Nada es mio, por desgracia, y bah, ya saben.
La enfermedad desconocida lo debilitaba cada vez más. El encierro lo tenía al borde de la locura, el cansancio predominaba siempre. Veía a todos los demás trabajar tan duro y él deseaba poder hacer lo mismo.
La vida monótona que llevaba lo tenía cansado ya; sin nada interesante que hacer, tratar de sobrevivir un poco más no tenía ya sentido para él, ya que, si lo llegara a lograr no iba a soportar mucho más. Y entonces ella llegó, aquel ser tan interesante, tan tímido y peligroso.
Repugnancia es lo que siente cuando la ve, pero le está agradecido de que haya traido un poco de emoción a su vida. Pero ella no habla, no hace nada, se esconde temerosa. Trabaja más que todos, solo habla con Jamie y Jeb.
Pero tiempo después ella se acostumbra, se abre y él se da cuenta; de que ella no es como todos los parásitos, que no es una Buscadora y que no les hará daño nunca.
Porque ella no era un monstruo ni mucho menos.
Sus historias; las más fascinantes que haya escuchado en su vida, su manera de ver todos los mundos que los rodean. Todas sus vidas pasadas. Walter desea, pero a la vez no, ser como ella; poder vivir una y otra vez, renacer en cualquiera de esos maravillosos mundos.
La enfermedad avanza, empeora cada vez más.
Él siente como la vida se le escapa por cada poro de su piel, y una frágil mano apretar la suya suavemente.
La oscuridad se cierne sobre él y al fin descaza. Ve a Gladys, su Gladys; extender una mano hacia él, sonriendo, como siempre lo había hecho.
Se siente bien otra vez, las molestias ya no están, el dolor se ha ido y se siente flotar.
Walter es tan lindo y tan ¡ow! Es uno de los personajes que más me gusta :D
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