Titulo: De sueños a pesadillas.
Autora: Danely
Pareja principal: SasuSaku
Numero de capítulos: Otro más, y otro, ya que esto paso a convertirse en un fic a petición de ustedes.
Advertencias: Ninguna en este capitulo.
Disfruten!
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Capitulo 1: Mi sueño ¿realidad?
Por Danely
Me preguntaba como fue que había llegado aquí…
Ahora estaba en su cama, junto a él. Mi mente divagando distraídamente en lo que había pasado hace solo unas horas atrás. Antes de traerme aquí. A lo que muy pronto seria, seguramente… mi fin.
Y lo que mas odiaba, es que de alguna manera yo lo había sabido. Había adivinado cual seria mi destino si aceptaba su tentadora invitación. O al menos, me había acercado bastante. Y aun así… no pude negarme. Todo en el me había llevado a obedecerle; su aspecto, su voz… incluso su aroma tan dulce y embriagador del que ahora todo mi ser estaba impregnada. Todo había sido una premeditada y provocadora seducción a entregarme a el.
No pude negarme. De alguna manera era seguro que terminaría aceptando, y el lo sabia.
En cuanto nuestras miradas se habían cruzado por primera vez… mi destino había sido sellado con sangre.
Era una noche de viernes como cualquier otra.
Naruto, Hinata, Neji, Tenten y yo nos encontrábamos en el bar al que solíamos ir frecuentemente. Yo estaba en la barra de bebidas, sentada sobre un banquillo, observando como los cuerpos de mis amigos se movían al ritmo de la música, bajo todas esas brillantes luces de disco que había en el lugar.
Suspiré.
Los envidiaba. Todos habían encontrado a sus almas gemelas.
Hacia más de un año ya en el que Naruto se había dado cuenta de sus verdaderos sentimientos hacia Hinata. Y como es mi hiperactivo amigo, no tardo en declarársele. Obviamente, Hinata había aceptado gustosa – sin mencionar infinitamente feliz- a su propuesta. Fue del estilo romántico, con rosas, velas y toda la cosa.
Y en el caso de Neji y Tenten, fue… completamente lo contrario. Mas divertido. Ella había tomado la iniciativa - gracias a mi gran consejo- y en el baile de fin de año se le declaro. No sin antes tirarle un poco de ponche accidentalmente en el costoso traje de Neji. Al gran Hyuga capitan del equipo de Soccer, en frente de toda la escuela. Y valla sorpresa que se llevo cuando Neji dijo que si.
Suspiré de nuevo y le di otro sorbo a la copa de Vodka frente a mi. Sin duda me alegraba por ellos, pero también algunas veces me ponía… melancólica, el no tener yo aun a nadie con quien compartir momentos juntos como algo más que amigos.
Me arregle la falda al levantarme y me dirigí al baño. Ver bailar a mis mejores amigos dirty dance por la siguiente hora, definitivamente no era algo que quisiera hacer.
Gire el grifo y al instante el sonido del agua comenzó a resonar con un eco en las paredes. Por un momento, me quede solo viendo como el agua fluía, sin nada en mente.
Tome un poco de agua entre mis manos, para luego soltarla. No quería arruinar el maquillaje de hora y media al que Tenten me había obligado someterme. En realidad, a mi no me importaba en lo absoluto si se iba por el desagüe, pero seguro que Tenten se sentiría ofendida si no me veía con el resto de la noche.
De la nada, me embargó una extraña sensación de ser observada. Mis ojos relampaguearon hacia el espejo, esperando realmente no ver nada, pero si que vi algo…
Unos ojos negros, tan oscuros como la noche, que me miraban expectantes desde el fondo del baño. Rápidamente voltee mi rostro para encararlo... pero ya no había nadie. En el lugar que antes había un chico pelinegro, cruzado de brazos y apoyado en la pared del baño, mirándome… solo había un lugar vacío.
Agache mi rostro y apreté mis dedos contra mis sienes, frotándolas. Mi mente acababa de jugarme una muy mala pasada. "Es una alucinación, no es real… no es real…" Me repetí constantemente hasta que logre calmarme un poco. Y es que esta no era la primera vez que lo veía. Desde hacia algunos meses atrás que aparecía en mis sueños…
Absolutamente en todas las noches.
