Golpes y lágrimas

By: Yuki Elric

Dolor… era lo único que sentía, quería llorar la vida no podía ser tan injusta conmigo. ¿Qué había hecho para merecer ese tormento? Ya comenzaba a no sentir el impacto de sus manos contra mi cuerpo, pero el dolor se había vuelto constante. Su fragancia a alcohol inundaba todo el aire, haciéndome difícil contener también las arcadas por el asco y la necesidad de respirar algo no contaminado.

No quería abrir lo ojos, por que sabía lo que vería su mirada segada por la ira. Me daba tanto miedo, hace unos meses el brillo humano y compasivo de sus ojos había desaparecido convirtiéndolo en lo que es ahora. No más que un animal. O un monstruo.

Por un momento pensé que se había detenido, seguía frente a mi lo sentía, sentía su ira. De pronto un último golpe me tomo por sorpresa, había sido más fuerte que los demás, con este la poca estabilidad que tenía se vio desecha y caí al suelo. En ese momento comprendí que no quedaba nada del hombre que recordaba como mi padre. Probablemente su última pizca de humanidad se fue con ese golpe, ya que era la primera vez que me golpeaba en el rostro.

Impotencia, humillación, ira, decepción, miedo fueron algunos de lo sentimientos que se apoderaron de mi. Estaba desorientada cuando distinguí la textura de la alfombra en contra la parte derecha de mi rostro. Escuche sus pasos alejarse hasta el recibidor, lo escuche ponerse un abrigo, un portazo y por último el sonido del motor de auto encendiendo, y el de los neumáticos contra el pavimento.

Una falsa seguridad se apodero de mí y por primera vez desde que caí al suelo, me moví. Me abrasé a mi misma, tratando de recordar la razón por la que no podía gritar mi dolor.

Entonces vino a mi mente la imagen de un pequeño niño de diez años, castaño y con unos ojos verdes como los míos. Mi hermano. Por él debía ser fuerte. Mi madre murió el año pasado, en un accidente de trancito cuando iba a buscarme a la casa de una compañera. Desde entonces Papá comenzó a beber, nunca lo hizo delante de nosotros pero yo podía distinguir eso horrible olor de entre sus ropas, las primeras semanas pensé que sería algo normal, que luego terminaría. Pero no fue así, y empecé a preocuparme.

Traté de hablar con él pero nunca parecía estar en este mundo, como si viviera en otra realidad. Un día trate de convencerlo de que lo dejara, esa fue la primera vez que me golpeó, lo que más recuerdo de esa vez fue lo último que me dijo: "¡La familia está así solo por tu culpa!" fue un grito desesperado, desvastado y lleno de odio y tristeza. Desde esa vez trate de no molestarle, pero cuando empezó a llegar borracho a casa quise detenerlo, y entonces me golpeo otra vez. Ahora con mis diecisiete años, mi vida se ha vuelto una verdadera pesadilla. Noche por medio vuelve en ese estado a casa y cada vez que trato de evitar que despierte a mi hermano termina pegándome.

Pero no me importa, no me importa que me pegue, con tal de que el pequeño nunca se entere. Por que él no soportaría ver que nuestra familia ya no existe. Y como su hermana mayor mi deber es protegerlo de los monstruos. Debo ser fuerte, Tengo que ser fuerte.

Trate de calmarme inútilmente, a poye mis manos en la pared y con mucho esfuerzo me puse de pie. Caminé hacia mi habitación, no sin antes cerciorare de que él está bien y que nada lo había despertado.

Llegué a mi cuarto, me acosté en la cama. Todo me dolía, e incluso creo que estaba temblando. Mañana tenía que ir a la escuela. Tenía el maquillaje listo sobre mi escritorio, para disimular todos los daños de mi cuerpo. Estaba inquieta paranoica, tenía repentinamente ganas de llorar otra vez.

Pero debía tranquilizarme, debía dormir.

Entonces pensé en lo único que podía calmarme. Mi hombre perfecto, mi ilusión personal, Un chico de mi edad de cabello y ojos negros, con mirada profunda. Que imagino, está acostado delante de mí sosteniendo mi mano. Y que con su dulce y melodiosa voz no deja de repetirme: "Sakura, tranquila te prometo que todo va ha estar bien, yo voy a protegerte".

Y a pesar de que no es verdad, de que el es solo un invento de mi imaginación, que no pueda defenderme de los golpes de mi padre. Me siento feliz cuando está a mi lado. Por que aunque desaparezca mañana cuando despierte, ese chico es lo que me mantiene cuerda y es lo más parecido a la felicidad, que puedo imaginar ahora.

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Hola! Si lees esto gracias por hacerlo =D

La verdad escribí esto recién, casi es la 1. En un momento de ocio algo perturbador. No se si continuarlo o No. Es algo raro. Pero que se yo decidan ustedes.

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