Sailor Moon no me pertenece, ni ninguno de sus personajes. Todos son propiedad de Naoko Takeuchi, a la cual estoy muy agradecida por haber compartido con todos nosotros su fantástica historia y creaciones.

Esta historia es para fines de entretenimiento y no busco lucrar con ella.

Nota: ¿Qué tal? Pues aquí está el segundo y último chap de esta locura que me dio por hacer jeje. Espero les guste y puedan dejar su comentario ^-^

Es en este chap en donde quise intentar hacer un tipo de songfic… No estoy segura si logre el cometido pero la canción me encanta y pues en realidad fue la inspiración para esta historia.

La canción se llama: "Eclipse total del amor" en la versión de español y la canta Yuridia y Pato. Esta increíble este cover, así que si pudieran tener la oportunidad de escucharlo sería estupenda. La canción original se llama: "Total Eclipse of the heart" y la legendaria interprete es Bonny Tyler. Tal como leyeron en el chap anterior, en la historia supuestamente ambos la cantaran en ingles pero en realidad la versión que estoy usando pues fue la primera mencionada. Espero no haber confundido a nadie.

Para completar la Tabla para Enamorados: "Canción".

"Miradas"

Por

Sams Brok

Capítulo II

"Canción"

Bajo el manto de la clara noche, Mina Aino corría calles más allá. Con el viento chocando en su rostro, llevándose con él una lastimosa lágrima que comenzaba a nacer, la rubia trataba de conciliar su respiración…

Estaba sucediendo de nuevo… Volvía a pasar… Querer y no ser correspondida tal y como había sucedido en el pasado… Dolía… ahora recordaba cuanto dolía… pero ahora, y sin saber realmente por qué, dolía más… mucho más…

Deteniendo su carrera, la acongojada rubia trató de modular su respiración pero terriblemente un agudo sollozó escapó de sus labios… ¿por qué le estaba doliendo tanto? ¿Por qué? si aquel era tan sólo un tonto… un tonto, un cerrado y serio tonto, un frio e irritable idiota que ni siquiera era capaz de ver la maravillosa chica que ella podía llegar a ser…

Cerrando los puños y frunciendo el ceño, Mina limpió de sus mejillas el húmedo rastro. No iba a permitirle verla tan afectada, no iba a dejar volver a verse derrotada ni que su sensibilidad la traicionara.

Apenas habían pasado un par de minutos cuando sus amigas le dieron alcance. Lita fue la primera en llegar hasta ella, llamándola… y cuál fue su sorpresa cuando fue la mismísima Mina que con una gran sonrisa la recibió.

Todas la observaron con cierta preocupación, pero fue Serena quien, realmente afectada y contrariada comentó con sutileza:

-"Mina… perdóname Mina… Es todo culpa mía... no fue mi intención..."-

Mina, sonriendo aún, negó con el rostro y con una dulce mirada, característica de ella, susurró con suavidad –"No te preocupes, Serena. Tú no eres culpable de lo que Yaten diga o haga"-

Rei, preocupada, cuestionó con tanteo –"¿Estás bien, Mina?"-

-"Estoy bien"- contestó ésta sin inmutarse ni cambiar su expresión –"Creo que ha sido sólo la impresión. Perdón por haberlas preocupado, pero ya me conocen… soy una dramática de lo peor…"- añadió con una carcajada digna de ella –"¿Soy Sailor Venus, cierto? ¡Y jamás me dejare vencer!"- completó formando con sus dedos la "V" de la victoria.

Sonriendo ampliamente, todas se abalanzaron sobre ella rodeándola, abrazándola y apapachándola con cariño.

….

El día siguiente, aunque era igual de maravilloso y cálido que el anterior, sin duda fue muy diferente para Yaten Kou.

La noche anterior sin duda le había afectado. En ningún momento él se había propuesto lastimar a la rubia, y si en ese instante no dijo algo para ella, simplemente fue porque por su mente no pasó nada que creyera conveniente. Ahora, con la mente fría, el apuesto ojiverde estaba totalmente dispuesto a ofrecerle una disculpa. El problema fue, sin duda, que durante toda la mañana la rubia pareció ignorarlo y hasta evitarlo.

Bien, estaba molesta, de cierta forma podía comprenderlo, pero él intentaba disculparse, así que, así tuviera que tragarse su orgullo, lo haría.

Más tarde, después de clases, en la práctica de baloncesto. Yaten no se sorprendió de descubrir la ausencia de la rubia. Está bien, estaba MUY molesta, y viendo como las cosas estaban resultando no tendría posibilidad de disculparse hasta la sesión de grabación de esa tarde.

Muy a pesar de las intenciones del atractivo chico, esa tarde Mina Aino evitó conversar con él hasta en lo más mínimo y Yaten comenzaba a perder la paciencia.

Mina al contrario, procuraba no interactuar con él puesto que desde esa misma mañana un efímero miedo se instaló en su interior. Temía que si hablaba con él, si tan sólo lo veía directamente a los ojos, entonces el dolor volvería y la expondría sin condición.

Mírame

'De vez en cuando siento

que me estas olvidando

y que no regresaras'

Ella sabía que él nada sentía ¿pero acaso el corazón acepta explicación? No sabía en qué momento, pero Yaten se había metido en su alma y en su corazón… lo quería, y dolía quererlo… Al proponerse conquistarlo había sido ella la conquistada… Y a pesar de que ahora evitaba cualquier contacto con él, su interior exigía a gritos al menos una mirada… una sonrisa…

Mírame

'De vez en cuando pienso

que ya estoy muy cansada

de estar sola y de escucharme llorar'

Y es que los días anteriores habían sido estupendos. Ambos volvían juntos del colegio, comían juntos compartiendo preciados momentos en que ella sabia él la había tomado en estima, porque algo que no podía negar es que quizá él la veía ya como una amiga. Charlaban; ella reía, bromeaban, arrancándole así ligeras sonrisas que a ella le bastaban (aunque en realidad era ella quien bromeaba, limitándose él simplemente a soportarla)… Pero era un nexo, un contacto que ella sabia existía… una barrera que sentía había atravesado y que imaginaba ninguna chica había hecho para poder llegar al corazón del chico.

