-¡no puedes hacer esto!! -reclamo la pelirosa molesta-
-tú no eres quien para impedírmelo -aviso su madre-
-papá murió hace solo dos meses -se quejo Sakura- ¿tan poco lo querías?
-no es eso, es solo que...
-encontraste un reemplazo -dijo fastidiada- aunque quizás ya lo tenias de antes de que mi papá muriera -murmullo Sakura.
-¡claro que no!! Mi relación con Sasuke empezó luego de que falleciera tu padre
-¿y no te da vergüenza? ¡Podría ser tu hijo!! -grito la jovencita-
-que escandalosa es tu hija -comento un hombre de veinte años, muy apuesto, entrando en la sala de la casa.
-vete al infierno -dijo la pelirosa mirándolo con odio-
-¿para que? ¿Para saludar a tu padre? -pregunto sarcástico-
-¡Sasuke!! -Reprendió la mujer mayor- respeta por lo menos a los muertos.
-y tu controla a tu hija -ordeno el pelinegro mirando a la jovencita con desafió-
-son un asco -dijo moleta yéndose de la casa-
-¿no la detendrás? -Pregunto el pelinegro luego de escuchar como azotaba la puerta al salir-
-déjala -contesto cansada la mujer- pasara varios días fuera y luego volverá.
-hmp...
La pelirosa camino por un buen rato sin saber a donde ir, podía ir a la mansión de la hokague y hablar de su problema, también podía buscar a su sensei Kakashi para descargarse, pero considero a Naruto la mejor opción.
-no lo puedo creer -dijo el rubio-
-lo peor de todo es que vivirá en casa con nosotras -se quejo ella- además, le lleva quince años -comento molesta haciendo énfasis en el numero-
-ósea que el tiene veinte y tu mamá...
-treinta y cinco -termino Sakura por el-
-puedes quedarte aquí cuanto tiempo quieras -aviso Naruto-
-no, claro que no. No les daré el gusto de dejarles la casa de mi padre para que vivan solos y tranquilos. -advirtió ella decidida-
-OK, pero por ahora seria mejor que pasases la noche aquí -dijo su amigo sacando una bolsa de dormir- yo dormiré en el piso y tu en la cama -aviso sonriente-
-bien -contesto ella acomodándose ya que era tarde-
Durmió tranquila, al parecer encontraría la tranquilidad solo en sueños, y los sueños no duraban mucho, así que pronto despertó por los rayos de sol que se colaban por la ventana.
-¿quieres desayunar acá? -Pregunto Naruto-
-no, gracias ire a mi casa.
Tal como lo dijo fue a su casa, para cruzarse con su madre al entrar.
-me voy a trabajar -aviso la pelinegra-
Sakura no respondió ni tampoco presto atención, solo camino a su cuarto y cerro con un portazo.
Mientras tanto el pelinegro se acostumbraba a la casa, ya sabia a que pertenecían todas las habitaciones, donde estaba el baño, la cocina y todo. El único problema en esos momentos era que no sabia en que parte de la cocina estaba el café.
-maldición -murmullo encaminándose hacia el cuarto de la joven-
Subió las escaleras y camino tranquilo hacia el cuarto de Sakura, golpeo y luego de escuchar un "¡lárgate!" entro sin permiso.
-¡¿Qué no me oíste?!! -pregunto molesta-
-¿en donde guardan el café? -Pregunto ignorándola-
-no se, búscalo -ordeno sin importancia-
-tu tienes que saber en donde esta el café, ¡maldición mocosa ya me estas hartando, dime!!
-si quieres café y no lo encuentras... ¡entonces ve y cómprate un frasco de café!!!!! -grito mientras se levantaba de la cama para sacarlo de su habitación y cuando por fin lo logro cerro la puerta con llave.
El pelinegro se fue molesto, era un jounin de la más alta categoría y no tenia porque estar lidiando con una mocosa. Salio de ahí y se fue a comprarse un frasco de café, ya que era mas que obvio que ella no le diría en donde guardaban el café.
Mientras tanto Sakura recordaba que ese día tenia entrenamiento, así que debía desayunar rápido y esperar a Naruto que seguramente pasaría a buscarla.
Se preparo una taza de café, con todas las malas intenciones del mundo y se sentó a tomarla tranquila mientras que al poco rato oía llegar al pelinegro.
Entro a la cocina y la diviso tranquila tomándose una taza de... café. Vio en la mesa una jarra con café preparado, seguramente por ella. Dejo a un lado el frasco que acababa de comprar y se sirvió del que estaba hecho.
Se sentó en frente de la pelirosada, con su taza de café y un frasco con azúcar, luego comenzó a agregarle azúcar a gusto, la pelirosa sonrió.
El la miro extrañado, hasta un poco desconfiado.
-¿Qué es lo gracioso? -pregunto amenazante-
Ella no contesto, miro nuevamente su taza de café y tomo otro sorbo.
