Disclaimer: Todos los personajes y situaciones de este fic son propiedad de la Sra Stephenie Meyer. No gano un solo centavo con esto y, en cambio, pierdo mucho tiempo... pero disfruto haciendolo ^^
Capitulo 2
Libro abierto
El día siguiente fue… terrible… peor en todos los sentidos…
En mi nueva vida en Forks parecía aplicarse la ley que decía que todo lo que podía ir mal iba a ir aun peor. En los únicos tres días que había estado en este aburrido pueblo no había parado de llover un solo minuto. Una llovizna débil e inacabable caía con el solo propósito de hacer de mi vida cada momento más miserable.
Con esa desagradable lluvia a todas horas y sin una tienda decente a kilómetros ¿Quién no se sentiría deprimido y furioso con todo?
Nada tenía que ver con que Royce no me hubiera llamado, escrito o comunicado de cualquier manera en tres días, o el frio y desagradable ambiente que parecía haberse pegado últimamente a mi casa. Por supuesto que nada de eso tenía que ver. Era por esa maldita lluvia.
Y el estúpido de Emmett Cullen.
No es que tuviera mucha influencia en mi vida. Ni siquiera habíamos llegado a cruzar una palabra alguna vez! ninguna de nuestras clases había coincidido, jamás se había acercado a mí en los almuerzos y hasta donde yo sabía, ni siquiera se había dignado a preguntar absolutamente NADA de mi…
Por lo que no encontraba explicación alguna al hecho de que Emmett Cullen se pasara la hora entera del almuerzo con una sonrisa burlona en su rostro y sin despegar su vista de mi.
-Emmett Cullen te vuelve a mirar- canturreo Jessica sentándose otra vez frente a mí, sin esperar ninguna invitación.
Escondí una mueca de desagrado tanto por la compañía como por la noticia.
-¿se vuelve a reír?- pregunte aplastando un trozo de pan contra la bandeja solo por descargar mi enojo.
- no estoy segura que este riendo… pero si, esta sonriendo de nuevo… ¿Crees que le interesas? Tú sabes, ¿de esa forma?... Emmett Cullen jamás se ha interesado por nadie de esta escuela… ¿crees que realmente este interesado en ti?
Jessica sonreía, tratando de parecer amable, tratando de parecer mi amiga. Intentaba ocultar la envidia y el veneno de su voz lo más posible, y casi lo lograba… Lástima por ella que ya me hubiera cruzado con otras arpías en el pasado… Lástima por ella que yo fuera una de las más peligrosas…
- No me interesa que Emmett Cullen esté o no interesado en mí… aquí lo único que importa es que yo no estoy interesada…- y sin agregar nada más me levante de la mesa, dando todo el dramatismo posible a mi salida.
-¿A dónde vas Rosalie?
- Me has quitado el apetito… Me adelanto a clases…
Salí del comedor en dirección contraria a todo el alumnado que se apresuraba a ocupar las mesas. ¿Acaso el evento más interesante que ocurría dentro de este triste instituto era la hora del almuerzo? Patético.
Me detuve en el pasillo desierto que daba a mi próxima clase de biología. ¿Qué es lo que estaba haciendo aquí? ¿Por qué demonios tendría que haber venido a este maldito lugar, en primer lugar? Extrañaba mi casa en Rochester, mi perfecta escuela donde siempre había algo interesante que hacer, alguien más de quien hablar…
Extrañaba a Vera… Extrañaba a Royce…
¿Por qué todavía no me había llamado? ¿Ya se había cansado de mí?
Un extraño peso se instalo en mi pecho ante ese pensamiento. No… eso era imposible... Debió de haberle pasado algo, quizá le había ocurrido un accidente…
Quizá en este mismo momento yacía herido y terriblemente adolorido en la cama de algún hospital, sin poder hablar, sin poder moverse, siquiera para levantar el teléfono… Quizá había caído en un coma profundo…
Bueno, esa si sería una excusa válida pensé con un poco de malicia…
Apreté el puente de mi nariz con los dedos tratando de calmarme, tratando de no pensar en tantos absurdos... tratando de no enfurecerme de verdad ante la posibilidad de que Royce no me hubiera llamado solo porque se había olvidado o no quería hacerlo.
Bufe molesta, cuando una risita apagada me distrajo. Levante la vista, y como no, Emmett Cullen estaba frente a mí, apoyado descaradamente en la pared con los brazos cruzados y una sonrisa enorme y muy mal disimulada. ¿Desde cuándo estaba ahí? ¿Me había seguido? La frustración dio paso rápidamente a la furia.
Que es lo que tanto miras Cullen?- reclame ya harta de la situación, lo último que necesitaba en este momento era su sonrisa burlona y su belleza apabullante frente a mí.
Te ves adorable enojada.
Su respuesta fue rápida, sincera, sin dobleces… ningún doble sentido, ninguna burla escondida. Su voz era profunda, segura y confiada. Sus dos hoyuelos marcándose adorablemente con su sonrisa. Sus rizos negros bailando frente a su cara.