Ahora… ahora nada los unía, nada más que una bella canción.

Mírame

'De vez en cuando miro

atrás y veo con miedo

lo mejor de nuestros años correr'

Al día siguiente sucedió lo mismo, sin embargo, a opinión de sus amigas, Mina parecía estar de mejor humor, comportándose tal y como siempre, con un sinfín de ocurrencias y carcajadas.

Mírame

'De vez en cuando quiero

escaparme y tu mirada me

envuelve y me vuelvo a perder'

Mina, volviendo a la rutina que semanas antes tenía, de nueva cuenta se encontró tomando las mismas conocidas calles camino a la Disquera justo cuando la tarde estaba por terminar. Saludando a uno que otro conocido aquí y allá, Mina mostró a todos y cada uno de ellos una bella sonrisa.

Mira mis ojos

'De vez en cuando siento enloquecer'

Caminando tranquila, justo después de soltar un suspiro de resignación al saber que tarde o temprano tendría que enfrentar a Yaten, de repente e inesperadamente otro apuesto castaño llegó frente a ella…

Mira mis ojos

'De vez en cuando siento enloquecer'

Con sus miradas cruzándose, Mina sintió un cálido rubor teñir sus mejillas a la vez que el atractivo castaño de ojos grises la saludaba y se presentaba ante ella con respeto y formalidad.

Yaten, sorprendiendo tanto a Seiya como a Taiki, en verdad esperaba encontrar por la tarde la oportunidad de ofrecerle una disculpa. Esperando en la recepción, estaba propuesto a hablar con ella. Normalmente él solía ser muy brusco y desinteresado por ese tipo de cosas… pero se sentía mal y sabía que algo no estaba bien. Desde lo sucedido, la mirada de la rubia lo atormentaba.

Mírame

'De vez en cuando

sueño con alguna locura

y no quiero despertar'

Estaba consciente de haberla lastimado y se sentía realmente como un miserable después de todo lo que la rubia había hecho por él. Ella había sido muy dulce y paciente con él a pesar de su renuencia a socializar. Jamás fingió agradarle ni pareció forzada a tratarlo como muchas otras después de que él se encargaba de alejarlas. Y es que no era que no le atrajera nadie, más bien era que jamás sentía a nadie sincera, todas las chicas que conocía lo buscaban por la figura que él representaba… y de cierta forma, quizá era porque él aún se sentía tan apegado a aquella que tan importante había sido en su vida: Su Princesa.

Mírame

'De vez en cuando miento

cuando buscas mis ojos

y preguntas como estas'

Pero esa rubia, ella era diferente. De un tiempo para acá que comenzó a tratarla, descubrió que era sincera, persistente y paciente, y siempre respondiéndole con una sonrisa cuando él trataba de desalentarla de seguirlo… Si, se había portado mal con ella y no lo merecía.

Mírame

'De vez en cuando muero

de rabia y de celos pero

nunca te lo dejo saber'

Justo estaba con estos pensamientos cuando, puntualmente, la puerta de la recepción dio entrada a la joven de sus pensamientos… Levantando la mirada para encontrarse con la de ella, en un instante que pareció una eternidad, la escena frente a él lo congeló: Mina Aino, de pie frente a la entrada, de espaldas a él, se estaba despidiendo de otro joven, el cual, de forma inesperada y evidentemente tomando por sorpresa también a la chica, se inclinó levemente besando su mejilla con delicadeza.

Mírame

'De vez en cuando

quiero escaparme y tu mirada

me envuelve y me vuelvo a perder…'

Yaten bajó la vista e inconscientemente cerró los puños. Sin esperar nada más, giró sobre sí mismo para alejarse, pero al dar el primer paso alcanzó a chocar con el hombro de un desprevenido Seiya, quien distraído cuestionó:

-"Creí que hablarías con ella ahora…"-

-"No hace falta. Creo que le di demasiada importancia al asunto"- contestó el ojiverde alejándose a paso lento con las manos en los bolsillos.

Mira mis ojos

'De vez en cuando siento enloquecer…'

Sintiendo una inexplicable indignación, Yaten no pudo evitar fruncir el ceño. Al parecer había dado demasiada importancia a la actitud de la rubia. Ella parecía recuperarse demasiado pronto, demasiado…

Mira mis ojos

'De vez en cuando siento enloquecer…'

Esa tarde, cantando en la cabina de grabación, el entorno fue frio. Al principio, Mina sintió con claridad la indiferencia que el joven ojiverde tuvo hacia ella, pero después, después fue peor… Curiosa por el repentino desinterés que él mostraba, sin poder evitarlo, pero deseándolo con toda el alma buscó al menos una mirada… un contacto… Y cuando sucedió, cuando sucedió fue como si algo hubiese azotado su corazón… Él la vio, si, pero la mirada que le entregó fue una llena de reproche, de molestia…

Sorprendida, pero sobre todo entristecida, Mina sintió con claridad ese molesto e incesante nudo en la garganta… ahogándola… inquietándola… ¿Qué estaba sucediendo? ¿Por qué ahora ella lo molestaba? ¿Acaso no había sido precisamente ella la ofendida?... ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué le afectaba tanto lo que aquel pensara o no?

