Espero les guste^^ es mi continuación de amanecer y mi primer fic.
Todos los personajes y nombres le pertenecen a Stephanie Meyer


Contigo en el Alba

Capitulo I - La confusión


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Renesmee POV

Hace 10 años fue la última vez que "nos visitaron" los Vulturi…

Hace 3 años deje de crecer…

Hace 2 años que no veo a Jacob Black…

Hace un año que soy novia de Nahuel y…

Dentro de 2 semanas me caso con él…y aunque lo amo, hay algo que no me deja estar tranquila… algo que me corta la respiración y no me deja dormir… ¿Me estaré equivocando?

—Renesmee, mi vida... ¿estás bien? Te ves medio distraída…

—¡Ah! Estoy bien tía Rose, solo pensaba… en la boda.

—Si, me imagino que has de estar nerviosa.

"Huy si... muchísimo"

—Ya deja de moverte Nessie, no ves que estoy tratando de arreglar tu vestido— dijo tía Alice, mientras yo volteaba a verme al espejo y miraba la hermosa obra de mi tía.

La parte de arriba de mi vestido blanco era un corsé strapless con un adornado de pedrería muy elegante, mientras que la parte de abajo era en forma de "A". A decir verdad, era un vestido sencillo como yo se lo había pedido, pero aun así muy hermoso, aunque no sabía porque, pero sospechaba que la pedrería de la parte de arriba eran diamantes de verdad.

Digo... es la tía Alice, me podría esperar lo que fuera de ella.

Aun a pesar de contemplar mi hermoso vestido, estaba ahí, con mi pensamiento en otro lado y con mi cara de insatisfacción.

Genial.

No sabía ni porque pero… me sentía tan incomoda con la idea de casarme, siendo que cuando Nahuel me lo había propuesto, estaba tan feliz y tan ilusionada con la proposición.

Volteé a ver a la ventana y solo veía la nieve. Nieve que seguía cayendo desde el día anterior… sin parar. Al igual que yo, que estaba sin poder parar de pensar que algo estaba mal... algo me faltaba.

—Listo—, canturreó tía Alice —te ves preciosa.

—Sí, absolutamente divina —intervino tía Rosalie.

—Gracias —dije mientras contemplaba una vez más mi vestido— ¿Ya podría quitármelo?

—Por supuesto querida no queremos que le pase nada. ¿o si? —añadió tia Alice viéndome con una seriedad que me dejó helada.

—Por supuesto que no —volvió a intervenir tía Rose

—Claro que no tía Alice, si esta precioso —me apresuré a contestar con un poco de nervio.

La cantarina de mi tía reía graciosamente y ayudaba a quitarme el vestido mientras que tía Rose se despedía diciendo que iba con el tío Emmett, a lo que tía Alice y yo asentimos.

Una vez solas, tía Alice parecía muy pensativa e incluso algo seria. ¿Qué habría pasado con la sonrisa que llevaba colgada hace un rato?

—¿En verdad te quieres casar?

Eso me heló hasta el último de los vellos del brazo. No me lo esperaba.

—Sí, ¿que te hace pensar lo contrario?

—Nessie, sabes que no puedo distinguir tu futuro, siempre se ve muy confuso, como rayos de imágenes. Pero está vez las luces están cambiando constantemente…

Demonios, no podía engañar a la tía Alice.

Cuando era más pequeña mi tía no podía ver nada de mi futuro, pero conforme fui creciendo, empezó a ver luces de colores que con el tiempo empezó a asociar con mis emociones. Quizás mi tía era la más apta para aconsejarme en la decisión que debía tomar.

—¿Esta vez no alcanzas a distinguir nada?

—No te lo diré, porque en verdad no alcanzo a distinguir nada. Como cambias de decisión las luces están cambiando y no alcanzo a distinguir ni un solo fragmento de tu futuro… en realidad no, no estoy segura.

—¡Oh! vamos tía Alice, haz un esfuerzo. Dime el último fragmento que hayas tenido, mi último sentimiento.

—Bueno, alcance a distinguir 2 cosas— dudó un momento. —Te veías feliz.

—¿Eso qué significa? ¿Qué me caso?

—Mmmm… no lo creo. Me dio la impresión de que no fue así.

—¡No! ¿¡O sea que no me casare con Nahuel!

—No lo sé Nessie, todo esta borroso, pero… solo puedo decirte que en varias de las visiones parece que hay alguien mas…

—¿¡Quién!— Aclamé saberlo inmediatamente aunque no sabía porque, ya sabía cual sería su respuesta.

—Bueno, no es exactamente que lo haya visto ¿verdad? más bien mis visiones se quedan en cero, se pierden. Así que… solo pude llegar a una sola conclusión… Jacob Black.

¡Ah! Lo sabía, sobre todo porque últimamente lo he estado soñando todos los días.

—No pareces sorprendida.

—En realidad no lo estoy.

—Dime algo Nessie, ¿por qué no quisiste escuchar razones de Jacob o de tu mamá? En verdad Bella se quedó muy afligida desde aquella vez.

