TÍTULO:
Por Besarte
DERECHO DE AUTOR:
Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto. El tema "Inalcanzable" es de RBD.
RESUMEN:
Toda su vida, Itachi ha cuidado de su hermano menor. Cuando un desconocido aparece en la vida de lo más preciado que tiene… ¿Itachi podrá neutralizar el Jaque antes de que roben a la Reina?
Edades: Itachi 18-19, Kimimaro 22 y Sasuke 13-14.
Inalcanzable
"Si supieras… que puedo morir por ti"
ItaSasuKimi
Sasuke había entrado a mi habitación. Se acomodó en mi cama y tomó mi teléfono celular para jugar… ¿Qué persona no odiaría que alguien husmeara en algo tan privado? ¿Acaso no era natural irritarse? ¿Qué hacía que ni movía una ceja para recuperar mi privacidad y mandar a la mierda "al impertinente hermano menor"? Yo no permitía que nadie pusiera un dedo en mi celular… Pero era Sasuke y no me importaba que lo hiciera. A decir verdad, la noche anterior había descargado siete juegos nuevos, que decididamente no usaría para mi entretenimiento. Era para la diversión de él…
Parte de esta historia, comienza a entenderse sin que deba decir estúpidas palabras.
Él tenía trece años y yo sabía que todo lo que estaba pensando no era "conveniente". Pero solo tenía que detener brevemente los ojos en él… para convencerme de que no se trataba de lo "incorrecto" que fuera todo lo que estaba sintiendo en este momento. No era cuestión de fingir que jamás había mirado a Sasuke con deseo… Porque actualmente lo hacía, nadie había notado que cargaba con la mayor de las desgracias.
Mantuve el secreto conmigo. Y todo lo que sentía iba permanecer así… como "mi insana calentura por él"… Por qué definitivamente esto no es Amor ¿verdad? Amor es únicamente lo que sienten un hombre y una mujer (Así fue escrito). Y yo también tendría que aceptar este hecho.
Y sé que nada va a suceder entre nosotros.
Sasuke separó sus piernas y sus manos sujetaban mi móvil. Estaba sonriendo… los nuevos juegos, habían hecho que sonriera. Seguí mirando su rostro… sus pestañas negras y su cuerpo que seguía siendo de un niño. Quise dejar de mirar su cuerpo… No podía, ahora que estaba junto a mí. Solo quería verlo.
Trece años a su lado…
Y yo siento que es asqueroso desear a mi hermano menor.
Era Insano.
Era Enfermo.
Era Sucio.
Era Inmundo… Pero…
Había algo que no podía cambiar… y era que Sasuke es el Cielo para mí.
— ¿Te gusta alguien y no quieres contarme? —Sasuke hace un tiempo que dejó de teclear el celular.
Yo que estúpidamente observaba el Cielo, no advertí que Sasuke había notado mi tonto ensimismamiento.
— ¿Qué te hace pensarlo? —respondí, levantando cada letra con firmeza y seriedad.
Sasuke se mordió la boca, tenía miedo de contestarme y no lo culpo. Por alguna razón, mi voz siempre suena… neutra.
—Tus ojos… Es como si todo el tiempo estuvieras suspirando… por Alguien —susurró bajo, como si estuviera secreteando conmigo.
Por un momento no respiré. Así que lo había notado… y es algo que también amo de él. Sasuke puede ver una parte de mí… Porque él activa esa faceta estúpida en mí. Es quien corta mi piel… Es por quien miles de noches, me mantuvo despierto pensando en la profundamente enganchado que estaba con él… Por quien me levantaba a cualquier hora, cuando lo escuchaba toser…
Como si estuvieras (…) suspirando… por Alguien.
Y qué tontería, que yo esté suspirando.
Puedo tener todo…
Pero…
Pero…
—Es cansancio… Lo sabrás pronto —dije y tomé un libro sobre software.
¿A ti lograre tenerte?
Sasuke dejó el celular en mi escritorio y decidió salir. Pero antes de hacerlo, se detuvo en la puerta.
—Debe ser grandioso estar en la Universidad. Serás un Ingeniero informático, es increíble —me felicitó.
