Autumn in Domino City

by Kaiba Kisara (Ryou Kisara)

Capítulo 1: Tears and Rainbows

Los días avanzan, al menos eso dice el calendario, y parecíera como si, para mi, el tiempo se hubiera detenido; ¿qué nuevas noticias hay? El frío es el mismo, mi compañia se hace multimillonaria, sigo soltero, Mokuba hizo su vida... Hace días que pasé la peor navidad de todas, y fue posible.

Y yo, el CEO de una de las compañias más ricas del mundo, Seto Kaiba, lo admite. Antes las navidades me eran indiferentes, me eran absoletas, absurdas y vanas, Mokuba siempre venía pero yo, con mi actitud, lo hacía distanciarse. Incluso Yami solía visitarme por esas fechas junto con sus amigos pero para mi no eran más que gente que pasaba por aquí, sin embargo hacía días que era diferente. Pero ahora no lo es.

Yo, el gran CEO, Seto Kaiba, ya no quiere saber...

-Seto... -una voz interrumpió el monólogo mental del ojiazul.

-Mokuba -hizo una leve sonrisa, contento de verlo.

Seto caminó hacia su escritorio, pues estaba mirando hacia la ciudad desde sus enormes ventanas.

-¿Estás muy ocupado, hermano?

-Sabes que no...

-Pues verás ¿recuerdas... -detuvo sus pensamientos pero siguió- lo que te había dicho?

-Hmmm... -fingió estar pensando-, no, recuérdamelo -y después rió.

Mokuba hizo un puchero para después sonreirle. Los dos hermanos bajaron del la compañia para entrar al estacionamiento.

-¿No usaremos la limousine? -El menor se sorprendió.

-No, no... yo te llevaré, personalmente.

Y así, los dos se subieron a un pequeño auto rojo deportivo rumbo al hospital; en el camino Mokuba le contaba cosas que habían pasado meses antes de su llegada, los lugares que había visitado, las personas que había conocido y Seto le prestaba atención con una leve sonrisa. Al llegar subieron a los primeros pisos, en una linda habitación decorada con flores, peluches y demás; encontró a Yami, Yugi y su esposa Tea, su pequeño hijo Yue de seis años de edad, Joey junto con su prometida Mai, Tristan y Serenity, Bakura, Ishizu y Marik.

Pero todos ellos estaban reunidos para ver al nuevo Kaiba, la hija de Mokuba y su esposa Gabrielle. Una bella y saludable niña, hermosa con los ojos azules y el cabello negro.

-Es preciosa... -suspiraron las mujeres.

-E igualito al papá -rió Joey.

-¿Quieres cargarla, Seto? -Le sonrió Gabrielle, con una sonrisa que alumbró toda la sala de paz y tranquilidad.

-¿Yo? Oh, no... no...

-No te asustes, Seto, no muerde... no aún -sonrió.

-Ahm... -avanzó hacia la cama, donde yacían madre e hijo, después de contemplarla, la tomó en sus brazos.

Era pequeña y frágil, hermosa y tierna. En sus brazos tenía una vida, una vida que apenas comenzaba, que seguiría hasta la edad mayor, una edad que doblaría la de él, o la de cualquier otra personas, sería una luchadora y él se aseguraría de proteger a sus padres, y protegerla a ella.

Sonrió levemente y una pequeña y silenciosa lágrima jugó entre sus mejillas, pero nadie lo notó. Estuvo con su familia, y amigos, hasta que se les fue permitido, la madre y la hija necesitaban descansar.

Los demás decidieron quedarse un rato pero Seto se disculpó, subió a la azotea y miró la ciudad. Hermosa, magnífica, grande pero diminuta al mundo; el viento empezaba a jugar con su cabello, el frío se hacía más evidente y entraba la tarde, pero tal vez lo más hermoso de la vista fue la nieve que caía. Seto cerró sus ojos, suspirando, posando sus memorias en el ayer.