Después de todos estos meses ya llegamos al último capítulo. Muchisimas gracias a todos por seguirme hasta aquí. Os agradezco de corazón todo vuestro apoyo y todos vuestros reviews. Os voy a echar mucho de menos, pero tal vez podamos encontrarnos en alguna otra historia en un futuro. Quien sabe.

Os dejos con el final de la historia.

CAPITULO 17

La Madriguera nunca había estado tan engalanada como ese día. La pequeña de los Weasley, Ginny, se casaba, y por todo lo alto. Tanto los padres como los hermanos de la novia echaron el resto y trabajaron incansablemente para que en ese día todo saliera perfecto. Su niña pequeña solo se merecía lo mejor de lo mejor, cosa en la que su novio, Harry Potter estaba totalmente de acuerdo con ellos.

Estaban a mediados de Junio y todo estaba rebosantemente verde y lleno de flores, aún así George había insistido en poner varias guirnaldas por cortesía de Sortilegios Weasley. Molly le había obligado a su hijo a prometer que no iba a hacer nada que estropease ese día tan especial a su hermana, y él la juró que único que hacían esas guirnaldas era que según fuera anocheciendo emitirían una tenue luz. Según George eran totalmente inofensivas.

Todas las mujeres estaban reunidas en la habitación de Ginny, ayudándola a vestirse.

-Por favor, llévate a mi madre de aquí- la suplicó Ginny a Hermione.

Ella consiguió sacar a Molly de la habitación. Su táctica era peligrosa, la dijo que había habido un problema con la comida y la mujer salió despavorida a averiguar que pasaba. Hermione la siguió, eso sí, a una distancia prudencial para que en caso de que la mujer descubriera que había sido todo mentira pudiese escabullirse a tiempo.

-Hola cuñada. ¿Operación de rescate?- la dijo Bill al oído.

Hermione dio un respingo. No la había notado acercarse -¿Cuantas veces te tengo que decir que no me llames así? Ron y yo solo somos amigos- protestó girándose para mirarle.

-Es que no es por ese hermano por lo que te llamo así-

Hermione se cruzó de brazos. –Pues entonces con más motivo- le dijo susurrando, todavía enfadada.

-Sois los dos igual de cabezotas -

Antes de que Hermione pudiera responderle, Luna la agarró por el brazo y tirando de ella la subió hasta la habitación de Ginny.

Su amiga estaba teniendo un ataque de nervios.

Cuando entraron, Ginny estaba intentándose quitar el traje de novia gritando que la apretaba tanto que casi no podía respirar. Hermione se sorprendió mucho, nunca se hubiese imaginado que su amiga se iba a poner tan nerviosa el día de su boda.

Para ser sinceros había que decir que no era la única, la mayoría de los Weasley lo estaban, Luna lo estaba, Fleur lo estaba, ella lo estaba y por partida doble, no solo porque se iba a casar su mejor amiga con su casi hermano, si no que iba a volver a ver a Charlie después de seis meses.

El tiempo había pasado tan rápido…

Solo una semana después de que Harry despertase del coma, él y Ginny se comprometieron en matrimonio. Desde el primer momento ella les ayudó con los preparativos del enlace, la lista de invitados, la comida, la decoración, la música, la acompaño a elegir el vestido y a casi todas las pruebas posteriores.

Estaba de más decir que se sentía muy feliz por sus dos amigos, pero diablos, ella también quería algo como eso, un hombre que la quisiese tanto como Harry lo hacía con Ginny, alguien que estuviese dispuesto a casarse con ella y formar una familia, alguien que la hiciera reír y con él que pudiera compartir sus problemas y sus alegrías, y que la escuchara y…tal vez pedía demasiado.

De sobra sabía que ese alguien sobre el que ella fantaseaba tenía nombre y apellido. Sus iniciales eran C.W.

No había podido olvidarse de él, y Merlín sabía que lo había intentado. Hermione sabía que Charlie nunca podría ser ese hombre de su imaginación, él nunca dejaría Rumania, ni a sus dragones, además sospechaba que era de ese tipo de hombres que siempre huían de las relaciones serias, pero a pesar de todo ella seguía enamorada de él.

Arthur llamó a la puerta, avisando a las chicas que el novio ya había llegado y que estaba esperando.

