Este es el primer fic que publico sobre Fye y Kurogane.
Como ya es sabido estos personajes no me pertenecen, sino que pertenecen a las grandiosas CLAMP
El fic trata sobre un final (inventado por mi mente perversa) de TRC en que Syaoran y Sakura son felices en Clow, Kurogane se ha cargado a FWR (ueeeeeeh!!!) y lo que pasa después con Kurogane, Fye y Mokona en los distintos mundos por los que pasan para volver a Japón. Espero que os guste, este primer capítulo es un resumen de lo que les ocurrió en el pasado (casi todo lo morboso inventado por mí, pero ambientado en los lugares originales)… Pero Fye no logra recuperar su ojo así que DEPENDE de Kurogane ^_^
AVISO GRAVE: hay SPOILERS GRAVES hasta el TOMO 25
Dicho esto pasemos al fic
Volviendo a Japón
Girando la vista atrás
-Vamos Kurotan, sé sincero contigo mismo, di que echas de menos a Tomoyo-hime.
Por más que el moreno se esforzaba en negar que le dolía no tenerla cerca, ese ex-mago incompetente que parecía ser tonto lo calaba siempre. Él echaba de menos a Tomoyo, pero ya no era lo más importante en su vida. Su lista de prioridades había cambiado. Antes su primera prioridad era Tomoyo. Después fue volver a su lado, aunque eso era también poner en primer lugar a Tomoyo. Ahora su princesa había pasado a un segundo plano. Se dio cuenta de eso cuando volvieron al país del rubio, cuando dejó allí su brazo a cambio de la delicada figura del rubio, de su rubio. Al volver a Japón y ser la princesa Sakura raptada decidió ir. Sabía que el vampiro del cual él era su presa querría ir y no podía permitir que fuera solo. También le preocupaban el mocoso y la princesa, incluso el bollo blanco, pero quien realmente despertaba su interés era el rubio. Una vez que todo hubo acabado y pudieron salvar a la princesa, vengar a la madre de Kurogane y todo y no poder recuperar el ojo de Fye ellos dos siguieron viajando con la inestimable ayuda del bollo blanco. Syaoran y Sakura continuaron su vida en Clow. Allí todo había vuelta a la normalidad y ellos dos eran felices. El trío continuó su viaje después de pasar unos meses en Clow viendo la felicidad de los niños, o no tan niños. Ellos tres ahora estaban más solos, echaban de menos a Syaoran y a Sakura pero la relación que ellos tres tenían continuaba siendo la de siempre, cuando eran tres, claro. Cuando caía la noche y se quedaban solos Fye se daba un banquete con jugo de Kurogane de primero, segundo, tercero, postre y bebida. Después pasaban a una sesión de pasión desenfrenada, con sangre incluida a veces ya por pura perversión y no por la necesidad vital de Fye.
La vida de Kurogane seguía con su ritmo. Él continuaba viajando para volver a su mundo, al lado de Tomoyo, pero ahora Fye estaba en su vida. Ya había descubierto el significado de la fuerza, antes de llegar a Japón de nuevo. Sabía que quería proteger a los que quería. Quería proteger a Tomoyo como lo había hacho siempre, pero también quería proteger a Fye. Había querido proteger también a la princesa y al mocoso, y eso sí lo había logrado. También quería proteger a ese fastidioso bollo blanco, le había pillado ya un cariño odioso a Mokona.
Ahora el presente era tranquilo. Iban de dimensión en dimensión como si estuvieran en un viaje de placer. Se adaptaban a la situación durante unos tres días, tanto si era buena o mala. Si era buena salían al estilo familia, con los roles que Fye les impuso, lástima que les faltaran un par de hijos. Ahora Mokona era hija única y mientras que "mami" Fye la consentía "papi" Kurogane la regañaba. Pero si la cosa iba a malas Kurogane se entretenía dando espadazos, aunque después de matar a dos personas su poder había menguado, pero seguía siendo mucho más fuerte que la gran mayoría de los mortales.
Lo que realmente preocupaba al ninja era el futuro de Fye. El rubio parecía no preocuparse por ello, si antes nunca hablaba de su pasado, ahora evadía el tema de su futuro. No habían podido recuperar su ojo, así que dependía de Kurogane. Si quería vivir tendría que hacerlo en Japón, pero ¿Y si de nuevo no quería hacerlo? En Japón le dijo que no daría nada que le pudiera costar la vida. Le dijo "Ya no". Antes lo hubiera hecho pero algo cambió en Fye, y eso hacía feliz a Kurogane. Aunque no sabía qué era lo que le había devuelto las ganas de vivir a Fye, le gustaba creer que era él. Le gustaba creer que la razón por la que el vampiro rubio sentía ilusión por seguir viviendo era él. Nunca se atrevía a decírselo, pero se tenía que conformar con las noches que pasaban juntos.
