Hola mi gente!!! Tanto tiempo sin vernos, ¿me recuerdan?, para los que sí, qué bueno!, para los que no, no importa jeje. Estoy aquí para darles una nueva historia que espero les agrade… muchas gracias y adelante!!!! A propósito, unos consejos para cuando lean:
"…" Esto significa pensando.
- …-. Esto es hablando.
- asdas-. Cuando el texto está subrayado, es porque los gemelos hablan a la vez.
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Las vacaciones son el momento más esperado durante todo el año escolar para cualquier estudiante; y a pesar de ser alumnos de una súper élite, los de Ouran también lo ansían con ilusión. Y cómo no, es una buena oportunidad para descansar de tanto trabajo que los agobiaba. Clases, deportes, tareas, investigaciones, clubes, todo agotador… y eso no excluía a los miembros de uno de los clubes más reconocidos en toda esa urbe estudiantil: el Host Club.
Claro, cualquiera diría que atender a las chicas y verse guapo era un oficio sencillo, pero la equivocación no podía ser más acentuada. Cada clienta era un verdadero reto, los anfitriones debían ser perfectos en su área, hacerlas reír, hacerlas sentir bien, hacerlas felices y, lo más importante, hacerlas volver al día siguiente para que se efectuara la ganancia.
Los Host habían pasado de curso, y con ello, el club se aproximaba a su tercer año de servicio a todas las bellas damas de Ouran High School. Tamaki y Kyouya pasaron al tercer año, y Haruhi y los gemelos al segundo año. Era un enorme placer para ellos haber avanzado un nivel, pero también una enorme tristeza los inundaba: la ida de Honey senpai y de Mori senpai…que ahora eran graduados. Ahora, las vacaciones se habían centrado tanto en la preparación del evento de la graduación que ninguno de los miembros del club había podido encontrarse en su tiempo libre para divertirse. Pero ya volvían a empezar las clases, y por tanto: ¡se reanuda la actividad del club!
- ¡Tono, tono!¡ Feliz regreso a clases!-. Gritaron los gemelos al tiempo que abordaban a Tamaki mientras éste salía de su limosina.-
- Ah, pequeños doublegangers… más les vale madurar y comportarse este año si es que quieren ser mejores hosts.- Actuó en escena el príncipe del club, con su tradicional pose de pensador y su dedo índice en alto, indicando que nunca podía equivocarse.-
- Eso no pasará nunca, Tono. ¡No hay necesidad de madurar para ser mejor host que usted!-. Exclamaron al tiempo que soltaban una sonora carcajada que inundaba de humor el ambiente.-
- ¡¿Cómo?! ¡No se atrevan a faltarle el respeto a su rey! Madre, diles a tus hijos que se comporten, por favor.-
Kyouya venía saliendo de su respectivo vehículo, con su calma acostumbrada y su aura de conocimiento. Arqueó una ceja ante el comentario de Tamaki y suspiró con cansancio.
- Apenas si llevamos dos minutos como alumnos de tercer año y ya me has hecho objeto de tus ridículas fantasías.- Objetó con frialdad.- No quiero ser la madre este año también, Tamaki.-
Pero su intento de herir los sentimientos del rubio era en vano. Apenas lo oía hablar, con toda su soberbia y su tono característico, Tamaki irradiaba felicidad y le brillaban los ojos, porque Kyouya era su mejor amigo, y sin importar lo que dijera y sin importar lo cruel que fuera, todo lo que él decía resultaba genial.
- Que seamos los senpais de este año no quiere decir que no podamos divertirnos. ¡Imagínalo, Kyouya! Dentro de poco tiempo nos marcharemos y este instituto se verá camino a la desolación por la tristeza de nuestra partida, nuestros hijos se verán perdidos en el limbo sin nosotros aquí para guiarlos.- Alegó con dramatismo.-
- No, en realidad, no es cierto. Estaremos bien.-
- ¡Ustedes, malignos seres! Respeten a su rey.-
Era bueno saber que algunas cosas se mantenían igual.
- A propósito, Kyouya senpai, ¿para cuándo se ha planificado la graduación de Honey senpai y Mori senpai?-. Preguntó Kaoru con curiosidad.-
- Será para finales de de octubre, dentro de un mes.- Respondió Kyouya sin titubear.-
- Tenemos que apoyarlos para sus pruebas de ingreso en la Todai. Esa universidad es la más dura de todas, sin duda han escogido un reto.- Dijo Hikaru con entusiasmo.- Se les echará de menos. Ojalá hubiese sido Tono el que se hubiese ido y no Honey senpai y Mori senpai…-.
