¿Están listos para el capítulo más random, crack y sin sentido hasta ahora jamás leído, luego de un año sin actualizar?

¡Si capitán estamos…! Ok; no.

Bien. Están advertidos. Muérdago, 'más crack que nunca' en cinco~…

Cuatro~…
Tres~…
Dos~…
Uno~…

Ka-Boom.


Capítulo 14: Hombre sin problemas, es hombre sin huevas.

En el mundo existían tres tipos de personas desgraciadas. Primero, estaban esas que poseían mala suerte natural y el karma los perseguía todo el tiempo por el simple hecho de haberse ensañado con ellos. Luego, estaban aquellos que se iban de sus aldeas y vivían en el exilio, creyéndose los súper villanos del siglo para finalmente ser acecinados por un montón de Gennis y un par de Chuunins con la mitad de fuerza y experiencia que ellos. Patético. Y finalmente, estaban esos tipos llevados del demonio, que no servían para nada…ni para ser los ninjas de relleno.

Entonces, en el mundo existían esas tres clases de personas desgraciadas. Y luego estaba él. Porque podía apostar su preciada e invaluable línea hereditaria —con urgencia de ser heredada con ayuda de una peli-rosa que tenía más que en la mira— a que en aquel momento nadie tenía peor suerte que él.

—Muy bien, muy bien. Más les vale cooperar y no intentar nada, porque pienso estar ojo avizor, —el hombre de baja estatura se acomodo el cinturón—. Y no querrán despertar la ira de Bob.

La ira de Bob. A él, Sasuke Uchiha; sobreviviente del clan, poseedor del Mangekyo Sharingan —el cual consiguió obtener luego de intercambiar tres taparroscas premiadas en uno de los puntos autorizados—, nominado tres años seguidos al primer lugar en el 'Top 10 most beautiful shinobis in the world' —en el cual siempre termina perdiendo contra un tal Sabaku No algo del desierto (siempre le daba demasiado coraje no ganar, así que cerraba la revista antes de terminar de leer)— de la revista '¡Kyah!, para kunoichis con onda'. La cosa era que a él, Sasuke Armando Uchiha, desertor de la aldea pero al final reincorporado, a él lo estaba amenazando un remedo de guarda de seguridad, cuyo nombre tenía tres puñeteras letras y para colmo dos eran la misma, lo amenazaba de despertar su ira. Y le insinuaba que no podría con esta.

— ¿Por qué, Dios, te ensañas con el más hermoso de tus hijos? —preguntó mirando al cielo.

Porque una vez dejaste a la aldea, porque molestas a mi ninja favorito…Naruto, y porque además utilizas muchos productos para la piel —escuchó que le respondía una voz gruesa y varonil. Abrió los ojos, tocándose la cara enseguida. ¡Imposible! ¡Él no usaba más de sus estrictos quince productos nutritivos, rejuvenecedores, a base de sábila-canela y embellecedores para la piel! Parpadeó, antes de mira al Uzumaki a su derecha, fingiendo aquella entonación. No tardó en fulminarlo.

—Imbécil —farfulló, con mala leche—. Además, ¿Cómo sabes lo de los productos para la piel? —exigió saber, frunciendo el ceño.

—Ah…—el rubio río entre dientes—. Porque hace unos días esculqué en tu baño —comentó, mientras alzaba las cejas sugestivamente—. Señor crema-de-pepino-para-el-cutis-luego-del-baño.

El Uchiha entrecerró los ojos, mandándole esas miradas que usualmente se reservaba para lanzarle solo a Itachi (Esas, que solía practicar todos los días frente al espejo hasta que se asustaba a sí mismo), mandándole un mensaje claro de «Le-cuentas-a-alguien-y-te-mueres-capullo». Luego de eso, decidió intentar ignorarlo en lo que llegaban…a donde quiera que ese enano los estuviera llevando.

