Este es un fic CONJUNTO

Autores: Josefo y Ushio Amamiya

Como leyeron, este fic es mio y de Josefo, autor de los diarios de karakura y de maldito boomerang

Espero que les guste, es un fic del antiguo Japón y van a ver espadas, romance, conflictos, codicia, lujuria....paro o terminare recitando los pecados capitales XD

Ahora unas palabras de Josefo...Adelante Josefo!!

Bleach es de Tite y...ya saben el resto

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Saludos a todos. Para mi ha sido un placer escribir este fic a lado de Ushio, espero que se diviertan al leerlo tanto como nosotros nos hemos divertido al escribirlo.

Una historia alterna que se centra en la relación (romántica) entre Ichigo y Orihime, sin embargo trataremos de explotar todo tipo de aspectos en la trama, desde la comedia hasta el drama y le daremos desarrollo a la historia de otros personajes.

Capitulo 1: Escapando a tu realidad

En Japón, en aquellos tiempos en que la vestimenta era solo kimono y Samurai, se podía ver un hogar de familia rica, es decir, de nobleza y ahí despertaba un joven de cabello naranja y ojos marrones. Lanzo un bostezo, aún se le veía el sueño reflejado, pero no le dio importancia. Una vez que estuvo ya vestido, la puerta se desliza y con una reverencia, entra un par de sirvientas con el desayuno.

-Pueden dejarlo ahí y luego volver a cuidar a mis hermanas-Ordeno.

-Hai Ichigo-sama-Dijeron a la vez para luego retirarse.

Mientras comía de su desayuno, pensaba que hacer hoy, como su padre regresaba en la noche, creyó que era la oportunidad perfecta para ir al pueblo a escondidas y disfrazado, por eso pidió que cuidaran bien a sus hermanas.

Ichigo era el típico hombre de negocios, atrapado entre la monotonía de sus responsabilidades y la fría vida de la gente noble. A pesar de que lo tenía todo y la gente creía que no le faltaba nada, la realidad era otra totalmente, la soledad era su mayor activo.

El señor dejo encargado que revisara el asunto de los comerciantes y las bailarinas en el pueblo-uno de los asistentes le recuerda a Ichigo su tarea del día – no han pagado el impuesto correspondiente y hay que ver que cumplan.

Si, si claro – responde fríamente Ichigo mientras salía de su casa - ¡que fastidio!.

Ichigo, al notar que ya nadie lo veía, corrió rápidamente a una pequeña bodega cerca de su propiedad. Ahí planeaba disfrazarse para ir al pueblo, sin que nadie lo reconociera.

Se quito aquellas ropas de chico rico para reemplazarlas por los de un simple ciudadano que consiguió con la ayuda de su fiel amigo Chad, quien también trabajaba para él. Se puso una capa para que nadie de sus terrenos lo descubriera, por lo que una vez libre, se bajo el gorro de la capa y satisfecho de sus logros, se dirigió al pueblo.

Recorrió el lugar animado a pesar que su rostro no lo reflejase, vio personas haciendo trucos de magia, como hacían artesanía, pequeños fuegos artificiales y tocaban música, todos lucían alegres. Se detuvo al oír algo difícil de descubrir con tanto jaleo: Tarareo. Curioso, se adentró en el bosque que se necesitaba atravesar para llegar al pueblo.

Entre los arbustos, descubrió quien producía aquel simple sonido: Una chica. Era de cabello largo y naranja como el suyo, pero más oscuros, ojos grises y vestía con las típicas ropas de bailarina. Bailaba lo que ella misma cantaba mientras era observada por un gato negro.

Aquella mujer había atraído al joven noble como sirena que con su canto hipnotiza a los marineros. Esa mujer de mirada profunda, ¿hundiría su barco?

La gente que estaba a su alrededor la veía de forma tan intensa como lo hacia Ichigo. Era difícil no caer ante el embrujo de aquellos ojos grises. Ichigo había tenido la oportunidad de ver a muchas mujeres en su vida, muchas de las cuales eran consideradas de las más bellas de todo Japón, no entendía como era posible que en medio de la nada, en medio de aquel bosque se encontrara la mujer mas hermosa que jamás haya visto.

Aunque había algo en él que le decía que se alejara, que no debía seguir, no lo pudo evitar, estaba hipnotizado. Termino acercándose a la mujer, junto al resto de las personas que la observaban.

¿Sabe Como se llama esa muchacha? – pregunta Ichigo a uno de los ancianos que miraban a la bailarina.