Entristecida, pero sobre todo motivada, esa tarde ella cantó. Cantó como nunca, como siempre, pero esta vez, con su dolorido corazón en la mano… Sintiendo cada palabra… imaginando una mejor situación… Observándolo a él cantar, expresarse… de pronto se encontró viéndolo directamente a los ojos…

'Y esta noche quiero más

Que me abraces fuertemente

y en tus brazos soñare

que este amor es para siempre'

Y él respondió, siguiéndola… retándola, exigiéndole… mirándola… Mirándola poco a poco con suavidad… con dulzura… con una exquisita ansiedad…

'Que en penumbras un rayo de luz

nos envuelva a los dos

Vivimos atrapados en un juego de azar

tu amor es una sombra para mi libertad'

Mina, sin poder controlarlo, de un momento a otro se perdió en la verde mirada. Su corazón entonces guió su voz… Casi ensoñadoramente, cada palabra salió de sus labios…

'Ya nada puedo hacer y no logró escapar

De un fuego sobre pólvora que puede estallar'

Yaten la contempló como nunca antes lo había hecho. La miró. Frente a él vislumbro un maravilloso e infinito brillo. El hermoso brillo de una estrella resplandeciendo justo frente a él. Los azules ojos de la rubia que lo buscaron primero con curiosidad, por un momento se tornaron tan tristes que creyó se quebrarían de dolor… pero no fue así. La dulce voz de la chica lo atrapó y su azul mirada lo envolvió… un instante después se perdió en las cristalinas lagunas que lo recibieron con ansias… con anhelo… Dejando de pensar, él la siguió dejándose llevar… por primera vez dejándose llevar por el mero instinto de sus palpitaciones…

'Y así te tengo que amar

el tiempo acaba de empezar

el tiempo no termina…'

Sintiendo… sólo sintiendo… Mina permitió que la melodía la guiara. Perdida en la mirada del ojiverde, sintió su cuerpo flotar y su alma suspirar mientras que, sin pensar, sin razonar, tan sólo sintiendo, su cuerpo la acercó a él con lentitud…

'Erase una vez una historia feliz

y ahora es sólo un cuento de horror'

Sumido en el azul de los femeninos ojos, la voz de Yaten lo tensó inauditamente, su respiración se tornó lenta… ansiosa… anhelante… Contemplando el bello rostro, su mirada se perdió en la de ella pero con claridad sintió su cercanía. Su corazón comenzó a latir con fervor… retumbando con tal fuerza que parecía querer salir de su pecho…

'Ya nada puedo hacer'

Mina se dejó llevar... En un momento se encontró juntó a él, hechizada por los verdes ojos levantó el rostro quedando ambos separados por sus respectivas alturas.

'Eclipse total del amor

Eclipse total del amor'

Yaten no podía ver ni pensar nada más allá del bello rostro de Mina. Era bella… muy bella… Su blanca piel estaba tan cercana a él… Abandonando sus ojos examinó su rostro, sus coloreadas mejillas, sus tentadores labios…

'Erase una vez una hazaña vivir

y ahora ya no tengo valor'

Estaban tan cerca, como nunca antes, que la fascinada rubia podía sentir la cálida respiración de él. Con un mar de emociones nublando sus pensamientos, con anhelo sintió ese exquisito hueco nacer en su estomago y subir por su interior con un cosquilleo... Ensoñadoramente sintió la mano de Yaten acercarse a su mejilla, sin tocarla pero lo suficientemente cerca como para sentir la tibieza que despedía…

'Nada que decir'

Hipnotizado, el ojiverde posó con delicadeza su mano sobre la ruborizada mejilla sintiendo con claridad un choque eléctrico recorrer cada centímetro de su piel… se contuvo a la vez que posaba su verde mirada en los entreabiertos y tentadores labios… La necesitaba… demasiado… con fervor… Ansiaba al menos poder tocarlos, saborearlos… anhelante… ardientemente…

'Eclipse total del amor

Eclipse total del amor'

Un par de centímetros separaba sus labios. Mina ansiaba, ansiaba tanto que la distancia desapareciera… Tormentosamente la masculina respiración parecía jugar con ella provocando erizar los vellos en su piel… Encantadoramente su nariz rozó la de él… su corazón latía tan fuertemente que podía jurar él lo escucharía... Tal cual hechizo, ella cerró los ojos sintiendo la calidez de la mano de él colocarse con dulzura y cierta posesión en su mentón…

Entonces… bajo el ultimo susurro de la joven, la música llegó a su fin… y el encanto terminó…

Yaten entreabrió los ojos y algo mareado contempló frente a él el sumiso rostro de la bella y ruborizada Mina que, respirando lentamente, permanecía con los parpados cerrados.

Un segundo pasó antes de que una conocida y simpática voz se dejara escuchar desde cabinas –"Fantástico, fantástico…"- Voz que terminó por completo con el encanto y volvió al mundo real al ojiverde, el cual abandonó la mejilla de la chica y cerrando el puño tomó distancia entre ambos a la vez que un terrible frio lo envolvía.

Mina, quien aún permanecía en el ensueño, con un frio cubriéndola volvió a la realidad y abriendo los ojos contempló frente a ella a Yaten dándole la espalda mientras la voz de la cabina continuaba con total emoción:

-"… fue mucho mejor de lo que esperaba. Sera un éxito Srta. Aino, su inglés mejoró mucho y la canción salió perfecta. Que orgullo Srta. Aino, siempre supe que usted era la indicada…"-

Confundida, Mina dejó de escuchar la felicitación que estaba recibiendo. Bajando el rostro, la rubia se preguntó si acaso había sido un sueño… Por un momento pudo jurar que podía sentir la tibia mano de Yaten tocarla… y su respiración… tan cerca… tan ansiosamente cerca… Levantando la mirada, frente a ella, detrás del grueso cristal que la separaba de la cabina de grabación, observó el rostro de los presentes: todos la veían con alegría, con orgullo; y el adorable y rechoncho rostro del productor felicitándola sin cansarse.