Neee~, Sasuke~…—Ignorar a Naruto; tan imposible como hacer que Neji se viera menos femenino con sus bucles de niña—. Saaaaasuuuukeeee~…

El aludido rechinó los dientes. Todos los que pasaban a su alrededor se quedaban mirándolos, y señalándolos, diciendo: « ¿Acaso no es Uchiha?». «Si si, y su amigo el del Kyuubi». Para agregar un tan infame: «Tenía entendido que eran muy fuertes, pero si los está llevando ese gordito fastidioso de la entrada…» y más encima «Lo sé, debe ser puro chisme. Como ese de los 25cm de Sasuke, ¡por favor! De tener tanto usaría pantalones más grandes».

"¿A dónde ha ido a parar mi orgullo Uchiha? ¡He mancillado el apellido! ¡No merezco portar este abanico en mi espalda, Dios de los ninjas cool! Atrapado y arrestado por un enano con complejo de 'yo soy tu héroe' por destruir una tienda de manga… ¿Cómo fui capaz de usar el Chidori para semejante pendejada? …¡Y ahora que son chismes lo de mi fuerza!... ¡Y lo de los 25cm~! ¡Con lo difícil que fue hacer rodar esa historia~…!"

—Naruto…

— ¿Qué?

Sasuke lo miró con una sonrisa retorcida en el rostro, causando que rubio se atragantara con su propia saliva.

—Pienso meterte una sombrilla por el culo y luego abrirla cuando la tengas dentro.


No era muy consciente de lo que pasaba, salvo de que estaba siendo estrangulado por una prenda interior femenina, con un hombre peinado como mujer siendo el responsable, que para colmo había sido piropeado un par de horas antes.

Vaya muerte mas homosexual tendría.

— ¡Nadie se mete con la hombría Hyuuga Neji! ¿Me oíste? ¡Nadie! — ¿Y esa sería la frase que escucharía antes de morir? ¿Algo sobre la entrepierna de Neji? ¡Pues vaya mierda de final para su vida! ¿Por qué no solo le ponían un tutú rosa y mandaban a un transexual a que lo despidiera con un "Chao papi, te veré en la otra vida, corazón"?

—Neeejjjjj~…Nejjj~… ¡su…ta…me!

— ¡No metas a mi madre en esto!

Kiba, bastante harto, mando un puño al rostro de Neji, quien lo esquivó y atragantó más con la prenda femenina. Ah, ¿con que esas teníamos? ¡Pues él no era el único que podía luchar como niña! Lo siguiente que el poseedor del Byakugan sintió, fueron cuatro uñas clavándose en su mejilla derecha para dejarle una bonita marca de rasguño.

— ¿Qué clase de defensa es esa? ¡PELEA COMO VARÓN!

— ¡LO DIJO EL SHINOBI CON EL 'TANGA NO JUTSU'!


—Corre Shikamaru, ¡Corre! —gritaba Kankuro, tratando de huir de los encargados del casino que habían timado con aquella estúpida idea del dado con el mismo número en cada cara.

El Nara lo miró enfadado.

— ¿Tengo que correr? ¡No me digas! ¡Y yo que me iba a poner a barrer, pedazo de idiota! —exclamó, con todo el sarcasmo que pudo lanzar.

— ¡Con esa actitud jamás conseguirás mi bendición para estar con Temari!

— ¡Como si la necesitara!


No. Él no le tenía miedo a nada, a nada señores. No había sido concebido para tener miedo, no estaba en sus genes, el miedo no era una palabra que sus labios pronunciasen. Él ni tan siquiera conocía el significado de la palabra miedo; de hecho, si le pusieran a leer el anterior párrafo, no habría pasado de largo esa palabra las veces que fue usada. Y así era. Gaara no era un tipo sin pantalones, los tenía bien puestos. Se enfrentaba a lo que fuera y contra quien fuera. ¡Incluso había regresado de a muerte! ¡A ver quién más podía hacer eso aparte de Jesucristo, Jason de Viernes 13 y él!

Entonces; había quedado claro. Él, era muy guay, y encima nunca tenía miedo.

