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Epílogo
…::: FlashBack :::…
Después de algunos años de ausencia, había regresado al Hanamachi en busca de diversión, el mejor amigo que en antaño solía ser su compañero en esas largas noches en la ciudad de las luces deslumbrantes ya tenía otros compromisos mucho más importantes, tenía una esposa, una hija y una familia a la cual atender y disfrutar. Quizás de todo el grupo que solía visitar esa zona, Ikkaku y él eran los únicos que aún seguía con la vida de solteros, por su parte no se trataba porque quisiera, simplemente después de la morena de ojos violeta no había encontrado alguna otra mujer que le robara el sueño.
Esa noche había decidido acompañar a Ikkaku al zumo, más que compañía sería quien le cuidara de poner en apuesta todo lo habido y por haber en sus bienes, sin embargo no contó con la presencia de una acompañante extra, una Geisha quien se encargaría de servirles sake y compaginaría su gusto por tal deporte con ambos caballeros.
-"¡¡¡Vamos, maldita sea!!! ¡¡¡Derríbalo!!!"- Gritaba un eufórico Ikkaku, haciendo diversos ademanes que dejaban a la Geisha de cabello castaño algo sorprendida.
-"Ehh hombre, tranquilo… ¿no ves que la asustas?"- Le dijo el pelirrojo al chico revoltoso, quien poco le importó el comentario y continuó haciendo algarabía a más no poder.
-"Disculpalo…"- Le dijo el pelirrojo a la castaña, quien le sonrió en respuesta a su amabilidad.
De ver ese rostro le traía muchos recuerdos, los más bellos que aún retenía en su memoria auque no tenían valor en la realidad; ella tenía mucho parecido a Rukia… solo que parecían tener el cabello más largo y de un tono castaño, además de ojos cafés oscuros…
-"¿De que Okiya provienes?"- Preguntó con interés Renji ante de beber sake de su taza.
-"Iwasaki"- Respondió ella.
Era hasta curioso, provenía de la misma Okiya que la morena… lo cual provocó que en su rostro se viera una sonrisa.
-"Lamento importunarlos pero mi tiempo ha terminado"- Dijo la joven con gracia en sus palabras, Ikkaku seguía tan ensimismado en lo que acontecía en la pelea de zumo que ni caso hizo; Renji simplemente se disculpó por la actitud de su amigo y le dio las gracias.
La joven castaña se retiró con tranquilidad, el pelirrojo inevitablemente le vió perderse entre la gente… incluyendo como un objeto caía al suelo… bastante extrañado se levantó para averiguar de que se trataba, lo que encontró fue una peineta dorada… la miró por unos momentos y le hizo suponer que pertenecía a la mujer que hace momentos les acompañaba.
Así que echó una mirada hacia Ikkaku, a fin que no había problema si se ausentaba unos minutos, quizás ni lo notaría.
Con la peineta en manos, corrió por el largo pasillo sin encontrar a la encantadora dama, llegó hasta la entrada principal y a unos metros suyos la vió… con elegancia y gracia caminaba, sin dudarlo se acercó hasta ella y detuvo su andar tomándola del brazo, la castaña extrañada dio la media vuelta… topándose con aquel pelirrojo…
-"Olvidaste… esto"- Murmuró con dificultad el pelirrojo, y es que se le entorpecía el habla al sentir esos ojos oscuros ojos de esa Geisha, como si examinara su alma.
Le entregó con cierta pena aquel adorno dorado, la chica sonrió al reconocer ese objeto y con delicadeza lo tomó, un sutil roce de sus dedos que les trajo una extraña sensación, las mejillas de la chica se tiñeron en ligero carmín, Renji aunque apenado pudo notarlo también, su presencia era agradable… por sus mohines y su rostro le resultaba una mujer muy dulce… eso le gustaba.
-"Gracias…"- Dijo en bisbiseo la castaña, levantando la mirada hacia el alto pelirrojo, volviendo a deleitarlo con su aperlada sonrisa.
-"Y… a todo esto… ¿cual es tu nombre?"- Inquirió aún apenado, rascando su cabeza.
-"Hiromi…"- Dio como respuesta sin quitarle la mirada, ese hombre realmente le tenía maravillada… era atento y amable –"Y discúlpame pero tengo otros compromisos"- Tenía otras cosas por hacer, aunque quisiera poder estar más tiempo ahí…
-"Claro…"- Fue lo único que murmuró después de verla partir… y perderse entre las calles del Hanamachi, dejándolo ahí a mitad de todo… con deseos de verla de nuevo… de poder descubrir lo que había en su corazón y si había un lugar para él.