- ¿Qué dijiste, doubleganger?-.
Antes de iniciar una pelea, Kaoru decidió intervenir.
- Oigan, ¿han visto a Haruhi?-.
- Conociéndola seguramente fue a inspeccionar su nueva aula y se habrá instalado allí. La comprendo perfectamente al no querer ver a este idiota de nuevo.- Dijo señalando a Tamaki.-
- ¡Madre, tú también!-.
Al ver sus horarios la semana anterior, los gemelos supieron que les había tocado nuevamente con Haruhi ese año. Serían compañeros otra vez. Apenas lo hubieron sabido, llamaron constantemente a su señor para torturarlo con la noticia, hasta el punto que no lo dejó conciliar el sueño durante tres noches debido a la preocupación que le inspiraba su pobre hija.
- ¡Vamos Kaoru! Vamos a ver a Haruhi, porque, como ya sabes, somos otra vez sus compañeros de clase.- Acentuó Hikaru para fastidiar a su señor.-
- Entonces apresurémonos antes de que se lea todo el programa de este semestre completo.-
Los gemelos se alejaron corriendo y sacando las lenguas a Tamaki con expresión de burla y satisfacción; cuando éste quiso perseguirlos, Kyouya lo sujetó de la chaqueta y lo retuvo.
- Ya la verás en el club, cálmate. Nosotros también debemos buscar nuestra aula.-
- ¡Pero…!-.
La mirada que el sujeto de lentes le dedicó lo obligó a contener sus lágrimas de impotencia. Cuánto anhelaba ver a Haruhi otra vez y abrazarla como a su hija. La tortura de no verla había sido insoportable para él. Por suerte, la vería esa tarde en las reinstauradas actividades del club.
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La vieron de lejos, caminando por uno de los tantos pasillos de la sección de segundo año, y la reconocieron al instante. Podrían verla en cualquier parte debido a esa estatura y a esa manera tan lenta de caminar. Corrieron como niños hacia un juguete de navidad y se posaron frente a ella, haciéndola frenar con algo de sorpresa.
- ¡Hola Haruhi! ¡Somos compañeros otra vez!-. Exclamaron adquiriendo una de sus tantas poses de gemelos unidos.-
De repente, pusieron los ojos en blanco con asombro. Ahora veían algo que no habían notado al verla de espaldas. Haruhi les sonrió con sinceridad y con esa inocencia que sólo ella tenía y les devolvió el saludo.
- Buenos días, Hikaru, Kaoru.- Dijo mientras mirada a cada uno.- Por favor, sean buenos compañeros este año también.-
Su buen humor se debía a que era el día de los reencuentros, obviamente. Pero aún con su uniforme de estudiante masculino y con su cabello corto poco femenino, no pudieron evitar observar que tenía algo diferente. La cintura de su compañera que se conocían tan bien de tanto haberla abrazado en el año anterior era ahora mucho más definida y curvilínea, su espalda era ahora más notable en su forma de chica y lo que más les asombró… era que ya no era una copa A. El cambio no era tan brusco pero sí era notable. De pronto, se preocuparon; si ellos lo notaban, los demás chicos de Ouran no tardarían en hacerlo también. Estuvieron un tiempo en un silencio espectral mientras pensaban qué decirle a Haruhi. Cuando ella les volvió a hablar, creyendo que no la habían escuchado, ambos se sonrojaron al darse cuenta de que no la habían estado mirando a la cara precisamente.
- ¿Les ocurre algo? ¿El verano los ha vuelto más callados?-.
- ¡Eso nunca, Haruhi! No tienes tanta suerte.- Sentenció Hikaru guiñando un ojo con picardía infantil.-
- No somos fáciles de cambiar.- Le completó Kaoru.- ¿Qué tal te fue en vacaciones?-.
- Ummm… estuve un buen tiempo tumbada en cama con fiebre. Me sentí muy mal, todo el cuerpo me dolía y fue hasta hace poco que me sentí mejor.- Comentó con incomodidad al recordar su enfermedad.-
"Fue más bien una metamorfosis, no una enfermedad…" Pensaron los gemelos.
- Me imagino que van al club esta tarde, ¿no?-.
- Desde luego. ¿tú piensas ir?-.
- Claro.- Dijo con desesperanza.- Estoy atada a ustedes hasta la graduación…-.