Yaten en cambió, dándole la espalda se dirigió a la salida en silencio. Aturdido a sobremanera pero con un exquisito anhelo naciendo en su interior, con desasosiego pudo sentir un ansioso cosquilleo esparcirse en su mano jurando que podía sentir aún el contacto de la femenina y suave piel… Abriendo y cerrando los dedos queriendo alejar, o quizá retener la calidez, Yaten abandonó el lugar.

A la mañana siguiente Mina llegó con sus amigas más contenta que nunca. Con felicidad les contó que el disco estaba listo y que sólo faltaba la última etapa de edición, pero que sin duda todo estaba listo para el primer concierto en el que participaría y que sería en pocos días. La rubia no cabía en sí de felicidad, su sueño estaba realizándose… Nada podía aminorar la emoción que estaba sintiendo, nada… aunque… ese inquieto y persistente cosquilleo que se había instalado en su interior desde la noche anterior la inquietaba… no era algo malo, al contrario, la hacía sentir anhelante… como si algo le faltase.

Ese mismo día, Yaten no fue capaz de concentrarse en ningún momento. La noche anterior estaba muy presente, demasiado. Dormir había sido imposible, cada vez que cerraba los ojos la mirada de una, sin duda hermosa rubia lo recibía… y conforme las horas pasaron, en la oscuridad de la noche, la mirada de ella fue reemplazada por el anhelante y sumiso rostro que sonrojado lo esperaba… con los ojos cerrados y las mejillas encendidas lo único de lo que se encontró capaz fue de contemplar frente a él los entreabiertos y tentadores labios…

Abriendo los ojos y llevándose ambas manos a la cabeza, entre pensamientos de absoluta negación, sin poder evitarlo, una sola imagen se intercalaba interrumpiéndolo y atontándolo por completo: la atractiva rubia, sonrojada con exquisitez, y él, inevitable pero ansiadamente… besándola.

Estaba enloqueciendo. Sin haber podido dormir se encontraba ahora totalmente aturdido. ¿Qué es lo que estaba pasando con él? Nunca jamás ninguna chica lo había hecho sentir así. Locura, si, así es como llamaría lo que estaba sintiendo en ese preciso momento. Desconocida locura capaz de hacerlo temblar de nervios tan sólo de recordar la noche anterior.

Si, estaba nervioso, mucho. Tan así que esa misma mañana, en el Colegio, una inesperada situación lo hizo reconocerlo:

Esa mañana, cuando el día recién comenzaba, topando a la rubia en uno de los pasillos, se encontró inevitablemente observándola al andar, contemplando su feliz rostro, mirándola, apreciándola… Fue entonces que su mente lo llevó más allá, recordando cada pensamiento que le robo el sueño y ansiando con locura al menos un contacto más… quemándose en carne viva imaginando una caricia más…

Mira mis ojos...

'De vez en cuando siento enloquecer'

Lo entendió, finalmente lo entendió. Y fue entonces que una angustiante agonía lo invadió... Había sido un tonto, un ciego que no fue capaz de ver algo que ahora era evidente. No se encontraba capaz de nada más que pensar en ella… en ella y en nada más que ella. Sintiendo el ansioso deseo de poder probar, tan sólo una vez y al menos un instante, sus tentadores labios…

Mira mis ojos...

'De vez en cuando siento enloquecer'

Por otro lado, cuando Mina lo topó en el pasillo, la situación no fue tan diferente. Al igual que el joven cantante, la rubia tuvo sentimientos encontrados cuando, después de sentir una insistente mirada, levantó el rostro y se encontró de lleno con los verdes ojos de Yaten observándola.

Con su respiración alentándose significativamente, Mina recordó el ensueño vivido el día anterior y el delicioso cosquilleo volvió a invadirla recorriendo cada parte de su piel. Adueñándose de su mente, soltando un suspiro, sus rodillas temblaron al imaginar de vuelta la ansiada caricia que aún podía sentir sobre su rostro…

Con una inaudita felicidad embargándola, ella sólo atinó a sonreírle, sin imaginar siquiera lo que ese simple gesto provocó en el aturdido joven.

Los días pasaron. El concierto estaba cerca.

Días en los que Mina se encontró de lo más ocupada y solicitada. Los exhaustivos ensayos de su presentación fueron el plato de cada día y la rubia se vio acaparada totalmente. Días que aunque cansados, por lo menos le permitieron unos cuantos descansos que ella pudo compartir con sus preciadas amigas que de lo más contentas la acompañaban si se daba la ocasión.

Momentos en que las jóvenes charlaban de esto y lo otro y en el que de un momento a otro la olvidadiza rubia recordó contarles sobre cierto joven, un atractivo castaño que hacía días la había abordado presentándose ante ella como un real admirador. Mina les contó entonces que tal joven se llamaba Souta Yamamoto y que era un chico que había visto todos los días desde que su 'demo' había sido aceptado en la Disquera, ya que él trabajaba en uno de los comercios por los que ella pasaba todos los días. Resultaba que el castaño finalmente se había atrevido a hablarle aprovechando que ella había vuelto a tomar el mismo camino al estudio de grabación.

Ligeramente sonrojada, Mina les contó como su ahora amigo la había acompañado a la Disquera todos los días.

Serena, entusiasmada, soltó un suspiro mientras sus ojos brillaban. Amy, Lita y Rei sonrieron con ternura esperando que por fin su amiga pudiera encontrar lo que tanto había esperado.

La noche del concierto llegó y Mina se vio entonces más nerviosa que nunca. Asustada, demasiado asustada. No recordaba haber estado más asustada en su vida… bueno, si recordaba alguna ocasión, ser secretamente una Guerrera le había conseguido situaciones angustiantes, pero era un sentimiento totalmente diferente. Ahora estaba hecha un puñado de nervios y las nauseas amenazaban con atacarla en cualquier momento.

