Entro dando un portazo y se fue directo a la habitación. Se dejo caer en la cama con desgano y por primera vez en la vida odio que las sabanas olieran a ella. Dulces jazmines que le recordaban lo que era sentir la suave piel de ella contra la suya y el aturdimiento que le dejaba la experiencia una vez terminada.
Maldita sea ¿Por qué las mujeres tenían que ser tan problemáticas? Era tan difícil complacerlas. Sus halagos nos funcionaban cuando ella decía "me veo gorda" o "este color no me queda" si aceptaba lo que ella decía suponía una pelea por insensible, y si le decía que no era así era un cobarde por no decirle la verdad.
"¿Qué te parece este?" Había preguntado mostrándole un vestido verde esmeralda. Colocándolo sobre su cuerpo cubierto solo por una diminuta ropa interior y cortándole la respiración. En todo lo que pudo pensar en ese momento fue en hacerla suya en aquel pequeño probador.
"Te ver hermosa" Fue su respuesta simple. Apurado por el tiempo y el miedo a que alguien entrara y lo viera en el vestidor de mujeres.
"No es cierto, desvía la atención de mis ojos" Y descarto el octavo vestido en tres minutos. "¿Y este?" Un nuevo vestido azul marino fue la victima de la crítica. Shikamaru tomo una gran bocanada de aire y trago saliva ruidosamente.
"Esta…perfecto" Su mente grito que se fueran rápido. Tenerla en frente luciendo nada más que su ropa interior y modelándole vestido tras vestido era ya difícil. Tal vez acompañarla de compras no fuera tan malo después de todo. Que idiota al pensarlo.
"No, es demasiado escotado" Y un vestido más fue arrojado.
Pero todo tiene límites, y su paciencia por increíble que fuera, también los tenia. Media hora más transcurrió y eso se convirtió en un infierno. El que solo quedaran dos vestidos no ayudo y su "El que sea" tampoco. Jamás debía decirlo, ni mostrar indiferencia.
Se removió en la cama una y otra vez. Miro el cielo estrellado por la ventana y suspiro al oír pasos en la entrada. Se levanto y encendió una pequeña lámpara junto a la cama. Escribió una nota rápida y volvió a recostarse apagando la luz. Poco después la puerta del dormitorio se abrió y su fragancia lo estremeció.
Pero fingió seguir dormido. Casi siempre se quedaba dormido como fuera. El que usara ropa no iba a sorprenderla. Lo que menos quería ahora era continuar con la pelea. Realmente todo lo que deseaba era olvidarse de todo y hacerle el amor hasta el amanecer. Lastima que no pudiera.
La cama se hundió a su lado mientras ella se sentaba y desvestía. Prendió la lámpara y dejo la ropa en el cesto. Regresó a su lado y una suave risa se escucho antes de apagar la luz y acostarse. Shikamaru sonrío, la nota no la enfado, solo la hizo reír. Así se sumió en un sueño profundo.
Al despertar ella ya se había ido. Se levanto con pereza y miro la nota de la noche anterior.
Temari:
"Las batallas contra las mujeres son las únicas que se ganan huyendo."
Napoleón Bonaparte.
Espero que eso te diga algo. A ustedes las mujeres nadie las comprende.
Sonrío pensando que todo estaría bien pero al dejar el papel en su lugar encontró otro. Escrito con la fina y alargada letra de su mujer.
Shikamaru:
"Las mujeres han sido hechas para ser amadas, no para ser comprendidas".
Oscar Wilde.
Claro que me dice algo, baka. Deberías aprender más de un novelista que de un emperador si quieres hablar de mujeres.
PD. ¿Me acompañas de compras de nuevo? Descuida, esta vez nada de vestidos, lo prometo. Solo una rápida visita al departamento de lencería. Te prometo que valdrá la pena.
Shikamaru se dejo caer en al colchón con los brazos extendidos y una linda sonrisa en su rostro. Gracias a dios por Oscar Wilde, porque definitivamente amaba a Temari, pero comprenderla…
Jaja le pregunte a un amigo si de verdad era tan dificil entender y satisfacer a las mujeres y me respondio que le daba miedo responderme jajajaja, de ahí la idea.