…::: Fin FlashBack :::…
Renji sonrió al recordar cuando la conoció… y estaba lleno de entusiasmo al caer en cuenta de que hoy iría a verla… podría disfrutar de su compañía, contagiarse de su dinamismo, enamorarse una vez más de su sonrisa y su ternura.
… … o … …
Tenía mucho que no sabía de ella, uno de sus principales soportes durante su estadía en la Okiya, lo última noticia de su parte fue su retiro del mundo de las Geishas para formarse una nueva vida gracias a su danna, quien le regaló una casa en el área de mayor prestigio en el distrito y de ahí mayor soporte financiero. Rukia quedó impactada al ver el hogar en el que ahora Rangiku habitaba rodeada de lujos.
-"Me alegra mucho que hayas venido a visitarme y finalmente pueda conocer a tu hija… es muy linda"- Dijo la chica de cabellera larga con una sonrisa mientras tomaba con delicadeza su taza y daba un sorbo.
La pequeña hija de Rukia no hacía más que juguetear por los alrededores, la morena observó a su amiga y le sonrió.
-"Así que… ahora vives aquí… Es muy bonito…"- Dijo al morena mirando el decorado y diseño interior de la casa.
-"Gracias… es un gran cambio… realmente mi infancia no fue nada agradable…"- Rangiku rememoró aquellos viejos tiempos, cuando tan sólo era una niña huérfana, crecida en la calle por suerte, sin nadie que viera por ella… aunque alguien logró sacarla de esa miseria, una mujer para ese entonces de edad media, que le brindó un hogar y una formación en el mundo de las Geishas… hasta convertirse en una de ellas… como muchas se enamoró… y como pocas consiguió triunfar. –"Gracias a Madre… a ti… a Gin… ahora soy feliz…"- Añadió sonriente, llena de vitalidad la chica de cabello naranja, contagiando de su alegría a la pelinegra.
-"Y dime… ¿Cómo ha sido tu vida después de todo?"- Inquirió Matsumoto, tenía curiosidad por saber como la estaba pasando su amiga pelinegra.
-"Bastante bien… Aunque me encargo de Masaki todo el día porque Ichigo tiene mucha carga de trabajo, y luego el muy flojo no quiere llevarla a dormir… es… una sensación muy bonita… tener a mi hija y verla sonreír… el primer rostro en ver al despertar sea el de Ichigo… el compartir momentos juntos… es lo que me tiene muy contenta…"- Se sinceró la morena, incluso su rostro irradiaba júbilo, Rangiku mejor que nadie sabía que todos lo sueños de la pelinegra se habían convertido en realidad, y estaba feliz por ella.
-"Te lo mereces… y por cierto… ¿Qué pasó con el Teniente Abarai?"- Volvió a preguntarle, Matsumoto sabía de algunos detalles pero no estaba segura, quizás Rukia sabía más del paradero del pelirrojo.
-"Va de vez en cuando a visitarnos… pero la última vez que lo vi me habló que conoció a alguien… una Geisha de la Okiya donde estuvimos llamada Hiromi... dijo estar muy contento porque finalmente encontró a la mujer con la que le encantaría pasar el resto de su vida…"- Comentó una Rukia llena de júbilo, estaba feliz porqué su amigo pelirrojo finalmente había encontrado a alguien a quien amar, que no dudaba ni un segundo en que fuese recíproco.
-"Ya veo… entonces es verdad… Hinamori vino hace días y me comentó que Hiromi quiere mucho al Teniente…"- Eso daba mayor tranquilidad y alegría, las personas que estaban en su alrededor y les tenía cariño tenían en su porvenir algo bueno que les traería muchas alegrías.
… … o … …
Una mujer de cabello marrón observaba aquellos viejos recuerdos que aún conservaba en recortes, algunas fotografías, algunos objetos que formaban parte de su pasado. Después de haber sido una Geisha enamorada del hombre equivocado, de pasar a ser una fiel amiga y un vínculo entre dos corazones distanciados a una mujer cuya vida en el Hanamachi se había desvanecido para pasar a ser alguien independiente… compartiendo sus mejores momentos con el hombre que siempre la amó… y con el tiempo aprendió a quererlo… hasta estar firmemente convencida de que ahí pertenecía.
