EL CAMINO HACIA… ¿EL ALTAR?
.
.
Capitulo 1
.
.
"El camino hacia… ¿Un beso?"
.
.
.
Es una maravillosa tarde en la ciudad de Tokio, Kagome e Inuyasha se encontraban en un hermoso parque, recostados en el césped, escondidos detrás de unos arbustos lejos de la vista de cualquier persona. Ellos eran amigos desde que tenían memoria y sin duda pasaban tanto tiempo como fuera posible en la compañía del otro.
―No, basta Inu... no, ya, detente...jajaja... detente por... favor ―suplicó Kagome mientras trataba de quitarse las manos de Inuyasha de encima― Inu... por favor... jajaja... ¡tú ganas!
―Ah ―suspiró―, de acuerdo, de todas formas siempre gano ―dijo dejando de hacerle cosquillas―. Dame la mano, te ayudo a levantarte ―se hincó a su lado y la ayudó a levantarse―.Ya hay que regresar o mandarán a la policía a buscarnos de nuevo...
Al darle la mano, Kagome lo jaló para que cayera al pasto, giró para ponerse sobre él y tomar venganza de la cruel tortura que había recibido hace unos momentos. Aunque sin duda se había divertido mucho, pero le dejo un fuerte dolor de estomago debido a sus risas y el pulso ligeramente acelerado al sentir sus manos sobre ella.
―Tramposa –se quejó Inuyasha―, pero a mí nunca me vas a ganar ―le recordó rodando, quedando sobre ella. Se percataron de lo cerca que estaban sus rostros el uno del otro, sintiendo su respiración golpear la boca del otro. Inuyasha empezó a acariciar suavemente el cabello de Kagome al mismo tiempo que se acercó más a ella― Kag...
―Inu... Inuyasha ―lo llamó suavemente mientras le ponía la mano en su pecho y lo empujaba un poco para separarlo de ella― yo... yo creo que ya es hora de irnos...
―Sí... ohm... sí, ya vámonos ―musitó algo aturdido mientras se levantaba y la ayudaba a ponerse de pie y se sacudía un poco la suciedad de la ropa.
Caminaron hasta donde Inuyasha había dejado su motocicleta negra. Especial para correr, pero sin duda alguna totalmente soberbia.
Él subió de inmediato, pero Kagome se quedó mirándolo, pensando que se veía tan guapo con la gorra que utilizaba para tapar sus orejitas de perro que tenía solo durante el día. Se sentía mal al pensar que jamás podría llegar a ser más para Inuyasha que una buena amiga, pues eso era a lo único que habían llegado después de tanto y tanto tiempo juntos. Ser solamente amigos… los mejores amigos.
― ¿Qué pasa, por qué no subes? ―preguntó Inuyasha algo preocupado.
―No nada... no pasa nada ―respondió sin ánimos― "Ése es el problema" ―pensó muy desanimada, sintiendo su corazón estrujarse levemente ante sus patéticos pensamientos. Subió a la motocicleta detrás de Inuyasha, se abrazó a su cintura para no caerse del vehículo, hundiendo su rostro en su espalda y respirando su aroma tan varonil y perfecto.
―Ok, si tu lo dices ―comentó no muy convencido―, sujétate bien ―le advirtió al mismo tiempo que sentía que lo abrazaba con mas fuerza. Sonrió para sí mismo, arranco y se perdió entre el tráfico para llevar a su mejor amiga a su casa.
―"Al menos así estoy más cerca de ti..."―pensó sonriendo, pero ahora con la tristeza reflejada en su rostro.
Continuara…