Crepúsculo y sus personajes no me pertenecen.
Encuentros Casuales.
Por:
Meriba
Resumen: Después de Amanecer. Pasados meses después de la pelea con los Vulturi, Edward y Bella aun no superan su etapa de "Luna de miel." Malo que en una familia grande, poco espacio y nada de privacidad, Los Cullen's tendrán que soportar algunos "Encuentros casuales" de la pareja. Lime. Caliente & Divertido.
I.—Primer Encuentro: El escritorio de Carlisle
Bella.
Aburrida.
Esa es la palabra que me definía ahora mismo. Es decir, estaba completamente sola, no había ningún vampiro, espíritu o licántropo rondando por ahí. Pensé que después de algunos meses ya después del incidente de los Volturi la familia se volvería más unida, ¡O no estaría sola!; Digo, mi caliente esposo se fue a trabajar con Carlisle al hospital y ¡ni siquiera necesitan el sueldo!, mi mejor amiga se fue con mi otra recién amiga rubia de compras —Gracias, pero odio ir de compras.— pensaba quedarme con mi adorable hija, pero, claro, como no acepte ¡La raptaron!, si, mis amigas/cuñadas habían raptado a mi dulce bebé. Emmett y Jasper se fueron de caza esta mañana, y como buenos amigos no me dijeron nada y se fueron, creo que secretamente hacen apuestas sobre sus esposas o algo así. En fin, mi dulce opción sería Esme, pero mi segunda madre se fue a una fiesta de té, a la que no me quiso llevar porque es descortés, ¡La mujer ni siquiera toma té!.
Así que así termine, sola en una mansión nada entretenida, Genial.
Simplemente asombroso, no tenia vida social cuando era humana y no tengo vida social ahora.
Entonces, como buena mujer aburrida que era, solo me quedaba una cosa por hacer. Llamar a mi candente esposo y traerlo a casa, para divertirnos un poco (si saben a lo que me refiero).
Tome mi lujoso Ferrari, que extrañamente me empezó a gustar —Probablemente porque Edward me dijo que me veía guapa y candente en el. — Y me dirigí al hospital. Milagrosamente ya no le temo a los hospitales, el hecho de que sea una vampira inmortal, con súper fuerza y rapidez, y mi escudo protector, me hacía creer que ya nada me podía hacer daño —Ni siquiera yo misma. —
Llegue al blanco y pequeño hospital de Forks, que se veía realmente tenebroso con el cielo grisáceo y la estructura antigua, donde daba un augurio de frialdad.
—Disculpe, ¿El consultorio de Carlisle Cullen? —Pregunte a una enfermera.
La mujer me miro varias veces, como si tratara de descifrar si soy real o no, aun no me acostumbraba mucho a que hiciera eso la gente y me mirara por largo tiempo contemplándome. Supongo que debí verme muy tonta cuando vi a Edward por primera vez, es decir, comprendía a la perfección como era ser deslumbrada —Y todavía Edward lo hace. —Pero era un poco fastidioso.
— ¿T-t-tiene cita? —
—En realidad no. Pero soy su nuera, vengo a buscar a mi marido, Edward.
La mujer parpadeo un par de veces y pareció que algo hizo click en su mente.
—Oh, sí claro. En el consultorio quince. —
Me sorprendió que me dejaran pasar así como así, pero no lo pensé mucho y me dirigí hacia el consultorio, donde se encontraría mi candente marido.
Abrí la puerta sigilosamente de la oficina y me vanaglorié con la imagen de mi sexy y caliente esposo inclinado, si ese perfecto trasero es sólo mío. Edward vestía unos simples caquis y una camisa de botones, pero era para comérselo, especialmente en esta posición.
De repente Edward se paro y vino asía mí a una velocidad de vampiro, me tomo la mano, sonriéndome torcidamente (De esas sonrisas que hacían, aun siendo vampira, me flaquearan las piernas).
Una de las cosas más sexys de Edward es que ni siquiera sabía que era tan jodidamente deseable, y eso me hacia quererlo más.
—Hey. —Dijo con una voz demasiado sensual.
—Hey. —Dije sonriéndole coquetamente.
—Así que ¿Qué haces por aquí dulzura?, no es que me moleste, claro, al contrario me encanta tenerte aquí. —Oh si, muy sensual.