¿Y si lo arruinaba? ¿Y si esto no era para ella? ¿Y si el publico la odiaba?... Estaba por desfallecer, juraba que estaba por desfallecer…

Ahora estaba en el preparado y silencioso escenario, de pie frente al aún vacio recinto y a su espalda una imponente pantalla. Trataba de alguna forma comenzar a familiarizarse con la idea pero al parecer no estaba funcionando. Una cosa era cantar en un estudio de grabación y hasta en pequeños auditorios donde en ocasiones había concursado, pero otra muy diferente cantar en un enorme recinto donde aterradoras fans de un talentoso grupo la aniquilarían si no daba el ancho. Era terrible, terrible… ¿Y si le daba pánico escénico?... moriría, moriría de nervios y arruinaría su fugaz carrera… Un inaudito pánico la embargó y por un momento sintió su voz abandonarla, un maniaco frio recorrió su espalda y la hizo tiritar por completo…

Estaba por salir corriendo y esconderse en su camerino cuando, de pronto y sin verlo venir, una cálida mano envolvió la suya… el frio se fue… Girando el rostro con suavidad, atónita, a su lado encontró la figura de un apuesto Yaten contemplando el escenario frente a ambos.

Observándolo, la rubia sintió de nueva cuenta ese revoloteo en su interior y un claro cosquilleo al contacto con él.

Yaten giró el rostro hacia ella, y sonriendo de medio lado, comentó con suavidad –"Lo harás bien. Estas lista, y sé que podrás hacerlo… Este es tu lugar, aquí es donde perteneces… Mina"-

-"Yaten…"- susurró ella con una palpitante emoción conteniéndose en su interior. Él la estaba apoyando y confiaba en ella, en verdad confiaba en ella… Sus palabras estaban teniendo un efecto más grande de lo que él podía imaginar, y su toque… el calor de su toque parecía devolverle todas las fuerzas que estaba creyendo perder y la tranquilizó a sobremanera… Pero más que nada, en ese momento, lo que la hizo sonreír de felicidad fue lo último dicho por él: su nombre. Por primera vez él la llamaba por su nombre y éste se escuchaba tan bien viniendo de él –"Gracias, Yaten"- susurró ella con dulzura, sonriéndole abiertamente.

Volviendo el rostro hacia el frente, la ahora tranquila rubia dejó escapar un suspiro. Se sentía bien, por primera vez despejada, su respiración acompasada y sus ojos notablemente alegres. La tibia mano de Yaten no la había soltado, y ambos permanecieron así, en un tranquilo silencio, observando frente a ellos el aún desierto recinto.

Minutos habían pasado, eternas horas quizá, pero ninguno rompió el contacto. Se sentía bien, tan encantadoramente bien. Fue hasta que algunos de los técnicos llegaron para terminar de preparar el escenario cuando ambos volvieron a la realidad, entonces una agitada Mina recordó que debía volver a su camerino y prepararse.

Yaten la contempló alejarse casi ensoñadoramente, pero cuando reparó en el frio que su ausencia había dejado, volvió en sí y un anhelante pensamiento lo envolvió. Estaba enloqueciendo, inaudita y no intencionalmente esa rubia lo estaba enloqueciendo. Nunca jamás se había sentido así, antes era tan fácil vivir y ahora parecía agonizar de ansiedad sintiendo ese tormentoso hueco nacer en su estomago…

Con estos sentimientos a flote, camino a camerinos, el aturdido ojiverde inesperadamente se encontró con una desagradable escena... una escena que congeló sus movimientos: Unos metros adelante, frente al camerino de la rubia, ésta estaba ahí, de pie y notablemente nerviosa; a su lado, un alto castaño con un deslumbrante ramo de flores extendiéndolo hacia ella…

Furiosamente Yaten frunció el ceño a más no poder y con suma claridad sintió su sangre hervirle de rabia pura, apretó la quijada y sus dedos se cerraron tan rápido y con tal fuerza que por un momento dejó de sentirlos… Lo que segundos antes estaba pensado desapareció de golpe para dar cabida a un monstruo en su interior que dejó caer su estomago al suelo. ¿Quién se creía ese tipo para estar ahí? Mas bien, ¿cómo había llegado ese idiota hasta ahí? Si Seguridad no se encargaba de intrusos como ese, entonces él lo haría…

Un par de segundos habían pasado cuando el ojiverde, observando cada uno de los movimientos del castaño, contempló como la sonrojada rubia aceptaba las flores. Despidiéndose cordialmente, el castaño se retiró.

Yaten se quedó ahí, viéndola entrar al camerino. ¿Qué es lo que estaba sucediendo con él? ¿Por qué se estaba sintiendo así? ¿Cómo era posible que esa chica pudiera hacerlo pasar de una maravillosa calma a una tempestad abrumadora?... Cuando minutos atrás se acercó a ella en el escenario, su idea en mente era por fin pedirle una disculpa por lo pasado, pero cuando la vio ahí, tan encantadoramente bella e indiscutiblemente nerviosa, nada sensato pasó por su mente y estando a su lado lo único que atinó a hacer fue tomar la codiciada y frágil mano entre las suyas… Sentir su calor, su brillo envolverlo con tan sólo una sonrisa… fue mágico, encantadoramente mágico… y lo necesitaba… ahora con un tormentoso anhelo lo necesitaba… fervientemente.

A su confundida mente palabras lejanas de Serena Tsukino llegaron y lo envolvieron: '¿Te gusta Mina?… ¡Te gusta Mina!'… ¿Acaso era cierto? ¿En verdad había encontrado su ansiada estrella, y la había pasado por alto? ¿Es lo que estaba sintiendo? ¿Atracción?... No, él conocía la atracción y esto era diferente, muy diferente… Era algo más, algo más grande… Era algo más que querer, era una necesidad… como respirar… Algo que llena pero al mismo tiempo lo hacía sentir completamente vacío…

Entonces lo entendió. Finalmente Yaten lo entendió.

