Disclaimer: Bleach no me pertenece.

Aquí estoy de nuevo con otro drabble Ulquiorra/Grimmjow. Parece que últimamente me estoy aficionando a escribir historietas sobre estos dos. En fin, comentar sobre el fic que no hay ningún contacto entre Grimmjow y el cuarto espada, al menos no directamente. He mezclado también la inocencia de Inoue, que el lo único que me agrada de ella. Creo que ha quedado algo bastante entretenido. Eso ya lo juzgaréis vosotros mismos.

Os dejo con el drabble. Disfrutad de la lectura.


IRREMEDIABLEMENTE

Hoy Ulquiorra no ha visto a Grimmjow. Se siente aliviado, por una parte. Ahora puede estar tranquilo. Pero la extraña desilusión que le invade al no oír su voz gritona retumbar por los pasillos está ahí. Irremediablemente.

Mira por una de las ventanas estrambóticas que el castillo de Las Noches presenta, a lo largo de su superficie. Como siempre, no se esperaba nada especial. Un cielo negro y una indefinida cantidad de arena. Ciertamente no tiene ni idea de que hacer, así que decide ir a ver a la prisionera. A aquella mujer llamada Inoue Orihime.

La verdad es que su actitud cortés le pone de los nervios. No soporta sus palabras pronunciadas con una dulzura, casi empalagosa. Todavía sigue sorprendiéndole la obsesión por la amistad de esa mujer. Es una estupidez. Irremediablemente, pero, llegas a su celda como inconsciente de tus actos.

-Ulquiorra... –Susurra al verte. Ahora ya está acostumbrada a tus entradas imprevistas.

Este hace una seña con la cabeza, que traducida a los vocablos con sonido significa: "¿Qué tal estás?"

-Oh, bien. No hay nada de qué preocuparse. –Afirma, con una sonrisa enorme.

Ulquiorra frunce un poquito el ceño, debido a esa actitud afable, pero no dice nada al respecto. Asiente con la cabeza, pero justo cuando tiene la mano en el pomo de la puerta oye de nuevo su voz:

-Ah, se me olvidaba. Grimmjow-san ha pasado por aquí y me ha dejado un recado. –Él abre los ojos, sorprendido. Menos mal que está de espaldas a ella y no puede verle. Eso arruinaría completamente su fría y temible imagen.- Ha dicho: "Dile a ese paliducho idiota que estoy de misión y que no volveré hasta tarde. Si quiere puede esperarme despierto." –Acaba, y añade.- Y después de eso se ha puesto a reír como un loco y se ha ido.

Típico de Grimmjow. Como le gusta avergonzar a Ulquiorra delante de los demás. Por suerte, la humana es demasiado inocente para entender el contexto escondido de sus palabras.

-De acuerdo. Gracias por el aviso.

El Espada sale de la celda caminando a paso firme pero lento. Al fin y al cabo no tiene nada que hacer. Y sus pasos le conducen hasta aquella habitación pintada de azul con un número seis en la puerta. Irremediablemente. Aunque, y Ulquiorra lo sabe muy bien, esperar a Grimmjow despierto no será lo último que hará esa noche.


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