-Oh, se llama Orihime Inoue y es una aprendiz de bailarina. Es realmente encantadora.

Las aprendices de bailarina cumplían sus oficios en las calles hasta que eran aceptadas para trabajar en palacios o bares.

-No lo recuerdo haber visto por el pueblo, joven-Los de la nobleza no tenían contacto con los pueblos frente a frente, sino a través de sus hombres.

-Soy...un recién llegado-Mintió.

Aquella joven seguía bailando con una sonrisa de emoción, luego dio unos giros mientras metía sus manos en sus bolsillos para sacar una pelota del tamaño de su mano, pero para su mala suerte, se le resbalo de la mano, lo que ocasionó que se tropezase. La gente grito sorprendida y asustada al ver como caía...sobre Ichigo, ocasionando que ambos cayesen.

-¡Orihime-chan!-Gritaron unos niños.

-Auch...-Exclamaron ambos, adoloridos.

-¡G-Gomen ne!-Exclamo mientras alzo su cabeza para ver al muchacho.

Cuando sus miradas se cruzaron, no pudieron evitar quedar atrapados ante los ojos del otro. Lucían sorprendidos y por una razón, también estaban a gusto en esa posición. Finalmente la chica recobró el sentido y roja de la vergüenza, se aparta para ayudarlo a ponerse de pie.

-Lo siento mucho señor...y lo siento mucho minna, tendré que rechazar su ofrenda-Inclinándose ante el público.

-Descuida, igual nos divertimos-Dijo uno de los ancianos.

Lamento que te hayas tropezado – Ichigo la voltea a ver de forma seria, sin dejar de admirarse por su belleza – es una lastima que tu actuación se haya arruinado, me siento un poco responsable.

No se preocupe señor, suele pasarme muy seguido apenas soy una aprendiz – Orihime responde con una sonrisa que deslumbra a Ichigo, mientras posa su mano izquierda en su nuca.

Al principio Orihime-chan se caía todos los días – interviene un niño de cabello rojizo y mirada hostil, que tal parecía era uno de los asistentes de la chica. – a mejorado mucho

¡Jinta-chan, no digas eso! – Orihime sonrojada le reclama a su pequeño compañero quien salio corriendo de la escena con una sonrisa burlona.

¿Entonces te llamas Orihime? – pregunta Ichigo viendo a la chica que continuaba algo sonrojada.

Hai – responde la chica sonriendo y cerrando los ojos – Orihime Inoue, aprendiz de bailarina – abre los ojos manteniendo su sonrisa – y usted es……

Llámame Ichigo – el joven esboza una pequeña sonrisa por primera vez aquella mañana, y por primera vez hacia mucho tiempo era una sonrisa sincera.

-Miau-Agacharon sus cabezas y vieron al gato negro que sostenía el dinero que habían ganado en su boca gracias a una pequeña bolsa y miraba de mala cara al joven.

-Este gato es Tsubaki-kun-Cargándolo-Es algo sobre protector conmigo por ser algo torpe.-Recibiendo con su mano la bolsa para luego guardárselo.- ¿Es nuevo en el pueblo?

-Ah...así es-Volvió a mentir.

-¿Tiene donde quedarse?

-Si, no te preocupes.

En eso, Orihime se preocupo al ver que Ichigo tenía un corte en el cuello y se lo hizo saber. Buscaba entre sus cosas algo con que ayudarlo a pesar que él insistía que no era necesario. Ella lo ignoro y con un parche, se le acercó para luego cubrirle la herida. La cercanía provocó que el chico se sorprendiese y sintiese como si su corazón latiese demasiado rápido, el juicio se le había nublado y sentía la garganta seca.

-Ya esta-Sonriendo satisfecha.

-Toma la pelota.

-Gracias Ururu-chan-Recibiéndolo-En verdad que quería que Tsubaki participase...Bueno, será a la próxima.

Una vez que la chica procuro que su herida no fuera grave, continuaron platicando sobre los detalles del pueblo y de la interacción de la gente, en los festivales y ferias. A Ichigo le sorprendió como la gente se ganaba la vida en aquel lugar, de una forma tan sencilla pero a la vez tan compleja.

Mientras recorrían el lugar viendo a las personas en sus respectivos negocios y espectáculos, vieron como un grupo de hombres elegantemente vestidos se acercaban al lugar.

El rostro de Orihime cambio drásticamente y por primera vez, Ichigo vio en su cara una expresión negativa.