Una vez, en su querido planeta del fuego, un Sabio espiritual, molestó con la terquedad del ojiverde, le había preguntado: 'Si pudieras elegir tu estrella favorita en el firmamento… ¿la encontrarías?'. En ese entonces Yaten se había reído internamente porque la pregunta le había parecido estúpida y sin sentido. Pero, ahora, ahora su corazón estaba palpitando tan fuerte y lento a la vez, pidiéndole, exigiéndole la estrella prometida, aquella que había logrado abrir por fin su corazón e internarse en él, porque ya nada sería igual, ya nada tendría sentido si la estrella bajo la cual había nacido no se complementaba con la que había elegido.

La necesitaba, la necesitaba y no resistía la sola idea de haberla perdido; no soportaría verla cerca de nadie más ni que algún otro fuera quien pudiera gozar de su atención. Sólo esperaba, sólo deseaba que no fuera tarde… y que ella no lo odiara.

No sabía cómo, ni cuando, ni donde, pero a pesar del inaudito miedo que se había instalado en su interior, raro en él, sabía que debía intentarlo.

El tiempo pasó con tanta rapidez que Mina por un momento deseó que Plut estuviese ahí. Los nervios habían vuelto y sólo era cuestión de minutos para que finalmente el concierto iniciara y ella saliera al escenario. Por fin su sueño estaba presentándose, todo su esfuerzo se estaba moldeando ante ella encontrándose con que era lo que siempre había deseado.

Todo era maravilloso, los nervios que la envolvían y la hacían tiritar, esta vez eran recibidos con una gran emoción. Ya preparada, Mina esperaba su señal para entrar. Se encontraba debajo del escenario, de pie, colocada estratégicamente sobre un pequeño ascensor que la elevaría con lentitud para su entrada. Moría de nervios, pero respirando con suavidad, las palabras de Yaten inundaron sus pensamientos: 'Lo harás bien. Estas lista, y sé que podrás hacerlo… Éste es tu lugar, aquí es donde perteneces… Mina…'. Las tranquilizadoras palabras la envolvieron con una anhelante calidez. Soltó un suspiro y sonrió con resignación. Si tan sólo Yaten pudiese imaginar el efecto que tenia sobre ella.

La música comenzó. Mina levantó su ilusionada mirada y sobre ella las luces del escenario la recibieron, con lentitud el pequeño ascensor comenzó a levantarla mientras que tronadores y maravillosos aplausos comenzaban a escucharse. La rubia sonrió abiertamente, y llegando al escenario el show comenzó.

En uno de los costados del escenario, tras bambalinas, los hermanos Kou presenciaban el desarrollo de la rubia.

Sonriendo con satisfacción, cruzado de brazos, Yaten observaba cada movimiento de ella comprobando lo que ya sabía pero se había negado a ver: Mina Aino era muy talentosa, se desenvolvía magníficamente en el escenario y tal y como había pensado, parecía pertenecer ahí… había nacido para resaltar entre la multitud y brillar por su cuenta. Ella estaba cantando con el alma y sus movimientos eran tan naturales que nadie pensaría era una novata; y su voz, su voz era preciosa… pero eso ya lo sabía. El ojiverde se limitó a verla cantar y bailar bajo la magia del sin fin de luces y de la imponente pantalla al fondo. Desde su perspectiva, todo parecía encuadrar una perfecta ensoñación.

…..

Varios minutos después, tras unas tres canciones, un tanto agitada y respirando entrecortadamente, Mina se tomó un par de minutos para lo que sería la última canción de ella esa noche. Canción que sin duda había sido la más difícil, ya que no era en su idioma original, pero también la más especial para ella… Fue gracias a esa canción que tuvo la oportunidad de compartir con Yaten magnificas tardes que nunca olvidaría… aunque todo hubiese acabado en un desastre total, aún así, era un recuerdo que tendría por siempre.

De pie en el escenario, la música comenzó. Cerrando los ojos, Mina se dejó envolver y su voz hizo lo suyo. Del otro lado del escenario, y bajo los tronadores gritos de sus fans, Yaten Kou hizo su entrada.

Poco a poco, ambos se dejaron rodear por el entorno. Mina cantó y Yaten la siguió… Acercándose con lentitud uno al otro, ambos interpretaron la ensoñadora canción con soberbia. Despacio, muy despacio ambos llegaron al centro del escenario, teniendo como fondo la enorme y magnifica pantalla.

'Y esta noche quiero más

que me abraces fuertemente

y en tus brazos soñaré

que este amor es para siempre'

Plenamente entregada a la canción, tratando de no equivocarse a lo ya ensayado, Mina se desenvolvió inspirada en su totalidad.

Entonces, sucedió. Sin preverlo ni esperarlo, sintiendo la insistente mirada de Yaten sobre ella, la hermosa rubia cruzó por fin sus miradas…

'Que en penumbras un rayo de luz

nos envuelva a los dos.

Vivimos atrapados en un juego de azar

tu amor es una sombra para mi libertad'

Fue hechizante. Mágico una vez más. Inundándose en la verde mirada, Mina sintió su corazón dar un vuelco de emoción y palpitar tan tremendamente fuerte que juraría todo el auditorio escucharía… Yaten estaba cantando y observándola tan fijamente que por un momento sintió que quisiese ver hasta el fondo de su alma… Sus verdes ojos, su penetrante mirada… Mina dejó de pensar, tan sólo dejándose llevar…

'Ya nada puedo hacer

y no logro escapar de un fuego sobre pólvora

que puede estallar...'

Cantando, si, cantando e interpretando con el corazón ambos se mantuvieron uno frente al otro sin romper el mágico contacto de sus ojos...

