Hola. Este es un nuevo fic. Si, ya sé que si sigo escribiendo nuevos fics tardaré en actualizar, pero es que no podía dejar en el aire la idea que me vino a la mente.

TITULO:

MI PECADO

PAREJAS:

ItaSasu, ItaDei, SasoSasu, SasoDei, GaaNeji

GÉNERO:

Esto es un AU.

ADVERTENCIAS:

Lemon, Incesto, rape… (No en este capítulo)

DISCLAIMER:

Naruto es propiedad del excelente Masashi Kishimoto. El presente fic es escrito por hobby.

SUMMARY:

Sasuke ama a su hermano. Este sentimiento es correspondido. Sin embargo Itachi se niega a aceptarlo, porque hacerlo significaría cometer incesto.

EDADES DE LOS PERSONAJES:

Itachi (22), Sasuke (15), Neji (16), Gaara (16). Conforme mencioné a los otros personajes les indicaré la edad que les asigne.

PRIMERA PARTE

"No es pecado, es amor"

PRIMER CAPÍTULO

En dos palabras

Unas nubes con un tinte oscuro se divisaron en el cielo. Al poco tiempo los cúmulos grisáceos cubrieron el firmamento. Las ráfagas de viento hacían bailar a las copas de los árboles, arrancándole de esta forma varias hojas, las cuales hacían piruetas antes de caer en el suelo para luego ser nuevamente elevadas en el aire. Aquello avecinaba una próxima tormenta.

Los transeúntes de una plaza de Tokio, caminaban a una velocidad disímil. Algunos más apurados que otros; otros perdidos en ese hermoso parque. Quizás aminoraban la marcha ante los indicios de que la tarde empeoraría en pocos minutos.

Perdido en sus pensamientos, a los pies de un frondoso árbol se hallaba un adolescente de cabellos azulados. Sus finos cabellos cubrían la totalidad de su pálido rostro. Permanecía sentado, con sus frágiles brazos rodeaba sus piernas, y su cabeza apoyada en estas. La triste mirada del niño se levantó al firmamento trémulo. Sus ojos vacíos contemplaron el cielo, que irónicamente reflejaba su estado anímico. Y el cielo intensifico su oscuridad, se tiñó de melancolía, cómo si estuviera acompañando en la desolación al adolescente. Su mirada era desgarradora, capaz de conmover a cualquier persona que se jactará de ser insensible.

Una gota cayó para acariciar la mejilla izquierda del peliazul, al rato otras se unieron a la primeraza. En menos de un minuto, que a la vez fue casi como una eternidad, la llovizna se presentó. El agua fría lavaba su rostro. Lo que se impedía hacer, el clima lo hizo por él: llorar. Sentía una punzada muy aguda en el pecho. Un dolor imposible de soportar. Una aflicción que no tenía procedentes.

- Dos palabras… sólo dos son suficientes para expresar lo que aún siento por ti- susurró para si mismo-. Te amo. Te amo. Te amo.

Y nadie se enteró de esa confesión. Ningún alma se encontraba en la plaza, salvo por el niño que se encontraba sumergido en sus pensamientos. Y él estaba al tanto de esto. Sabía que estaba solo. Las pocas personas que había en la plaza corrieron en busca de un refugio ante la repentina tempestad.

Quizás por el débil ruido del agua, combinado con el viento, no percibió unos pasos cercanos.

- El cielo está llorando. Quisiera que dejará de llover, para que por una vez saliera el sol- habló una profunda voz-. Siempre me pareció triste la lluvia, en especial cuando baña tus facciones.

Ante esto Sasuke presionó aún más sus brazos contra sus piernas. Cerró sus ojos con fuerza, mientras que estos desbordaban en lágrimas que momentos atrás reprimió, las mismas se mezclaban con la insistente lluvia.

- Quisiera que la lluvia se detuviera, Sasuke.

El intruso tomó el paraguas con el cual se cubría para inclinarlo hacia el peliazul, cubriéndole del diluvio, sin reparar en que ahora era él quien se mojaba.

