¡Hola!
Lo siento, lo siento, lo siento, y me pasaría la eternidad disculpándome por este ENORME retraso en la actualización. De verdad que me ha costado sudores (lagrimas no) el escribir este capitulo. Había perdido la inspiración por completo y no os miento cuando digo que el leer vuestros comentarios y releer los viejos me hacían obligarme a estar frente a las paginas en blanco y luchar contra el bloqueo mental. GRACIAS A TODOS POR ELLO.
Se que no tengo excusas, pero espero poder compensaros mínimamente con este ultimo capitulo. Abajo ya continuaré con mis disculpas ;)
Antes que nada, por su puesto agradeceros a todos y cada uno de vosotros que os habéis molestado en escribirme. Gracias, Gracias y mil gracias. Os nombraré uno por uno cuando haga el repaso del capitulo, pues ahora es extremadamente tarde y mis fuerzas me están abandonando. Pero no podía pasar otro día sin actualizar ;)
Advertencias:
-Los personajes de Naruto no me pertenecen así como tampoco la idea en la cual se basa el fic que es del libro "Las edades de Lulú" de Almudena Grandes.
-Calificado M
-OCC
Ahora si, disfruten la lectura:
13. FIN
Corría sin ver.
Lágrimas y lágrimas se derramaban por mis ojos y aún así aquel torrente de gotas saladas no era suficiente para paliar el dolor que oprimía a mi corazón.
No podía ser cierto, no podía ni quería creerme lo que había salido de sus labios. De aquellos carnosos y finos labios que una vez fueron míos… pero ya no lo eran, porque yo había llegado tarde.
Aquellos pensamientos hicieron que de nuevo el corazón se me oprimiera, la presión que se estaba ejerciendo sobre mi pobre músculo era ya casi insoportable, tuve que llevarme la mano al pecho para tratar vanamente de consolarme.
Seguía corriendo, casi sin dirección alguna. Mi llanto me impedía la visión llegando a tropezar en varias ocasiones. Los viandantes que me cruzaba por el camino me miraban asustados, como si yo estuviera loca. Y tal vez tuvieran razón. Tal vez en algún momento de mi vida ( y yo se bien en cual) hubiera perdido la cordura. Y ya era tarde para recuperarla
-Perdón- me disculpé al chocar violentamente contra una persona
-Sakura- creí oír, pero no me di la vuelta para comprobar al emisario de aquella voz. Me daba igual, tan solo me disculpé y seguí corriendo.
"Perdón" me escuché internamente decirle. Sí, perdón. Eso es lo que le tenía que haber dicho a Sasuke. Una y mil veces me tenia que haber disculpado por haberle abandonado, por haber sido una niña infantil, caprichosa, egoísta… una imbecil. Pero ya que mas daba… ya era tarde.
Otra vez la presión de mi corazón. Y las lágrimas seguían siendo insuficientes.
Estaba terriblemente arrepentida y no sabía que hacer. Deseaba que todo hubiera sido diferente, que las cosas no hubieran cambiado, que todo se hubiera quedado de la misma forma que estaba al principio. Deseaba fervientemente que el pasado cambiara.
Sasuke Uchiha era el amigo de mi hiperactivo hermano Naruto y desde el día en el que lo conocí me enamore perdidamente de él. Tenía suerte de que Naruto y él fueran grandes amigos, ya que gracias a eso Sasuke pasaba bastante tiempo en mi casa y así tenia la oportunidad de conocerlo mejor. La diferencia de edad era bastante notoria, yo apenas acaba de cumplir mis 16 años cuando él ya tenia 25 largas primaveras a su espalda, pero aun así no me importaba, lo quería, lo idolatraba de una forma enfermiza e infantil.
Recordé el momento exacto en el que mi vida dio un giro de 180 grados con viento a favor. El momento exacto en el que mis mejores sueños y mis más anhelados pensamientos se hicieron realidad. Aquel día, años atrás, en el que el hombre que se adueñó de mi corazón me invitó a un concierto. Concierto que nunca llegué a ver.