'Y así te tengo que amar

el tiempo acaba de empezar

el tiempo no termina'

Recitando cada estrofa, acercándose más uno al otro, consciente, pero respirando apenas lo suficiente para mantener su voz, Mina se dejó llevar. Yaten, Yaten sólo fue capaz de contemplarla, de deleitarse con cada rasgo del bello rostro, viéndola, viéndola con tal anhelo que de no ser por el encanto de la música, la respiración de Mina se habría cortado por la inmensa emoción que estaba sintiendo.

'Erase una vez una historia feliz…

y ahora es sólo un cuento de horror'

Una vez más cerca, cantando y sin dejar de verse, Yaten instintivamente buscó la mano de ella y tan sólo al tocarla miles de hilos eléctricos recorrieron cada uno de sus nervios… sujetándola con suavidad y levantándola poco debajo de sus rostros, en un tierno movimiento el ojiverde acarició los femeninos dedos antes de extenderlos y juntar sus manos palma a palma.

'Ya nada puedo hacer'

Sintiendo una incontrolable emoción recorrerla, la rubia, perdida en aquellas profundas lagunas verdes no atinó a hacer nada más que cantar, dejando que su confundido pero sin duda entregado corazón la guiara. Ambos estaban tan cerca uno del otro que Mina podía apreciar la calidez que emanaba de él. Asombrada no daba crédito a lo que estaba sucediendo, Yaten había pasado por alto la interpretación ensayada provocando que su corazón estuviese al punto del colapso por la inaudita manera en que estaba latiendo…

'Eclipse total del amor

Eclipse total del amor'

¿Qué estaba sucediendo? ¿Acaso Yaten no se daba cuenta de lo que provocaba en ella? ¿Acaso jugaba con ella? Nada estaba claro y ese exquisito hueco de ansiedad que nacía en su estomago estaba consumiéndola… Con encanto la rubia sintió cómo él entrelazaba sus dedos, uniéndolos…

'Erase una vez una hazaña vivir

y ahora ya no tengo valor'

Yaten, perdido en la azul mirada, pudo vislumbrar la ligera incertidumbre que los interrogantes ojos reflejaron… No quería asustarla, pero comprendía la duda que ella estaba sintiendo… Decidido a no echarlo a perder, a no dejarle lugar a dudas sobre su intención y sobre la infinidad de explosivas emociones que él también estaba sintiendo, con una mezcla de decisión y ternura el ojiverde envolvió con su mano la de ella y la guió hacia él, colocándola sobre su pecho, consiguiendo un mayor acercamiento entre ambos.

'Nada que decir'

Mina estaba confundida… extasiadamente confundida. No comprendía, pero con un tormentoso anhelo rebosando en su interior no quería comprender, tan sólo sentir, dejarse llevar… Agitada, y con el corazón explotándole de emoción, contempló maravillada el atractivo rostro del ojiverde, los hechizantes ojos y sus varoniles labios… Lo necesitaba, lo ansiaba… estaban tan cerca uno del otro que podía sentir su respiración sobre el rostro provocándole un fino estremecimiento seguido de miles de revoloteos en su estomago… mariposas… infinidad de mariposas que estaban enloqueciéndola…

'Eclipse total del amor...

Eclipse total del amor...'

Yaten la observó con detenimiento, deleitándose con su belleza y su voz… su respiración agitándose mientras sus ojos brillaban deseosamente… La joven lo estaba mirando, lo veía con cariño, con anhelo... Quizá no era tarde, tan sólo quizá aún tenía una oportunidad... Maravillado, extasiado con el bello rostro que en ningún momento se apartó de él, apreció cada detalle: su intensa mirada, sus finos rasgos, sus sonrojadas mejillas… sus tentadores labios…

'Mira mis ojos...'

Estaban tan cerca, tan exquisitamente cerca… Mina sabía, sentía que en cualquier momento podría desfallecer… sus rodillas temblaban y su cuerpo se sentía en el aire. Yaten, con su mano libre acarició la suave mejilla… su mano inevitablemente tembló al contacto…

'Mira mis ojos...'

Con sus rostros cerca, muy cerca, el apuesto joven percibió la distintiva fragancia de la chica, delicado aroma que lo envolvió embriagándolo de una monstruosa ansiedad… la necesitaba, su interior la exigía… la reclamaba.

'Mírame...'

Sumida en la encantadora ensoñación, la rubia disfrutó el contacto de la mano sobre su mejilla. Entrecerrando los ojos sintió el rostro de él acercarse y rozar el suyo… Yaten estaba enloqueciéndola, deliciosa agonía que la hizo olvidar todo: el lugar, el momento…

Yaten, cautivado por completo, rozando sus rostros se sentía quemar en carne viva… Su nariz rozó la de ella… Entonces, con un superficial toque sus labios se rozaron por un instante, pero lo suficiente para erizar cada vello en su piel y enloquecerlo...

'Mira mis ojos…'

Una locura… una exquisita locura que con un rugido en su interior le exigió lo que ya codiciaba… La música se fue extinguiendo pero Yaten ya no estaba en éste mundo… Repentinamente, pero pasado por alto por ambos jóvenes, las luces del escenario fueron rebajadas y la imponente pantalla dejó de captarlos para mostrar una infinita estática que hizo resaltar sus ensombrecidas siluetas. El fascinado público estalló en aplausos.

'Mírame…'

Ajenos al romántico cuadro que los rodeó, ambos permanecieron juntos… Tras el último y ahogado canto de la rubia, el ojiverde no resistió más: Tomando con suavidad el delicado mentón, Yaten desapareció el par de centímetros entre ambos y reclamó los ansiados labios… Mina lo recibió con anhelo, con amor. Yaten estaba besándola y ella lo necesitaba y necesitaba expresarle todo lo que estaba sintiendo…

Besándola con una mezcla de posesión y dulzura, el seducido joven acarició sus labios con extremo cariño, rozándolos, saboreándolos… fundiéndose y reconociéndose… embriagándose y sintiéndose perdido… Era más, más de lo que se creyó capaz de sentir, tan así que podría jurar su corazón estallaría en cualquier momento.

