Outers estaba lleno de actividad al llegar los hermanos Kou, dentro Rei Hino y su abuelo estaban envueltos en protestas. Michiru caminaba con una carpeta, y Setsuna apresuraba a sus empleados.

Michiru saludó a Seiya en cuanto lo vio, tomando su mano ligeramente. "Hola, Seiya. Estoy tan feliz de notar que trajiste ayuda extra. Haruka ha estado fuera el día entero envuelta por las promociones y todo aquí es un lío sin ella, tenemos tanto por hacer. No sé como vamos a terminar antes de la noche inaugural."

"No seas tan dura contigo misma, Michiru." La regañó suavemente. "Creo que todo marcha a buen ritmo. No… no te preocupes tanto, ya verás que estaremos en orden antes de la fecha inaugural."

"Lo será ahora que estás aquí." Sonrió encantadoramente colocando su mano en el brazo de Seiya y caminando con él por el lugar. "Ustedes tres, caballeros, puedes comenzar a tomar esas cajas y moverlas a…"

Seiya interrumpió a Michiru rápidamente. "No tan rápido, Michiru. Será un placer ayudarte con los preparativos, aunque, no estoy tan seguro de esos dos." Dijo refiriéndose a sus dos hermanos quienes estaban varios pasos atrás. "Pero realmente venimos aquí a hablar de negocios."

"¿De negocios? ¿Decidiste aceptar el trabajo, Seiya? ¡Eso me hace tan feliz!"

"Lo he decidido. Y también mi hermano menor, Yaten." Sonrió mirando a la hermosa mujer delante él.

Michiru se quedó sin habla por un momento mirando a los dos jóvenes, antes de sonreír y arrojarse hacia los dos abrazándolos y besándolos en la mejilla. Yaten hizo un gesto de desagrado y casi intenta empujarla lejos de él. Pero Seiya se dejó mimar porque desigual a Yaten a él le encanta tener la atención de Michiru

"¡Son nuestros redentores, lo juro!" Dijo después de separarse, momento que eligió Yaten para apartarse aún más de ella. "Por supuesto, ya hemos conseguido algunos hombres para nuestro trabajo de nudistas, pero necesitábamos algunos con cierto, brillo, como ustedes. Con ustedes contaremos con mucho éxito en la noche de apertura."

"Michiru, ¿has visto a mamá?" La voz resonante hizo girar el rostro de la mujer.

"No, Haruka atiende asuntos de papeleo. Adivina quienes nos ayudaran trabajando aquí."

"¿Malachite?"

"No, sal un momento debajo de esa barra y ven aquí"

Una cabeza rubia se asomaba desde la barra.

"¡Seiya, Taiki!" Gritó Minako acercándose a ellos, pero se detuvo fría cuando miró al más bajo de los tres.

"¿Yaten?"

"¿Mina…? Debí imaginarlo…"

Ambos se dirigieron sonrisas cínicas.

"Vaya, no imaginé que tomarían el trabajo, bueno de Seiya si lo imaginé, pero Taiki y tú... ¡No puedo esperar para ver a los tres allí! ¡Desnudos!" Señalaba animadamente el escenario. "Y estoy segura que estarán maravillosos." Agregó ansiosa, dirigiendo toda su atención en Yaten y Taiki.

Pero el mayor de los tres rápidamente negó con su cabeza. "Minako, creo que malinterpretas la situación. No me desnudaré. Solamente Yaten y Seiya."

El peligris le dio una mirada malhumorada.

"No lo haré si tú no lo haces"

"Vamos, Taiki, me sentiré más apoyado si lo haces con nosotros." Sonrió Seiya.

Yaten continuó. "Sí, Taiki, un verdadero Kou no puede dejar a sus demás hermanos…. solos y desnudos."

Michiru sonreía ligeramente y Minako sofocó la risa con su mano. "No sé de cuantas formas incestuosas ese comentario se podría tomar."

Yaten, Seiya y Taiki ensancharon sus ojos asqueados cerciorándose de apartarse un poco de Minako.

"Considerando la situación, supongo que… también puedo hacerlo. Y quizá sea entretenido."

"Gracias Taiki, es un gesto realmente hermoso de ti." Pronunció dulce Michiru y Taiki se vio obligado a sonreír.

Michiru pareció mirar alguien tras Taiki así que fue hacia él quien bajaba unas cajas pesadas en el suelo. "Y ahora, creo que es tiempo de conocer a mi cuñado. Él está allí y es buena idea que vayan conociendo a sus compañeros de trabajo antes de…." Tomó del brazo al joven, llevándolo hacia los hermanos Kou.

"Gracias por venir, Motoki. Hay unos chicos aquí, quiero que los conozcas." Lo llevó hasta los tres jóvenes. "Ya conoces a Yaten y a Seiya, pero él es Taiki su hermano mayor."

Motoki cabeceó cortésmente a los hombres, de igual forma ellos lo hicieron.