-"Orihime… llegaré tarde… nos vemos"- Le dijo aquel espigado hombre de cabellera azulina oscura, dándole un suave beso en la mejilla antes de marcharse a su trabajo.
-"Está bien, cuídate"- Tierna, con una sonrisa así lo despidió la pelimarrón, para volver a fijar su vista en aquellos recuerdos... Había pasado tiempo sin ver a Kurosaki, la última vez fue en su boda y escuchó por ajenos que tenía una hija… nada más. ¿Cómo olvidar al hombre que le abrió los ojos a la realidad?.
… … o … …
Llegó a casa momentos antes de que el cielo se cubriera de un azul oscuro, mostrando mil de millones de brillantes estrellas y una inmensa luna de luz pálida.
-"Llegas tarde… ¿Dónde te metiste?"- Preguntó cierto pelinaranja al ver a Rukia con Masaka en brazos, al verlas cruzar el umbral.
-"Fui a visitar a unos amigos… ¿tienes algún problema con eso?"- Le espetó, saludando a su esposo con un sutil beso en la mejilla y encargándole a masaka.
-"No… pero pensé que estarías aquí más temprano, recordando que fue idea tuya cenar mientras veíamos los fuegos artificiales…"- Comentó Ichigo con el ceño fruncido y con la pequeña en brazos, siguiendo a su esposa con la mirada, viéndola ir y venir con todo tipo de trastos, acomodando su cena previamente hecho para el deleite de la familia.
-"Sí, sí lo sé… pero tuve todo planeado… así que deja de quejarte y anda… vamos a cenar…"- Dijo Rukia cargando con toda su indumentaria hasta el pasillo que conectaba con el exterior, acomodando en una mesita los trastos y sirviendo con cuidado el arroz en sus respectivos así como el zumo.
El pelinaranja acomodó a la pequeña Masaki en el almohadón central, para después ser acompañada por sus padres, cada uno al lado de la niña. Comenzaron a degustar por los alimentos y la bebida, ayudando a la menor con sus respectivos bocados, todo en un ambiente afable… en una noche perfecta… como la de hace años… en una de Tanabata.
Estruendos comenzaron a ser escuchados por todo el distrito, y acompañados de luces de todo tipo de colores que llegaban a lo más alto y se desperdigaban por el cielo, siendo el principal encantado en el festival de Tanabata… Orihime caminaba por las calles cuando esas luces captaron su atención… Renji disfrutaba de los juegos pirotécnicos acompañado de Hiromi, sin soltar su mano… Rangiku en el balcón de su casa y en compañía de Gin divisaban la belleza de esas luces… Isshin y sus hijas contemplaban la diversión del cielo en las calles del distrito… Incluso Hisana y Byakuya se habían tomado tiempo para ver la pirotecnia en el jardín de su casa… regresando de nuevo a donde Kurosaki se acompañaban de su esposa y de su hija, era un hombre feliz... volteó a ver a la pelinegra, quien así mismo le dirigió una sonrisa y una tierna mirada…
La vida auguraba muchos de esos momentos llenos de júbilo que gustosos compartirían con las personas más queridas y gracias a las cuales eran felices.
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Añadiendo una petición por parte de una lectora respecto lo que para mi fue escribir el fic y realmente fue divertido, la idea me surgió hace dos meses aprox. que vi el film de Memoirs of a Geisha y me imaginé algo como tal en la relación Ichigo-Rukia… Empecé a informarme primero, conceptos relacionados, leer libros en sí investigué lo suficiente para poder plasmarlo. Y empecé a escribirlo, tenía muchas ideas de escenas, todas quedaron dentro del fic y quise darle otro al que la película manejaba, no quería que quedara igual. Estoy feliz con el resultado, todo un reto porque actualizaba cada dos días y tenía otras cosas que hacer.
No pensé que fuera a gustar tanto el fic, leía reviews y me quedaba asombrada por la aceptación, me alegró saber que agradaba y fue otro aliciente para continuarlo y darle finalización, así como las sugerencias que me ayudaron en mis bloqueos jeje.
Futuros proyectos, estoy con Sakuran, es de época igual que éste pero tiene otros elementos, lleva más acción… y tengo en mente otro pero le daré iniciación al finalizar Sakuran.
Gracias a tods por su apoyo, por sus comentarios, por tomar lectura y espero vernos de nuevo en futuros proyectos ;)
Saludos!!