Y aquella no sería la primera vez. Porque no lo estaba experimentando ante la imagen ante sus ojos.

—Quierro que me traaaigan otrrra de esas… ¡otra de esas porquerías, hip, joder! —exigió, antes de dar un fuerte puñetazo sobre la barra, casi rompiéndola—. ¡Y la quierro ya, porque lo digo yo! ¡Y sinceramente no sé quién soy yo! ¡Así que será mejor que me traigan otra de de esas bebidas antes de que lo averrrigue!

Tragó en seco, mirando a Lee con desconfianza. Ya, no tenía miedo de ver al de cegadora sonrisa y peinado de tazón en ese estado. Pero, lo confesaba, verlo así no era nada agradable. Temía un poco por su vida; pero solo un poco.

—Lee —llamó, con su usual voz apática y poco transmisora de emociones—. Creo que ya tomaste demasiado.

— ¿Tomar demasiado?... ¡Tomar demasiado! —Exclamó, mientras tomaba del cuello a otro infeliz que estaba sentado a su lado—. ¡Yo dirré cuando sea demasiado! ¿Me has oído, Pepe Grillo? ¡Estoy harto de que seas mi conciencia y andes en mi hombro todo el puto día! —Gritó, mientras zarandeaba al pobre hombre con violencia—. ¡Ya no quiero ser un niño de verdad, así que me quedaré aquí y lloraré la perdida de Julieta!

Gaara parpadeó. ¿Qué carajo?

—Lee, te estoy hablando en serio.

— ¡Y yo también jodeeeeerr! —reclamó, mientras casi mataba al infeliz atravesado de las zarandeadas—. ¡Así que quiero más trago, AHORA!

— ¡P-Pero yo no le estoy diciendo nada, señor!

— ¡Señorito para ti, atrrevido!

El pelirrojo bufó, mientras Lee dejaba caer al inconsciente sujeto en el suelo. Uno de los hombres de la barra se inclinó, mientras pasaba un brazo alrededor de los hombros del de verde.

— ¡Ya oíste a mi amigo, Luis, quiere otra copa! —río, y toda su horda de acompañantes matones llenos de tatuaje rieron con él—. Vamos a ver cuántas rondas aguantas.

Lee giró a mirarlo, intentando desesperadamente enfocarlo un poco.

Io no soy tu amigo…—casi escupió, con voz gutural—. Y…oieme, oieme…si me vas a andar abrazando primero invítame a salir, ¿no? Ya luego viene la manoseaderita…

El enorme sujeto río con fuerza de nuevo. El Kage se cruzó de brazos. Se reían de todo y él no le veía la gracia a nada.

—Eres muy divertido Leah…

—Me llamo Liz…

—Te llamas Lee —corrigió Gaara, presionándose el tabique nasal. Inhala, exhala, inhala, exhala. Tanta estupidez cósmica era demasiado para él.

—Como sea…vamos 32 a 45, ganando notros. ¿Crees poder superarnos? —cuestionó el tipo, mientras el cantinero nombrado como Luis dejaba dos jarras de sake en frente de ambos.

— ¡Superarlos! ¡Hasta sus hijos sentirran la derrota cuando nazcan, hip!

—Yo ya tengo hijos.

—Ay, ¿en serrio? Muestrramelos pues…—comentó, mientras se recargaba sobre el hombre y este empezaba a mostrarle las innumerables fotos de sus nietos—. Mirra que monada de chico…

—Es una niña.

—No, no, la que le aza…

—Esa es mi esposa.

—Linda, liiiinda tu esposa infeliz…

El pelirrojo les miró con incredulidad. ¡Lo único que le faltaba!


—La última vez que vimos a nuestros héroes, habían sido atrapados por el malvado y terrible Bob, cuidador de entradas, luego de pelear en una tienda de manga con todos sus increíbles poderes. Ahora, están siendo llevados a un lugar que no conocen —relataba una emocionada voz que intentaba sonar de locutor—. Y esto solo nos puede llevar a preguntarnos, ¿qué sucederá con ellos? ¿Sobrevivirán o será demasiado tarde para eso…? ¡Descubre eso y mucho más en este nuevo episodio de…!

