Control
Prólogo:
Aquí estoy, viendo las ruinas de lo que alguna vez fue un próspero país, desde que sería la única edificación decente en toda la nación, recostando uno de mis hombros sobre la baranda para luego poner mi rostro sobre mi mano dejando así escapar un largo suspiro, mirando con aburrimiento las ruinas que se encontraban rodeando la edificación donde me encontraba, quedándome en aquella posición por más de veinte minutos, para finalmente aburrirme y entrar a la habitación que se encontraba detrás de mí no sin antes cerrar la puerta corrediza que separaba esta con el balcón donde me encontré hace unos minutos.
Ya dentro mientras me dirigía hacia uno de los sofás me puse a examinar los lujos de los que encontraba rodeado, piso y paredes de mármol enchapado de oro, lujosos muebles, cortinas de seda y el lujo seguía a donde quisiera que mirara.
Sentándome pesadamente sobre el sofá para luego tomar un pedazo de papel y empezar a leerlo lentamente, terminando a los pocos minutos formando una expresión de sádica satisfacción que muchos que me conocieron ya hace varios años nunca pensaron que podría aparecer en mi rostro, tirando el papel en la pequeña mesa de estar.
Estirando mis brazos y piernas en una posición relajada para luego ver como un par de brazos me abrazaban cariñosamente por detrás – Haruhi.
-Como estás Kyon-kun –
Solo volteé ligeramente mi rostro para encontrarme con la mirada de una joven la cual hace varios años había causado un enorme temor en mí, pero ahora simplemente no sentía nada, claro yo sabía que ella me amaba, especialmente porque podía ver como sus ojos me miraban con infinito amor – excelente Haruhi – tomando su mano y besándola con falso cariño.
-Me alegro-
Ignorando las palabras de la Haruhi, me decía a mí mismo, como no estarlo después de todo por fin me he librado de una de las facciones rebeldes más poderosas y molestas que se oponían a mí, idiotas, pensar que podrían hacer algo contra mí, después de todo a mi lado tengo el apoyo del propio Dios, algo que no puede ser superado por nada, no que ella lo sepa, no pudiendo contenerme más para empezar a reírme.
-¿Qué es tan graciosa Kyon-kun?
-Nada Haruhi, solo recordando el pasado-
-¿Te refieres cuando finalmente me contaste tu secreto?- viendo como ella también sonreía ante la memoria.
Tonta, aún no puedo olvidar como todo empezó, como un simple humano como yo pudo controlar un dios.