CAPITULO 7: SÓLO QUERÍA QUE LO SUPIERAS…
Caminaban uno al lado del otro, había un silencio incomodo que los rodeaba, se sentían nerviosos y tímidos, como si hubiera una barrera que evitara que se acercarán, las cosas se sentían muy diferentes entre ellos, ella se sentía confundida, él sentía que había fallado.
Llegaron a casa del Quincy y tras un par de horas de estudio al fin lograron terminar el trabajo, aún era muy temprano y la tensión parecía haber disminuido mucho, pero ambos seguían cautelosos, hasta que el joven decidió romper el silencio buscando un tema de conversación ligero.
-Y dime Kuchiki san, ¿no te habré interrumpido en algo hace un rato? Fue raro encontrarte sin que quedáramos de acuerdo - decía mirando las cosas que iba recogiendo
- eh? Ah no para nada, -recordando lo que había estado tratando de averiguar - sólo estaba… investigando algo…
- ¿Es algo malo?- mirándola preocupado
-No, no, nada de qué preocuparse- bajo la mirada sonrojada
Se sentó frente a ella mientras servía más té
- y se puede saber, ¿qué investigabas?
-Bueno yo- tomo un poco de té mientras desviaba la mirada hacia la recepción quedando pálida
En la entrada se encontraba un bote con algunas cosas que el joven había ocupado recientemente y que por algunos imprevistos no había podido acomodar donde debía por lo que había dejado todo ahí distraídamente. Dentro de este se encontraba una bolsa de confeti, algunos globos desinflados y un poco de listón rojo, que sin duda debió ocupar para un fino moño, al percatarse de eso la morena quedo en shock, sintiendo que su estómago se desharía, el joven la miro y se acercó a ella.
-¿Te encuentras bien Kuchiki san? Te ves muy pálida
-Estoy... Bien
Esas palabras habían definido todo "Kuchiki San" sólo había una persona que la seguía llamando así, y era el Quincy, todos le decían Rukia, Kya chan, Kuchiki, enana y demás sobrenombres, pero sólo una persona le decía Kuchiki san.
La morena bajo la mirada aun tratando de procesar la información conectando todo, no quería cometer ningún error, mientras tanto el Quincy había terminado de levantar todo y se sentaba a su lado mirándola confuso, no comprendía su cambio de actitud, no podía evitar mirarla con ternura, realmente esa chica tenía algo que le hacía sentir infinitamente feliz.
-Gra... gracias por el chappy… -no se le ocurrió otra manera de averiguarlo sólo levanto un poco la vista encontrándose con sus ojos durante un breve lapso hasta que desvió la mirada sonrojada
-No, no es nada – fue un acto reflejo, ni siquiera notó lo que paso hasta después de haberlo dicho.
Esa respuesta hizo que ella lo mirara asombrada, estaba algo sonrojada pero en sus ojos había un brillo de felicidad que no podía ocultar. Mientras que el ojiazul ahora se encontraba nervioso, sentía como su corazón palpitaba a mil por hora, un calor desquiciante le inundaba el rostro y no tenía valor para mirar a la chica a la cara.
-No tenías por qué moles….
En ese instante la joven fue abruptamente interrumpida por el joven quien la tomo de las manos y viéndola a los ojos con su cara muy cerca a la de ella, ya no tenía nada que perder y ya no aguantaba la incertidumbre.
-No fue ninguna molestia, entiéndelo, y entiende que haría eso y más por ti, porque yo…. – bajo la mirada y se sonrojo, pero no dejaría esto así – porque yo me he enamorado de ti, no sé cómo ni cuando, sólo sé que todo lo que espero cada día es poder verte, poder estar cerca de ti y verte sonreír, tú me haces feliz simplemente con estar ahí…
La situación la tomo completamente por sorpresa, abrió los ojos completamente anonadada, tenía miedo, estaba confundida y nunca se hubiera esperado una confesión de esa magnitud, sus mejillas ruborizadas y sus manos temblando sólo le recordaban sus inseguridades, en un movimiento se alejó del chico y apareció en la puerta.