Le sonreí. No lo era. No había nada de maravilloso en lo que hacía, solo estaba cumpliendo el sueño de papá… Me era más fácil fingir que era mi elección para el resto de mi vida. Más bien… No tenía una Razón para rechazar las ambiciones de mi familia, si la tuviera… Ya habría renunciado…
Y soy así, dejaré Ingeniería Informática cuando encuentre una Razón. Ahora me resulta más sencillo continuar la trayectoria de mi familia y estar al lado de la persona que lo es todo para mí.
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Las estaciones fueron volando, hace dos meses Sasuke estrenó sus catorce años. Traté de hacerle un pastel… con nefastos resultados y terminé por regalarle un reloj de pulsera.
Levitaba al imaginar la sonrisa de Sasuke. Y seguía perdido en la neblina, me aburría con mis clases universitarias y la razón que tanto esperaba para abandonar lo que no me satisfacía llegó a mí:
—Papá necesito 400 mil yenes —moví mi plato y me limpié la boca, expectante por su respuesta.
"Pein se va para la mierda, Itachi. No es fácil mantener a una familia de cuatro personas, y el trabajo de cajero que tiene en el banco apenas le alcanza para cubrir los alimentos. La deuda, con interés, asciende a 400 mil yenes" Fue lo que Kisame contó en la última reunión que tuvimos.
— ¿Para qué necesita un estudiante en ingeniería informática ese dinero? Dime que es para tu educación y lo tendrás.
—Negocios con Kisame y Nagato. Quiero comprar un crédito —mentí, porque sé que no pondría una moneda por mis amigos.
—Estoy pagando tus estudios en ingeniería, no eres financista.
Mi padre era duro, incluso conmigo.
—Realmente, lo necesito —No tenía otro argumento.
—Vas a esperar a que muera, porque en lo que viva no vas a ver una moneda —clamó mi padre, asustando a mi hermano menor.
Ni una moneda cedería, era lo que me imaginaba. Lo intenté por Kisame, que fue insistente al decir que Fugaku Uchiha era nuestra única salvación. Si fuera cuestión de vida o muerte… Estaríamos muertos por la generosidad de mi padre.
—Tú sabes… de nosotros, en el colegio, siempre dijeron que éramos "Calientes", Líder —Hidan pensó que algo de utilidad podría tener su cuerpo.
"Venderme por dinero" La idea no me agradaba en absoluto. De hacerlo, yo estaría más lejos del Cielo.
—No podría mirar a Konan a los ojos, después de "Eso" —se negó Pein—. Y no quiero que lo hagan para Ayudarme.
—Bueno… Que me paguen por coger a una mujer, no lo hace tan mal —Hidan defendió la idea y esa vez parecía dispuesto a hacer algo por alguien que no era el mismo.
"Venderme por dinero"
—No serán mujeres con buen cuerpo, recuerda que las chicas calientes generalmente se ofrecen a los chicos en los boliches por un trago o se venden ellas mismas… Lo más seguro es que nuestras clientas sean mujeres mayores como Tsunade —Reveló Kakuzu, Hidan hizo un gesto de asco—. Eso… Si no son hombres viejos como nuestro ex profesor Orochimaru —A Hidan ahora se le revolvió el estomago y corrió hacia el baño.
—Yo no quiero que nadie toque a Sasori —se alzó Deidara.
"Tampoco quiero tocar sexualmente a otro cuerpo… y luego sin más, abrazar con las mismas manos a lo más bello de mi vida" Jamás podría tocar a Sasuke, si me vendía. Y sería lo peor… ser incapaz de tocar al menos sus cabellos.