El pelinegro la ignoro y tomo un sorbo de café y pronto apareció una mueca de asco en su rostro, se levanto de la silla para gritarle a Sakura, suponiendo que ella había hecho algo con su café, ya que estaba asquerosamente dulce.
Pero antes de que pudiera reclamarle escucho a alguien gritar desde la entrada, y a Sakura decirle que pase.
-hola Sakura-chan -dijo Naruto entrando y viendo a Sasuke levantado mirándola con odio-
-hola Naruto, ¿quieres desayunar? -pregunto sonriendo-
-claro, ah y hola -dijo refiriéndose a Sasuke, que solo por cortesía contesto al saludo-
Naruto se sirvió una taza de café, de la misma jarra que lo había hecho el Uchiha y luego se dispuso a ponerle azúcar.
-ya tiene -aviso Sakura mientras el mayor de ahí la miraba furibundo.
-es cierto, casi olvido que siempre le pones azúcar a la jarra -se rió Naruto.
-maldita mocosa -murmuro con odio el menor de los Uchiha.
-¿vamos? -le pregunto a Naruto luego de terminar de lavar las dos tazas que habían usado-
-si, o llegaremos tarde al entrenamiento.
El entrenamiento la distrajo lo suficiente como para olvidarse de que había un extraño en su casa, también por esos momentos logro olvidarse de lo vergonzoso que era ser hija de su madre.
Claro que tuvo que recordarlo de golpe al llegar a su casa y encontrarlos en el sillón de la sala, a punto de intimar.
-Sakura... no sabia que llegarías temprano -excuso rápidamente su madre mientras la pelirosa subía a su cuarto sin siquiera dirigirle una mirada-
Entro a su cuarto, cerro con llave y se acostó cansada, permaneció mirando el techo por casi una hora y luego cerro sus ojos para descansar. Así se quedo dormida, era tanto su cansancio y sus ganas de escaparle a la realidad que durmió hasta el día siguiente, solo logro despertar con el ruido de su madre saliendo al trabajo.
Otra vez era de mañana, era otro maldito día para ella en el cual, para peor de todo, no tenia nada que hacer.
Se levanto mas desganada que nunca y bajo a desayunar.
Otra vez cruzo miradas con el ojinegro, quien por su parte desvió su mirada ignorando a la recién levantada.
Sobre la mesa se encontraba una jarra de café preparada seguramente por el pelinegro.
Igualmente omitió eso y preparo mas café en otra jarra, no compartiría nada con el.
-tu si que eres una niña malcriada -comento el siendo ignorado-
Ella tomo su café en silencio, luego de eso busco ropa y entro a bañarse, aunque hubiera preferido tener un baño propio. Pero en la casa había dos baños, uno general y otro en la habitación matrimonial donde solían dormir sus padres. Y donde ahora dormía el extraño con su madre.
Espero a que la tina se llenara de agua caliente ya que hacia un poco de frió, luego se baño tranquila, se vistió y se fue.
-abrígate, hace frió -advirtió el pelinegro al verla salir con una remera de tiritas y una pollera corta con unas medias largas.
Ella lo ignoro por completo, ya se había acostumbrado a ser ignorado por la pelirosa así que no le dio importancia.
El molesto extraño, como había decidido Sakura llamarlo, tenia razón hacia demasiado frió para salir así de desabrigada... pero igual se encamino rápidamente al único lugar donde encontraría un refugio y sin tener que comer ramel.
-hola Kakashi-sensei -dijo sonriendo al verlo abrir la puerta-
-Sakura, que raro verte por aquí -sonrió su sensei para luego dejarla pasar.
-no sabia a donde ir... y como no deseaba estar en mi casa... bueno
-no tienes que darme explicaciones, sabes que me alegra recibirte.
-gracias -dijo ella aliviada-
-me entere de lo de tu mamá, supongo que no estas contenta con tu nuevo padrastro -comento sonriendo-
-¿padrastro? Ese hombre podría ser mi hermano -se quejo molesta-
-en realidad no se como Sasuke termino en una relación con tu madre. Se que tu mamá es una mujer muy hermosa y que aparenta tener diez años menos de los que en realidad tiene pero...
-¿pero que? -pregunto intrigada-
-pero Sasuke no es el tipo de hombres que se interese en mujeres...
-¿es gay? -pregunto ilusionada-
-no, no es eso -contesto su sensei- lo que digo es que Sasuke es la clase de hombre que aprecia mas un entrenamiento, que a una mujer. El se convirtió en jounin desde los quince años por ser muy poderoso y hasta hoy jamás se había conocido una novia de el.
-y la primera tenía que ser mi madre -murmullo fastidiada-
Se quedo por largo rato conversando con su sensei, luego al notar que se había hecho el mediodía y Kakashi la invito a comer, así que no tendría que compartir la mesa con el novio de su madre.
Por fin luego de comer y conversar un poco mas con su sensei, se despidió y camino hacia su casa.