Quise golpearlo… con todas mis fuerzas… al menos con un bate… o pasarle un auto por encima…
Quise que mis mejillas no me traicionaran sonrojándose…
Iba a contestarle… algo iba a contestarle, o debería haberlo hecho, pero mi mente entro en una especie de cortocircuito que no entendí del todo. El timbre sonó en algún lugar dando comienzo a las clases, dándome la única oportunidad para escapar. Gire rápidamente y me encamine por el pasillo que llevaba al salón de biología…
Había olvidado que era la nueva aquí, que tendría que esperar al profesor para darle mi permiso de transferencia, que me volvería a presentar ante toda la clase y me asignaría un lugar libre en el laboratorio. Maldije otra vez mi suerte. Ni siquiera cuando quería podía pasar desapercibida.
Entre al aula vacía y me concentre otra vez en el paisaje gris y deprimente de la ventana. Tratando de no pensar en nada. Específicamente tratando de ignorar que el chico del cual había querido escapar me había seguido y se había sentado en una de las mesas del fondo del salón.
Intente imaginar que en realidad no había nadie conmigo en el salón, o mejor aun que me encontraba en cualquier parte del mundo menos aquí en este pueblo perdido en medio de la nada. Nunca fui buena con esa cosa de la imaginación pero aun así estoy segura que, aun si fuera buena en eso, me hubiera sido imposible ignorar los ojos dorados a mi espalda que me atravesaban como si fueran cuchillas o peor el ligero rubor que, en vano, aun luchaba por contener.
¿Qué me sucedía? Porque parecía que no hubiera nada que pudiera hacer cuando estaba frente a este chico? Una mirada de él y podía sentir todas y cada una de mis defensas caer. Una palabra y ya olvidaba hasta mi nombre. Si Vera estuviera aquí se regocijaría de verme por una vez sin tener el control de la situación.
La marea de gente entro al aula rompiendo con toda mi meditación y la tensión que sentía sobre mis hombros cayo como nieve acumulada. Aun así seguí mirando por la ventana hasta el último minuto. No quería enfrentarme a sus ojos.
Por primera vez desde que me encontraba en este pueblo había dejado de llover.
-Ah! Señorita Hale. Acérquese para poder presentarla a sus compañeros.- la voz desganada del profesor que ya, por su forma de vestir podía decir que no parecía muy interesado en el protocolo me dio una salida para librarme del tedioso momento
-creo que todos ellos ya me conocen- dije tratando de escapar de la absurda situación rápidamente.
-Muy bien, de acuerdo. Entonces tome asiento con Cullen.
Oh, ya veo… en esta insignificante escuela era donde Rosalie Hale pagaría por todas sus culpas, sin darme cuenta siquiera había caído en mi infierno personal.
Me dirigí con mi mejor mirada de suficiencia hasta el asiento libre frente a Emmett Cullen quien parecía bastante pagado de sí mismo, con una enorme sonrisa iluminándole la cara. Oh vamos! Que tan difícil podría ser ignorarle por la próxima hora?
-muy bien hoy harán un ejercicio con su compañero de laboratorio.- dijo el profesor comenzando a repartir unas laminetas por las mesas.- por cierto, esta nota ira a su informe así que más les vale hacerlas bien si quieren graduarse.
Tome la lamineta preguntándome qué demonios querría que hiciéramos con ella. Supongo que hubiera sido bueno haber prestado atención a las clases en Rochester.
A menos que tengas buena vista, necesitaras del microscopio compañera.
Ignóralo Rose, solo ignóralo. Como si no estuviera allí…
Sin siquiera alzar la vista le alcance la lamineta por la mesa. Sus dedos fríos rozaron los míos cuando tomo la lamineta. Una corriente eléctrica me recorrió el brazo y me obligo a levantar la vista. El me miraba con intensidad, parecía sorprendido. ¿Había sentido también el fogonazo eléctrico?
Me apresure a retirar la mano y a mirar hacia el otro lado del salón.
Puedes hacerlo tú si quieres.
Casi pude escuchar la sonrisa que se expandía en su cara.
Cuando los latidos de mi corazón se calmaron un poco comencé a ver las otras. Vi cómo el chico ese del que tanto hablaba Jessica, (Mark o algo) y su compañera parecían tener problemas con sus laminetas, comparaban dos diapositivas una y otra vez. Otra pareja más allá abría un libro debajo de la mesa. Parecía ser un ejercicio complejo para todos aquí. Me pregunte si mi "compañero" tendría dificultades.
Lo mire de reojo. De nuevo me estaba observando con ese frustrante punto de diversión en la mirada. Estaba por preguntarle sobre el trabajo cuando el profesor Banner llegó a nuestra mesa para ver por qué no estábamos haciendo nada.
Y ustedes ¿ya han terminado?
Antes que se me ocurriera una excusa Emmett Cullen le alcanzo una hoja ya rellena con letra redondeada y grande. Desconfiado el profesor miró con más detenimiento las respuestas.