- ¿Por qué?...- casi suspiró el pequeño.

"Porque los ángeles no deberían llorar. Y no es un pecado el amor que albergas por él. Algo tan hermoso como este sentimiento no puede ser censurado, no debe ser descrito como un error. Sin embargo él no lo vale.... A veces es mejor olvidar algunas cosas. Tienes que olvidarlo. Debes olvidarlo" pensó el sujeto que le hacía compañía al Uchiha menor.

Semanas atrás…

Cuando abrió sus ojos, lo primero que vio fue el techo azul de su habitación. Si, azul. Su cuarto estaba pintado de ese color, su favorito. Posó sus orbes negros en aquel artefacto ruidoso, el mismo que le impedía seguir con esa utopía en que definitivamente era feliz.

- Es hora de ir a la colegio, otouto. Es hora- se escuchó una voz conocida. La única persona que habitaba esa casa aparte de él: su hermano Itachi.

El niño bufó, haciendo que sus finas hebras se movieran con delicadeza, y luego cayeran a su cara. Decidió quedarse en la cama un rato más. Quizás de esta forma llamaría la atención de hermano mayor. Y como en su fantasía recibiría algo más que un simple saludo…

Pasaron los minutos. La puerta de esa habitación se abrió con lentitud. E instintivamente el adolescente cerró sus ojos. Tal vez su oniisan se acercaría un poco más de lo habitual.

"Un simple toque…, eso es lo que anhelo desde que este sentimiento empezó a crecer dentro de mí…"

La estoica figura de Uchiha Itachi se impuso en el marco de la puerta, rodó esos perfectos ojos escarlatas por toda la habitación. Divisó los libros de la pequeña biblioteca. El excedente del tono marino en las paredes, asi como otros objetos del mismo color, aquello daba la imagen de ser las profundidades del mar. En el escritorio la computadora portátil, esa que le había regalado en su último cumpleaños. Finalmente se detuvo en el pequeño bulto de la cama. Con pasos silenciosos se aproximó a ese lugar.

Esa costumbre de su lindo hermanito de entretenerse con la computadora, tenía sus consecuencias, o eso es lo que pensaba Itachi.

Se sentó en el lado izquierdo de Sasuke. Con exquisitez deslizó las mantas. Quedando al descubierto la anatomía del bello impúber. Aquel cuerpo encogido, las suaves manos apoyadas en la almohada. Con sus hebreas revueltas por doquier. Por unos segundos el mayor no supo la razón por la estaba allí. Su mundo se congelo.

- Otouto ¿Cuántas veces te he dicho que no estés hasta la madrugada con la laptop?- le susurró en la oreja. Casi besando esa zona.

- A… ni… ki…- las palabras se ahogaban en su boca. ¡Que placentero era aquello!... Tener tan cerca al ojirrojos.

- Vamos ¿No piensas levantarte? ¿Quieres que lo haga por las malas?- le incitó.

"¿Por qué no? Me encantaría que actuarás de forma nada amable contra mí persona… Itachi"

- De acuerdo, si así lo quieres…- tiró las sábanas al suelo. Luego en un movimiento efímero, alzó a Sasuke.

-… Ita…- gimió.

Empujó la puerta del baño, y en la bañera aventó con pijama y todo al esbelto niño de cabellos azulados. A continuación el mayor abrió el grifo, no sin antes regular el agua. No quería provocarle un resfriado a su hermano menor.

- ¿Siempre tienes que hacer eso?- escupió agua de la boca.

- El desayuno está listo. No te demores demasiado, o de lo contrario llegarás tarde- le indicó, sin más se perdió de vista, para que pudiera asearse con sosiego.