-Lo lamento yo... tengo que irme, lo siento…
Cerró la puerta tras ella y salió huyendo lo más rápido posible a donde fuese que le llevaran sus pies, su mente estaba completamente en shock.
Aquella reacción fue tan rápida que el Quincy apenas pudo reaccionar, fue de inmediato a la puerta cuando esta se cerró y quiso alcanzar a la shinigami, pero para este entonces ella ya había desaparecido, cerró la puerta desilusionado, frustrado, parece que había entendido mal las señales, que sus sentimientos no eran correspondidos.
*patético Ishida, eres patético* se repetía una y otra vez el mismo acostado en el sofá mirando el vacío.
En una esquina cerca de la casa de Ishida la pelinaranja se encontraba estupefacta, había visto todo, o al menos lo suficiente, dudo unos instantes pero después toco la puerta.
TOC TOC
¿Podría ser que hubiese regresado? No le tomo un segundo salir de sus pensamientos para abrir la puerta
-Rukia chan yo… -era la pelinaranja, la desilusión se apodero de su rostro- Perdona Inoue, que deseas…
- lo siento ¿interrumpo algo? –tratando de no soltarse a llorar
- no nada… -acomodando sus gafas
-¿puedo pasar? No te quitare mucho tiempo
-claro, adelante, ¿te ofrezco algo? – haciéndose a un lado para q pasara
-no gracias… Ishida kun yo…-se detuvo en el lobby pensativamente
El joven volteo al no oír más pasos de su compañera y al verla se preocupo
-¿segura que estas bien Inoue?
-Por favor – ya no pudo contenerse más no aguantaba ver al chico en ese estado, tomo la mano de él y sus lágrimas comenzaron a caer incontrolablemente
– por favor, elígeme a mí, déjame hacerte feliz Ishida kun.
El joven se molestó un poco por la insistencia de la chica, más que nada por el hecho de que acababa de pasar por un mal momento, no tenía tiempo para esto, pero al ver como la chica lloraba se sorprendió bastante
-Inoue san, ¿porque estas llorando?
-Perdona, yo, no sé, sólo salieron lágrimas, Ishida kun te quiero!
Terminando de pronunciar estas palabras poso sus labios sobre los del joven, y coloco sus manos sobre los hombros de este, el cual se quedó inmóvil y confundido.
Al mismo tiempo la shinigami había huido hacia el parque una vez más, no sabía ni siquiera porque había huido, tenía miedo, no sabía que hacer, no sabía que sentía, Ishida le gustaba, de alguna manera estar con el la hacía sentir tranquila y feliz, ella se sentía completa estando con él, pero tenia miedo, ¿era posible una relación entre una shinigami y un quincy? Además, ¿Qué pasa con Inoue? Ella parecía interesada en él, y estaba el hecho de que ella no sabía cuanto tiempo podría permanecer en Karakura, su mente estaba llena de mil cosas, estaba completamente sumida en sus pensamientos, por un lado quería regresar y decirle que lo quería, pero… ¿realmente lo quería? O sólo era un ligero capricho, no sabía que hacer… Caída la noche estaba en camino hacia la casa de Ichigo, cuando de pronto una luz en el cielo apareció era una puerta espiritual.
-Rukia, es hora de irnos…
- Nii sama - sorprendida
- FIN DEL CAPITULO-
Hohohohoho se esta poniendo bueno, hahahaha me da risa, creo que cuando subi este capi hace mil ochoscientos años no volví a leer más el fic (aparte de que ya ni lo tenía hahahaha tuve que hacer copy page pa la remazterización) y ahora lo leo mientras veo que no me convence y así, y oh sorpresa…. Hahahaah me emociono hahahaha!
Bueno se me ocurrio meterle un poco más de drama a la historia, yo creo que a lo mucho habrá otros 4 capitulos, no sé, entr ya veré, no quiero hacerla muy larga y que luego pierda todo e sentido ni nada, así que, bueno denme consejos, ideas, estoy abierta a las posibilidades!
Bueno espero sus comentarios en forma de review!
saluditoooos