Se miró nerviosa en el espejo que habían puesto en el dormitorio, aparentemente todo estaba en su sitio pero lo que antes la había parecido que estaba bien ahora la parecía espantoso. Todo por culpa de Charlie, por querer impresionarle.

"Boba, más que boba" se regañó.

¿Porqué todas las damas de honor tenían que ir vestidas igual? ¿No era suficiente con que Fleur estuviese con ellas? ¿Por qué todo la tenía que sentar a ella mil veces mejor que a Hermione? A su lado ella parecía haberse puesto los restos mal cosidos de su vestido.

Según se acercaba al pulpito que habían puesto en el jardín para celebrar la boda, más la sudaban las manos. Disimuladamente buscó a Charlie con la mirada, pero había demasiadas cabezas pelirrojas entre los asistentes y ella no se fijó con detalle, no quería que nadie se diese cuenta de lo que pasaba.

Se colocaron en su sitio y la ceremonia comenzó. Ginny estaba guapísima, y Harry muy elegante.

Hermione oyó a Molly gimotear y giró la cabeza. El corazón se la paró. Allí, al lado de la mujer estaba Charlie. Sus miradas se cruzaron y…ella dejó de respirar.

Se obligó a mirar hacia delante y seguir el resto de la ceremonia sin girar la cabeza. Falló estrepitosamente, pero esta vez, él no la miraba, estaba pendiente de los novios, así que decidió hacerlo mismo.

Volvió a fallar. ¿Cómo era posible que ese hombre pudiese afectarla tanto?

Cuando acabó la ceremonia, estaba llorando, al igual que Molly, que Arthur, que Luna, que Fleur, que Angelina, la novia de George y que Hagrid.

El resto de invitados comenzaron a aplaudir y a vitorear a los recién casados entre pétalos de flores y chispas de colores, cortesía, como no, de Sortilegios Weasley.

Hermione se hizo a un lado cuando todos los asistentes a la boda comenzaron a acercarse para abrazar a Harry y a Ginny. ¡Vaya! antes no se había dado cuenta, pero Ron estaba agarrado de la mano de una rubia. Ella supuso que sería esa chica de la que tanto la había hablado y que había conocido en la tienda de su hermano George, en donde trabajaba. Se alegraba de corazón por él.

Durante esos seis meses se habían hecho muy buenos amigos de nuevo. Era extraño porque él seguía sin recordar nada de nada y a veces Hermione no podía evitar acordarse de ciertos momentos de su relación, sobre todo al principio en el que habían sido tan felices juntos.

La comida comenzó. Los novios habían decidido que la celebración fuera informal, así que alrededor del jardín habían colocado larguísimas mesas llenas de todo tipo de comida, de las cuales, los invitados iban cogiendo un plato, se servían lo que querían y a continuación se sentaban en alguna de las nueve mesas redondas que habían puesto.

Hermione cogió un plato y comenzó a servirse un poco de ensalada y de asado, aunque la verdad es que no tenía mucho apetito. Mientras esperaba para poder echarse un poco de salsa oyó reírse a una chica, giró la cabeza y se murió de celos. La dieron ganas de salir corriendo y apartar de un empujón a las dos chicas que estaban tonteando con Charlie. Solo sabía que eran compañeras del equipo de Quiddich de Ginny, pero no recordaba sus nombres.

-Hermione, te hemos guardado un sitio- la gritó Luna desde la otra punta del jardín. Ella no pudo evitar sonreír. La hizo un gesto con la mano, cogió el pringoso cucharón de plata y se sirvió un buen montón de la ansiada salsa de ciruelas.

De camino hacia la mesa, alguien la agarró del brazo consiguiendo que parte del líquido se la derramase. –Oye cuñada ¿te importaría…?- Era Bill de nuevo.

- William Arthur Weasley ¿quieres hacer el favor de dejar de llamarme así?- le gritó enfadada.

El se limitó a sonreírla - ¿Porqué estás tan enfadada? ¿No será que estas celosa?-

-¡¡Oh, por favor!! Deja de decir tonterías ¿quieres? Ahora si me disculpas…- Hermione se dio media vuelta para proseguir con su camino.