El pequeño se quitó las ropas mojadas. Esa acción dentro de unos meses se volvería una rutina, y él no lo evitaría. Y es que Uchiha Sasuke nunca se quedaba dormido, sólo simulaba…, le hacía creer a su hermano que tenía un problema con el despertador. Todo con la única convicción de que él ingrese a su habitación, y luego lo cogiera, y después lo depositará en el baño. Todo por ese pequeño momento, por sentirse en sus brazos… por sentir su respiración. Su aliento en su cuello. Por sentir que lo ¿manoseaba? Aquellos labios acariciando su oído… por un minuto de placer. Por un lacónico tiempo, un fragmento, un pedacito de Itachi…

Con desinterés agarró el jabón, que serviría para purificar su cuerpo. Resbaló ese objeto por su sedosa piel, permitió que su visión se convirtiera en negrura, imaginando que quién recorría sus partes íntimas era la persona con la que compartía un vínculo de sangre.

Pecado…

Pecado…

Pecado…

Había concordado no dejarse llevar por lo que los demás consideraran impúdico. ¿Pecado?… No era pecado lo que sentía, no es pecado amar. Nadie elegí cómo, cuándo, dónde, con quién y por qué enamorarse. Sasuke Uchiha no era la excepción a esta norma verídica.

Y es que era absolutamente incuestionable: estaba enamorado de su hermano.

¿Cómo ocurrió esto?... Paulatinamente. Sin que pudiera evitarlo. Sin que lo notará. Con cada día que pasaba. Con cada beso que Itachi depositaba en su frente. Aunque esto último ya hace tiempo lo dejó de hacer.

Terminado el ritual de aseo, se vistió lentamente. Como si fuera un movimiento sin premeditar, las prendas fueron cubriendo su desnudez. Se contempló en el espejo. Admirándose. Quería convencerse de que podía estar a la altura de su hermano. En el colegio todas las niñas y niños deseaban su cuerpo. Las chicas decían que era un príncipe de cuentos de hadas. Los niños a su vez lo catalogaban de un ángel grácil, de perenne belleza… Pero al peliazul le tenía sin cuidado los pensamientos morbosos y/o depravados de sus compañeros. Lo único que realmente le importaba era la opinión de "Tachi" ¿Él lo veía hermoso?... Más se miraba, y más se perdía en un mar de pensamientos…

- Me está esperando…- suspiró.

Cogió su cartera, no sin antes verificar que los elementos estudiantiles estaban dentro.

Se colocó la corbata en el cuello, pero sin realizar el nudo del mismo. Ese era un arreglo que dejaría para su hermano. Todavía podría disfrutar de un toque más en esa mañana.

Bajo las escaleras con su exquisita elegancia. Fue directo a la cocina. Itachi permanecía sentado, con la vista perdida en el periódico del día. Sasuke suspiró con tranquilidad, mientras colocaba sus pertenencias en una silla. Ellos no esperaban a nadie más. Nunca lo hacían, porque los hermanitos eran las dos únicas personas que moraban la casa. Esto se debía a que sus padres fallecieron en un accidente automovilístico varios años atrás.

- Tardaste un poco más de lo habitual. Pensé que te habías ahogado en la bañera- sus manos acariciaron la taza de café.

- ¿Esa hubiera sido una excelente noticia para ti?- preguntó con su típica voz fría.

- No- fue su rotunda respuesta. Y le miró directo a los ojos-. Espero que sobresalgas…

-…

- En el examen- declaró, ante la confusión del pequeño.

- Si lo hago ¿Habrá algún premio?…

- Tal vez…, aunque si tendría que darte una sorpresa cada vez que superas las expectativas, hubiera entrado en quiebra hace bastante tiempo- sorbió el líquido negruzco de su taza.

- Te lo aseguro-. Indirectamente su aniki le había adulado.

En cuanto lavaron los utensilios que utilizaron en su desayuno, ambos Uchihas se adentraron en el garaje. Itachi iba jugando con las llaves de su auto. Él abrió la puerta del acompañante, le cedió el paso al peliazul, y luego de que éste se acomodara en el asiento, la cerró. Él mismo ingreso en su auto, con una sutil vuelta, encendió el vehículo.

Por otro lado Sasuke, con anterioridad, cogió el control remoto que abría ese cuarto.