Siempre, al cerrar mis ojos y caer en los dulces brazos de Morfeo… él se presentaba, como la mas bella y pura encarnación de la perfección.
En mis sueños, antes de su aparición, todo a mí alrededor cambiaba. Era como transportarme a una nueva dimensión, una muy aterradora. Primero, a mis pies el suelo se volvía negro… el cielo se transformaba en una gigante capa de color rojo, tan rojo como la sangre y una inmensa luna llena resplandecía en el. El aire del lugar era bastante tétrico, asfixiante, como estar en el infierno…
Y aun que sabía lo que venia a continuación, nunca dejaba de helarme de pies a cabeza como la primera vez. Las grandes cruces salían del suelo, tan horribles como siempre, cada una con lo que un día fueron hermosas jóvenes, y que ahora solo eran un cuerpos sin vida. Llantos desconsolados y atormentados eran el sonido más horrible que había oído en mi vida.
Y después, era cuando lo veía a él.
Cuando dejaba de poner atención a la pesadilla a mi alrededor y me concentraba en el sueño que tenia frente a mi.
En su cabello… tan suave a la vista.
Sus ojos negros… afilados y atrayentes.
Su rostro… perfecto y equilibrado.
Sus labios… delgados. Y apostaría mi alma a que eran increíblemente suaves.
El… un ángel.
Siempre pasaba lo mismo, me quedaba maravillada con su belleza al punto de no poder moverme cuando sus manos níveas jugaban con un mechón de mi cabello rosado, para después colocarlo tras mi oreja con una delicadeza y suavidad sobrehumana.
Ver como su mano se desliza por mi cuello y lo recorre suavemente, con tanta calma y fascinación. El parecía deleitarse ante el tacto, igual que yo. Su piel fría y suave me proporcionaba una sensación extremadamente placenta, erótica. E inmóvil, solo podía observar como, de nuevo, empezaba la pesadilla.
Su rostro, dejaba toda calma y seducción, cambiando de un segundo a otro. Una expresión… animal. Extraña. Aterradora. Amenazante. Llena de toda clase de promesas malvadas.
"Sakura…" Pronunciaba a lo último, con voz distorsionada… torturada. Justo antes de desaparecer.
Fuera de toda lógica, comencé a reírme.
Me reía de manera natural, fluida. Ahora que analizaba la situación, me parecía completamente ridículo. ¿Cielo rojo? ¿Mujeres en cruces? ¡Por favor! Ya no era una niña, sabía claramente que ¡Eso noexistía!
— No en tu mundo. — Pronuncio una voz masculina. Haciéndome saltar del susto.
Y ahí estaba de nuevo, frente a mí. Lo suficientemente cerca para poder apreciarlo con exactitud. Su rostro era el mismo rostro perfecto que el de mis sueños. Su expresión era neutral, pero en cierta forma divertida.
— ¿Q-quien eres? — Fue lo primero que me vino a la mente. Pero lo que realmente quería saber era, quien era, y por que parecía en mis sueños.
— Es grosero preguntar el nombre de alguien sin haberse presentado antes. — Dijo dando un paso hacia mí y yo por inercia retrocedí. — Aunque no hace falta que me lo digas, Sakura...
¿Cómo sabia mi nombre? Okay. Ahora estaba oficialmente asustada.
— ¿Q-qué haces aquí? Este es el baño de las mujeres. — Farfulle tontamente. Ya que lo que en realidad quería decir era: "¿Qué haces aquí? Tu no eres real" Si, no lo era.
Era solo el alcohol haciéndome efecto. El podría aparecer en mis sueños, pero no podía estar aquí. Él ni si quiera existía.
— Créeme, soy mas real de lo que tu podrías llegar a comprender…
No supe como, ni cuando fue que se había acercado tanto a mi, lo suficiente como para poder percibir el dulce aroma que el desprendía. Me sorprendí a mi misma al inclinarme mas hacia el, e inspirar su maravilloso aroma. Nuestras pieles hicieron contacto cuado coloco su mano fría sobre mi mejilla sonrojada.
Pues, si era una alucinación era una muy buena. En verdad pude sentir eso. Incluso sentí mi corazón responder al toque, aumentando su ritmo. ¡Traidor!