¡Son esos hombres! – Jinta los apunta con el dedo mostrando un gesto furioso – están aquí de nuevo.

Jinta-chan, no los apuntes – Orihime lo reprende, y lo jala de su ropaje.

De un carruaje bajo un hombre alto, de cabello castaño, el cual lo llevaba peinado hacia atrás dejando solo un mechón en su frente, por la reacción de Ichigo, parecía que lo conocía.

Es ese madito de Aizen – pensó el joven tratando de ocultar su rostro – seguramente esta aquí por lo de los impuestos.

-Esa es la tienda de los abuelos Iorogy-Hablo Orihime al verlos entrar en dicho lugar. Lucía preocupada.

No tardaron en oírse ruegos, exclamaciones, insultos y cosas romperse. Se vio como un viejo fue lanzado por uno de los hombres de Aizen.

-No hay excusas, debes pagar la cantidad exacta que ordena Aizen-sama.

-Por favor...Tenemos que mantener también a nuestros nietos.

-Aizen-sama, por favor, tenga piedad con mi marido-Rogó la pobre anciana que lucía exhausta.

-Denle una lección.

-¡Canalla!-Grito Jinta.

Uno de los aliados de Aizen iba a darle un brutal golpe con una caja de madera en donde antes estaban los plátanos, pero Orihime fue rápida e impidió el impacto golpeando aquella caja con la pelota de Tsubaki.

-Ya basta Aizen-Ordeno mientras su gato gruñía.

-Pero si es Orihime-chan-Al ver como el hombre se acercaba, ella dio 4 pasos al frente para proteger a Jinta y a Ichigo-Te eche tanto de menos-Tomando con sutileza su mentón, no reconocía al chico por su capa.

-Déjame decirte que el sentimiento NO es mutuo-Liberándose-Déjalos en paz.

-Matte-Jinta detuvo a Ichigo-Ella se encarga siempre de él, así que no te preocupes.

-Pero...

-Si las cosas se ponen feas, ahí intervendremos.

-No me trates de esa forma tan fría-Atreviéndose a abrazarla por la cintura para apegarla a su cuerpo-Mi oferta de que seas mi esposa sigue en pie.

-Quítame tus sucias manos de encima-Dándole un pisotón para luego golpearlo en la cara.

-¡Aizen-sama!-Sus hombres iban a ayudarlo, pero él se los impidió.

-Eso es lo que me encanta de tí, Orihime-chan.

Todos miraban asombrados como la chica golpeaba al prominente señor, nadie imagino que la humilde joven bailarina se atrevería a golpear a uno de los hombres más importantes del pueblo.

Me encanta esa pasión tuya – Aizen peina su cabello con la mano, después de su altercado con la chica – para mi tus golpes son caricias.

Orihime no respondió, se mantenía a la expectativa de lo que pudieran hacer los hombres de Aizen, que venían armados y dispuestos a matar, no importando si es hombre, mujer o niño.

Ichigo se mantenía al margen sabiendo que Aizen era uno de los socios mas importantes de su padre, lo conocía desde niño así que no podía intervenir o seria reconocido por una de las personas que mas odiaba en el mundo.

Tu tienes la decisión Orihime-chan – Aizen se acerca a la chica y camina a su alrededor, revisando su exquisita figura, la cual había deseado desde que la había visto convertirse en mujer. – tu puedes salvar a todos estos muertos de hambre

Orihime, al escuchar esto, abre sus ojos al extremo por la sorpresa, toda esa gente estaba destinada a perderlo todo, ¿dependía de ella?, ¿tenia que tomar esa responsabilidad? O de lo contrario…

Si me das tu mano, yo te juro que todas estas personas quedaran absueltas de lo que deben – mientras Aizen dice esto, toma con suavidad un mechón de cabello de la joven y lo acerca a su nariz para olerlo.

Maldito, hijo de…– Jinta no puede evitar sentirse furioso y temblando de coraje decide gritar –Orihime-chan nunca se iría contigo, viejo loco.

Aizen lo voltea a ver de forma violenta, poniendo a temblar a todos los presentes.

Jinta-chan, no digas nada – Orihime baja la cabeza y toma una gran bocanada de aire – lo pensare.

Al escuchar esto la mirada de Ichigo se destrozo y reflejo un extraño sentimiento de vació que jamás había sentido mientras Aizen recuperaba su sonrisa

-Estaré ansioso por tu afirmación-Le susurro tan cerca que Orihime sentía con claridad la respiración del abusivo-Vendré en tres días por tu respuesta.