Fics de Naruto.

Hinata, el Ángel Guardián.
Capítulo Veinticuatro: ¿Amnesia?

Gracias al Kyubi, Hinata había vuelto a la vida. No le importó a Naruto el hecho de que el mismo Kyubi hubiera podido ser capaz de revivir a una persona fallecida, que hubiera estado escuchando toda su platica o cuando siquiera, el hecho de que hubiera mencionado algo respecto a un trato. Hinata estaba viva y eso era lo que importaba.

—¿Fa-familia? —Hinata miró confundido a Naruto.

—Si, los Hyuga. Donde vive tu hermana Hanabi —Hinata parecía muy confundida.

—¿Qué son los Hyuga? ¿Quién es Hanabi?

—¿Hinata?

—Sí.

—Sabes quien soy, cierto —Hinata asintió y se colgó del brazo del rubio.

—Eres Naruto-kun —sonrió Hinata—. Eres la persona más importante para Hinata.

—No me has olvidado, eso es seguro —habló Naruto viendo a Hinata muy feliz, colgada de su brazo—. Parece ser que solo sucedió con tu familia, los Hyuga.

—¿Quiénes son esos Hyuga que tanto nombras, Naruto-kun? —Hinata se separó molesta de Naruto—. Yo soy tu hermana, Naruto-kun.

Naruto tan solo pudo escuchar la misma voz de hace un momento, que parecía emitir una risa muy fuerte.

—¿Qué hice?

Más tarde, ya en la casa de Naruto. Hinata dormía placidamente en la cama del rubio, abrazada de una de sus pijamas, mientras en la sala, Naruto trataba de descubrir que hacer para ayudar a Hinata.

—Hinata sigue siendo una Hyuga, debería llevarla a la Mansión Hyuga. Pero allá nadie me quiere ver y luego, como les explicaré que Hinata, la que ellos vieron morir hace años… ahora esta viva.

Las dudas eran muchas en la mente de Naruto, si llevaba a Hinata a su antiguo hogar, quizás recordaría. Pero al mismo tiempo, si alguien la veía, como explicaría el hecho de que Hinata, a quien todos los Hyugas habían llorado y enterrado, ahora estaba viva.

—¿Qué haré? —Naruto estaba muy presionado, en especial, porque sabía que Hinata merecía una vida mejor a la que llevaría con él—. Si la llevo a su casa… ¡No puedo!

Sin darse cuenta, Naruto había dejado de hablar consigo mismo y estaba gritando lo que pensaba. Como era de esperarse, Hinata se había despertado y lo observaba desde la puerta de la habitación, sin hacer ruido.

—Hinata debe ver a su hermana Hanabi, ellas se querían mucho.

—¿M-mi her-hermana Hanabi?

Hinata logró escuchar las palabras del rubio. Aunque no era algo que le fuera familiar. Para ella, solo tenía un hermano, Naruto. Todo lo demás, no significaba nada.

—Si logró llevar a Hinata con Hanabi, quizás ellas…

—Naruto-kun. —el rubio volteó asustado al ver a Hinata parada en la puerta—. ¿Quieres que me valla? Es eso, verdad. No me quieres de hermana, por eso inventas todo eso de una familia para mí.

Hinata estaba llorando, verla así, le partía el corazón a Naruto. Le hubiera encantado decirle, que todo eso era una broma, que ella era su hermana real. Pero la realidad, es que Hinata tenía ya una familia.

—No Hinata. Sabes que te amo con mi corazón. Siempre fuiste mi apoyo y mi razón de continuar —Naruto suspiró, Hinata se acercó a él y se sentó a su lado. El rubio la abrazó—. No te quiero abandonar, jamás haría eso.

Hinata le dedicó una sonrisa a su hermano, con esto Naruto tuvo fuerzas para terminar, con lo que trataba de decir.

—Hay una niña, que te ha extrañado tanto o más que yo. Sería cruel de mi parte alejarte de ella.

—¿Una niña?

Hinata levantó la mirada para ver los ojos de Naruto, no parecía estar mintiendo.

—Se llama Hanabi Hyuga. Digamos que, en otra vida, fue tu hermana menor.

—¿Tuve una hermana? —Naruto asintió—. Una hermana menor.

Hinata comenzó a bailar emocionada, al tiempo que repetía: "Imouto".

—Me encantaría al menos una vez, fueras a verla.

—¿Por qué?

Hinata le dedicó ahora una mirada muy tierna y curiosa a Naruto, este no pudo aguantar más y la abrazó de nuevo.

—Tú la querías mucho y siempre me platicabas de ella.

—¿De verdad?

—Tal vez no lo recuerdes ahora. Pero antes, tú y ella eran muy unidas. La querías mucho

—La quería. ¿Qué tanto? —Hinata se acurruco en los brazos de Naruto y lo miró, como si esperara le cuenten una historia.

—Pues, bastante.

Sin embargo, el rubio la decepcionó sin fallar.

—No, cuéntame bien —Hinata hizo un puchero y le dio la espalda a Naruto.

—Esta bien, ella recién había nacido. No llevaba ni mucho tiempo de vida y tu estabas maravillada con ella.

Hinata miró a Naruto de reojo, no quería demostrarle, que su historia estaba cautivando su atención.

—La cargabas siempre que podías y jugabas con ella. Luego paso aquello.

—¿Qué paso? —Hinata se olvido de todo y volteó a ver al rubio fijamente.

—Le salvaste la vida a Hanabi.

—¿Yo sola? —Naruto asintió—. ¡Sii! Soy una heroína. Oye, si la salve, porque no la recuerdo.

—Es difícil de explicar. Recuerdas cuando preguntaste que tanto quería a Hanabi. —Hinata asintió—. Amabas tanto a Hanabi, al punto de sacrificar tu vida por ella.

Naruto no pudo evitar soltar unas lágrimas, Hinata lo miró consternada y toco las gotas que caían por la mejilla de su hermano.

—Estas llorando, Naruto-kun. ¿Por qué?

—Por qué yo soy el motivo de que hubieras muerto.