Disclaimer: ningún personaje me pertenece; todos son de Stephenie Meyer.
Notas de la autora: bueno acá están los pensamientos de Edward, espero que les guste igual que Tortura; pos cierto pásense por la historia si desean; decidí comenzarlo desde el capítulo tres pero igual el uno y el dos también serán tomados en cuenta; ya que en realidad acá comienza la tortura de Edward.
Tentadoramente, Bella
Imágenes.
No podía leer pospensamientos de Alice; y eso me impacientaba de sobremanera, y lo peor de todo era que cada vez que me encontraba con su mirada me dirigía una sonrisa o soltaba una risita; me estaba poniendo nervioso, ¿Alice había visto algo?, ¿qué trataba de ocultarme?; pero lo que más me sacaba de mis casillas era la mirada que nos dirigía a Bella y a mí, miradas cómplices y evaluadoras; yo estaba abrumado, ni siquiera sentir los dedos de Bella entre mis cabellos, me relajaba; mirada no podía apartarse de la de mí hermana; llena de autosuficiencia.
La noche cae y la mirada sigue clavada; es tan molesta, suelto un suspiro al ver que todos suben a sus habitaciones, al menos la sesión de miraditas se ha acabado, subí pesadamente las escaleras; Bella y yo estamos tomados de la mano; la deje en su cuarto; ella se está quedando con nosotros ya que Charlie está de viaje, me despedí con un corto beso; tenía que tener suficiente autocontrol con mis actos, ella es tan tentadora.
- Edward, ¿cómo estas? – escuche la voz cantarina de mi hermana, después de una tarde de sesiones de miraditas furtivas, por fin me dirige la palabra, estoy apunto de hablar, de preguntarle; ¿qué se trae entre manos?, ¿qué oculta?; pero las palabras no salen de mi boca, se quedan atascadas; cuando veo las diferentes imágenes proyectadas por la mente de Alice, un centro comercial; ella y Bella, de pronto no pienso en mi hermana; solo Bella, Alice pasa diferentes imágenes; imágenes que rompen mi autocontrol, imágenes que me hacen ver una Bella tentadoramente, irresistiblemente sexy.
- Bien – conteste después de un largo rato, canturreó una canción; tratando de despejarme las imágenes; estas hacen que mi mente no reaccione bien; me ponen un poco tonto.
- ¿Por qué estás tarareando? – preguntó mi hermana inocentemente; algo muy raro en ella, sabes Alice estoy tarareando porque esas imágenes que haz puesto en mi cabeza me están volviendo loco.
- Por nada, Alice – le contestó esperando que se vaya, me está haciendo pasar la peor de las tortura; si no fuese un vampiro estaría sudando frío o completamente sonrojado.
- ¿Sucede algo? – preguntó, con ese tonito tan inocentón; que me dan unas ganas de gritar, no lo soporto, las imágenes abundan mi cabeza; quiero quitármelas pero cada vez se quedan grabadas y se repiten como si fuera una película, una película que me gusta; y de pronto otra tanda de imágenes, Bella en bikini y ropa interior; no lo soporto más esas son imágenes que sobrepasan mi autocontrol.
- Puedes dejar de pensar en esas imágenes – le grite mientras, azoto la puerta de mi habitación.
No lo soportaba más, eso era lo que traía entre manos mi hermana, hacerme pasar la peor tortura de todas; es que no se daba cuenta que mi autocontrol no era tan bueno; tenía que contenerme demasiado, no sabía que no me gustaba rechazar a Bella; que quería llegar a más; el deseo no solo era sangre sino también cuerpo; ¡maldición!, pensé mientras trataba de relajarme.
Solo el hecho de saber que Bella, estaba a dos puertas de mi habitación sumado las imágenes, hacían que mis sentidos se descontrolaran, no pensaba en nada; quería sentirla mía, y venía Alice y lo descontrolaba todo, acaso no tenía la simple consideración; su novio era un vampiro, no lo lastimaría; pero para ella eso no contaba; que vaya y sufra el tonto de Edward, sabía que esa noche iba a ser demasiado larga; y más sino duermes, las imágenes seguían latentes, estaba seguro que no las olvidaría, seguirían allí, así como el deseo que sentía; pero lo peor de todo no podía culpar a Alice pese a la sonrisita de suficiencia que me dio antes de cerrar la puerta, esas imágenes me gustaban pese a que iban en contra de mi autocontrol.
Las odiaba y me gustaban mucho esas imágenes, ¿cuanto más lograría estar firme en mis pensamientos?, aunque estos dijeran todo lo contrario, ¿cuánto más lograría mantener firme mi autocontrol?, ¿cuánto más soportaría ese deseo que lograba quemarme más que la ponzoña?
¿Qué les pareció?
Un halago, una crítica o una sugerencia; cualquiera se acepta.
Tortura, es el fic donde están los pensamientos de Bella, si gustan puede leer esa historia también.
Bye.
Besos.