- Primero iremos a tu instituto.

El itinerario tuvo algún que otro intercambio verbal, basado en la vida personal del menor. En definitiva todo giraba entorno al peliazul, los problemas de él. Eran pocas la veces en que el tema de conversación recaía sobre Itachi.

Y al llegar al destino indicado, Sasuke se dispuso a salir del vehículo.

- Espera un segundo- detuvo el moreno.

Las manos del mayor vagaron en dirección a la anatomía del peliazul, más precisamente a la corbata que colgaba en cuello de él. Con un sutil movimiento, y en menos de un minuto, hizo el nudo de esa prenda.

- Ahora puedes ir- dijo regalándole una última mirada.

- Nos vemos en casa, aniki.

Habiéndose despido, cada uno se fue por su camino. Itachi hacia su trabajo, mientras que Sasuke ingresó al instituto.

---

Casi deslizando por los pasillos, y evitando llamar la atención de las chicas, Sasuke se encaminó hacia el salón en que tendría las clases del día. Cogió el maniveluela, y empujó para adelante, sólo para encontrarse con sus dos mejores amigos.

- Pensé que eras el primero en todo- se burló un chico de cabellos castaños.

- Buenos días, Neji, Gaara- saludó el peliazul sin hacer caso del comentario.

Un adolescente de cabellos rojizos le devolvió el saludo con una leve inclinación de la cabeza.

El recién ingresado colocó sus pertenencias en el pupitre detrás del castaño. Después se dio la vuelta para encarar a los otros dos.

Gaara y Neji eran sus amigos. El primero podría ser definido como una persona bastante reservada, aunque a decir verdad los tres eran así. Los cabellos de Sabaku No Gaara eran de un color rojo muy llamativo, y a diferencia de Neji, su pelo era corto. Le llevaba algunos centímetros de altura a los otros dos. Mantenía sus ojos enmarcados permanentemente con un delineador negro, el cual siempre lo tenía en su mochila. Carecía de cejas. A su vez sus orbes eran de un tono jade. En la frente se había tatuado con escarlata, el kanji del amor. Todo esto, incluida su voz glacial y espeluznante, sumado a su andar sigiloso daba la idea de ser un psicópata.

Por su parte Neji tenía unos cabellos largos de color castaño atado al final con una coleta. Sus ojos eran algo peculiares, de un tono de muy poca frecuencia: blanco. Y en contra de los rumores, él no era ciego como muchos pensaban debido a la blancura de sus ojos. El castaño vivía en casa de su tío, en compañía de su prima Hinata, que al igual que Neji poseía unos orbes de la misma textura. De seguro eso venía de familia, al menos eso pensaban Gaara y Sasuke.

Aunque para llegar a formar el trío pasaron por unos pequeños percances. Con decir que Sasuke, era la único que conectaba a los otros dos. Existía una especie de rivalidad entre el castaño y el pelirrojo. Pero sin que se dieran cuenta, ambos comenzaron a entablar la actual amistad. Quizás se debió a los constantes grupos que debían de hacer, lo que llevo al principio a una pelea por "tener" a Sasuke como compañero de trabajo. Sin más quiso la suerte que se vieran obligados a realizar un práctico escolar de tres personas. Debido a esto el pelirrojo y el castaño cesaron en sus actitudes hostiles. Y al pasar los días llegaron a entenderse a tal punto de que a veces dejaban de lado a Sasuke en las conversaciones que mantenían.

- Parece que aún es temprano-comentó Neji, echando una ojeada al enorme ventanal que daba al patio.

- Si- consintió Gaara.

El día trascurrió con la normalidad de siempre. El profesor de historia entrego las notas del examen que rindieron la semana pasada. Cómo era usual las notas más altas fueron para el trío de genios. Sin embargo Sasuke recibió un correspondido halago por parte profesor Kakashi. El peliazul estaba feliz por su logró, dado que Itachi le felicitaría por ello. Sin embargo este incidente de las notas sería el motivo de burla de sus amigos durante el resto del día.

