo problemas los pocos meses antes de su aborto aún con su delicada salud significa que es un gran médico.- acordó Rukia, esperando que esa explicación fuera suficiente para Ichigo y no le pidiera más explicaciones.

-Bueno, entonces es todo por ahora. Kurosaki-kun, yo te mando el número del especialista para que te pongas en contacto con él, así podrán adaptar las citas al horario de Rukia. Una recomendación desde ahorita:- dijo, dirigiéndose a Rukia- deberías de informar primero que nada a Kuchiki-san para que aliviane un poco tu carga de trabajo; el estrés no es bueno para el bebé

-Claro, hablaré con él hoy mismo

-Bueno, nos vamos. Muchas gracias, Urahara-sensei- dijo Ichigo, estrechándole la mano a Kisuke y saliendo del consultorio con Rukia.

Rukia sentía el agarre de Ichigo en su cintura, pero le daba algo de temor mirarlo. Qué pensaba ahora que sabía que le había ocultado algo durante cinco años? Ichigo tampoco la veía, tratando de controlar un poco el diminuto resentimiento que se formaba en él y explicándose a él mismo la acción de Rukia. Finalmente le dijo:- Sé que no me contaste porque no quisieras, sino porque ese relato te fue confiado en secreto, cierto? Solo tú conoces la historia de tus hermanos y no tienes porque divulgarla. Yo también tengo secretos de familia, así que te entiendo.

Rukia l miró y vio que le sonreía. Ella también sonrió y se detuvo antes de llegar al auto para besarlo en la palma de su mano; él tomó su mandíbula y la inclinó hacia un lado para besar su cuello…sintió el cuerpo de la morena estremecerse ante su contacto; sonrió para él: ese estremecimiento solo podía ser provocado por él, él conocía las debilidades de la chica como nadie jamás lo haría…no permitiría que alguien más pudiera conocerla al mismo nivel emocional que él.- Quieres que vayamos a la oficina a darle la buena nueva a Byakuya?

-Creo que el primero en saberlo debe ser Kenshi- susurró, pues los labios de chigo no se habían separado de su cuello- Estoy segura de que estará muy feliz de tener una hermanita

-Ahora será niña?

-Sí; ahora sí que será niña- dijo, sonriendo con suficiencia

-Bueno, tú eres la del sexto sentido en este asunto, así que confiemos en tu intuición- le dijo por fin abandonando su cuello y besándola en los labios- Bueno, la práctica de kendo acaba de terminar, así que deberíamos de ir adelantándonos a la casa

Ichigo condujo de regreso hasta su casa. Cuando llegaron vieron una camioneta y un auto estacionado en al entrada de su casa. Bajaron con cautela, pero luego reconocieron ambos vehículos. De la camioneta bajaron Renji y Tatsuki mientras que del auto lo hicieron Uryu y Orihime. Caminaron hasta alcanzarlos en la puerta principal- Qué están haciendo aquí? Nos hubieran hablado!

-Si nos hubieran avisado no hubiéramos salido de casa- dijo Rukia, apoyando a Ichigo

-A qué hora llegaron, eh?- les preguntó el 'señor de la casa'

-No hace mucho; yo diría que cinco minutos- dijo Orihime- Queríamos darles una noticia

-Quiénes?- preguntarlos al unísono Ichigo y Rukia

-Nosotros- respondieron los cuatro- Quién primero, ustedes o nosotros?- le preguntó Renji a Ishida

-Mejor ustedes, creo que es más urgente- le dijo Renji

-No, yo creo que ambas son igual de urgentes, no crees?- le dijo Uryu

-Bueno, entonces nosotros- dijo Renji- Bueno, ya que Kuchiki-san me ha trasladado al nuevo despacho que abriremos en Karakura, le pedí a Tatsuki que se casara conmigo…y aceptó

-Vaya, qué bien!- les dijo Rukia, acercándose para darle a la amiga de Ichigo un abrazo de sinceras felicitaciones

-Y ahora no lo golpeaste, Tatsuki?- le preguntó, bromista

-Casi, pero me salvé- dijo, haciendo un ademán de salvación. Tatsuki le dio un codazo, divertida.

