Hola, está es mi primera historia –publicada en este sitio- de Prince Of Tennis. La idea se me ocurrió en mi cuarto mientras me cepillaba el cabello -¿raro no?- y baje corriendo a encender la computadora, antes de que se me olvidara.
Es un universo alterno, en el cual existen tres hermanos Ryusaki, la historia no va ser solo RyoSaku –aunque la mayor parte, en realidad casi todo hable sobre ellos- va a haber una variante de parejas: como los tres hermanos, y otras como MomoAnn y KaidohTomo.
Sinopsis: A los veinte años, Sakuno Ryusaki –Siendo la segunda de tres hermanos- ha cambiado de carrera en la universidad dos veces. Ahora su ultima meta es convertirse en escritora; pero ella guarda algo en su interior y es que desde pequeña ha estado enamorada de Ryoma Echizen el mejor amigo de su hermano mayor, por eso ha dejado de salir con hombres ya que encuentra imposible olvidar a su primer amor.
Por otro lado, Ryoma se fue del país hace casi diez años y ahora que vuelve se topa con una gran sorpresa: la hermana de su mejor amigo ya no es una simple niñita como la que había jurado proteger, ahora más que eso es una mujer hecha y derecha que lucha por ser alguien en la vida. Pero Ryoma no puede pensar en ella como algo más que una hermanita… No después de haber herido los sentimientos de Sakuno hace ya mucho tiempo.
-Alguien habla.
"Alguien Piensa"
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Disclaimer: PoT, no pertenece. Yo solo me encargo de manipular los personajes y retorcer la historia para hacer más felices a todos.
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Prologo
Diez minutos antes del primer encuentro
A los cinco años, ya Sakuno sabía que quería ser cuando creciera, por eso cuando su papá le preguntó, ella respondió sin siquiera titubear.
-Voy a ser actriz. Como las de la tele.
Papá había reído y Suzaku, su hermano mayor se había burlado sin ningún remordimiento ni nada que se lo impidiese. Suzaku era diez años mayor que Sakuno, pero no solo por eso debía de burlarse de ella de esa manera tan desagradable.
Apretó su oso de felpa –un regalo de mamá cuando cumplió los cinco- y saco su pequeña lengua.
-¡Suzaku, no me gustas!
Papá suspiró y luego negó con la cabeza.
-No, Sakuno. Sabes que Su-chan no quería molestarte, el solo estaba jugando contigo, eso es lo que hacen los hermanos. El te quiere mucho ¿Sabes?
Suzaku frunció el ceño y desvió la mirada a un punto exacto de la pared. Luego se cruzó de brazos y fue a la cocina por un trozo de pastel de chocolate.
Sakuno no era la única niña en esa familia puesto que después de un año de haber nacido ella, llegó Sawako. Sawako era más linda que Sakuno, por eso era que sus padres y Suzaku la cuidaban más.
-Papá, hoy viene un amigo para hacer algunos deberes del colegio –Grito Suzaku desde la cocina. Mientras que ella se apresuró a sentarse en las piernas de papá. Este le sonrió y la ayudo a acomodarse.
-Bien, espero que no den muchos problemas.
Suzaku asomó su cabeza desde la puerta y negó con la cabeza.
-No te preocupes, es un año menor que yo. Voy a explicarle algunas cosas –Salió por la puerta de la cocina con dos platos con pastel de chocolate y una Ponta. Sakuno analizó la posición de su hermano, no parecía muy cómodo respecto a tener que llevar todo eso –Es del club de tennis, ¿recuerdas a ese prodigio que gano el torneo nacional hace unos años?
Papá se tensó y observó a Suzaku con una expresión extrañada, luego de euforia y emoción.
-¿Te refieres a el hijo de Nanjiroh? Ryo ¿no?
Suzaku frunció el ceño.
-Es Ryoma, y sí, es el hijo de Nanjiroh. ¿Acaso no eran amigos en la segundaria?
Papá sonrió y Sakuno observó atentamente a ambos, primero a su hermano mayor y luego a su padre. Suzaku coloco un trozo de pastel delante de Sakuno junto con la Ponta y luego se rasco la cabeza nerviosamente para después sonreír.
-Lo siento Saku, tu hermano mayor es un idiota. No debí burlarme de ti.