— ¿Lo ves? Yo soy real. — Dijo divertido. Pero luego, sus ojos comenzaron a cambiar. Estaban adquiriendo un color carmín vivo. En ellos aparecieron tres comillas negras alrededor de la pupila.
Entonces, su rostro dejo atrás todo rastro de diversión.
Me costaba respirar, y desconocía el motivo. Tal vez era miedo… No lo se, no hay palabras para describir lo que sentía en ese momento. Era tan confuso, demasiado para asimilar.
— Pero aun así… sigo siendo tu peor pesadilla.
Y me besó.
Sus labios se fundieron con los míos, de una manera que jamás creí posible. Su sabor era tan dulce… y agrio a la vez. En un a combinación adictiva. Tanto, que sentí la necesidad de corresponderle con las mismas ansias que devoraba el los míos.
Y lo hice. Deje atrás el miedo y cualquier otra cosa que antes me había preocupado. Solo para seguir sintiendo sus adictivos e increíblemente suaves labios moviéndose firme, dominantemente contra los míos.
Lo sentí sonreír contra mis labios.
Gemí levemente cuando su lengua fría lengua comenzó a recorrer mi caliente cavidad con ansias. Me aferre a su cabello, el cual era extremadamente suave.
No quería dejarlo. No quería parar.
Ya no me importaba el hecho de que era solo producto de mi imaginación. Hubiera podido quedarme así para siempre…. si no hubiera sido que justo en ese momento, deje de sentir sus labios sobre los míos.
Abrí mis ojos, sorprendida. Y con una mueca de ligero enfado en mi rostro.
El seguía ahí, solo que a unos cuantos metros de mi. Como había estado antes, recargado en la pared del fondo. Sonreía arrogantemente. ¿Cómo había llegado hasta allá tan rápido?
— Por cierto, mi nombre es Uchiha Sasuke.
— ¿Cómo lo…?— Pero ni si quiera me moleste en terminar la pregunta.
El ya había desaparecido. De nuevo.
Claro, después de todo el no era real.
Regrese corriendo a la barra de bebidas. Antes de que a mi ilusión, -que ahora hasta tenia nombre propio-, se le ocurriera volver. Definitivamente necesitaba un trago, si antes soñaba con el, ahora incluso podía verlo. Algo andaba mal conmigo, tal vez tenia un tumor o algo. Mañana iría sin falta al hospital a hacerme una revisión, por si acaso.
Llegue hasta la barra, y mire con cara de pocos amigos la copa vacía, que yo había dejado a más de la mitad.
"Bastardos…" Esto era justamente lo que mas odiaba de estos lugares. Que las personas se roben tu bebida en cuanto te volteas. Agh, maldición. Le hice una señal al bar tender.
— ¿Si señorita?
— Una copa de Vodka, por favor.
— Enseguida.
Voltee a la pista de baile, buscando alguna señal de vida de Hinata, neji, tenten o Naruto. Pero no los vi. Supuse que debían estar en alguna parte entre la multitud.
— Aquí tiene.
— Gracias.
Le di un buen sorbo, casi la dejé a la mitad – lo que normalmente me llevaría cerca de veinte tragos-.
— Oye. — Volteé. Un muchacho pelirrojo estaba frente a mí. Me echo una mirada para nada indiscreta — ¿Quieres bailar preciosa?
— No, gracias. — Dije firmemente. Mientras regresaba a mi posición original, dándole la espalda.
Odiaba a esa clase de hombres – si se les podía llamar así-. Esos que solo se acercan a una por tener un buen trasero. Y yo si que tenia un buen trasero.
— Entiendo, entonces… — Me giró nada sutilmente y se acerco a mi — ¿Quieres ir a un lugar mas privado, corazón? — Su aliento me golpe el rostro.
"Ebrio" Ge-nial. Quizás incluso este intento de hombre había sido el que se robo mi bebida.
— No gracias. - Repetí duramente.- Prefiero que darme aquí. -Esta vez con una expresión para nada agradable. Tenía la esperanza de que aceptara el rechazo y me dejara en paz de una vez.