—Es... complicado, pero, ¿qué se supone que debería de haber hecho?, me mintieron tía. Debieron habérmelo dicho. ¡Es que es ilógico! ¿Cómo hubiera sido posible que saliera con el hombre que besaba a mi madre, que la amaba con locura, que la deseaba?— tapé mis odios y puse cara de asco. En verdad me dolía recordar eso… y me dolía mucho. —Y eso de la imprimación, es una soberana sarta de estupideces…

—Tal vez, pero es cierto. Nessie, él no tiene ojos para nadie que no seas tú. Yo juraba que tú y él se quedarían juntos para siempre. Y déjame te aclaro que no es que tenga algo en contra de Nahuel, ya que lo quiero mucho y me gusta más para ti. Pero aquí lo que importa es lo que quieres tú para ti…

—Pues yo quiero a Nahuel.

—Entonces ¿por qué lo estás dudando, y andas pensando en lo que pudo ser con Jacob Black?

Con esas últimas palabras me dio un baldazo con agua fría, mi corazón se estremeció y sentí que mis mejillas estaban más rojas de lo que lo podría haber imaginado.

¡Rayos!

Tía Alice tenía razón, tenía que saber que era lo que pasaba en mi interior, debía de aclarar todo y tomar una decisión definitiva. Mi tía se levantó, me besó la frente y me sonrío.

—Ve a Forks.

¡Cómo podía mi tía sugerir algo así a 2 semanas de la boda!

—¿A Forks?... Tengo años que no voy a ese lugar.

—Tú quieres ir y lo harás.

Sonreí un poco

—Lo has visto cierto.

—Tal vez, o eso parecía —volvió a sonreírme pícaramente.

—¿Y qué encontrare allá?

—Eso es algo que tú debes averiguar por ti misma, pero Nessie quiero que sepas que sea la decisión que tomes, nosotros la respetaremos y te apoyaremos.

—Gracias tía Alice.

Corrí a sus brazos con lágrimas en los ojos.

Que lindo es tener a tanta gente que te quiera y no te juzgue.

Pero tenía el problema más grande, ¿como se lo explicaría a mis padres y sobre todo, a Nahuel?

—Te dejo sola. Piénsalo bien.

—Sí tía, gracias.

Ella solo me sonrío, se acercó, me besó la frente de nuevo y se fue. Yo tenía que tomar la decisión.

¿Me iría? Sí… ¡Lo haría!

Así que corrí a hacerme la maleta, eché ropa como para una semana, ese tiempo bastaba y sobraba para ir y volver antes de la boda, además pasara lo que pasara allá, no creía que me pudiera hacer cambiar mi decisión de casarme con Nahuel.

Como pude cerré la maleta y le eché una última mirada a mi cuarto: mi cama destendida con la colcha morada por los suelos, mi escritorio de madera con mi laptop por encima, mi estantería llena de libros y discos. No sabía porque estaba atesorando todo y cada uno de los detalles de mi cuarto, como si… no fuera a regresar. Di un último suspiro y decidí bajar.

Un largo viaje me esperaba

—Renesmee.

Me paré en medio de las escaleras cuando escuché la voz más aterciopelada y hermosa de todas las voces: la voz de mi papá.

—¿Por qué te vas?

—Deja de estar metiéndote en mi mente —respondí paralizada en mi sitio, tratando de no mirarle.

—No lo pude evitar, prácticamente lo estabas gritando.

Me abochorné un poco. Papá trataba de ser discreto en eso de meterse con los pensamientos de la familia, aunque pues es inevitable, no es como que tuviera un botón de apagado o algo así.

—Es complicado.

Tenía que ver a Jacob. Tenía que definir mis sentimientos.

—Así que después de estos años vas a ver a Jacob Black.

—¡Papá!

—Lo siento hija, pero si no me lo dice tu boca, lo tengo que escuchar de tu mente.

Odiaba el poder de papá…

—Mira papá, no puedes hacer nada para detenerme, pienso ir a La Push y solucionar este predicamento.

—Pero yo no pensaba detenerte...

Mis ojos se abrieron como platos. Eso no me lo esperaba

—¿Ah no?

—No, solo quiero que tengas mucho cuidado, yo sé que ya eres una mujer Nessie y no hay nada que yo pueda hacer para cambiarlo, solo quería desearte suerte hija… y por tu madre no te preocupes, yo se lo explicare.

—¡Oh papá! Gracias.

Lo abracé con lágrimas. Mientras me sumía en su pecho, él las limpiaba. Definitivamente tenía una familia maravillosa. La mejor de todas, aunque con sus excepciones. Volví a tomar mis maletas, le di otro beso a papá y salí de la casa de mi familia sin voltear atrás.

Me subí a mi Mustang negro y salí a toda prisa hacia la residencia de Nahuel que se encontraba solo a 45 minutos en Portland, Oregon. Definitivamente estaba asustada porque no sabia que le iría a decir…

"Oh si amor, estoy confundida, voy a ver a mi primer amor para aclarar unas cosas, vuelvo en una semana a casarme contigo" o "¡Oh! Amor no estoy segura de querer casarme contigo, voy a ver a un licántropo con el que sueño todas las noches, yo te aviso si vuelvo para la boda…"

¡Por Dios qué patética soy!

Mientras seguía pensando en mi discurso, no me di cuenta de que me estaba acercando cada vez más, y más, hasta que… ya estaba afuera de su casa. Por un momento pensé en echarme para atrás.

¡Por Dios! ¿Que estupidez estoy haciendo? ¿De verdad estoy pensando en poner en peligro mi relación con el mejor novio del mundo?

Cuando ya estaba poniendo reversa, Nahuel estaba aun lado de mi ventana sonriéndome.

Creo que ya no había vuelta para atrás…