¿Qué otro camino teníamos? Los sueños universitarios de Pein se vieron derrumbados con el segundo embarazo de Konan, él decía que no lamentaba abandonar sus estudios en odontología… No lo lamentaba, pero detestaba no poder hacer algo mejor por su familia. Su pareja, Konan, no había terminado el colegio debido a su primera hija. Cuando la niña nació se dedicó exclusivamente a cuidarla, Konan no contó con la contención de sus padres, que renegaron de ella. Pein no quería que Konan trabajara, eso lo hacía sentir más miserable. Y quería que al menos ella pudiera terminar el colegio, pero ella prefirió no volver y se dedicó a preparar adornos para las fiestas de casamiento. No era mucho lo que ganaba, pero servía para comprar algunos juguetes a las pequeñas. ¿Qué pasaba con los demás? Kisame estaba cursando la secundaria en un instituto privado para adultos, Zetsu trabajaba en una local de comidas rápidas y no podía aspirar a un mejor trabajo, porque solo tenía la primaria completa y desertó del colegio por falta de dinero. La situación de Kakuzu no distaba demasiado, era asistente de un contador público y su sueldo por monedas superaba al de Zetsu. Respecto de Hidan, aún no decidía qué hacer con su vida y trabajaba los fines de semana de barman. Deidara era maquillista y estudiaba "Arte" en un modesto instituto. Los que nos encontrábamos en una situación acomodada, éramos Sasori y yo. Los dos ingresamos a la Universidad de Tokio, él estudia Medicina y tiene por meta convertirse en forense. Yo estudio ingeniería informática, algo totalmente distinto a Sasori. Sin embargo, coincidíamos en algo, ninguno era graduado. Contábamos con pocas materias en la Universidad.
—Existe una manera de conseguir dinero fácil —reveló Kakuzu—. Es mucho más rentable, que la prostitución.
—Kakuzu, sabía que tenías algo —Kisame aplaudió.
—Dilo… —ordenó Pein.
—Servicios fúnebres —Kakuzu no hablaba con gozo, y era evidente que no lo hubiera propuesto de no ser absolutamente necesario.
Sasori enfocó los ojos en su tío, que se sacudió. Era un tema tabú entre cualquiera que se considerara medianamente "decente". Incluso más repugnante que la propia prostitución, el trabajo con los muertos era mal visto por nuestra sociedad. Sin duda, la ganancia proveniente de negocios fúnebres… no era menor, pero tenía el costo del desprecio. Solucionarían nuestros problemas (no eran solo de Pein)... ¿a qué precio?
—Yo lo haré por mi familia. No tienen que seguirme.
Es cierto, ¿tenía importancia que la sociedad completa despreciara a un hombre que comiera por los muertos, si gracias a ese sacrificio él podía mantener a su familia? Pein había madurado. Estaba dispuesto a renunciar a todo por Konan y sus hijas.
—Bueno… es mejor que permitir que alguien toque a Deidara —se sinceró Sasori, trasmitiendo el mismo sentimiento de celos que antes demostró el rubio.
Ante las revelaciones que fueron haciendo mis compañeros, sabía que no habría manera de que me rehusara. Todos entendíamos que un amigo nos necesitaba, y respetaríamos esa ley de "todos para uno…"
—Nunca me gustó la ingeniería informática —sentencié.
No estaba seguro de tener algún interés por alguna de las carreras universitarias, pero estaba convencido de que Ingeniería no era la vocación con que soñé. Y la decisión estaba tomada. Yo… no tenía una Razón para desertar. Y era aquello lo que me ataba a Ingeniería, el hecho de no tener un motivo para continuar, pero tampoco uno para abandonar. Ahora lo tenía.
Los ojos de Pein estaban algo vidriosos, Hidan gritó que "el Líder" estaba llorando y los demás se fueron turnando para dar un golpe al hablador. Mientras que yo imaginaba qué me diría papá, cuando le dijera que no seguiría en Ingeniería y en la desilusión que se llevaría mi abuelo.
A pesar de que decidimos apoyar a Pein, seguíamos con el problema del dinero. Había un montón de material funerario que no teníamos, ahí fue cuando apareció Madara. Nos prestó el dinero, que Pein se comprometió a devolver, por encima del disgusto de Madara.
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Pasaron seis meses desde que anuncié en la cena, mi retiro de la universidad. Papá no me habló por tres meses, estuvo un mes sin querer comer… y poco a poco fue cediendo a la huelga de hambre, a medida que lo hacía empezó a mirar con interés a Sasuke, mi hermano menor, al que jamás había prestado atención.
Por ser el primogénito, sería el sucesor de la familia Uchiha y eso lo sabía mi padre. Sasuke al ser el menor, era el hijo predilecto de mamá.