Solté una risilla tonta.
—Bueno, —dije mientras me acercaba a él. —Vine a ver a mi guapo esposo, ya que me encuentro muy, muy, sola en casa. —Hice un puchero, de esos que a Edward le encantan.
—Bueno, eso es algo muy malo de mi trabajo como tu marido, así que me encantaría que me dejes compensarte. —Sus manos jalaron las mías, jalándome hasta el, tan completamente que lo sentía todo de él, instantáneamente enrolle mis brazos a su cuello y el las fijo en mi cintura. Lo mire fijamente a los ojos, perdiéndome en sus ámbares, oscureciéndose por el deseo.
Edward sonrió torcidamente antes de atacar sus labios con los míos en un fiero y pasional beso.
Sus manos pasaron de mi cintura a mis caderas, acariciándome suavemente sobre el vestido de satén, luego pasaron por mis muslos y de ahí a mi trasero, haciéndome soltar un gritito de placer; mientras yo pasaba mis manos por la espalda de Edward, maravillándome con sus suave piel y sus marcados músculos.
Edward dejo mi boca libre para atacar besando, chupando y mordiendo mi cuello, él sabía con certeza que era uno de mis puntos débiles. Metí mi mano dentro de la camiseta de Edward, masajeando toda su extensión, a Edward se le escapo un gemido ronco y me maravillé de ese sonido.
De pronto sentí la dureza del escritorio de madera, no sé cómo diablos terminamos caminado hacia allí, pero Edward lo aprovecho y me cargo hasta sentarme allí. Enrollé mis piernas en sus caderas, y ¡Valla que lo sentí! Edward dejo mi cuello para seguir con mi pecho, tocando fluidamente mis pechos. Oh si, esto es gloria.
Pero fue en el momento en que mis manos estaban en el cinturón de Edward y él sus manos se encontraban en masajeando mis senos, cuando Carlisle entró a la oficina… con cinco personas detrás de él.
No sé cómo lo no sentimos la presencia de Carlisle, el olor a sangre de los humanos o el ruido de los pasos, pero aquí estamos a punto de tener sexo con seis personas mirando.
Sentí como si dejaría de ser vampira y que mi sangre se acumulaba rápidamente por mis mejillas. La vergüenza me inundaba, Edward, simplemente se quedo mudo.
—Ehmm, si, deben conocer ya a mi hijo Edward y su esposa Bella. —Dijo Carlisle algo nervioso.
Los cinco pares de ojos se centraron nuevamente en nosotros, rápidamente aleje mis manos del cinturón de Edward y el dejo mis senos. Hice un rápido saltito para bajarme del escritorio.
—Eh… si, Bella ha venido a visitarme, papá, —Edward tenía una expresión totalmente avergonzada y confundida, que si no hubiera sido por esta situación me hubiera carcajeado. —Yo…uh, la llevare a casa.
—Claro, Edward. —Dijo un muy sonriente Carlisle.
Edward puso una mano en mi espalda y nos dirigimos hacia la puerta. Lo único que escuchaba ahora era "recién casados" "luna de miel" y "urgidos", complementando cada frase con una carcajada.
Sentí como si mis manos sudaran y aun tenía la sensación de un rubor cubriendo mis mejillas.
Edward y yo entramos en silencio a mi Ferrari (Ya que el no había traído su volvo).
Finalmente, Edward habló: —Bueno, eso fue…
—Embarazoso.
—Muy, embarazoso.
Edward se giro para verme y nos quedamos un rato viéndonos, como si buscáramos en nuestros ojos si lo que acababa de pasar era real.
Finalmente rompimos en risas.
N/A: Después de tener completamente abandonada esta historia, me he puesto las pilas y vuelvo recargada. La misma trama, solo que mejo redactada, más cómoda y un poco más graciosa.
Sé que no nos hará gracia empezar de nuevo, pero esta vez es necesario, aún así no volveré a abandonar esta historia, ni alguna otra. Por lo en la próxima semana, me veran de nuevo con el segundo capitulo.
Si aún me leen & tienen algo de compasión por mi. Dejen un review y dí lo que piensas.
Las quiere mucho & mucho mas.
—Meriba.