—Naruto, por todos los cielos, ¿quieres cerrar la boca y dejar de relatar pendejadas? —pidió Sasuke, mirándolo exasperado—. No hay nadie escuchándote.

—…no eres más que un amargado Sasuke, un amargado —murmuró el rubio, cruzándose de brazos de forma digna.

—Tarado.

—Eh, eh. Callaos un poco, chavales —exigió Bob, mientras golpeaba la cachiporra contra su mano—. No quiero más disturbios. Así que es mi última advertencia, una palabra más, y conocerán a la ira de Bob.

El Uchiha miró al pequeñín evitando estrangularlo. ¡Mejor que se cuidara él, carajo! ¡Nadie amenazaba a Sasuke Uchiha, nadie!

¡Solo su hermano, sus amigos, la gente por la calle y los desconocidos! ¡Pero absolutamente nadie más!


—Eh…c-chicos…—la dependienta hizo un gesto, sin saber muy bien sin intervenir. Parecía un poco peligroso meterse en medio de aquella…no, no era una pelea. No una muy digna de comentar—. P-Podrían…eh…paren un poco…h-hey…—Porque podía asegurarse que era la primera vez que veía a dos ninjas pelear de ese modo.

Neji y Kiba rodaban por el piso del almacén. Y en lugar de estar golpeándose a puño limpio, rompiéndose la cara, dándose patadas y escupiéndose como todos unos machos cabríos, estaban girando sin control…tomándose del cabello.

— ¡Déjame, Inuzuka! —exigió el Hyuuga, sintiendo como el castaño enredaba las manos en su cabello rizado. ¡Imperdonable! ¡No en su hermoso cabello largo y sedoso!—. ¡Auch! —aulló, sintiendo como este le jalaba con fuerza, jalándole un mechón de cabello de regreso.

— ¡Nunca! —Rugió este, mientras ambos seguían rodando por el suelo en tan femenino encuentro—. ¡Te arrepentirás de haber intentado ahogar un una tanga a Kiba Inuzuka!

— ¡Cierra el pico! —ordenó, antes de mandar la palma de la mano abierta contra su "amigo". El de triángulos en las mejillas lo supo en ese instante; el Juken. Estaba frito. Pero entonces, sucedió lo último que pudo haber pensado en el mundo. El golpe impactó con fuerza en su rostro, siendo todo lo contrario a lo que esperaba.

—…

—…

—… ¡Ahora si te has pasado, Neji! —gritó, antes de que ambos siguieran rodando por el suelo, pero ahora con una nueva modalidad de pelea.

La mujer rodó los ojos. Increíble, ahora se estaban agarrando a bofetadas ambos.


— ¡Nos están alcanzando, maldición!

— ¡Y ya habríamos escapado de no sé porque te paraste a ver esas muñecas en descuento!

— ¡Son figuras de acción coleccionables y estaban al cincuenta por ciento, inculto! —gritó Kankuro, mientras ambos subían las escaleras para intentar de forma infructuosa librarse de los tipos de seguridad del casino. No podían más, simplemente. Podrían pasar meses en una misión, pero cualquiera se cansaba subiendo escaleras, sinceramente.

—Basta —Shikamaru se detuvo, tomando aire a bocanadas. No estaba hecho para esto. Era un vago, joder. Y además fumador; los pulmones y apenas le servían lo suficiente para dormir y jugar juegos de mesa con su sensei—. ¿Por qué huimos de ellos? Somos ninjas Kankuro, podemos detenerlos nosotros mismos.

—Podrás tú. Porque yo dejé mis marionetas afuera. Y yo solo pelea con mis marionetas…y claro, con mi deslumbrante personalidad —agregó, sonriendo de la manera que él considera "seductora".

