SAIGO
Disclaimer: D. Gray –man no me pertenece, agradézcanlo por que si no este fic seria un capitulo.
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Una mano tomo mi muñeca con fuerza impidiéndome avanzar. Tire de ella pero no me liberaron.
Voltee hacia la persona que me sujetaba y con una mirada seria y amenazante volví a jalar mi brazo.
Nada sucedió.
---- Moyashi… ---- dijo el samurai ahí parado sin mover nada más que la boca y con la mirada inusualmente clavada al piso.
---- Es Allen! Me llamo All… ---- Ahora él me jalaba, me llevo hacia él y me pego a su cuerpo, interrumpió mi discurso con el que solía corregirle.
Estaba junto a él en lo que parecía un abrazo, aun me sostenía con fuerza de la muñeca, como temiendo que yo saliera huyendo.
Respiro profundo varias veces, subió su mano libre hacia mi rostro y lo levanto suavemente, yo me deje guiar sin decir palabra.
Justo cuando pensaba que me tomaría por el cuello hasta asfixiarme, lo hizo… me besó. Un beso tímido, triste, no invasivo, suave, cuidadoso y vacilante.
Ahí estaba yo, siendo besado por Yuu Kanda en medio de un campo de trigo que se había convertido en zona de batalla, cerré los ojos escuchando el viento y las explosiones de los akuma. Ambos estábamos cansados, heridos y sucios.
Nos separamos. Kanda me soltó y se alejó de mí.
Sin decir palabra caminamos hacia los akuma.
Atardecía pero nadie lo notaba, Yo solo pensaba en el beso, hubiera querido responderlo con la misma calidez con la que me lo habían dado.
Paramos, Kanda me miro y sonrió, de una forma amigable, amable y agradable, casi dando las gracias. Estaba impresionado pues no pensé que Kanda pudiera sonreír.
Una explosión. El polvo nos cubrió. Un incendio en los trigales lleno todo de humo. No pude verlo más, aquella sonrisa única había desaparecido entre el caos y un akuma nivel 3 me impidió ir en busca de ella.
La noche cayó y con ella llego la paz.
Solo se escuchaba el crujir del trigo quemándose, camine entre las cenizas haciendo volar una que otra brasa.
Inconscientemente lo buscaba a él, quería corresponder ese beso y esa sonrisa.
Escuche mi nombre ser pronunciado a lo lejos, desgraciadamente por voces que no me interesaban ahora.
Recorrí los escombros buscando a Kanda una y otra vez.
Mi desesperación termino cuando un moribundo akuma nivel 3 lanzó a mis pies un cuerpo. Sin duda era lo que buscaba, de cabello largo y facciones orientales, con la ropa hecha jirones y la funda de mugen aun atada a la cadera.
Aquellos labios suaves que me habían besado, ahora estaban rotos y ensangrentados, las cálidas manos que me aprisionaron estaban quemadas y el corazón que se acelero al besarme no latía más, sus ojos estaban cerrados… ni siquiera obtendría una mirada asesina de ellos.
Aquel japonés de porte impecable yacía entre las cenizas siendo observado por un exorcista mal herido y un akuma que esperaba pacientemente su final.
Algo me dolía, pero no supe que, las ganas de gritar y llorar se quedaron atrapadas en mi pecho, solo me quede ahí, agradeciéndole a Kanda haber reunido el valor suficiente para regalarme una muestra de su afecto, como si supiera que iba a morir.
Incluso hoy me siento alagado, pues escogió besarme como uno de sus últimos actos.
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Gracias por leer n.n y como siempre los jitomatazos, cartas bomba y asesinos a sueldo van por review :D…
Si ya se… me regreso a escribir el final de Una cita para Lenalee y me dejo de dables u.u.
Nos leemos luego…