Sonreí. Sí, aquel recuerdo se merecía una sonrisa (aunque inundada por lágrimas). Aquella fue nuestra primera vez, cuando nuestros labios se juntaron por primera vez, cuando vi en sus ojos mi reflejo sabiendo que me miraba exclusivamente a mí, que era yo la única mujer a la que esas negras pupilas enfocaban y ese excitante cuerpo deseaba. Mi primera vez.
Naruto suspiró- Sakura-chan. Han concedido una beca a Sasuke y se va a ir por cuatro años a Nueva York.
…….Silencio.
Ese fue el momento en el que escuché como mi corazón dejaba de latir para dividirse como si de un cristal se tratara en múltiples trozos para caer estrepitosamente contra el suelo.
Recordé aquella escena mejor de lo que hubiera imaginado. Noté una leve pero a la vez intensa punzada en mi dañado músculo. Fue como si mi corazón me avisara de que él también recordaba aquel momento, de que él todavía sufría.
Aquel día en el que el mundo se vino encima. El día en el que comprendí que Sasuke Uchicha era el hombre de mi vida, era mi mundo y que su ausencia significaba mi dolor. Tal y como ahora. De la misma forma que el no tenerlo ahora me hacía daño, mucho daño.
Sin embargo, en aquellos años sabía que él tarde o temprano iba a volver.
-Sakura
Alguien tocó mi hombro con su mano haciendo así que mis piernas se detuviesen, porque como ya había dicho ese hombre tenía una repercusión demasiado grande en mi cuerpo, pudiendo hacer con él lo que se le antojara. Sabía perfectamente que era él y no pude evitar mostrar una gran y reluciente sonrisa en mi rostro.
Me giré lentamente mientras la sonrisa desaparecía de mi cara para intentar darme un toque de mayor seguridad- Sasuke…
Y volvió. Sasuke, mí Sasuke regresó. Y dejando atrás todos mis miedos, él no se había olvidado de mí. Me recordaba, me quería, me anhelaba. Puede que no del mismo modo que yo lo hacía. Sin embargo, él pensaba en mí y me deseaba. Me deseaba como mujer.
Aquel día me lo demostró. Hicimos el amor una y mil veces, cada cual mas excitante que la anterior. En su ausencia muchas partes de mi cuerpo habían cambiado, pasé de ser una niña a una mujer. Pero lo que nunca cambió ni cambiaría serían las reacciones de mi cuerpo a sus caricias.
Sus manos… perfectas, grandes y suaves. Recorriendo toda mi anatomía, haciéndome sentir especial, única, perfecta… Su boca, sus labios en contacto con los míos, mordiéndome, besándome… amándome.
Todo era perfecto.
Pero entonces pasó algo muy extraño, algo que hizo que nuestra vida cambiara para siempre. Entre bocanada y bocanada oí tres palabras de Sasuke, tres palabras que eran más bien como un débil susurro producto de la excitación del momento. Tres palabras que fueron a parar directamente a mi oído y se internaron con fuerza en mi cerebro- Cásate conmigo Sakura
Era el cuento de hadas con el que siempre había soñado. No, era incluso mejor que mi propio cuento de hadas. Vivía en un mundo de nubes, alejado de la tierra, de la realidad. Vivía con Sasuke y el resto de la humanidad me daba igual.
¿Podía acaso sucederme algo mejor?
Volví de nuevo a posarme sobre su pecho y el cansancio comenzó a pasar factura. Poco a poco me iba sumergiendo en el mundo de los sueños mientras sentía como Sasuke acariciaba mi pelo. Y justo antes de dormirme, la ultima frese que hoy fue- Quiero tener una hija igual que tú Sakura.
Y como no, de nuevo Uchiha Sasuke se salió con la suya. Nueve meses después tuvimos a quien ahora es la persona más importante de mi vida, a mi pequeña Imari.
Si que podía. Imari surgió fruto de nuestro amor. Hija de Sasuke y Sakura Uchiha. Una bendición del cielo, la niña de nuestros ojos. Un perfecto reflejo de inocencia, de amor, de bondad…
Estaba en el cielo. Mi felicidad había llegado al punto más alto imaginable. Pero… todo lo que sube tiene que bajar.
