Aang despertó sobresaltado al oír un ruido junto a él. Miró rápidamente a su derecha y una chica de piel morena, largo cabello castaño y unos grandes ojos azules lo miraba de pie.

-Aang lo lamento mucho, no quise despertarte. Solo he venido por unas mantas, es que mi habitación esta muy fría. - dijo la chica preocupada.

-Tranquila Katara, de todas formas estaba con el sueño ligero. Últimamente he estado un poco dolorido. - dijo Aang, e intento sentarse en su cama. Pero al momento se detuvo, ya que su cuerpo no se lo permitió.

Al notarlo, Katara rápidamente se sentó junto a él en la cama.

-¿Es la espalda verdad? ¿Te esta doliendo la cicatriz? – Le preguntó.

Aang asintió con la cabeza.

Katara se le acercó aun más y deslizó una mano por su espalda. Lo ayudo a incorporarse y lo recostó sobre su pecho. Suavemente, llevo su mano hasta el centro de su espalda, donde pudo sentir la herida cicatrizada.

El alivio fue inmediato. Tan solo sentir esa suave caricia sobre su piel desnuda hizo que todo el dolor desapareciera.

Aang respiró aliviado.

-¿Mejor? – Pregunto Katara.

-Mucho mejor.- Afirmo él con una sonrisa.

Katara también sonrió.

-Bueno será mejor que me vaya, aquí no hallé más mantas así que me iré a fijar en la habitación de Sokka.- Dijo ella, y lo ayudó a recostarse nuevamente.

Besó a Aang en la frente y se puso nuevamente de pie. Ya había abierto la puerta cuando…

-¡Espera! –Exclamó Aang desde su cama. -No te vayas. – Añadió rápidamente.

Ella volteo y lo miro sorprendida.

-¿Dijiste que tu habitación es fría verdad? , esta no lo es. ¿Te gustaría… Pasar la noche aquí? - Pregunto algo inseguro.

Por un instante, Katara se quedó atónita frente a su proposición. Aang se había sonrojado por completo y cuando estaba por decirse a si mismo que era un tonto, ella rió dulcemente.

-Claro Aang… Me encantaría quedarme aquí contigo.

Aang sonrió ampliamente y se corrió a un lado de la cama para darle espacio.

Katara se recostó a su lado y se tapó con su manta. Ambos se besaron y a continuación, con un suave soplido, Aang apago las velas que alumbraban la habitación.