Abrió sus enormes ojos escarlata y luego sonrió alegremente, se abalanzó sobre su hermano mayor y comenzó a reír.
-Te quiero… ¡Te quiero mucho Su-chan!
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-Papá, mamá… Y… Sakuno –Lo último lo dijo contrariado- Este es, Ryoma Echizen. Un amigo.
Ryoma sabia que su amigo, no se sentía muy cómodo presentándolo a su familia y Ryoma lo entendía.
El padre de Suzaku lo observaba con admiración, la madre, una señora de unos cuarenta y tantos parecía como si se hubiera ganado la lotería.
"Algo así como si le hubiera encontrado futuro marido a sus hijas… Diablos" Lo primero que pensó era que quería huir de allí lo más rápido que le dieran las piernas. La única que parecía ignorar plenamente la realidad era la niña. Una pequeña criatura de cabellos cortos y castaños rojizos y grandes ojos escarlata que lo observaban con curiosidad, para después volver a concentrarse en su pastel de chocolate y su Ponta de uva.
Eso era lo que quería… Una Ponta de uva.
La niña se levantó junto con la Ponta y se la puso justo al frente de el.
-¿Quieres? –Pregunto con una pequeña sonrisa. Increíble… ¿Podía esa niña leer mentes?
-¡Sakuno! –Suzaku la obligó a sentarse de nuevo en la mesa junto con la Ponta. Y luego se volvió hacia él –Perdona Ryoma… Sakuno no está muy familiarizada con las visitas y acostumbra a hacer cosas raras….
-Quiero una.
Suzaku lo observó sorprendido e interrogante.
-¿Cómo?
-Una Ponta de uva. Quiero una, claro si no te molesta.
-No… Desde luego que no. Deja y la busco –Pero aun así, su amigo lo observó a él y a su hermana consecutivamente como si tratara de entender algo. Negó con la cabeza y se adentro en la cocina.
Ryoma se acercó a la mesa y deposito su bolso con algunos libros en la mesa. Observó a la niña que le devolvía la mirada fijamente, luego ella ladeo la cabeza y infló sus mejillas de aire.
-¿Eres el prodigído del tennis?
Ryoma ahogo una risita.
-si, yo soy el prodigio del tennis –él admiro el color rojo de las mejillas de ella. Así que estaba avergonzada de su vocabulario. Era una niña muy linda, aunque con una apariencia algo diferente a la de Suzaku para ser hermanos.
Sakuno volvió a concentrarse en el plato, pero de vez en cuando observaba a sus acompañantes en la mesa, Suzaku le explicaba algo sobre una raíz a su amigo; decían que era matemática pero ella estaba segura de que las raíces eran de los árboles. Así que deberían ser algo sobre árboles en vez de matemática.
Ry-o-ma… Que bonito nombre, R-Y-O-M-A… Era como el de un príncipe. Y el parecía uno, con sus ojos gatunos y su cabello negro con reflejos verdes… Tomo otro bocado del plato y se lo llevó a la boca. Y volvió a verlo.
Estaba concentrado en una de las explicaciones de Suzaku.
"Cuando crezca, me casare con él. Y nos iremos a su castillo, y yo comeré dulces y pontas mientras el juega tennis. Y vendrá Suzaku y Sawako a visitarnos… ¡Seremos muy felices!"
Soltó una risita infantil.
Suzaku paro su explicación y observo atentamente a Sakuno mientras fruncía el ceño.
-Bien… Siempre pensé que estabas al borde de la locura, aunque nunca me pare a pensar cuanto. Creo que ahora lo se –Murmuro. Se volvió para ver a Ryoma quien analizaba embelesado y hipnotizado –además de la sonrisita de idiota que tenia en la cara- a su hermana. Levanto las cejas… "Esto no me da muy buena espina" –Echizen… ¿Te apetece un trozo de tarta? Y Sakuno anda a jugar con una de tus amigas mientras nosotros terminamos de estudiar.
Obedientemente –lo cual era increíble- se levanto de la silla y comenzó a saltar hasta la puerta de la sala mientras reía tontamente y hacia alguna cosa rara con sus brazos. Suzaku se encogió.
-Lo siento Echizen. Mi hermana suele comportarse como una lunática cuando tenemos visitas –Suspiró y le saco punta al lápiz –Por eso nunca traigo amigos.