Al haber caído sus ambiciones acerca de mi futuro, el brillo de esperanza se encendió en papá al notar que tenía un hijo menor. Dejó de invertir en mí, destinando todo el dinero y tiempo que poseía en mi hermano menor. Cuando me di cuenta, había inscripto a Sasuke en nuevos cursos y le compró dos raquetas con un estuche profesional.
Sasuke fue distanciándose mucho más, ya antes de que cursara la secundaria tenía la entrada a mi habitación prohibida por papá. Pero yo encontraba el modo de estar con Sasuke, al igual que Sasuke se colaba en mi cuarto a escondidas. Con la situación de ahora… Estaba haciéndose difícil, yo quería compartir un rato con Sasuke.
La pregunta era ¿Sasuke quería estar conmigo? Él ha estado distinto… Se ha tomado con más seriedad todo lo relacionado al estudio. La ternura que siempre veía en sus ojos, se fue diluyendo con una premura que no era normal. Como si la infancia hubiera mutado en adultez en una noche.
¿Tenía un tiempo de distensión? Al llegar de clases, estudiaba. Los sábados cursaba coreano e inglés, los domingos iba a las canchas de tenis.
Y después de cinco meses, en que comencé a acostumbrarme al nuevo Sasuke Uchiha… Sucedió algo que no esperaba.
Era el partido debut de Sasuke y asistí a su primera victoria del torneo. Tras saludar al rival que derrotó. Sasuke miró a su alrededor, las personas estaban pegadas a las rejas que contenían la cancha. Sasuke solamente miró… hacia un hombre que estaba parado a varios metros de las rejas. De cabellos blancos y recogido ligeramente. Sus ojos eran verdes y vestía con una camisa lila.
Fue una mirada… Solo una larga mirada. Pero sabía que Sasuke no contemplaba por demasiado tiempo a las personas, y menos con una… verdadera sonrisa.
Ahí fue… cuando comprendí todo.
Agarré a una chica que tenía el uniforme de Sasuke, y le pregunté por el hombre de cabellos blancos. Ella me dijo:
"Kimimaro Kaguya"
El nuevo profesor de filosofía e historia mundial.
Este sentimiento que controlé durante años, patinó sobre el césped. Caminé hacia Sasuke… Yo quería saber quién era Kimimaro en su vida.
Cuando vi que Sasuke dejaba su raqueta en la banca y se iba para los sanitarios, decidí ir tras él.
—Sasuke, quiero que hablemos —Yo no pedía las cosas, era mi forma de ser y no la cambiaría… Solo por morir por él.
Él se detuvo al escuchar mi voz, estaba asombrado de verme en las canchas y se contuvo de preguntar por qué estaba ahí. En lugar de eso él dijo:
—Quince minutos.
Han pasado meses, no llegaban ni a ser años de distanciamiento para que Sasuke aceptara… con una aspereza, que no concordaba con su rostro de Ángel.
—En este momento… ¿Estás interesado en alguien? —Fui directo.
Retrocedió un paso, sus cejas subieron unos milímetros… Fui capaz de notarlo, porque no quité mis ojos de los suyos.
— ¿Es una broma? Quién podría interesarme, todos son prescindibles —respondió Sasuke.
Sasuke apretó con fuerza el mango de la raqueta, y continuó su camino hacia las canchas. Yo lo sé, que su voz no es tan segura como debería ser.
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El martes a la tarde, estaba en casa leyendo el diario. Mamá había salido con unas amigas y yo estaba almorzando a las cuatro de la tarde. Papá llegó a casa gritando: El "Profesorcito" está confundiendo "Mi Orgullo" ¡Yo voy a aplastar al insecto! Siguió gritando, a la par que se oyeron ruidos de golpes. Se acerqué a él, dejando mi almuerzo por la mitad. Los ojos de papá vibraban y estaban a punto de caerle de la cara, que estaba totalmente roja. Aunque hace un tiempo dejamos de hablarnos con la naturalidad de padre e hijo, esa tarde terminamos hablando. Papá también sabía de Kimimaro y por lo que contó fue a darle un ultimátum.