Tras unos hermosos años de felicidad, llegaron las dudas, los miedos, las inseguridades, los celos…
Incrédula, estupefacta, sin aliento y sin palabras abrí los ojos hasta su máxima capacidad para corroborar que lo que estaba viendo no podía ser verdad.
Y tan solo un susurro fue capaz de salir de mi boca- Na…Naruto
Las lágrimas volvieron a aparecer. ¿Cuándo había dejado de llorar? Quizás al recordar la felicidad que un día logré alcanzar.
Pero ahora lloraba. Lloré de nuevo al recordar el día en el que un juego dejó de serlo. Cuando compartí cama con mi propio hermano. ¿Por qué lo hice? ¿Por qué cedí? Si, yo no lo sabía. Sin embargo, lo hice. Sasuke me lo pidió ¿Y había algo de lo que él dijera a lo que yo fuera capaz de negarme? ..No, no lo había…
A partir de aquello todo fue a peor. Me sentía mal conmigo misma. Ya no era una niña, ya no creía en los cuentos de hadas, en los finales felices… Todo aquello ya no existía para mí.
Empecé a dudar de mi misma y lo que es peor, a dudar de Sasuke. Creía que al igual que yo él no me vería como a una mujer, una mujer atractiva, que ya no me desearía que buscaría fuera de casa lo que ya yo no conseguía darle.
Y huí. Como siempre hago. Decidí dejarle por miedo, por tonta, por… ni si quiera se bien ahora porque lo dejé. Pero lo hice.
Me sentía sola sin él. Perdida. Toda mi vida había girado en torno a su presencia ¿Qué se supone que debía hacer yo sola? ¿Cómo me iba a enfrentar ahora a ese mundo que había despreciado cuando estuve con él?
Lo añoraba, aunque no lo admitiera. Incoherentemente busqué fuera de casa lo que necesitaba de él. Busqué el placer que él no me daba, busqué los besos que ya no tenía, la sensación de seguridad que me negué, el confort de un abrazo…
Pero nada era igual. Sin embargo, me cegué y caí en una espiral de noche, sexo y lujuria que no me aportaba el confort de sus brazos pero me recordaba el placer de su presencia.
Aunque no era suficiente. Aquel placer dolía, aquellos brazos herían… Mi corazón, mis labios, mi cuerpo solamente le pertenecía a él.
Lo comprendí, lo entendí ¿Pero a que precio? Mi egoísmo e inseguridades me habían salido muy caras.
-Es demasiado tarde, Sakura
Llegué tarde… perdí lo que mas había amado en todo el mundo. Lo perdí… a él. Porque había llegado tarde.
Presión. Mi mano se deslizó al foco del dolor, tratando de paliar aquella insufrible molestia de mi corazón. Las lágrimas me desbordaban. Lo había perdido. Había llegado tarde… Sasuke, mi Sasuke. Ya no era mío…
Me dolía, me dolía mucho el corazón. Y es que mi pobre y maltratado músculo sabia que mis jades no podrían volver a deleitarse con su presencia. Entendía y por ello le dolía sentir la impotencia de que mis manos no pudieran tocarle y se retorcía de dolor al saber que mis labios jamás volverían a poder probar su dulce néctar.
Ya todo estaba perdido, ya que más daba. Su cuerpo y su alma ya no me pertenecían… Sin embargo, los míos siempre serían suyos. Porque mi cuerpo no era de mi propiedad y mi alma llevaba grabado su nombre a fuego.
La decisión ya había sido tomada incluso antes de yo ser consciente. Lo entendí, mi cuerpo no era mío… ya que más me daba…
-¡Ábreme! Soy yo. Es importante
-¿Qué pasa?
-….
-¡Eh!
-Ahora lo entiendo…
-¿Qué entiendes?
-Sakura ha estado aquí ¿verdad?
-…
-Venía a preguntarte porque acabo de verla corriendo como un alma en pena, pero no hay más que verte la cara para saber el motivo
- ¡¿La has visto!? ¿Dónde iba?
-No lo se. No me ha dado tiempo a nada, ni si quiera se ha parado pese a que la he llamado
-¡Tsk! Maldita sea ¡¿Dónde coño irá?