-Espera- la dijo cogiéndola por el brazo de nuevo. –Te quería pedir un favor-

-¿Qué?-

- ¿Puedes cuidar un momento a Victorie? Es que Fleur y yo queremos ir a darles a los novios su regalo-

Hermione se relajó un poco –Está bien-

Mientras estaba sentada con la niña en sus piernas, Hermione miró como Bill le daba una enorme caja a Harry. No pudo ver que había dentro porque la niña metió la mano en el plato para coger un trozo de carne, así que cuando terminó de quitárselo y limpiarla de salsa, Bill se había marchado, aunque Victorie parecía saber muy bien donde estaba su padre. La niña se puso de pie sobre su vestido y levantó los brazos hacia él. Hermione giró la cabeza hacia su izquierda y le vio, estaba con Charlie, ambos la estaban mirando, Bill muy sonriente, su hermano serio. Ella volvió a prestar atención a la niña, sintiéndose observada, con el pulso tan acelerado como si hubiese acabado de correr una maratón y cuando iba a volver la cabeza apareció Fleur y se sentó a su lado.

Media hora después y con la escusa de ir a coger un trozo de tarta, Hermione se levantó. Allí junto a la mesa de los postres estaba Charlie con una de las dos chicas con las que le había visto tontear, y ella le estaba acariciando el brazo izquierdo. Pues si él actuaba como si Hermione no existiera, ella iba a hacer lo mismo.

Se acercó a la mesa sin mirarles, cogió un trozo de tarta y se marchó como si nada.

Como si nada no, había oído lo que ella le estaba diciendo y la dieron ganas de vomitar.

-… ¿no te parece buena idea? Siempre he querido jugar contigo-

- Si, claro, podemos organizar un partido un día de estos-

Hermione se fue muy disgustada a la mesa en la que estaban Luna y Neville y se sentó con ellos.

La música había comenzado y Luna y Ginny la habían arrastrado a la pista de baile. Entre sus dos amigas habían conseguido animarla e incluso había bailado con Hagrid y con Arthur.

Estaba tan tranquila cuando se acercó Bill y la pidió que bailase con él. Hermione aceptó, pero con la condición de que dejara de llamarla "cuñada" y él se lo prometió. Apenas había empezado la canción cuando él la había dado ya cinco vueltas y Hermione se estaba comenzando a marear, a la sexta se chocaron con alguien y sin apenas darse cuenta de cómo había pasado, Bill se había puesto a bailar con la mujer de la otra pareja y ella con el hombre.

¡Oh no! Era Charlie.

Los dos se quedaron tan quietos como si les hubiesen petrificado, con las manos agarradas como si fueran a bailar un vals.

-Vamos hermanito, que no se diga que los hombres Weasley no sabemos bailar- le dijo Bill dándole con el codo.

Torpemente comenzaron a moverse sin mirarse a la cara. Finalmente Charlie rompió el silencio y la dijo –Voy a matar a Bill en cuanto deje de bailar contigo-

- Yo te ayudo-

- No creo que tengas tantos motivos como yo-

-No se que te habrá hecho a ti, pero a mi leva todo el día incordiándome-

-A mi lleva desde ayer que llegué-

¿Había estado todo un día en Inglaterra y había sido incapaz de avisarla o de mandarla una lechuza? Claro si que en seis meses solo la había escrito una vez para responder a la carta que ella le había enviado, no se podía esperar otra cosa.

Después de unos incómodos segundos de silencio, ella preguntó -¿Os lo pasasteis bien en la despedida de soltero?-

-Si. Muy bien ¿y vosotras?-

-Bien también- le respondió mirando por encima de su hombro.

La música acabó y los dos volvieron a quedarse parados, esta vez, por lo menos no apartaban la vista el uno del otro. La gente comenzó a aplaudir y a vitorear a los novios para que se besaran, en ese momento Hermione aprovechó para darse la vuelta y marcharse.

Era una de las situaciones más embarazosas en las que se había encontrado en su vida. ¿Qué podía hacer? No sabía de qué hablar con él y tampoco podía quedarse mirándole todo el tiempo como una estúpida, y por lo que parecía Charlie tampoco tenía muchas ganas de tener mucho trato con ella, así que se encaminó a la misma mesa donde había estado con Neville y con Luna, pero estaba vacía, así que se dirigió hacia la siguiente más cercana, que era donde estaba Hagrid.

El resto de la tarde fue muy similar, los dos se buscaban constantemente con la mirada, sin que el otro fuera consciente de lo que pasaba, excepto por un par de veces que sus ojos se encontraron, aunque el contacto duraba apenas un par de segundos, ya que rápidamente retiraban la mirada intentando disimular.