El Nara suspiró, justo antes de ver a los de seguridad aparecer por las escaleras. Bien, era ahora o nunca. Se puso en posición, se preparó, apunto…

— ¡Los tengo! —celebró, habiendo atrapado a los diez tipos con su Jutsu de control de sombras. ¡Ja, já! ¡Y su madre que le decía que aquello no lo libraría de todos sus problemas! ¡Ya le quería ver la cara a Yoshino luego de esto!—. Ahora estamos a salvo.

Kankuro caminó entre los tipos, que se retorcían y los miraban mal, intentando soltarse del agarre de Shikamaru. Los analizó con ojo crítico, llevándose una mano al mentón, entrecerrando los ojos y soltando varios "Uhm" y "ya veo". Finalmente, se acercó a su futuro cuñado, cruzándose de brazos.

—Pues bien, querido "pensador", dos problemas con tu súper plan.

—Pf, mi plan no tiene fallas.

—Pues aquí los tienes. Uno; ahora, a donde quiera que te muevas…ellos te van a seguir, por lo cual no nos hemos librado de estos tipos —el otro deseó golpearse. ¡Cómo no pensó en eso! Bueno, podía ser porque pensó en doscientas cuatro opciones y esa era la número doscientos cinco—. Y la segunda… ¡que tú estás atado a ellos, yo no!

— ¡Qué!

— ¡Na –jah! ¡Nos vemos después Shikamaru! —celebró el de Suna, empezando a correr lejos de él.

El Nara le miró de la peor forma posible, empezando a perseguirlo con los diez hombres haciendo exactamente lo mismo. Como siendo su sombre, literalmente.

— ¡Regresa aquí, infeliz! ¡O les contaré a todos que juegas con Barbies! —exclamó, agitando el puño, mientras los diez guardias lo agitaban igual que él.


Uno. Dos. Tres. Cuatro.

— ¡Terrmine, hijos de puta! —gritó Lee, antes de soltar el vaso vació sobre la barra. El hombre a su lado farfulló, enfadado, dejando su vaso unos segundos luego de él—. ¡Tómala infeliz! ¡TO-MA-LA!—celebró, mientras se incorporaba. Gaara pudo ver cómo el hombre empezaba a enfadarse, el de expandex acababa de aventajarlos por una victoria. Y no parecía nada contento.

—Uhm…—carraspeó, mirándolo con seriedad—. Lee, calma.

— ¡Gané, gané! Trágate esa, ¡trágatela!

—Lee…

— ¡En tú carra, en tú carra! —continuó restregando su victoria, mientras lo señalaba con el dedo índice. El tipo rechinó los dientes.

—Basta, Lee, deja ya de…

—Oh sí, oh si —para ese momento, el de cejas se había parado sobre la barra y movía la cadera de adelanta hacia atrás sacando a flote todo su sexapple—. Leah gana, Leah gana.

— ¡Por última vez, que tú te llamas Lee!


Caminaban en silencio, con la mirada baja, sin decir ni una sola palabra. Había que ver para creer, era como si en verdad le tuvieran miedo a la "ira" de ese chaparro con bigote. Sasuke simplemente no podía salir de su asombro y molestia consigo mismo. Entrecerró los ojos. Naruto a su lado, los abrió. ¡No! ¡Conocía esa mirada en su mejor amigo, cabello púrpura, antiguo exiliado y que solía ahogarse cuando se ponía bolsas de papel en la cabeza! ¡Claro que la conocía!

Era esa maldita mirada de «Soy Uchiha y hago lo que me da la gana.» ¡Esa era, esa era! La que le puso cuando dejó la aldea, la que puso cuando Naruto había usado psicología inversa en él para hacer que regresara (que no había sido más que un "¿Sabes qué Sasuke? ¡Estamos mejor sin ti, no queremos que regreses a Konoha jamás! ¡Así que sigue siendo un villano durante toda tu vida y vete a la mierda!"; que claramente fue contraatacado con un "¡Yo hago lo que yo quiera, a mí nadie me dice qué hacer!" y su inminente regreso a casa.) La misma que usaba cada vez que se le saltaba su maldita vena orgullosa.