-…No lo se. ¿Puedes explicarme que la has dicho?
- ..Es largo de explicar, de pronto se ha presentado aquí y
-¿Qué es esto?
-¿El qué?
-Estaba en el suelo…. ¡Oh Dios mío!
-¿Qué pasa?
-No… no puede ser cierto… dime que esto no es de ella
-¿El qué? ¿Karin que pasa? ¡Quieres decírmelo!
-¡Tenemos que irnos! ¡Rápido! Creo que está en problemas…
"Espero estar equivocada. Por favor Sakura, no cometas una estupidez"
-Sabía que me llamarías
-Bueno, necesito evadirme del mundo y creo que tú puedes ayudarme con ello
Sassori se rió- Tampoco hacemos milagros. Pero te aseguró que durante estés aquí el mundo exterior no existirá para ti. Lo vas a pasar en grande, hazme caso Sakura- aun con una sonrisa en la boca, la cual estaba empezando a molestarme, Sassori se dio la vuelta y me indicó que le siguiera.
Caminamos por un oscuro corredor hasta llegar a una habitación- Entra aquí. Ellos te prepararán.
-¿Ellos?- le pregunté. Y como contestación solamente tuve aquella odiosa sonrisa burlona, tras la cual aquel hombre desapareció.
Me quedé parada frente a la puerta durante unos segundos, recapacitando mi decisión. Suspiré, ya era tarde para echarse atrás. Ya que mas daba… había acabado en aquel lugar por algún motivo, por lo menos quería saber cual era. Así que decidida entré.
La habitación, si se le podía llamar así, no era más que un pequeño y sucio habitáculo de no más de cinco metros cuadrados, los cuales estaban ocupados con dos taburetes de madera y con una mesilla en la cual reposaba una fea y vieja lámpara de cristal. Las paredes, pintadas con un desgarrador color rojo, estaban ocupadas con varios percheros en los que se podían diferenciar dos zonas: una con vestimentas normales entremezcladas masculinas con femeninas y la segunda y más intrigante llena de pequeñas y oscuras prendas de reluciente cuero.
Allí dentro había dos personas. Un hombre y una mujer que tras analizar fervientemente con su mirada cada una de las partes de mi cuerpo, se miraron entre ellos y sonrieron burlonamente, como si aquella sonrisa fuera la seña de aquel lugar.
-Hola, soy Sakura.
-Tú nombre es lo de menos- respondió secamente el hombre.
-No seas descortés- le contestó la mujer, por la cual empecé a sentir simpatía.- ¿Es tu primera vez aquí verdad Sakura?- la respondí con un cabeceo- No hagas caso a este homo sapiens. Yo me llamo Nora y él es Kaito. Te ayudaremos a vestirte.
-¿Vestirme? ¿Qué es lo que tengo que hacer?
El hombre llamado Kaito, extremamente atractivo (al igual que ella) comenzó a carcajearse de mi pregunta- ¿A que crees que has venido chica?
-Ya estamos de nuevo- dijo Nora y se acercó sigilosamente a mi- Veras Sakura, te lo explicaré. En la otra habitación hay unas personas esperándonos ansiosamente para darles un espectáculo. No te preocupes- me dijo al ver mi cara- Te lo pasarás bien. Solo tienes que pensar como si fueras una actriz improvisando, aunque en tu caso tú no fingirás. Ya que todo lo que sientas va a ser muy real.
Sus palabras tranquilizadoras no cometieron ni de lejos su cometido. Estaba histérica, dudando cada vez más mi estadía en aquel lugar. Quería irme. Pero antes de poder hacer nada Kaito se levantó y me tiró de la ropa desgarrándola como si nada.
Grité del susto provocado por tal acción.
-Tranquila- me dijo de nuevo la mujer y se acercó a mi. Comenzó a pasar su mano suavemente por mi cara y luego bajó por mi cuello hasta llegar a rozar mis senos.- Quítala el sujetador Kaito, me molesta
-Como quieras- y así lo hizo.
Yo estaba estática, alucinada. Sin saber como reaccionar.