- Y… ¿así? Es decir, vas a ir… ¿así, como estás ahora?-. Balbuceó Kaoru.-
- ¿Eh? No entiendo la pregunta.-
Hikaru se pasó una mano por la cara y habló directamente.
- ¿No te sientes algo cambiada de estas vacaciones? ¿Algún cambio que las clientas puedan notar?-.
- No.- Contestó ella con sencillez.- Me siento igual que siempre.-
Ahora se daban cuenta también de que el cabello le había crecido un poco, y no importaba por dónde la miraran, el supuesto engaño de hacerla pasar por chico se había roto por la mitad. Era demasiado obvio que su cuerpo había cambiado, ¿por cuánto tiempo más podrían mantenerla en el Host club con ellos? ¿Tendrían que decirle adiós? No, eso nunca. No si podían impedirlo.
- Ah cierto, vengan, les mostraré el nuevo salón. Es mucho más espacioso y el pizarrón más grande. Podremos ver clases mucho más cómodos.- Dijo alegremente.-
"¿cómo puede alegrarse de esas cosas y no con algo divertido?" Pensaron con confusión. Decidieron seguirla, mientras pensaban en qué decirle a Tono cuando se reunieran en el club.
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- ¡Haruhi! ¡Haruhi! ¡Haruhi!-.
Apenas la vio entrar por la puerta de la sala de música, su corazón le dio un vuelco y lo primero que sus piernas lo obligaron a hacer fue correr. Ni siquiera se molestó en notar la aterrorizada expresión de ella y sus ansias de alejarse de él, sólo quería tenerla en sus brazos otra vez, luego de tan dolorosa separación durante el verano, no podía contenerse.
- ¡Tamaki senpai! ¡No!-.
La elevó en el aire y la apretó contra sí mientras le daba vueltas en el aire. No escuchaba sus gritos para liberarse, estaba tan feliz que no podía hacerle caso a más nada.
Los gemelos vinieron entrando después y suspiraron como en la mañana lo había hecho Kyouya senpai. Iniciaron la cuenta regresiva antes de que la bomba explotara.
- ¿Cuánto tiempo crees que tarde en darse cuenta?-. Preguntó Kaoru.-
- Yo diría que dentro de unos… cinco segundos, más o menos.- Contestó Hikaru con pesadez.- Ni siquiera Tono es tan tonto como para no notar esas cosas.-
- De todos modos…-.
- También es hombre.- Dijeron a la vez.-
Tal y como lo habían predicho, Tamaki se detuvo en seco con una expresión anonadada en su cara. Haruhi se alivió que las vueltas hubieran cesado y pronto se vio puesta de nuevo en tierra. Su senpai la miró de arriba abajo y parpadeó un par de veces, atónito. Desde una prudente distancia, Kyouya también había caído en cuenta de la situación.
- Ha… ¿Haruhi?-. Preguntó Tamaki.- ¿Eres tú?-.
- ¿Eh? Senpai, estás raro. Si no soy yo, ¿qué otra persona vendría a este manicomnio?-. Respondió ella como si la respuesta fuera evidente.-
- Pero… tú… no eras…-.
Hikaru y Kaoru se pusieron a cada lado del rubio francés y decidieron aclararle las cosas.
- Tono, como puede ver…-. Empezó Hikaru.-
- … Haruhi ha sufrido un obvio desarrollo estos últimos meses.- Terminó Kaoru.-
- ¿De qué están hablando ustedes dos?-. Preguntó Haruhi sin tener la menor idea de a lo que se referían.-
- Haruhi.- La llamó Kyouya.- Creo que esto es obvio para todos menos para ti.- Se acomodó los lentes.- Esto puede traernos problemas en las actividades del club.-
- Pero a qué… ¿de qué hablan?-.
Tamaki se alejó unos pasos de ella y luego pareció derrumbarse en su ya acostumbrada esquina.
- ¡Soy un pervertido! ¡He abrazado a mi hija y me he sorprendido al sentir sus pechos contra mí! ¡No merezco vivir!-. Gritó a la vez que lloraba de la rabia contra su persona.- ¡Perdóname Haruhi!-.
- No entiendo a este individuo…-. Dijo Haruhi sin malicia.-
Hikaru elevó las manos al cielo, como pidiendo no tener que explicarle a la chica algo tan vergonzoso. Miró a su gemelo y éste escondió el rostro detrás de una mano, dando a entender que no sería él quien hablara. Luego miró a Kyouya y estaba escribiendo en su nuevo y recién estrenado cuaderno de notas para el nuevo año del Host club. Y Tono estaba demasiado indispuesto como para decir algo coherente. Se sonrojó hasta las orejas y deseó con todas sus fuerzas que sus otros senpais hubiesen estado allí para auxiliarlo.