Papá estaba decidido a separar al profesor de Sasuke a como diera lugar, porque estaba convencido de que Kimimaro había seducido a mi hermano menor.
El sábado el equipo de Sasuke tenía un partido de segunda ronda y fui… aún cuando presentía que el profesor también estaría en el partido. Jamás me había perdido un juego de Sasuke y no lo haría solamente porque el profesor estuviera allí.
Llegué a los minutos que comenzara el juego de dobles. Me posicioné bajo un árbol, para no ser notado por Sasuke. Sé que pensaba que no estábamos interesados en los partidos intercolegiales, que eran de la menor categoría en los torneos de tenis. Quizá nuestra familia no consideraba a esta competencia como digna de presenciar, pero… a mí no me interesaba que fuera un juego amistoso o que se estuviera enfrentando a los peores del torneo… o que tan solo viera a Sasuke jugar por cinco minutos.
Era el Cielo… verlo correr en el césped… o como el polvo de ladrillo se adhería en sus medias.
Porque por más que Sasuke negara disfrutar del tenis… Yo sabía que era lo único que practicaba con placer.
En sus ojos veía, esa felicidad que escondía.
Sentí que alguien puso una mano en mi hombro. No volteé, ya presentía que de quién se trataba. Por alguna razón él me conocía:
—Uchiha Fugaku me visitó esta semana ¿Qué tan serio es? —cuestionó el profesor.
Opté por seguir con la vista al dobles compuesto por Tenten y Lee. Iban 1-3 abajo, no estaban presionando al rival y Gai aún no daba indicaciones. Conocía el juego del par y sé que optaron por probar al rival antes de contraatacar. Neji tenía los ojos cerrados y Sasuke estaba leyendo un libro, a la espera de su turno.
—Sé que lo sabes, no te molestes en negarlo… Eres su primer hijo —prosiguió Kimimaro, moviendo una lata de gaseosa.
Un dato tenía del hombre, al menos no perdería a Sasuke a manos de un tonto. Y… ¿Todavía sigo con el imposible sueño de tener su cariño?
—Si usted se queda, mi hermano menor será enviado a Inglaterra —terminé por decir.
Mi padre juró que enviaría a Sasuke a Inglaterra o cualquier destino fuera de Japón.
—Tan así es… —Kimimaro resopló y sorbió de la lata.
Tuve ganas de golpearlo. ¿Era su forma de responder? ¿No entendía que Sasuke iba a estar solo en un país desconocido?
—En realidad, Sasuke tendría que haberse ido hace un año. Logré convencer a mi padre de que lo mejor era que Sasuke se quedara en Japón y estudiara en la misma universidad que nuestro abuelo —No había necesidad de hablar de más…
Pero por alguna razón, que no comprendo, quise decir a Kimimaro que yo estaba allí. Cuando él no estaba.
— ¿Tengo que agradecerte el haberlo conocido? —El profesor me desafió, había revelado que su fijación en mi hermano no era normal.
La desesperación más grande la tuve hace unos días, cuando Sasuke y él se miraron intensamente en el partido de tenis. Porque las palabras no lastiman como lo hacen los gestos… (Si Kimimaro y Sasuke me dijeran que se aman, creo que no me dolería más de lo que sufro cada día. Pero si continúan ansiándose con una mirada… Yo no puedo decir que seré "Fuerte") Una persona elije qué decir (Yo puedo expresar que estaré feliz con su Felicidad), pero es más complicado controlar el cuerpo (Y no dejaré de sufrir… por solo sostener que "su felicidad es mi felicidad"). Ellos no simularon y se contemplaron como dos personas que comienzan a entender que en esta vida existen los latidos sincronizados…
O no.
Es hablar con demasiada profundidad.
La realidad era ésta: Kimamaro era joven, pero seguía siendo un adulto. Sasuke era un menor, un niño protegido por leyes japonesas, por jueces, policías… Y…
Por mí.
Sasuke era un ángel… que además tenía un "Demonio Guardián", que profesaba una protección ininterrumpida a su alrededor.
— ¿Por qué… un profesor se interesaría en un alumno? —pregunté con una suspicacia que dejé entrever, precisamente con el fin de que lo percibiera.