Nora comenzó a masajearme los pechos- Son de un tamaño perfecto ¿no crees Kaito?- Mientras hablaban la mujer no cesaba con su masaje, por unos momentos fui consciente de todo y me dispuse a detener la acción. Pero de pronto su mano bajó por mi cintura hasta llegar a mis braguitas. Tocó con sus dedos la delicada tela y tras jugar un rato con ella comenzó a acariciar mi entrepierna con suaves movimientos, de arriba abajo… los cuales hicieron que perdiera de nuevo la noción de realidad
El aludido posó descaradamente su mirada en mí- Si. Realmente es hermosa esta chica. Me preguntó que tal sabrá.
-Solo tienes que comprobarlo- respondió Nora y tras ello tiró de mis últimas prendas existentes, dejándome completamente desnuda.
Lo peor de todo aquello es que no me sentía extraña del todo. Puede que la poca cordura que aun conservaba se hubiera esfumado nada más que llegué a aquella minúscula habitación. No lo sabía y tampoco tenia ganas de analizarlo, pues sin previo aviso sentí las manos de Kaito posándose en mi cadera y su aliento muy cerca de mi entrepierna.
Los suspiros de su boca rozaban directamente con aquella parte de mi cuerpo, la sensación era indescriptible. Aquella cálida brisa, tan cerca… Y de pronto sentí su contacto.
Una lengua húmeda, larga y juguetona. Pero a la vez fuerte y masculina como él. Estaba saboreándome, internándose cada vez mas en mi cuerpo sintiendo todo mi ser… Era realmente placentero… excitante. Los gemidos no tardaron en aparecer en mi garganta y en ser expulsados por mi boca. La respiración se me entrecortaba…
Pero de pronto paró en seco- Está deliciosa. Pero aun es muy pronto para que termines guapa ¿no crees?
-¡OH, vamos! No seas malo- dijo Nora- no creo que vaya a terminar tan rápido ¿no? Se la ve una chica con aguante- dicho esto y sin aviso previo Nora me besó. Primero suavemente, posando sus labios sobre los míos, luego su lengua rozó mi labio inferior pidiéndome paso y sin saber si quiera que lo estuviera haciendo yo se lo dí. Noté como su lengua jugaba dentro de mi boca, como se movía y buscaba a una compañera de juego dentro de la pequeña cavidad.
Mientras hacia esto, sus manos no perdieron el tiempo, una masajeándome un pecho y la otra proporcionándome placer centímetros mas abajo. Entrando y saliendo de mi con sus dedos, primero uno lento y rápido, luego incrustaba dos e iba acelerando el ritmo.
Y así yo fui perdiendo la cabeza, la noción del tiempo, de lo real y lo irreal… Del bien y del mal... Todo era ya muy difuso para mí. Y conseguí lo que fui buscando. Evadirme de la realidad.
Pues a partir de ahí todos mis recuerdos son completamente difusos.
Tras aquella inesperada y placentera sesión Kaito y Nora me vistieron, por denominarlo de alguna forma con un minúsculo y poco practico traje de cuero y me encaminaron hacia una nueva habitación.
Llegamos a lo que recuerdo era una habitación amplia pero increíblemente oscura. La iluminación tan solo constaba de unas céntricas lámparas de baja potencia en el techo con unas bombillas de un extravagante color rojizo.
Dentro de la sala había dos hombres sentados, una mesa en mitad de la habitación en la cual estaba una mujer encadenada de pies y mas a las extremidades de la tabla y recuerdo perfectamente unas cadenas pegadas en las pared, en las cuales terminé yo atada- no recuerdo muy bien el momento exacto-
Pero recuerdo perfectamente el dolor, la impotencia, la frustración, la agonía…
Aquellas cadenas hacían daño. Estaban condenadamente apretadas en torno a mi muñeca impidiendo que la sangra circulara correctamente. Grité, sí, se que al principio de mi estadía les grité a los hombres sentados que me soltaran de las cadenas, pero al no ver el resultado esperado cesé mi intento.