—Fantástico esta perfecto.- Con una expresión encantada me pregunto. — ¿Has hecho antes esta práctica de laboratorio?
Sin darme siquiera tiempo a contestar continuo hablando aun más alto para que toda la clase lo oyera
- Muy bien, muy bien señorita Hale veo que usted hizo un excelente trabajo. Me alegra de que este usted aquí.
Y siguió caminando por el pasillo sin importarle lo mas mínimo mi cara de estupefacción.
- porque no le dijiste que tu lo habías hecho?- mi tono era imperativo aun sin darme cuenta. No estaba segura de sentirme aliviada por no haber sido castigada por el profesor, estaba confundida porque Emmett Cullen no había hecho el más mínimo intento de defenderse. Debería estar halagada pero por alguna razón me sentía ofendida.
Su respuesta fue tranquila y segura otra vez.
- no me interesan los cumplidos de un profesor de secundaria.
- y por eso me los das a mi? –ahora si estaba molesta, sin darme cuenta mi tono de voz sonó una octava más alta. Una risa se le escapo de entre los labios. Con un quejido me aleje de su silla y cruce los brazos sobre mi pecho.
Sabía que estaba haciendo el ridículo, debía parecer una niñita caprichosa. Debía estar pasándoselo en grande, ahora si tenía una razón para divertirse a costa de mi. Lo que hacía toda la situación aun más frustrante.
No entendía sus razones. ¿Por qué había hecho algo tan estúpido como darme el reconocimiento a mí? Sin siquiera pensarlo demasiado una sospecha surgió.
- ¡Que crees que conseguirás con esto?- dije mirándolo por detrás del mechón de pelo que caía sobre mi cara.
-¿puedo conseguir algo?- dijo con una sonrisa torcida y una mirada desafiante pero divertida. Estaba probándome.
Entonces si esperaba conseguir algo. Pues esta era mi oportunidad para estrellarlo con la realidad. No importaba que clase de celebridad creyera que era en este lugar perdido en la nada. No tenía ninguna oportunidad con Rosalie Hale. Sonreí maliciosamente.
- Lee mis labios Cullen. Ab-so-lu-ta-men-te NADA
Estallo en carcajadas.
Esa, definitivamente, no era la reacción que esperaba.
Todos en el aula se giraron hacia nuestra mesa, sentí el calor subir por mis mejillas. El profesor le llamo la atención y lo mando a callar.
- de qué demonios te ríes?- pregunte bajo el aliento. Ahora si estaba furiosa.
-En serio, eres más fácil de leer que un libro abierto
Jamás me habían dicho eso. De hecho estaba más que orgullosa del hecho que nadie, absolutamente nadie supiera que pasara por mi cabeza. Vera me lo había dicho incontables veces " Rose me gustaría tener un lector de mentes para saber qué demonios piensas…"
- aunque no creo que tu mente sea una charca poco profunda – continuo diciendo mientras sonreía de forma peculiar, con un deje de malicia, como si estuviera completamente seguro de lo que decía, o tuviera algún sentido.
- quien dijo eso?
-alguien presuntuoso- dijo en un tono misterioso mientras se tocaba la cabeza con uno de sus dedos.
Otra vez el timbre, y otra vez fue un alivio escucharlo. Tome rápidamente mis apuntes y me apresure a salir de allí.
Quería golpearlo tan fuerte como me fuera posible. Y luego de eso pisotearlo hasta que se quitara esa estúpida sonrisa de su cara.
Una voz grave sonó por encima de todo el murmullo de la gente que se dirigía a la salida
Rose!
Una fuerza superior me detuvo. ¿Cómo me había llamado? Solo Vera me llamaba así. Solo a ella se lo permitía.
No vuelvas a llamarme así!- sisee furiosa
Te olvidas esto- dijo jugando con mis llaves. Una sonrisa le cruzaba la cara ignorando completamente lo que le había dicho
¿has escuchado lo que dije Cullen?
Nos vemos mañana, compañera- dijo pasando cerca de mí rozándome ligeramente. La descarga eléctrica que me recorrió fue todavía más fuerte. Me dejo congelada en el lugar con la esencia de su aroma diluyéndose.
Cuando me di cuenta ya no había nadie en el pasillo. Frustrada pero sobre todo avergonzada de mi misma llegue a mi auto.
Al menos había dejado de llover.
ya lo siento... se que la tardanza no tiene ningun tipo de perdon esta vez... pero tengo dos grandes motivos para esto...
1- es, por supuesto, la facultad que no me deja el tiempo necesario para escribir y consume todas mis gastadas neuronas
y 2- es que quiero brindarles no un buen capitulo, sino un EXCELENTE capitulo...
se que no lo merezco pero gracias, gracias y mil gracias por todos los reviews, y los favoritos a los que me agregaron... son las razones que me sigue impulsando a seguir escribiendo aunque tarde demasiado...
el 3er capi, el Prodigio ya esta en proceso y adelanto!: nada de camionetas... solo eso...
oh... suspenso... ^^