Bastante entrada la noche, los novios anunciaron que se retiraban.

Hermione fue a despedirse de ambos y cuando se abrazó a su amiga, esta la dijo al oído – Buena suerte con Charlie- Hermione negó con la cabeza y la sonrió, a su amiga no se la escapaba una.

Varias veces había estado tentada de contarla lo que había sucedido, pero después, en el último momento cambiaba de opinión, no tenía sentido contárselo a nadie.

La fiesta siguió un poco más, y ella cansada decidió ir a recoger sus cosas que había dejado en el cuarto de Ginny y marcharse a su casa.

Charlie necesitaba ir con urgencia al cuarto de baño, llevaba demasiadas cervezas encima. Al salir, oyó un ruido proveniente de la habitación de Ginny y se asomó a ver que pasaba.


Era Hermione que estaba guardando algo en una mochila de color rojo. El miró alrededor de la habitación y la nostalgia le obligó a entrar, ¿o tal vez era la presencia de la mujer que le atormentaba en sus sueños?

-Parece mentira que nuestra pequeña Ginny se haya casado- dijo Charlie.

Hermione dio un respingo y se giró. –No te había oído entrar- le dijo con la mano en el pecho intentando controlar la respiración.

-Lo siento, no quería asustarte- la respondió sentándose en la cama.

-¿Qué haces aquí arriba?-

-Salía del baño y oí ruido. ¿Ya te vas?-

-Si-

Después de unos segundos de observar como Hermione terminaba de guardar su maquillaje en la mochila, Charlie la dijo –Te ves genial- El notó como ella se sonrojaba.

-Si, bueno, gracias, tu también- le dijo después de carraspear. Cerró la mochila, se la colgó a la espalda y se dirigió hacia la salida. – Que tengas buen viaje de vuelta-

Era ahora o nunca. Ese era el momento que él había estado esperando todo el día, tenerla a solas para él -No voy a marcharme- la dijo mientras ella salía por la puerta. El corazón de Charlie comenzó a latir con rapidez.

Hermione se giró confundida -¿Qué quieres decir con que no te vas?-

-Pues eso. Me quedo aquí, no vuelvo a Rumania-

Ella pareció tardar un par de segundos en comprender sus palabras porque le miraba como si estuviese resolviendo un difícil problema de aritmantica -¿Por qué?- contestó finalmente.

- Me ofrecieron una plaza en la reserva de Gales al poco tiempo de llegar a Rumania. Después de los arrestos necesitaban personal y pensaron en mí, me dijeron que a pesar de todo les había gustado mucho mi forma de trabajar y querían tenerme en plantilla- Hermione le miraba con la boca abierta -Así que después de mucho pensarlo y negociar un poco las condiciones, acepté-

-¿Por qué?-

-Vaya, pensé que te alegrarías por mí-

-No es que no me alegre, pero nunca imagine que te marcharías de Rumania, pensé que era tu vida-

- Y lo es, o lo era. Se que voy a echar mucho de menos lo que tenía allí, a mis animales, a mis amigos, pero me he dado cuenta de que lo que hay aquí lo estaba echando mucho más de menos. Me he dado cuenta de que lo que realmente quiero está aquí, que necesito estar aquí –

Después de respirar hondo un par de veces, Hermione le contestó - Si es lo que de verdad quieres, me alegro por ti y te deseo mucha suerte- dicho eso se dio la vuelta e intentó caminar, pero Charlie se levantó de la cama velozmente y la sujetó del brazo justo cuando ella llegaba al umbral de la puerta.

-Espera, maldita sea- Charlie la aprisionó contra el marco de la puerta -Se que tienes derecho a estar enfadada conmigo, pero…- ¿estaba seguro de querer decirle lo que sentía por ella? ¿De querer confesarle que había dejado su vida en Rumania por ella? La miró con ansias, recorriendo con sus ojos cada milímetro de su cara, intentando olvidar todos los meses de separación. ¡Merlín! era incluso más bonita de lo que recordaba.

-¿Qué?- le susurró ella sin aliento. Aunque no se dio cuenta, la mochila que llevaba en la mano se la cayó al suelo.

Ambos estaban temblando, y Charlie se estaba se estaba volviendo loco, tenerla allí tan cerca, tan tentadora, sintiendo la tibia respiración de Hermione en sus propios labios, tenía que besarla, no aguantaba más. Acortó la distancia que les separaba y la besó con ansias.