No puedo olvidarme de la mujer en la camilla, de aquel pálido rostro, de los ojos hinchados y rojizos producto del llanto. Era como un alma en pena, como si ya no esperara nada, como si su cara careciese de la esperanza. Pareciera que llevara horas, días atada a aquella mesa y hubiera abandonado toda fe a que la soltaran de aquel lugar.
Y entonces oí la puerta abrirse y con ellas la luz de mis ojos brilló.
-¡Kaito!- me sonrió burlonamente. Sabía que no podía contar con él. La poca coherencia que quedaba en mi débil mente lo sabía. Y recurrí a la última de mis esperanzas.
-Nora, desátame. Por favor…-rogué.
Ella se acercó sigilosamente a mi y rozó suavemente mi cara son sus afiladas uñas- Tranquilízate Sakura. No pasa nada, recuerda lo que te he dicho. No grites mucho… por lo menos no todavía. No quieres fastidiarnos el espectáculo ¿verdad?
Mis ojos se abrieron asustados. Su cara daba miedo. Aquella ya no era la misma chica inocente que me hizo creer en la minúscula habitación. Esa mujer daba miedo y emanaba el terror allá donde estaba su aroma.
-Aflójame las cadenas. Por lo menos solo eso. Te prometo que no huiré
Ella se rió- Por su puesto que no huirás- y pasó de mí.
Mi última esperanza para huir de aquel siniestro lugar pasó de mí. ¿Qué es lo que me iba a pasar ahora? ¿Por qué nadie me hacia caso? ¿Qué clase de desalmados eran aquellos?
¿Y por qué estaba yo allí?
¡Ah! Grité internamente de dolor. Kaito y Nora habían empezado a "jugar" conmigo para deleite de aquellos dos hombres que disfrutaban de mi dolor.
Noté los primeros golpes, los primeros azotes, las primeras quemadas. Sentía los primeros moratones formándose y volvía a notar los golpes sobre los recientes cardenales.
Al principio lloraba, gritaba, suplicaba. Hasta que vi que era inútil, que aquello no hacia mas que acrecentar un desagradable y vil placer en los usuarios de aquella sala.
Y entonces callé. Dejé que el dolor me consumiera por dentro, pero no deje escapar ni un solo grito al exterior ¿Cómo lo conseguí? Quizás entré en un trauma, en un mundo paralelo en el que mi alma abandonaba mi cuerpo y aunque yo pudiera ver las desgracias que le hacían, no sentía nada… Absolutamente nada…
Estaba muerta en mi vida. Así es como me sentía.
¿Por qué? Me preguntaba ¿Por qué estaba allí? ¿Qué había ido a buscar? ¿Qué había echo para merecer aquello?
Y aquel estado de semiinconsciencia respondió a mis preguntas. Quizás aquello era el castigo que merecía. El castigo a una vida de pecado, de excesos, de lujurías, de relaciones… Era el castigo perfecto para mí…
Y así seguí desvariando. Mientras mi cuerpo era vilmente torturado, mi alma sufría un tormento aun peor… Era mi condena.
¿Cuánto tiempo llevaba allí? Quien sabía… yo no sabía nada.
-¡Policia!
¿Policía? Recuerdo pensar… Debía ser otra de mis alucinaciones… o quizás era un nuevo "juego" de mis torturadores. Ya que mas daba… Había vislumbrado un poco de realidad y eso era malo, quería evadirme. Olvidar, olvidar todo.
Ese era uno de los motivos que me hizo venir. Pero ¿a quien quería engañar? Jamás podría lograrlo. No con él.. no con Sasuke
-Sa…su…ke- creí susurrar Ojala pudiera verlo de nuevo, una ultima vez. Para pedirle perdón. Para arrepentirme por todo el daño que le causé y para despedirme de él, decirle que lo amo y que nunca podría dejar de hacerlo.
-Sakura
Y algún extraño ente o divinidad se apiadó de mi ser y concedió mi ultima petición. Quizás no lo veía, pero podía escuchar su voz llamarme. Y sonreí. Sonreí de verdad, de felicidad.
Sabía que no me quedaba mucho tiempo y fui todo lo clara que pude.
-Gra..cias
-Sakura ¿por qué?