- Haruhi.- La llamó con carácter, como si fuera a decirle que había muerto alguien.- No lo vallas a tomar a mal…-.
Los enormes ojos marrones de la chica se posaron sobre él y Hikaru sintió que las piernas le temblaban. Ahora que se había echo escuchar, Haruhi sólo lo miraba a él, y aunque no quisiera, lo estaba poniendo nervioso. Si fuera cualquier otro tema no le habría importado, pero esto era embarazoso y penoso. Se le hacía imposible simular que hablaba con un chico; de hecho, tal vez no volvería a verla de la misma manera ahora que su forma de verse era distinta.
- Verás… es que no te habíamos visto desde el último día del año pasado y… ahora estás cambiada.- No podía creer que lo había dicho.-
- ¿Cambiada? ¿En qué forma?-.
Con cada pregunta que ella le hacía sentía arderle más la cara. Maldijo las hormonas adolescentes que recorrían por su cuerpo en ese momento.
- Tu cuerpo.- Dijo suavemente.-
- ¿Qué? ¿Disculpa? No te escuché.- Dijo ella tocándose una oreja para dar a entender su bajo tono de voz.-
- Tu cuerpo está cambiado.-
- Hikaru, no entiendo lo que…-. Empezó a decir ella.-
Ya enojado, Hikaru estalló de la forma tan impulsiva como solía hacerlo. ¿Cómo podía Haruhi ser tan densa? Su pena aumentó pero logró canalizarla de tal manera que lo soltó todo de una vez. Señaló el pecho de Haruhi con molestia y gritó.
- ¡TU CUERPO! Rayos, Haruhi. ¡Se te curvearon las caderas y te crecieron los pechos! ¿Ya? ¿Contenta? ¿Me oíste? ¡Ya no eres copa A! ¡Mínimo eres copa B, y quizá siga en aumento! En resumen, ¡ese uniforme de hombre ya no disimula absolutamente nada! En clase nadie lo notó todavía, pero cuando te vean en el club se darán cuenta de que eres mujer. ¡¿Fui lo suficientemente explícito para ti, niña inocente?!-.
Haruhi lo miró asombrada y medio intimidada. Instintivamente cruzó los brazos para tapar lo que Hikaru ahora señalaba en su crecido busto. Ahora, toda la molestia de Hikaru se había transformado en vergüenza, a tal punto que si hubiese podido, se hubiese unido a Tamaki en su "esquina de la perversión", como el rubio estaba gritando en ese momento.
- Ah, entiendo.- Dijo Haruhi.- Y una pregunta, ¿tú estabas pendiente de eso durante toda la mañana, Hikaru?-. Preguntó con acusación.-
Hikaru abrió los ojos y agachó la cabeza más rojo que un tomate.
- Claro que no. Sólo digo lo obvio que es… ¡No estoy tan loco como para mirar a una bajita como tú!-.
- Ah.- Dijo ella no muy convencida.- Kyouya senpai, ¿hay alguna manera de que esto no interfiera con el pago de mi deuda?-.
- Desde luego Haruhi.- Contestó él con aire de quien hace negocios.- A partir de mañana será necesario que uses una cinta que te cubra y trataremos de acomodar tu cabello para que no se vea tan femenino. Contrataré a un estilista que vaya a tu casa hoy en la tarde.-
- ¿En la tarde? Pero entonces ¿qué haremos con las clientas de hoy?-. Preguntó Kaoru.-
- Tendremos que avanzar como podamos. Para mañana cualquier duda que las chicas hayan tenido se verá aplacada por las medidas que tomará el estilista. No se preocupen. Mientras tanto, no seas tan obvia, Haruhi.-
- Bien, lo intentaré.- Dijo ella en acuerdo con las palabras de su senpai.-
Volvió a dirigirle una última mirada a Hikaru y él supo que lo hizo de la misma forma en que a veces ella miraba a Tono cuando estaba enojada con él. Había cometido un error garrafal y estaba seguro de que ella no lo iba a perdonar fácilmente. Lo pasó por al lado y se sintió peor que en mucho tiempo…
- Sí, Hikaru, fuiste muy explícito.- Dijo ella con aire normal, aunque se notaba su enfado.-
Iba a ser un año muy largo. Y muy interesante.
Continuará…