Su relación había sido extraña desde el principio. Cuando Fye vio a Kurogane en la tienda de Yuko se fijó más de la cuenta en él. Todo y que no lo había hecho nunca con nadie empezó a llamarle con motes. Al llegara a Tokyo y perder su ojo derecho él estaba dispuesto a morir, pero Kurogane lo mantuvo con vida gracias a la sangre de vampiro de Kamui y al compromiso de Kurogane de alimentarlo de su sangre. Así encadenó al entonces mago a él hasta que recuperaran el ojo que se le había arrebatado. Pero ese ojo no lo recuperó nunca. Después de lo que pasó en Tokyo se dio cuenta de algo que no quería que pasara. Se habían estrechado los lazos. Él no quería volver a sufrir igual que había pasado con Ashura-ou. No quería que nadie sufriera por involucrarse con él. Después de eso no volvió a llamar a Kurogane con motes. Cuando se marcharon de Tokyo y llegaron a Infinity Fye parecía seguir tan solo a Sakura. Después de que su maldición se activara y atravesara a Sakura con esa espada, cumpliendo así el deseo de la princesa y separándola en cuerpo y alma partieron hacia Celes, el lugar de donde venía el mago, y donde estaba el cuerpo sin alma de la chica de los ojos verdes. Allí todos descubrieron el pasado de Fye, o mejor dicho Yuui. Después de que Kurogane matara a Ashura-ou el mundo se cerró sobre ellos dos. Kurogane pudo salir gracias a la magia del pendiente de Mokona, pero el conjuro utilizaba la magia de Fye como centro. Él estaba condenado a quedarse allí y, de nuevo, resignado a ello. Entonces Tomoyo se metió en los sueños de Kurogane y le dijo la manera de salvar al mago. Y así lo hizo, sin pararse a dudar se cortó el brazo y lo dejo en el lugar de Fye. De allí se marcharon a Japón, allí donde tantos habían pagado para que llegaran. Allí había llegado la reconciliación, y después partieron hacia Clow. Allí la historia de los más jóvenes del grupo tuvo su final feliz, y Kurogane tuvo su venganza, pero el ojo de Fye no volvió. Y no le importaba, teniendo la sangre de vampiro ¿Para qué necesitaba su magia? Hasta que Kurotan se cansara de hacerse cortes en la muñeca para alimentarlo estaría vivo y feliz de estar a su lado. La verdad es que no entendía la relación que tenía con Kurogane. Todo y que el rubio sacaba de los nervios a su presa y no paraba de repetirle constantemente que no lo aguantaba, después le protegía y le mantenía vivo, cuando podría dejar que se muriera de hambre, o podría haber dejado que lo hiciera en Tokyo, como él deseó en ese momento. Estaba clara una cosa, su existencia no le era indiferente, y lo demostraba, prácticamente, cada noche. Eso podría ser cosa de sus necesidades, o pura lujuria, pero ser él el elegido para satisfacer las perversiones del más alto, y las suyas también, le gustaba.
Pero no todo habían sido desgracias. También habían tenido buenos momentos. Como aquella primera borrachera de Outo. Cuando ya se habían acostado "los niños" ellos se quedaron un rato en la salita y, aprovechando el estado en que se encontraba, Fye le dijo a Kurogane que le gustaba. El otro se lo tomó como consecuencia de su borrachera y no le dio más importancia. Cuando Seiishiro le dijo a Kurogane que había matado a Fye deseaba hacer lo mismo con él, aunque el sello de Tomoyo le quitara sus fuerzas. A la siguiente borrachera, en Shara, ahí no hicieron nada, solo hablaron y discutieron, pero como le llegaban a gustar aquellas disputas al mago. En Piffle fue algo increíble. Entre tanta gente ellos fueron los que más aguantaron despiertos. En uno de los mundos que fueron como trío a eso que hicieron le llamaban botellón. Pues en ese botellón los últimos en caer fueron Fye y Kurogane. Empezaron a discutir, pero no corrían el uno tras el otro como siempre. Aquel día se besaron por primera vez. Kurogane se sentía extraño. Besaba a una persona estando una montaña de gente delante, y entre todos ellos se encontraba Tomoyo. Aunque no fuera su Tomoyo le resultaba extraño hacer eso delante suyo. También lo atribuyó a la borrachera. Pero cada vez tenían una relación más estrecha, cada vez llegaban a cosas más perversas. Pero Kurogane parecía no darse cuenta de sus sentimientos. Fye lo había hecho prácticamente en Hanshin, pero Kurogane no lo hizo hasta su llegada a Lecourt. Allí, cuando Fye utilizó su magia se dio cuenta. Era alguien importante, de los que ahora le rodeaban era el más importante, pero quería ver en su cara una sonrisa de verdad. En Tokyo fue cuando realmente se dio cuenta de que si algo le pasase al rubio se moriría, por eso decidió mantenerlo con vida. El motivo no era que no soportara a las personas que no hacen el esfuerzo de vivir, era que lo quería a su lado. Aunque después le odiara, lo quería a su lado. El rubio también se dio cuenta de algo en Tokyo y decidió aparcar sus sentimientos hacia el moreno. Entonces no hubo buenos momentos, pero se compensaron con los que vivieron en Japón. Aquello fue el paraíso para ellos dos. Acababan enrollados cada noche, cada mañana y cada vez que se quedaban solos. Después de la batalla final ellos se marcharon para intentar volver a Japón, al menos Kurogane. Mokona era la única que los podía transportar y Fye no tenía un lugar donde ir, así que seguiría a Kurogane.
Ahora lo más importante para Kurogane era Fye.
Nota de la autora: holaaa
Esto fue un venazo de "inspiración". Haré otros caps pero no determino la largada de cada uno de ellos. No los quiero hacer muy largos.
Si os ha gustado este capítulo me gustaría que me lo dijerais a través de un review ^_^
Besoos
Lika-chaan