Minako reía sonoramente, acercándose a su hermano. "¡Se desnudarán contigo! ¡Todo será fabuloso, ya lo verán!"

Escucharon una voz y Seiya, Taiki y Yaten giraron hasta notar a Rei y a Takeshi Hino detrás.

"Tengo buenas noticias, Señor Hino." Dijo Michiru sonrientemente, tocando el hombro de Seiya. "Estos cuatro hombres maravillosos aceptaron venir aquí a desnudarse."

Rei dio una expresión indignada. "¿Cómo puedes pensar en hacer algo así? Éste club es obsceno. ¡Éste lugar debe ir al mismo infierno donde pertenece! y Abuelo, no puedo creer que este ayudando a convertir la ciudad un centro de perdición."

"¡Oh! Cállate Rei" Soltó Minako, momentáneamente olvidando que el abuelo de Rei era uno de los inversionistas. "Es una gran idea. ¡Las chicas adoraran venir aquí para comerse con la vista los cuerpos espectaculares de estos hombres hermosos!"

"¡No estés tan alentada, no todas somos como tú!" Contestó fría la sacerdotisa. "¡La noche de inauguración será un fracaso porque ninguna mujer querrá venir aquí!"

"¡Pues, yo digo que sí vendrán! No existe un club similar por los alrededores así que triunfaremos. Y si no fuese de esa forma, no trabajaría aquí."

Rei miró a su Némesis con un centelleo irascible.

"¿Trabajas aquí?"

"Así es. Desde ahora. ¡Soy la preparadora oficial de todos los chicos! ¡¿Qué mujer puede decirme que éste no es su trabajo soñado?" Alegó orgullosa Minako.

"¡Yo puedo! Eres un resumen de todo lo que detesto en una mujer. Me voy de este lugar despreciable." Moviendo de un tirón el cabello sobre su hombro, Rei Hino se fue del club.

Los hermanos Kou miraron toda la escena sin decir palabra.

"Ella volverá… Rei dice que no puede aceptar esto, pero puedo asegurar que es quien más lo disfrutará." Pronunció el viejo Hino a él no le interesaba la moral del club, todo lo que le importaba era que un club nudista masculino atraería mujeres hermosas.

"Toda mujer en la tierra amará éste sitio una vez lo hayamos inaugurado." Aventó Michiru, despreocupada absolutamente por la discusión entre las jóvenes. "Éste lugar arderá en calor, definitivamente, y... ¡Ohh! olvidé decirles otra cosa." Dio vuelta de nuevo a Seiya, Taiki y Yaten, pareciendo el último algo nervioso. "Surtiremos sus… provisiones, aquí, pero existen una serie de cosas que deben comprar."

Seiya, Minako y Motoki sabían exactamente a qué venían las palabras de Michiru y rápidamente giraron sus cabezas para ver la reacción de Taiki y Yaten.

"¿Qué cosa?" Preguntó el peligris inocentemente.

"Es lo que necesitan usar bajo su ropa." Normalmente, Minako no sentiría nervios al hablar de estas cosas con cualquier persona, pero tratándose de Taiki y Yaten trataba de ser cuidadosa. "Necesitan comprar ropa interior ligera."

Los ojos de Yaten brillaron indagadores.

"¿Disculpa?"

"Necesitas tangas, Yaten. ¿Cierto Michiru?" Explicó Seiya mirando a la peliazul quien cabeceó lentamente.

"Yo... no me pondré una de esas, cosas…." Declaró un aturdido Taiki.

"¡Sí, igual yo!" Convino su hermano menor en una voz obstinada.

Minako suspiró suavemente. "Ya, ya, chicos. Por favor, no hagan esto más duro para nosotras. No tengan miedo… sólo es una tanga."

"Lo que dice, Minako-chan, es verdad." Saltó dentro Seiya. "Estuve horrorizado en un inicio también, pero. ¡Pero todos los nudistas las usan! apenas lo hacen. Podemos ir a comprarlas todos juntos así no sería tan embarazoso."

"¡Será embarazoso! ¡No quiero que alguien me reconozca ahí buscando esas… esas cosas!" Discutió un alterado Yaten.

Minako se acercó a ellos. " Motoki y yo también iremos. Tampoco ha comprado su ropa interior. ¿Por qué no vamos mañana?"

"Suena bien. ¿Qué opinan ustedes dos?"

Taiki miró primero a Yaten, después a Seiya, Michiru y luego a Minako.

"Está bien…" Concedió finalmente, todavía sonando incierto.

"Supongo que por mayoría… entonces iré. Pero no estoy feliz con esta idea." Protestó desagradecido Yaten después de algunos minutos, todavía perturbado en la idea de usar ese tipo de ropa.

"No tienen que estarlo estoy segura que con el tiempo lo aceptarán. Y ahora que están aquí… ¿Por qué no ayudan con esas cosas a colocarlas en el depósito?"

Seiya, Taiki y Yaten siguieron a Michiru por ayuda, desvaneciendo los pensamientos sobre sus uniformes de sus mentes.

Por un tiempo.