Llego y para su suerte no los encontró en nada desagradable, estaban en la cocina, no saludo a nadie como hacia desde que se entero de la relación de ambos.
A su madre la consideraba muerta, y el era un simple extraño.
-sigue enojada -comento su madre triste.
-esa mocosa es una malcriada, necesitas ponerle un limite. Sale y no sabes a donde esta, con quien o a que hora vuelve.
-eso no es cierto -contradijo la pelinegra-
-entonces dime con quien estuvo hasta recién -pidió Sasuke-
La madre de Sakura se quedo pensando, era cierto que no sabia con quien había estado su hija, y tampoco que había estado haciendo. Pero sabia que la pelirosa no era de meterse en problemas ni hacer nada indebido.
-no lo se, ella esta muy moleta con todo este tema de que tu vivas con nosotras.
-¿y que es lo que le molesta? Si ella no esta en todo el día.
-Sasuke nosotras ya teníamos una vida antes de que llegaras, no puedo dejar que cambies todo. Ella se maneja sola, siempre lo ha hecho y eso no cambiara.
-ya veras como cambia -dijo riendo- después de todo, que yo viva aquí tiene que producir algún tipo de cambio.
-Saku ya esta la comida -aviso su madre al verla entrar en la cocina-
-ya almorcé -aviso la joven- ire a ver a Naruto, probablemente me quede a dormir allá -termino de decir mientras que Sasuke no la perdía de vista.
-espera un momento -pidió su madre- Naruto me pidió que le cosiera un pantalón que se le había rasgado... en seguida lo traigo así se lo llevas -dijo subiendo a su habitación-
-¿sabias que tu amigo encierra a un demonio en su interior? -Pregunto Sasuke sonando protector-
-conozco a demonios peores que deberían estar encerrados -contesto ella mirándolo a los ojos por primera vez-
-tienes unos ojos mas hermosos que los de tu madre -dijo al ver los ojos verde jade de la pelirosa-
Esta ultima mencionada volteo inmediatamente su rostro para evitar que el viese sus ojos, se suponía que lo que el Uchiha había dicho era un cumplido pero para ella era una artimaña para ganarse su confianza.
Luego escucho a su madre, se encontraba en la sala hablando por teléfono, al parecer le había sonado el móvil y no había tenido tiempo de buscar el pantalón de Naruto.
-si, dentro de dos semanas podré -contestaba su madre- no, no se preocupe no habrá problemas -afirmaba nuevamente.
-maldición -murmullo Sakura.
-¿Qué pasa? -pregunto el pelinegro sin entender-
Su madre corto la comunicación luego de un amable saludo y se dirigió a la cocina.
-dentro de dos semanas me voy a quedar a lo de Naruto -aviso la pelirosa antes de que su madre hablara.
-pero Sakura...
-adiós -dijo saliendo de ahí, sin siquiera llevar el pantalón que su madre le había cosido a Naruto.
-¿Qué es lo que sucede? -pregunto de nuevo el Uchiha.
-dentro de dos semanas tendré que viajar por unos asuntos laborales, y tenia la mínima esperanza de que ella decidiera quedarse a ayudarte con la casa -explico la madre de Sakura.
-no necesito una niñera -reclamo Sasuke.
-ya lo se. Pero cocinar, lavar, planchar, limpiar... no creo que puedas tu solo, la casa es muy grande.
-ya te he dicho que no me trates como a un niño -ordeno fríamente- no porque seas mayor quiere decir que yo sea un inútil -aviso-
-claro que eres útil... y sabes muy bien en que -dijo guiñándole un ojo-
-me tengo que ir -aviso el luego de un beso apasionado-
-¿A dónde?
-a trabajar -respondió indiferente mientras salía de la casa.
Camino por un rato, en dirección a la oficina de la Hokague ya que se le encomendaría una misión a cumplir en el plazo de veinticuatro horas. Por lo menos eso le había comentado asuma.
De camino a la oficina vio de lejos a uno de los alumnos de asuma, si mal no recordaba se llamaba Shikamaru y casualmente estaba con la jovencita que tanto lo odiaba.
Estaban sentados en la azotea del hospital donde trabajaba ella algunas veces, el se encontraba meditando o algo por el estilo y Sakura intentando distraerlo.
Los ignoro y siguió su camino, aunque los miraba de reojo mientras pasaba, pudo ver a Shikamaru sonreír y distraerse por fin de su meditación.
-y bien... ¿Qué quiere? -pregunto luego de estar un rato en la oficina de la Hokague.
-te lo diré rápido porque se que no te gustara esta misión -aviso Tsunade- supongo que ya sabrás que hay una revolución en la aldea de la arena, y la mayor parte de nuestros jounins están ayudando aya.
El morocho asintió y la Hokague prosiguió.
-bien, por ese motivo nos quedamos con muy pocos ninjas para hacer los trabajos simples y uno de esos trabajos es hacerse cargo de la academia ninja -aclaro la mujer mientras Sasuke entendía a que iba todo.