-Y para cuando es la boda?- les preguntó Rukia

-Esperamos que para octubre, si no nos surge ningún inconveniente. Así que les queríamos pedir que fueran padrinos de lazo, si no es ningún problema

-Por mí encantada! Qué opinas, Ichi?- le preguntó Rukia, mirando a Ichigo con ojitos suplicantes

-Lo que Rukia diga- dijo Ichigo, obviamente de acuerdo con la petición

-Bueno, entonces ya está hecho- Comenzaremos los preparativos dentro de poco, así que estén muy atentos, eh?

-Bueno, y cuales la otra buena noticia?- le preguntó Ichigo a Ishida

-Pues la de nosotros será para mediados de marzo- dijo Orihime. Ichigo y Rukia se quedaron viéndolos, deduciendo cada uno por su cuenta lo que eso significaba

-Orihime, estás embarazada?- le preguntó Rukia

-Sí!!!- le dijo, abrazándose contentas- Tengo seis meses…no se los habíamos dicho porque estaban muy ocupados y preferíamos darles la noticia personalmente

-Pues si de noticias buenas vamos, nosotros también les tenemos una- dijo Ichigo, poniéndose detrás de Rukia y abrazándola por la cintura- Estamos esperando nuestro segundo bebé

-Qué?!- preguntaron los cuatro amigos, deshaciéndose en preguntas y felicitaciones. Esos dos jamás dejarían de sorprenderlos, y el amor que se tenía no se había debilitado en ningún sentido

-Y para cuándo, Kurosaki?- le preguntó Ishida

-Para mediados de julio- respondió él, depositando un beso en la mejilla de Rukia

-Vaya, pues este año va a estar lleno de celebraciones- respondió Renji, contento- Chance y para éstas fechas del siguiente año Tatsuki y yo ya les estamos dando una buena noticia

Los seis rieron por la broma de Renji. Justo en ese momento la camioneta de la mamá de Mikage se estacionó frente a su cochera y de ella bajo Kenshi, corriendo para abrazar a su mamá. Saludo a todos (ya que se frecuentaban lo más posible) y luego los cuatro amigos se despidieron, pues aún tenían algunas cosillas que arreglar. Quedaron de ponerse en contacto y luego se fueron.

Kenshi entró a la casa tomado de la mano de la morena y del peli naranja. Cuando estuvieron dentro le pidieron a su hijo que se sentara en el sillón mientras ellos pensaban como darle la buena nueva- Kenshi, hijo, hay algo que tenemos que decirte- dijo Ichigo, fingiendo seriedad

-Qué pasa, papi? Le pasó algo a mi tío Byakuya?

-Ya dile, Ichigo!- dijo Rukia dándole un golpecito para que dejara de jugar

-Vas a ser hermano mayor- le dijo, sintiéndose orgulloso

-Mamá va a tener un bebé?!- le preguntó a la ojivioleta

-Así es, Kenshi- dijo Rukia, abrazando a su primogénito

-No te preocupes, mami! Yo voy a cuidarla mucho, seré el mejor hermano mayor de todos!- le dijo haciendo ademán de juramento

-Otro que dice que va a ser niña…-susurró Ichigo- Pero estoy muy orgulloso de ti, hijo- dijo mientras le acariciaba la cabeza

Se sentaron a esperar a que llegara Hana para darle la buena nueva; también llamaron a Byakuya para avisarle, así como a Isshin, Karin, Yuzu, Rangiku y Kaien. Definitivamente ese año estaría lleno de grandes recuerdos también.

Fin

Bueno, el epílogo terminó! ^.^ Ahora sí ahí termina ^.^

Gracias de nuevo por leer esta historia, los kiero!!!

Nota: voy a estar subiendo la segunda temporada de "Our Sweet Symphony"; se llama "Our Sweet Symphony: Second Melody" . Ojalá también les guste mucho y la lean ^.^

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Ruichi-chan, cambio y fuera!!!

IchiRuki 4EvEr!!!!!