No confiaba en un recién llegado, Sasuke tenía solo catorce años… y yo no permitiría que se le acercara con una intención lasciva.
—Sasuke quiere sobresalir en todas las asignaturas, inconscientemente lo hace siguiendo una imagen de alumno. Pero… cuando juega al tenis es distinto, él dice que va por la victoria… Como si se tratara de otra prueba. Sin embargo, hay algo más. Al tener la raqueta en las manos… El brilla sin darse cuenta. Quiero que lo vea… Es maravilloso. Todo en él… es maravilloso —manifestó el profesor.
—Qué puede saber una persona que solamente le da clases hace unos meses—enuncié con el ardor de los celos.
Y creo que ese fuego llegó a quemar su piel:
—Yo sé lo que estás sintiendo… Que estoy escalando mucho más rápido que cualquiera que haya estado cerca de él. Para mí es posible llegar al corazón de Sasuke… Y tú lo sabes, en tus ojos veo que tienes miedo de que me quede con tu hermano menor.
Ya no había ninguna sospecha, se trasformó en una verdad con sus últimas palabras.
"Él estaba interesado en mi hermano menor"
—No tienes ni idea de lo que siento —respondí con frialdad, pero sin desesperarme.
Lo dije antes… Kimimaro puede decir que ama a Sasuke, más no lograra lastimarme. Del otro lado… Sasuke puede dejar de negar que algo siente por el profesor, pero no me lastimara… El daño me lo harán, con las miradas que lleguen a darse… Si hay conexión, sería el final para mí. Solo me quedaría la dicha de seguir viviendo sin un corazón.
Y qué es esto… "Yo sé lo que estás sintiendo".
¿Qué mierda podía entender de mis sentimientos? No es miedo a perder a un hermano… Es el Temor a que se Robe lo más preciado de mi vida. Yo no podía luchar… Estaba seguro de poder derrotar a Kimimaro en cualquier campo, si el desafío fuera distinto.
Pero esta vez… No se trataba de mí, o sí… Era el hermano mayor de Sasuke. No podía cambiar el hecho que hubiéramos nacido de la misma mujer.
Yo solamente podía ver como alguien más me arrebataba la felicidad. Pero definitivamente éste no era el momento.
Kimimaro dejó la lata de gaseosa sobre el césped, dijo que iría por otra y me preguntó si quería una, mi respuesta fue:
—Sasuke tiene tan solo catorce años… Eso debería bastarte para que te alejes.
Kimimaro guardó silencio, se fue y no regresó. Sasuke ganó en veinte minutos de juego con un rival que despachó con un contundente 6-0 y con la mirada volvió a buscar por los cabellos blancos del profesor, que finalmente no encontró.
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Traté de no pensar, no quería creer que me despediría de Sasuke. Los días seguían pasando y Kimimaro continuaba dando clases en Konoha, desafiando a mi padre. Al final uno de los tendría que irse, no quería que fuera Sasuke. Aunque debido a lo que yo sentía, que Sasuke se alejara… era lo mejor. Por mucho que quisiera olvidar este enfermo cariño, no tenía la fuerza para distanciarme de lo más preciado en mi vida. Sería como una solución.
Pero también… Me negaba a separarme de Sasuke y pensaba en sabotear el avión en que se subiera.
Y cada noche, al llegar a casa y no ver a Sasuke… Iba con desesperación a su habitación.
Esta noche no fue la excepción. Mi madre se estaba bañando y mi padre aún no se encontraba en casa. Y yo con el temor de que Sasuke estuviera en el aeropuerto con papá, me precipité a la habitación de él.
La puerta estaba abierta, escuché los gemidos desde el instante en que había entrado a la casa. Mi corazón estaba agitándose, con prontitud me acerqué al origen de mi tortura. Y vi, lo más triste que pude encontrar en ésta vida.
Sasuke estaba agazapado a los pies de su cama. Aún traía puesta la ropa del colegio, a un lado estaba el bolso en que llevaba sus libros. Y esto me decía, que desde que había llegado del colegio se mantuvo en su habitación. Todo el dolor que jamás había mostrado en estos años, fue revelado y multiplicado.