Ryoma soltó una risita.
-Pues a mi me gusta, si no la quieres tu, entonces dámela, te aseguro que haré de buen hermano mayor.
Dos años después del primer encuentro
Había tres cosas de lo que Sakuno estaba completamente segura; La primera, es que a los siete años uno no puede creer que sea más inteligente que los demás porque puede hacer enojar a varias personas… Incluyendo a tu hermano mayor, a tus abuelos, primos y desde luego padres.
La segunda, es que odiar a los perros también puede ser un problema. Después de haber huido de casa, porque tus padres no entienden tu vil mentecita y que un perro demasiado rabioso te siga el rastro, es demasiado para una candidata a princesa japonesa. Y Sakuno lo sabía… Ella odiaba a los perros y los perros la odiaban a ella… Tal para cual.
Y la tercera. Haberte caído y raspado las rodillas en un parque, después de deshacerte de los perros era lo único que podía faltar para hacer la existencia de una princesita de siete años… Una completa miseria.
Comenzó a sollozar y luego las lagrimas salieron incontrolablemente, rodando por sus mejillas y resbalando desde su barbilla. Se sentía estupida. Era una mala niña. Se sentó en una banca y se abrazo las rodillas.
No podía volver a casa.
No después de comportarse así. Y ni siquiera recordaba el camino de vuelta, mamá, papá o Suzaku siempre le tomaban la mano cuando iban a algún sitio y nunca la soltaban pasara lo que pasara.
Incluso, una vez se perdió en el supermercado y Suzaku fue quien la encontró y la regaño por separarse de ellos. "Su-chan…".
-¿Sakuno?
Paró de sollozar con tanta fuerza y levanto el rostro.
Al frente de ella le devolvía la mirada un par de ojos ambarinos que la miraban con incredulidad y sorpresa. Llevaba el uniforme de Seigaku la segundaria a la que iba Suzaku y a la que ella esperaba ir. El chico tenía cabellos negros con reflejos verdes y llevaba una bolsa en cada mano.
Parpadeo intentando recordar donde lo había visto antes o si lo conocía de algún lado. Entonces la visión de un príncipe encantado jugando tennis y tomando mucha Ponta le llego a la cabeza, haciendo que sus mejillas se tornaran rojas.
-¿Eres Sakuno? ¿La hermana de Suzaku, no?
Él se aproximo y dejo las bolsas a un lado del banco. Sakuno dejo de llorar de golpe al verlo sentarse justo a su lado, como un par de viejos amigos que no se veían en mucho tiempo. Una sensación de alivio y confort la lleno.
-Valla, ¿Qué pasa? ¿te has perdido? –Sakuno asintió vagamente –m… Has crecido una barbaridad, ¿Cuántos años tienes?... Espera… ¿No me recuerdas, verdad?
Sakuno volvió a asentir.
-Eres el prodigio del tennis.
Ryoma rió al oír la extraña entonación en la palabra prodigio. Recordó aquel día hace un par de años cuando se sentó en la mesa con una niña de cinco años y ella le pregunto si era un prodigído. La observo, la niña seguía identica a como la recordaba.
Y es que como iba a su casa con las bolsas de la compra, le abrumo los desgarradores sollozos de la parte más aislada del parque. Al ver a una niña en la banca lo primero que pensó era que tenía que huir de allí antes de que la pequeña lo viera.
Ese día había terminado con su novia y no tenía muchas ganas para animar a nadie. Pero apenas vio la cabellera rojiza, la reconoció enseguida. Vio a la misma pequeña de ojos grandes y escarlata en su mente y recordó –algo después de pronunciar el nombre de ella- que era la hermanita de Suzaku. Su superior en el equipo de tennis y en el instituto.
-¿Y por que no estás con Suzaku? ¿Has venido tu sola? –volvió a preguntar.
La mirada escarlata perdió su brillo y la niña escondió su cabeza entre los bracitos y sus rodillas.
-Suzaku no quiere a Sakuno… Es un mal hermano mayor. Y Sakuno se ha caído.
Ryoma observo las raspaduras en ambas rodillas y el rasguño en el codo derecho. Señor… La pequeña parecía tener muy mal carácter. Rebusco en una de las bolsas de las compras. Había comprado unas banditas ya que siempre se hacia rasguños y raspones en el equipo de tennis.