-Te amo- y tras mi último suspiro cerré los ojos.
….
…
…
Fue entonces cuando sentí el golpe más suave y a la vez mas doloroso que me habían dado nunca. Y ante tal efecto mis jades se abrieron asustados y mi cuerpo dio una gran bocanada de aire, el cual sabía a sangre.
¿Estaba muerta?
Enfoqué bien a mi alrededor. Una habitación oscura iluminada por sirenas rojas y azules, atestada de gente encadenada y esposada. Llena de ira y gritos. Y justo, frente a mí la imagen que jamás borraré de mi cerebro.
Su cara. Llena de ira, salvaje, casi inhumana. Pero a la vez estaba pálido, con los ojos asustados y por primera vez en mi vida vi a Sasuke llorar.
No lo entendí, hasta que llevé lenta y torpemente mi mano a mi roja y dolorida mejilla. Él. Había sido suyo el último golpe. Nunca me había pegado, jamás se le había ocurrido levantarme la mano…
-Lo siento- dijo asustado intentando esconder inútilmente el llanto
-Perdóname…-lloré- perdóname- dije entre sollozos- lo siento…-Quise lanzarme a sus brazos pero mi débil cuerpo no me respondía. Lo único que podía hacer en aquellos momentos era llorar- Sácame de aquí, por favor
Él no dijo nada más. Pasó sus brazos alrededor de mi cintura para ayudarme a caminar y tras ponerme su abrigo por encima me sacó de aquel horrible lugar. Mientras bajábamos las escaleras nos encontramos con Karin y Sasuke se detuvo en seco.
-Gracias- fue lo único que él la dijo
-¿Ella está bien?
Yo no podía responder. No tenía fuerzas…
-Lo estará. A partir de ahora, yo me encargaré de ello- y seguimos caminando.
Cuando llegamos a la ambulancia Sasuke me sentó a su lado y antes de ponerse el coche en marcha se giró y me miró- Te lo prometo Sakura.
Y entonces cerré los ojos presa del sueño y del cansancio. Y a partir de que los volví a abrir mi vida cambió hacia mejor. Por que Sasuke Uchiha nunca falla a sus promesas
.-FIN-.
De nuevo siento muchísimo mi largo periodo de ausencia. Ahora mismo son casi las dos de la mañana y aunque el cansancio casi pueda con migo no me podía permitir el no haber publicado hoy el fic.
Espero sinceramente que no haya defraudado a nadie, ahora explicaré un poco por si hay algo que no hayáis entendido.
-Al principio hay escenas de capítulos anteriores para darle un toque distinto al capitulo y para que recordéis de que iba el fic, por si os habeis olvidado jeje
-La escena de los diálogos obviamente es entre Karin y Sasuke, pues fue Karin la persona con la que Sakura chocó en la calle. Y al estar en el piso de Sasuke, Karin encuentra en el suelo la tarjeta que se le calló a Sakura en el capitulo anterior (la cual le dio Sassori). Por ello pudieron encontrar y rescatar a Sakura.
-La escena de dolor final de Sakura está un poco difusa pues así es como quería hacerlo. Como habéis comprobado, Sakura estaba en un estado de semiinconsciencia y espero que el haberlo explicado así os haya dado esa percepción en la historia.
-El final es "feliz" aunque claro está, entre comillas, pues como dije en los primeros capítulos en un fic de angustia y la trama del libro y del fic en sí, así lo requería.
Ojala os haya gustado. Pues esto esta echo para vosotros y vuestro disfrute!!! Espero que me perdonen mi ausencia y que me hagan llegar cuanto antes todas y cada una de sus opiniones.
Y antes de despedirme me gustaría decir, que al no haber repasado bien el fic es posible que haga algún reajuste cuando vuelva a leerlo y analizarlo. Pues ahora no me siento capaz.
Y ahora sí, tristemente me despido, pues de momento abandono por falta de tiempo e inspiración la escritura de fics.
GRACIAS, ARIGATO, MILLONES Y MILLONES DE GRACIAS A LOS LECTORES
Un ferviente saludo!
Atte: Kunoichis-San