¡Oh, cielos! La había deseado tanto que se sentía flotar y ella le devolvía el beso con la misma intensidad. Recostándose contra su pecho, la sujetó la cara con las manos y profundizó el beso, devorándola la boca, tomando posesión de ella, demostrándola todo lo que la deseaba, pero de pronto ella giró la cara.

-¿Qué pasa?- preguntó Charlie confundido.

Hermione negó con la cabeza. – Yo no…Charlie, yo…mira, no quiero ser solo un polvo para ti. Eso ya lo he sido y…-

-Eso no es cierto, para mí eres mucho más que eso. ¿Por qué crees si no que he vuelto? ¿Porque echaba de menos las albóndigas de mi madre?-

-¿Qué?- preguntó asombrada.

-Oh, vamos, Hermione ¿no me digas que no te has dado cuenta de lo que siento por ti?- preguntó separándose unos milímetros de ella.

-¿Darme cuenta? ¡Oh, por supuesto que si! porque que el chico al que le gustes no se quiera despedir de ti antes de marcharse a otro país, significa que te quiere con locura, y que después no te escriba ni una sola carta significa que no deja de pensar en ti. Si, tienes razón, perdóname por malinterpretarte- le respondió molesta.

Charlie se alejó de ella y se sentó en la cama – Mira, yo…a mi nunca se me han dado bien las relaciones. Me asuste de lo que tu me hacías sentir y reaccioné como lo hago siempre, salí huyendo. Además estaba el hecho de que has sido la novia de Ron y me siento culpable por…haberte alejado de él-

- Tú no me has alejado de nadie. Sabes de sobra que dejé de querer a tu hermano mucho antes de que entraras en mi vida, pero no me atrevía a romper con él-

-Ya lo sé, eso es lo que me he dicho a mi mismo muchas veces, pero no puedo evitar sentirme así-

Hermione se cruzó de brazos y miró al suelo. Cuando levantó la cabeza y le miró, sus ojos se encontraron.

-Y entonces ¿todo esto significa que ya no estás asustado?-

- Si, todavía lo estoy, pero del hecho de que hayas dejado de quererme- la confesó.

Hermione no le dijo nada y a él comenzaron a sudarle las manos más de lo normal. Su respiración era irregular y el corazón la palpitaba velozmente. "Por favor, que le dijera que todavía sentía algo por él"

-¿Es eso? ¿Ya no sientes nada por mi?- preguntó al no recibir respuesta de Hermione.

La desalmada de ella se tomó toda una eternidad para contestar –Debería decirte que no para hacerte sufrir, pero…claro que todavía siento algo. Siento más de lo que debiera-

Charlie se levantó lo más deprisa que pudo de la cama y se abalanzó sobre ella. La sujetó la cara con ternura y la dijo -¿En serio?-

-Si- le respondió susurrando.

- Sal conmigo- la pidió con una gran sonrisa. Hermione asintió con la cabeza.

Nunca antes se había sentido tan feliz. ¡Ella le había dicho que si! Con el corazón henchido de alegría, la besó nuevamente, pero esta vez ella no se retiró cuando él profundizó el beso y exploró su boca con su lengua.

Cuando oyeron que alguien subía las escaleras se separaron, pero no fueron lo suficientemente rápidos. La chica que había estado tonteando con Charlie todo el día les vio. Ellos se miraron, ambos estaban respirando agitadamente y tenían las comisuras de los labios rojas por la fricción. Volvieron a mira a la chica, que les observaba sorprendida.

Hermione intentó ahogar la risa, pero la fue imposible.

-¿Querías algo?- la preguntó Charlie.

-Perdón, yo…no quería molestar…-

Cuando la chica se marchó, Charlie se giró. Hermione se estaba mordiendo el labio inferior para evitar seguir riéndose.

-Deberíamos ir a un sitio más tranquilo- la dijo él.

-¿Qué te parece mi casa?-

- Perfecto. ¿Qué te parece si te adelantas tu mientras yo aviso a Bill para que me cubra? Podemos quedar en el Caldero Chorreante en cinco minutos-

- No te retrases, Weasley. Llevo seis meses esperando esto-

-No te preocupes, Granger, eso no va a volver a pasar nunca más, porque no pienso volver a separar de ti ni un solo instante de mi vida- la respondió y volvieron a besarse apasionadamente.