Mina siguió sus movimientos, hechizada, por completo hechizada. Los posesivos labios recorrieron los suyos y la varonil mano rodeó su cuello atrayéndola hacia él, pegándola a su cuerpo y reteniéndola a su lado… Automáticamente Mina llevó ambos brazos al cuello de él, imitándolo, acercándolo… una de sus manos subió con lentitud y se entrelazó con anhelo en los plateados cabellos…

Ambos permanecieron perdidos en el hechizante momento que ninguno notó cuando el ascensor sobre el que estaban había comenzado a bajar, ocultándolos del público.

Minutos después, quizá un par de horas o quizá décadas… nada estaba claro para ninguno. Con lentitud se separaron cuando el aire comenzó a hacerles falta… Sus rostros se separaron unos centímetros pero sus cuerpos se mantuvieron unidos. Respirando entrecortadamente ambos permanecieron en silencio durante algunos segundos, sus miradas encontrándose, conservando la cercanía que habían descubierto y que ninguno deseaba perder.

Aún algo agitado, Yaten apretó el agarre en la mano de ella y lo presionó con ternura sobre su mismo pecho. Mina, sin apartar los ojos de los de él, sintió entonces el acelerado latir del corazón del ojiverde: Latía rápida y fuertemente… tal como el suyo… como si estuviesen sincronizados.

En un suave movimiento el chico acercó sus rostros y con dulzura recargó su frente sobre la de ella, susurrando:

-"Mina… perdón…"- Contemplando cada expresión de ella, él pudo notar el desconsuelo y decepción en los azules ojos, el arrepentido ojiverde entendió que no se había expresado bien –"Perdón por lo sucedido aquella noche en la Disquera…"-

Las últimas palabras de él fueron suficientes para que el bello rostro se iluminara de felicidad. Por un momento Mina temió que Yaten se estuviese disculpando por haberla besado. Antes de que ella pudiera contestar, él añadió:

-"Y-yo… yo no soy… tu sabes que yo no… no soy muy expresivo… No sé cómo…"-

Totalmente enternecida por lo que el ojiverde intentaba expresar, Mina sonrió plenamente y negó con suavidad. Aún sintiendo en su mano el rebosante latido de su corazón, Mina se mordió el labio sonrojada en su totalidad y murmuró para él:

-"No hace falta que digas más, Yaten. Lo que has dicho hasta ahora, y lo que has hecho me es suficiente… Así me gustas y así te quiero Yaten, y mucho… Además, no es tarde, yo puedo enseñarte"- añadió ella con diversión guiñándole un ojo.

Yaten sonrió de vuelta reconociendo al instante que ella es lo que siempre había esperado. Sólo ella. Fascinado con su cercanía y calidez… pero sobre todo por su sabor, Yaten sello una vez más sus labios. La rubia lo recibió encantada comprendiendo entonces que había encontrado su lugar, el sitio a donde pertenecía…

Momentos después, separándose lo suficiente, Yaten sonrió de medio lado y rió con suavidad. Contemplando la curiosa mirada de la rubia, comentó con sinceridad y algo de diversión:

-"Hasta hace poco creí que me bastaría si conseguía por una vez, y al menos por instante probar tus labios… Que equivocado estaba. Mina, ahora sé que no podría estar sin ti… Besarte… es esencial."-

Mina sonrió ampliamente. Al igual que él, ella sentía esa necesidad… esencial necesidad.

-"Te quiero, Yaten"- susurró ella acercando su rostro, rozando sus labios.

-"Y yo a ti Mina… y mucho"- respondió él antes de volver a unir sus ya adictos labios en un profundo beso.

FIN


Ohh… espero que les haya gustado y no las haya aburrido con tanta cosa jeje. Ya saben, es más que nada para practicar y pues sobre todo para continuar la Tabla de los Enamorados de Retos a la Carta. Sobre eso, pues se aceptan recomendaciones y solicitudes, después de todo son retos que con gusto intentare vencer. La tabla la podrán ver aqui en mi profile;) Ya saben, recomendaciones, alguna sugerencia sobre trama o parejas también, estoy abierta a posibilidades^-^

Gracias a todas o todos lo que se toman el tiempecito para leer esto que hago y sobre todo gracias por sus comentarios, son alentadores y gratificantes^-^:

-Gracias liebende Lesung, por leer esto también, y más que nada gracias por tu incondicional y sobre todo gracioso comentario, y si, tienes razón, Yaten parece tener chicle masticado en la cabeza jeje;)

- Gracias Kinsei. x, por tu comentario, me encanta Yaten y es uno de mis favoritos, así que lo menos que puedo hacer es escribir sobre él^-^ Y gracias también por la crítica, que se acepta con gusto;) Tienes razón jeje, soy una despistada jaja. Espero te haya gustado esta segunda parte;)

- Gracias MoonStar, por tu cálido comentario. También adoro a esta pareja y de corazón espero te haya gustado esta conclusión;)

- Gracias Usagi bombon, tu comentario me alegró mucho. Espero te haya gustado este desenlace y no te haya decepcionado. Sé que no fue algo tan grandioso pero seamos sinceras, Yaten no es exactamente sensible y no lo imagino siendo precisamente tan romántico jeje. Pero lo intente, así que ojala haya sido de tu agrado;)

Y pues gracias también a todos los que leyeron este intento de songfic jeje, que aunque no dejan reviews al menos se agradece que se tomen el tiempecito para leerme;)

Por último: ¡No olviden reviews! jeje