Caminé hasta estar a unos centímetros de él. En esa oscuridad, pude ver que temblaba. Me agaché, doblando una pierna y apoyándome en mi rodilla izquierda, como el príncipe azul de los cuentos hadas. Sonreí con el pensamiento, porque estaba dispuesto a serlo. Con mi mano derecha levanté su mentón. Lo toqué… sentí su piel en mis manos… Fue la sensación más maravillosa que tuve en este día.
Pero estaba lejos de estar cerca de él.
Porque… la tristeza que habitaba en sus ojos, no era por mí.
—Se fue… Se fue… —murmuró Sasuke.
Era por Kimimaro Kaguya. Respiré con alivio, gracias a alguna divinidad Kimimaro eligió irse.
Duele… Lo sé… sé cuánto duele, Sasuke.
Era el instante para rodear con mis brazos su cuerpo.
—A mí tampoco me importa —aseguró y se levantó.
La reacción que tuvo, me sorprendió. Tuve la esperanza de que intensamente sufriera… Así es quería que la partida de Kimimaro fuera dolorosa, porque soñaba con acurrucarlo en mis brazos hasta que dejara de llorar. Soy una mierda, por pretender sacar provecho de su sufrimiento. Pero era lo que ambicionaba… Verlo vulnerable para tener la excusa perfecta para trasmitirle calidez… Esa calidez que hace tiempo no me pedía.
Moría por que volviera a lanzarse sobre mí.
Desafortunadamente, nada de eso sucedió. Yo ni siquiera tuve la oportunidad de consolarlo.
[Yo… Estoy suspirando, de nuevo…]
Sasuke no se permitió mostrar el dolor que atravesó su corazón. La semana de exámenes estaba cerca y él se internó en la biblioteca. Pudo superar la partida de Kimimaro desviando su atención en el estudio y las prácticas de tenis. No rechazó ninguna invitación del abuelo, que cada mes demandaba la asistencia de su nieto menor en las reuniones con ingenieros civiles. Sasuke estaba siendo presentado como el Futuro Ingeniero de la familia Uchiha, como anteriormente yo había sido presentado como el Ingeniero en Informática. Solamente yo sabía lo que estaría sintiendo…
Con el extenso horario que Sasuke manejaba, las reuniones de ingenieros a las que asistía, las clases particulares y sus clases de hipocresía con papá… Nuestro tiempo se acortó mucho más. Yo no podía estar físicamente cerca de él.
Pero yo me prometí cuidarlo… Desde las sombras, estaría por siempre protegiendo cada paso que diera. Yo sería la sombra que no se desprendería de sus pies.
Yo estaría ahí, para él.
Alcé las manos lo más alto que pude, el Cielo…Jamás llegaría a tocarlo.
El sol castigaba a mis ojos, resistí el golpe de los brillantes rayos.
Es Real… Tan Real que Duele.
El Cielo…
(Sasuke)
Es hermoso… el Cielo es Hermoso.
(Él es Hermoso).
No podía escalar para llegar al Cielo, mis manos habían sangrado durante un tiempo incontable… La meta era Inalcanzable para mí.
Jamás tocaría al Cielo.
Pero era feliz… Estaba cerca de él…
Sasuke no siente lo mismo…
[Duele]
Pero el saber que jamás llegaré a alcanzar su Corazón…
No me detiene.
No me desilusiona.
Yo…
Por siempre estaré a su lado.
[Toda la vida… otouto]
FINA-…..
¿Pero por qué esa carita? ¿No quieres que termine…?
OK…
Continúa en Holograma…
Quise hacer una especie de introducción a Holograma con esta historia. Porque no logramos ver mucho a Itachi y sé que ese abrazo del tercer diario dejó a más de una/o pensando.
Nota:
Servicios fúnebres: En Japón es una tarea bastante redituable, pero mal visto (es considerado peor que la prostitución). Recomiendo la película "Okuribito" (Final de Partida), para quien quiera internalizarse en el tema.
Éste es el trabajo de Itachi y quería guardármelo para que fuera la sorpresa en "Holograma". Habrá otra *guiño*
ItaSasu es sinónimo de Amor Verdadero
Oyasumi, matta ashita