Y así fue el de los cabellos largos no mostró reparos en fastidiarle hasta que salieron del colegio.

- ¿No te cansas de llamar la atención en clase?- dijo Neji, divertido.

- Cállate- exigió por última vez en el día, mientras divisaba la casa de su interlocutor.

- Está bien, sólo por hoy- murmuró el ojiblanco-. Llegamos, hasta mañana- se despidió.

- Nos vemos, Neji- devolvieron al unísono los otros dos.

- Aunque si planean algo para el fin de semana me llaman- dijo mientras abría el portón de su hogar.

- Claro- aseguró el pelirrojo sonriendo sutilmente.

Los otros dos continuaron caminando, hasta el punto en qué las calles que debían seguir eran opuestas.

- Hasta mañana, Gaara- se despidió el peliazul.

Le dio la espalda, sumergiendo entre el sonido de los autos que transitaban. Y cuando estaba por doblar una esquina sintió que alguien tomó su brazo.

- Espera, Sasuke- habló su amigo.

- ¿Qué sucede?

- Te acompañaré hasta tu casa, de todas maneras mis hermanos deben estar trabajando.

- De acuerdo- consintió el Uchiha.

Los dos siguieron en silencio, hasta que el de menor estatura volvió a hablar:

- Quieres hablar de algo- declaró.

El otro no sé inmuto por las palabras seguras de su amigo. Después de todo ellos se conocían a la perfección.

- Si- admitió con sencillez.

- Tú dirás…

Detuvo su andar para darle una completa atención al otro.

- Estamos preocupados por ti- afirmó con seguridad.

- Estoy bien.

Sin más el peliazul intentó reiniciar la marcha, sin embargo su amigo lo jaló del hombro, empujándolo contra el paredón.

- No lo estás. No actúes como si todo estuviera bajo control- habló con furia desmedida.

Las acciones del pelirrojo eran una clara evidencia de que se preocupaba por su amigo, aunque no era del tipo de personas que mostraran sus emociones.

- No converses de eso con él. No se lo digas- le ordenó presionando los hombros del peliazul.

- El hecho de que les contará mi pecado, no significa que tienen vía libre para intervenir en mi vida- le espetó.

Gaara parpadeó algo aturdido, luego le soltó.

- Hasta mañana- se despidió el más pequeño.

El chico de ojos verdes se quedó por un momento mirando la espalda del Uchiha. Pronunció una blasfemia por lo bajo.

- Sólo te harás daño…- sentenció el pelirrojo.

---

En cuanto llegó a su casa, Sasuke se dispuso a realizar la tarea del día. Y habiendo terminado con esto, preparó la cena para las dos únicas personas de la casa.

- Son las ocho de la noche- dijo para si mismo.

Su hermano se demoraría al menos media hora más. Por lo que Sasuke, se trasladó a su refugio. Abrió un cajón de la cómoda. Tanteó con las manos hasta dar con un cuaderno de hojas amarillentas. Deslizó sus manos por las primeras hojas. Y por un momento vio la frase que había escrito tiempo atrás, en cuanto llegó a la conclusión de que sus sentimientos no eran aberrantes. La frase decía:

"No es pecado, es amor"

Durante un momento medito sobre esto último. Pasó mucho tiempo para que abandone su repugnancia hacia él mismo por amar a su propia sangre.

Cogió una lapicera de color rojo, y comenzó a escribir guiado por sus emociones.

- Te amo.

Todo lo que sentía se resumía en dos palabras. Su pecado se abreviaba en dos simples palabras.

- No sabes cuanto te amo, Itachi. A pesar de lo prohibido… No puedo evitarlo, es amor. Tengo que decirlo, no puedo seguir cargando con esto.

CONTINUARÁ…

Por fin terminé con el primer capítulo de este fic. De seguro se estarán preguntando por la persona que le habló a Sasu al principio del fic… Les dejé con la duda, sólo les diré que esa parte es un fragmento del final de la primera parte de Mi pecado.

Hasta el próximo capítulo.