-Ven… Déjame ver –Lentamente le observo el codo dañado y abrió una bandita para colocársela. Repitió el mismo procedimiento con las rodillas –Ya está.
Sakuno lo observó y sus ojos se llenaron de lágrimas.
-Sakuno… Es una niña mala, le dijo cosas horribles a mamá y a papá. Pero Sakuno solo quería que le prestaran más atención. Y Suzaku regaño a Sakuno… Ella es una niña muy mala.
Ryoma pensó que era muy adorable oírla hablar en tercera persona. Sonrió.
-Oye, Sakuno. ¿No quieres que sea yo tu hermano mayor?
Sakuno lo observó entre sorprendida y extrañada para luego sonreír entre lagrimas y que sus ojos brillaran de alegría.
-¿De verdad?
-Desde luego.
-¿Y visitarías a Sakuno todos los días? ¿Y jugarías con Sakuno?
A Ryoma se le hizo un nudo en la garganta.
-Podría intentarlo. Pero… -Ryoma agarro las dos bolsas con una mano y con la otra levanto a sakuno y la cargo sobre su pecho. La niñita soltó un gritito de felicidad mientras abrazaba con fuerza el cuello de él –Hay que llevarte a casa ¿No crees?
Y Sakuno no podía ser más feliz ni sentirse más enamorada como en ese momento.
Cinco años después del primer encuentro
Sakuno enjuago las lágrimas con un pañuelo y después se soplo la nariz.
Había terminado de leer orgullo y prejuicio el cual había encontrado en la biblioteca privada de su madre. Cada vez que acababa con un libro comenzaba a llorar y a llorar por que lo termino.
Pero, este último se lo leyó en tiempo record.
-¡Hey Sakuno!
Sakuno levantó la vista, empañada por las lágrimas, para encontrarse con la mirada ambarina de su hermano sustituto y el mejor amigo de Suzaku. Ryoma la observaba extrañado y sonriente señalando con un dedo un envoltorio que de seguro traía un pastel.
-¡Ryoma! –Sakuno dejo el libro en la mesa y se seco como pudo las lagrimas.
-¿Se puede saber por que estás llorando ahora?
-Ya acabe mi ultima adquisición –Dijo volviendo a soltar un sollozo. Ryoma suspiró.
-No entiendo por que te amargas tanto la vida. Primero: es un libro y segundo: solo tienes diez años, cría.
-Primero: No es solo un libro, es una obra literaria sumamente famosa. Y segundo: La edad de mi cuerpo no se compara con la de mi intelecto que es lo que verdaderamente importa. Aquí –dijo señalando su cabeza –Hay aproximadamente treinta años de conocimiento.
Ryoma rió.
-Entonces a los veinte, vas a tener la mentalidad de una vieja de sesenta –Sakuno gruño y se paro para buscar unos platos y cucharillas para el pastel. Desde la cocina podía oír el sonido de los dedos de Ryoma contra la mesa -¿Y tus padres?
Sakuno sentía que el corazón se le iba a salir. Se preguntaba a si misma cuanto tiempo aguantaría sin echarlo a perder y confesarle sus sentimientos a Ryoma. "Solo una década más… Y seguro que te acepta"
-Salieron. Por cierto Suzaku te mando saludos, anda bastante ocupado en la universidad últimamente –Se sentó y le dio los utensilios a Ryoma. Ella sabía perfectamente que Ryoma estaba enterado de que pasaba la mayor parte del tiempo sola en casa. Sus padres nunca estaban, Suzaku vivía en Tokio, por que asistía a una universidad allí y Sawako estaba muy ocupada en sus actividades de la tarde. Así que su único recurso eran los libros además de las visitas de Ryoma, que ya ni se tomaba la molestia de tocar a la puerta.
Él corto dos trozos y como siempre le dio a ella el más grande. La chica se levantó un momento y saco de la nevera un par de pontas de uva.
-¿Enserio? Debe de irle muy bien. Hace ya bastante que no lo veo por aquí.
Sakuno se encogió de hombros mientras se llevaba un trozo de pastel a la boca.
-Te dije que estaba algo ocupado con lo de la universidad.
Ryoma abrió la Ponta y tomo un trago.
-¿Sabes que me dieron un puesto en un equipo de tennis?