Y la usaba ahora; y eso solo quería decir una cosa…iba a provocar la ira de Bob.

Sasuke carraspeó, afinando su melodiosa voz antes de que saliera de sus labios. El rubio negó fervientemente con la cabeza, tratando de decirle que se callara. El Uchiha sonrió de lado.

"Muy tarde para eso Naruto…muy tard…¡mierda!"

Y antes de lo que se dice 'esternocleidomastoideo', tenía al Uzumaki sobre sí, intentando que no dijera nada. El problema fue que el de ojos azules tomó demasiado impulso y ambos terminaron tirados en el suelo.

— ¡Eres un imbécil, casi me matas! —gritó el antiguamente azabache, mientras se sobaba la cabeza adolorido.

—Cierra el pico, llorón, ¡no hables!

— ¡Pues tu también estás hablando, estúpido!

— ¡Claro que no!

— ¡Claro que sí!

— ¡Basta los dos! —Enseguida, desde el suelo, ambos elevaron su mirada hacia el pequeño y gordito guardia de seguridad—. Les ha advertido y decidieron ignorarme —sacó la linterna que llevaba en el cinturón y se alumbró el rostro. Naruto y Sasuke tragaron saliva; en verdad que era feo el tipo—. Ahora…conocerán la ira de Bob.


— ¡Idiota! —Bam.

— ¡Estúpido! —Bum.

— ¡Infeliz! —Golpe.

— ¡Retrasado! —Contraataque.

La dependienta se pasó una mano por el cabello. En un inicio incluso hacía sido medio interesante, pero ya ni un poco. Cada que alguno decía un insulto, le soltaba una bofetada al otro, y ambos seguían rodando por el suelo. ¿Qué clase de shinobis eran los que protegían su aldea? Ahora empezaría a temer una invasión o algo por el estilo ¿y cómo no, teniendo guerreros que le defenderían a punta de cachetadas?

— ¿Retrasado yo? ¡Soy un genio, pendejo! —exclamó Neji, tratando de quitárselo de encima. Si Kiba Inuzuka creía que le iba a ganar, estaba completamente equivocado. No perdía nunca las peleas. Así fuera la más maricona de todos, ¡no-la-perdería!

— ¿Genio? ¡Ni la cara!

— ¡No me jodas, pulgoso!

¿Pulgoso? —Oh si, Neji oficialmente había cruzado la raya esta vez, había ido muy lejos. Se revolcaron un poco más en el piso y de nuevo enterró las uñas en la ahora cabellera rizada; el Hyuuga maldijo. Qué asco, y encima que las manos del Inuzuka siempre estaban sucias, iugh—. A…mi…nadie…me…dice…¡pulgoso!

Sratch.

Ambos se detuvieron, cual imagen de película barata dañada. Kiba abrió los labios mientras veía hacia su mano derecha; a su vez, Neji sintió como si acabaran de hacerle lo más doloroso y ofensivo del planeta. Le temblaron los labios, se le dilataron las pupilas —cosa que no dejó de sorprender al otro castaño.; anda ya, entonces los Hyuuga si tenían pupila— y se llevó una mano hacia el cabello por inercia.

— ¡MALDICIÓN KIBA QUE TE DEN POR EL…! —gritó, mientras el Inuzuka le miraba entre jodido y arrepentido, con un largo mechón de cabello proveniente de Neji en la mano. ¡Arrancárselo! ¡Le había arrancado cabello! ¡Puto, con todo lo que eso dolía! Tragó en seco, abriendo más los ojos, escuchando tantas groserías juntas que creyó se le caerían los oídos. Mierda, y Neji que parecía tan educadito.