A ver… ¡esta ebrio! ¡Y nos mira lujuriosamente! Perdona mi pesimismo, pero no creo que eso pase. Además tiene pinta de alguien que no acepta un no por respuesta.
No podía negarlo. En realidad las probabilidades eran bajas. Y como si hubiera escuchado a mi molesta vocecita, y quisiera corroborar lo que había dicho; coloco una de sus manos sobre mi pierna y la acaricio sensualmente en un movimiento ascendente.
Me dieron ganas de vomitarle encima. Un momento, tal vez si lo hacia se iría ¿no?
— Vamos nena, no te hagas la difícil…
Aparte su mano de un manotazo y me levante de mi lugar, dispuesta a irme. Pero antes de que diera un paso me tomo de la muñeca y me atrajo hacia el. Forcejee contra su agarre, pero me fue imposible soltarme. Aun ebrio, era un hombre mucho más fuerte que yo.
— ¡Suéltame! — Exigí.
Pero no hizo caso a mis palabras y se acerco a mí con impaciencia. Demonios, iba a besarme, y no había nada que yo pudiera hacer para evitarlo. Me sentía débil e indefensa.
¿En donde estaban mis amigos en estos momentos?
Tranquila, ya conoces a Naruto y Neji. Seguro van a aparecer en cualquier segundo y dejar a este bastardo inconciente.
Y como si mi Inner hubiera echo llegar el mensaje de auxilio a alguno de mis amigos. Una mano apareció en el hombro de la persona que recientemente me había llamado "nena", haciendo que se detuviera a centímetros de mi rostro.
— Dijo que la sueltes. — Esa voz, sin duda, no pertenecía a ninguno de mis amigos.
Pero si la reconocí. Era la melodiosa voz de mis sueños, la reconocería a donde fuera. Pero… el era solo una ilusión ¿cierto? No podía ser real…
…o, ¿tal vez si lo era?
Como si lo llamara, sus ojos negros chocaron contra los míos. Me miraba con preocupación. El... ¿Sentía…? ¿Estaba… preocupado… por mí?
"¿Por que?"
— ¡Oye! ¿¡Que demonios te pasa!?—Grito el pelirrojo.
Sus afilados ojos dejaron de ver los míos, para volver su bello rostro. ahora enfurecido, hacia el.
Solo basto una mirada. Solo eso. Para que después mi opresor me soltara la muñeca y saliera corriendo del lugar.
Lo mire sorprendida. ¿Cómo hacia esas cosas? Primero; se transportaba prácticamente de un lugar a otro. Y ahora ahuyentaba a rufianes solo viéndolos.
Sus perfectas facciones estaban completamente relajadas, en una faceta neutral. Pero sus ojos aun enfurecidos seguían fijamente a la figura que escapaba por la puerta principal.
—Gracias. —Murmure apenada. Tal vez me creía lo bastante débil y patética para no poder cuidarme sola. Aun que era la triste verdad.
Me miro con una sonrisa traviesa, justo la que había puesto antes de desaparecer frente a mis ojos hace unos minutos. Quise bajar la vista, apenada por el recuerdo de lo que había pasado hace unos segundos en el baño. Pero no lo hice, y no por que no estuviera avergonzada, -infiernos si no lo estaba- si no por que no podía dejar de ver a la hermosa criatura frente a mí.
La persona de mis sueños -en más de un sentido- de la que me había enamorado perdidamente.
—Vamos a afuera. — Dijo con su voz grave y atrapante.
Y aun que la forma en que lo haba dicho, había sonado como una oferta. Algo a lo que me podría negar con un simple: no. Y como el me había defendido, dudaba que se atreviera a obligarme.
Pero en lugar de eso hice algo completamente diferente.
Asentí lentamente. No me creía capaz de pronunciar palabra alguna. No sabía a donde iríamos. No tenía ni la menor idea de si quiera era seguro.
Solo sabia que quería ir con el.
Y una extraña chispa en sus ojos antes de tomarme suavemente del brazo y sacarme del lugar, me había dicho que todas formas no tenían otra opción.
Fue ahí cuando entendí que tal vez, el haberme salvado de las garras de aquel imbécil… tenía un precio.
Y tenía la sensación, de que seria bastante alto.
Continuará…
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Alimenta a la autora para que tenga fuerzas para continuar la historia…
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