Sakuno paró el bocado que se iba a comer y soltó el tenedor de golpe. Estaba segura de que su cara debía de estar radiante de felicidad.
-¡¿Enserio?! ¡Ryoma! ¿Has aceptado verdad?
Él negó con la cabeza.
-No estoy muy seguro. Pero de todas formas quería que fueras la primera en saberlo –Sakuno se tensó al oírlo. Por la expresión de Ryoma algo no andaba para nada bien.
-¿Y dime Ryoma… Donde es? ¿Osaka? ¿Tokio? O quizás…
-Estados Unidos.
Sakuno se paralizó.
-co… ¿Como?
-El equipo es uno de Estados Unidos. No estoy muy seguro pero creo que no estaría de más asegurarme. Creo que voy a aceptar… Siempre he querido ser un tenista profesional ¿Entiendes, verdad?
Sakuno sentía sus ojos arder. Oh no… Iba a llorar. No debía llorar, tenía que respirar hondo. Respirar hondo y calmarse.
-Para mi eres muy importante… Eres una maravillosa hermana menor, algo que nunca tuve el lujo de tener y se que por todos estos años te he robado de las atenciones de Suzaku para ocuparme yo. Suzaku confiaba en mí, pero yo no voy a poder seguir ejerciendo de tu hermano.
Una puñalada seguida por una dificultad para respirar la invadió.
-Está bien…
-No, no está bien, Sakuno. Yo nunca he merecido el lugar que ocupo en tu corazón. Seré un verdadero hijo de perra por no separarme de ti. Incluso se que eras una niña, pero me sentía feliz de que me dieras tu corazón por completo… No tienes ni idea de cuanto lo siento…
Así que él lo sabía.
-Ryoma, basta…
Pero él no parecía escuchar.
-Aunque seas algo indispensable para mi existencia, no podré seguir a tu lado. Para mi es aun más indispensable jugar al tennis… Para mi nada importa más como el tennis…
-¡Calla!
Ryoma paró de golpe. Y Sakuno noto su mirada antes algo distante ahora agónica sin saber que hacer, y supo que estaba hecha un mar de lagrimas al sentir el liquido caliente correr por sus mejillas.
Sakuno siempre se habría creído una chica sumamente inteligente, y demasiado avanzada y madura para su edad. Pero el dolor en su pecho la hacia sollozar, temblar además de imposible para que el aire entrara por sus pulmones.
-Vete… Por favor, Ryoma… Vete.
Echizen se levantó con cierta torpeza.
-Te veré mañana.
-No… No quiero que vengas y me hagas feliz sabiendo que en cualquier momento te iras a otro lado. No tengas remordimiento por dejarme así, estás haciendo lo mejor –Sakuno intento secar las lágrimas con el dorso de la mano, pero al ver que era inútil. Simplemente la bajo –Si es mejor, que te fueras de una vez…
Ryoma la observó por ultima vez con una expresión melancólica y como si estuviera dejando un trozo de su alma en la habitación. Sakuno se puso de espalda mientras recogía los platos. Pero en cuanto la puerta de la entrada se cerró, callo pesadamente en la silla y rompió en llanto.
Había perdido el último fragmento que tenía para combatir su soledad.
Cinco años después del primer encuentro
Al día siguiente Ryoma Echizen partió a Estados Unidos.
Continuara
N/A
Bueno, ¿Qué tal?
Este es él prologo, donde se narra todo lo sucedido –casi todo – antes del inicio de la verdadera historia. Como podrán ver, Sakuno era una niña con una inteligencia muy amplia y un vocabulario muy extenso para su edad.
Digámoslo de esta manera. Era muy precoz, no una lunática, como la describe su hermano, Suzaku, Quien es el mejor amigo de Ryoma en este fic.
Normalmente se dice que las relaciones entre el chico y la hermana menor de tu mejor amigo están prohibidas. Pues… Yo demostrare lo contrario en esté fic.
Al principio debió de parecer un poco de loly-con puesto que Ryoma le lleva aproximadamente nueve años a Sakuno. Pero es que la historia transcurre cuando el tiene veintinueve y Sakuno Veinte. Siempre he dicho que los hombres están muchísimo más beios cuando entran a los treinta… jejeje.
Bueno… ¡Nos vemos!
Winie