—Ya, ahora no te largas —demando el Nara, mientras tomaba aire profundo y los diez infelices atados a su sombre hacían lo mismo. Joder, que Kankuro corría rápido cuando le convenía—. ¿Haces maratones…o…qué? —Cuestionó, respirando hondo—. Problemático, casi no te alcanzo.

—Ah sí. Es que solía huir mucho de Gaara cuando éramos pequeños. Agarré práctica —confesó el marionetista, encogiéndose de hombros mientras Shikamaru lo tenía agarrado del cuello—. ¿Me sueltas? O creeré que te gusto.

—Ya quisieras…el encanto de tú familia solo lo tiene Temari —lo fulminó.

— ¡Eh, eh! Chavales…ya…dejen de correr…—pidió un tipo de seguridad, llevándose una mano al corazón—. Por favor…

Ah, claro. Y ellos si los habían estado persiguiendo por todos lados. Pues nada; ahora jodeos. Ambos les ignoraron, mientras pensaban qué podrían hacer para librarse de ellos. Y encima, aún no tenían ningún regalo para Kumiko o la rubia Sabaku No.

—Tengo una idea —susurró el de morado de repente, mientras se le iluminaban los ojos como cuando veía maquillaje.

El Nata rezongó. Eso no podía ser bueno.

—No más de tus ideas, Mendokusai.

—Ya que tienes a todos esos tipos atados a ti y copian tus movimientos…haremos una coreografía.

Shikamaru le miró, los dos tipos le miraron. ¿Qué QUÉ?

—Estás loco —argumentó el de cabello en piña, con los hombres asintiéndole y dándole apoyo. Y encima, nadie quería verlo a él bailar, tanto como nadie quería escuchar a Lee cantando o a Sasuke en vestido de baño—. Yo no bailo.

Kankuro pasó una mano tras su hombro enseguida, haciéndolo mirar al horizonte.

—Piensa Shikamaru…piensa —murmuró, con tono ilusionado—. Todos alguna vez hemos deseado tener poder. Tener millones de súbditos a tus pies…—Shikamaru le miró de reojo. Se le empezaba a ir la olla; empezaba a poner medio cara de psyco reprimido—. Que hagan todo lo que tú ordenes, ¡todo! —Sí, líder reprimido. Era obvio que el hecho de que su hermano menor fuera Kage y él no lo había afectado—. Tú, pues solo tienes diez. Y encima…todos tenemos un bailador interno frustrado. Lo sé cuñado, lo veo en tus ojos. Déjalo salir…déjalo salir…

El Nara observó hacia el vacío, con la ilusión marcada en su rostro. Déjalo salir. Si, había una coreografía…que siempre quiso hacer de peque, pero nunca le apoyaron…


Por su parte, el de expandex continuaba celebrando su victoria con toda su inmensa gloria; cosa que no hacía más que exasperar el grupo de matones motociclistas.

— ¡Io…soy…el rey! —gritó, mientras se paraba en una de las mesas, con una manta como capa que sabrá Dios de donde había sacado—. ¡El rey, de ezte bar!

El de ojos claros negó con resignación. Si Lee era el rey de algo, él era la estrella de Jesucristo Superstar.

— ¡Y todoz son mis esclavos! —gritó, elevando un puño al aire. En seguida, sintió las escalofriante y turbadora mirada del Kage sobre él—. Ehm…todoz menos Gaara, perro porque me caes bien, jo.

El hombre que había perdido se incorporó, tomando a Lee del cuello, mirándolo de forma tan fea que hasta podría haber tenido sharigan.

—Escucha, mocoso. Si hay algo que odiamos más que el jabón, es a los críos presumidos. Así que deja ya de echarnos en cara que ganaste…o verás —amenazó, tomándolo con más fuerza del cuello.

—… ¿ver qué? —preguntó, mirándole con interés.

—Pues… ¡pues verás!

— ¡Perro ver qué hombre! Porque si es algo feo no quierro ver…—negó con la cabeza.

— ¡Cállate! ¡Y sí, será algo feo!

El de verde suspiró.

—Ay no, me vas a sacar más fotos de tu hija con tu espoza

El pelirrojo abrió los ojos. ¿Había dicho…o que acababa de decir? Suspiró, incorporándose con tranquilidad, empezando a reunir arena de las masetas cercanas. Justo cuando terminó y se sentó de nuevo en su lugar, la siguiente guerra ninja se había desatado en el bar. Y era de Leah…es decir, Lee contra todos.

— ¡Te voy a partir la cara, cejon!

— ¡Nunca me ganaran y tengo al Kazekage de Zuna conmigo!

— ¡Pues yo no lo veo!

— ¡Aparecerá cuando más lo necesite! O sea…cuando ya me esté cansando y me estén empezando a dar…él llega, no te impacientes…

—Ah, vale.

Gaara le dio un sorbo a su agua mineral. Pasaría un buen rato antes de eso.


Sasuke sintió como un tic nervioso aparecía en su ojo izquierdo. Lo sabía. Y era que lo sabía. ¡Patético, totalmente patético! ¿Y le habían estado previniéndose de no provocar…esa…esa estupidez? Entrecerró los ojos, mirando esa 'cosa' con incredulidad.

—Y aquí está…la ira de Bob —Naruto se inclinó hacia el enclenque perrito, que parecía ser alguna especie de chihuahua muy feo. Temblaba más de la cuenta y les gruñía creyéndose la gran cosa. En el cuello, tenía una placa que ponía el nombre de "Ira". El Uchiha tuvo que contenerse para no meterle un patadón al animal—. He tenido que ir a desesperarla y ahora está molesta. ¿Desearían no haberla provocado, eh?

El azabache giró a mirarle, con el tic facial más fuerte que antes; rechinó los dientes.

—…pues sí, la verdad que acojona —murmuró Naruto, logrando que el Uchiha deseara golpearlo a él también.


Las personas se aglomeraban a su alrededor, mientras él continuaba con el cabello de Neji en una mano y el Hyuuga seguía propinando una lista de innumerables groserías en su contra.

— ¡…Y ASÍ ROMPERTE EL ANÉMICO TRASERO, TU, PEDAZO DE HIJO DE…!

Hizo un gesto. En verdad que Neji sabía muchas palabrotas. ¿Acaso Hinata también? No podía imaginarse a su compañera de equipo ventando la madre como lo estaba haciendo el castaño en ese momento.

—Pero que jovencita más grosera —murmuró una señora mayor entre la gente.

—Se ha perdido la decencia de ser una dama.

—Y tan bonita que es…

—…rica~…

— ¡OTRA VEZ CON LO MISMO! —exclamó el Hyuuga, señalándoles. Lo último de lo que Kiba fue consciente, fue de Neji haciendo un montón de sellos con el Byakugan activado. Mierda, algo le decía que sus enfrentamientos de jalarse el cabello y abofetearse la cara se habían terminado.

—… ¡corran!


Kankuro parpadeó, quince minutos después. No podía ser cierto; este tipo iba a ser el futuro esposo de Temari. Le miró incrédulo, mientras los tipos amarrados a su sombra solo deseaban suicidarse siguiendo los pasos de baile.

— ¿En serio Shikamaru? ¡en serio! —exclamó mirándole—. ¿De todas las coreografías existentes escoges Triller? ¡Estas demente! —gruño, señalándolo de mala forma. ¡Maldición! Ya no quedaba gente culta en esa aldea. ¿Cómo era posible que no hubiera preferido bailar algo de Glee?—. ¡Demente te digo!

.

To be continued...


Sin sentido, sin coherencia, sin razón. Random, Crack!, OoC. No sé si continuar esto conduce a algún lugar, pero bueno. Se actualizará más seguido, os juro, dejen de mandarme cartas-bomba a la casa. En el siguiente, las kunoichis en acción.

Gracias por leer, y por mandarme reviews amenazadores de que continúe o me mandarán a un sicario. Esos son los que más me animan a seguir.