Por increíble que parezca, el mayor temor de Sasuke cuando tenía unos cuatro años, era el sonido del viento cuando había una tormenta.

Si llovía y tronaba pero no había viento, la tempestad podía echar abajo la casa que él no se inmutaba. Pero bastaba que ese terrible sonido se colara por entre las rendijas de la construcción para que Sasuke se acurrucara en un rincón con las manos en los oídos y se quedara inmóvil hasta que un adulto lo sacara de esa especie de trance en el que se sumergía.

Usualmente lo hacía Itachi.

Después de la masacre, cuando tenía ocho, su temor al viento quedó olvidado. Su lugar lo tomó el sueño. Sasuke tenía miedo de dormir. Simplemente apoyar la cabeza en la almohada de noche le producía temblores y se pasaba las horas mirando al techo sin dejar que sus párpados se tocaran. Eventualmente, cuando el sueño lo vencía al cabo de unas horas se despertaba por el dolor en las manos y el sabor a sangre en la boca. Necesitó vendas en las manos más de un año durante la noche. Era la única forma de evitar que se mordiera las uñas hasta hacerlas sangrar mientras estaba inconsciente.

Cuando el hokage aparecía ocasionalmente por el pequeño apartamento que le había asignado, para verlo, siempre era de noche, cuando terminaba sus horas de oficina. Ni una sola vez lo encontró dormido. Ni una sola vez se extrañó de eso.

Sasuke odiaba al Hokage.

Cuando cumplió trece años, sus temores nocturnos descendieron considerablemente cuando comenzó su vida activa como genin. Las misiones largas eran sus favoritas aunque se quejara de lo contrario, y el hábito de Naruto de dormir en su espacio y en el de todo el que estuviera a su alrededor eran un alivio para su mente inquieta.

La mitad de las veces, Sakura simplemente se hartaba de las manos extraviadas durante la noche y acababa moviendo su saco de dormir al menos diez pasos. Sospechosamente cerca de Kakashi y lo suficientemente lejos de Naruto como para que no hubiera más accidentes.

Cuando Sasuke estaba seguro de que Naruto estaba dormido era él quien acercaba más el suyo al del otro. Cada mañana insultos eran intercambiados, empujones eran regalados y sonrisas de alivio eran ocultadas tras una máscara de desdén.

Si Naruto se dio cuenta alguna vez de este arreglo nocturno, jamás dijo nada a Sasuke. El hecho de amanecer cada día con una mano alrededor de su cintura y el calor de otro cuerpo a su lado fue una rutina hasta el día del segundo examen en el "bosque de la muerte".

(…)

A partir del encuentro con Orochimaru los terrores nocturnos de Sasuke regresaron con una venganza acompañados de colmillos y visiones de horrible carne quemada. Regresaron para quedarse marcados en el espacio donde su cuello se unía a su hombro. Sellados a fuego en su piel.

A veces se pasaba días sin dormir. Kakashi nunca se dio cuenta. Sakura tampoco.

Naruto venía a incordiarlo a veces a las horas más extrañas. Cuando la oscuridad era tan densa afuera que apenas era seguro viajar sobre los tejados. Mucho menos por las calles de la villa.

Sasuke no recuerda mucho de estas visitas, tan solo una discusión estúpida acerca de un insulto u otro y luego nada hasta la mañana siguiente.

Ahora sabe que simplemente tiene vacíos equivalentes a las horas de sueño que le garantizaba Naruto.

Pero Naruto nunca dijo nada.

Tras dejar atrás la Villa, tras casi acabar con la vida de Naruto y marcharse a vivir al Sonido, Sasuke aprendió que el sharingan tiene una función extra que nadie se ha molestado en describir. Una función que permite a sus portadores no volverse locos dentro de su propia mente. Cuando los recuerdos son tan vívidos que es imposible salir de una pesadilla porque esa alucinación es tu propia realidad. Sasuke aprendió a soñar en blanco. A dormir con la mente alerta. Nunca descansó tanto en su vida. Tal vez, solo tal vez cuando dormía con un brazo alrededor de la cintura.

(…)

Naruto sabe que Sasuke no sueña.

No tiene pesadillas ni tiene nada en la mente cuando se obliga a dormir. Se queda simplemente como algo roto encima de las sábanas. No se mueve ni cambia de posición durante la noche. Está alerta, pero solo si se siente inseguro o está en un lugar peligroso.

Ahora mismo, Naruto sabe que su mente está en blanco y su cuerpo está relajado. Y sin embargo sus manos están apretadas y está enroscado sobre sí mismo. Protegiéndose de algo intangible. Hecho un ovillo en la esquina más apartada de la cama.

Sentado en el centro del lecho, con la espalda apoyada en uno de sus pilares, Naruto observa dormir a Sasuke.

La sábana le cubre solo las caderas y parte de una pierna que tiene doblada para apoyar la mano. Con la otra dibuja patrones sin sentido sobre el cobertor.

La poca luz que entra por la ventana cae de lleno sobre el pálido cuerpo dándole una textura cremosa. Naruto no necesita luz para verlo, sus ojos ven a la perfección en la oscuridad gracias a kyuubi. Su mirada se torna pensativa cuando su mano desocupada se mueve de acuerdo propio para retirar el cabello que le cae desordenado a Sasuke sobre el rostro.

Las sábanas no cubren el cuerpo de Sasuke y Naruto lo contempla con una mezcla de anhelo y dolor reflejada en el rostro.

¿Debería doler amarlo?-¿Debería sentirse así?

(…)

Su mente es un caos. ¿Debería obligarse a sentir que ama a Sasuke cuando la propia idea de estar compartiendo su lecho con él se siente como una traición a los recuerdos más íntimos que guarda en su corazón?

Suspira. No puede huir para siempre de la realidad. Pretendiendo que todo está bien a su alrededor. Pretendiendo que no ve a Sasuke languidecer a su lado. Que los dos están sufriendo por su causa.

Pero es más fácil decirlo que hacerlo. Él habría podido huir para siempre, pero que tan lejos llegaría antes de romperse y dejar que la oscuridad de su corazón se apoderase de las acciones de su mente.

No lo sabe, no sabe qué hacer. Piensa en Itachi y se siente incompleto, carente de sentido.

Los momentos que le robaron al tiempo, las palabras suaves en su oído, los gestos y caricias intercambiados. El dolor de verlo entregar su vida por una causa enorme, superior a los dos.

La injusticia de su muerte, el deshonor de su recuerdo. Su imagen tendida en la cama junto a él. Naruto sacude la cabeza como para ahuyentar esos pensamientos y se incorpora en la cama. Sus manos cubren su rostro y sus hombros se tensan cuando siente movimiento a su lado. Mira hacia Sasuke pero este solo se ha girado en su dirección. En esta posición, Naruto, puede ver claramente las marcas que ha dejado en su cuello. Son profundas, hay una que sangra un poco aún. La visión se le torna excitante al ver como el carmín mancha la piel alabastrina y hace lucir a Sasuke tan vulnerable. Suyo.

(…)

Por primera vez desde el inicio de esta aventura con Sasuke, Naruto ha rehusado entregarse a él. Tal vez con la esperanza de que Sasuke interpretara la negación como el rechazo definitivo. Pero una vez más su amigo lo ha sorprendido y en silencio se ha ofrecido él a cambio.

Naruto se ha quedado en blanco y ha mirado a sus ojos buscando…algo que no se supone que debe estar ahí. Resignación, tristeza… comprensión.

No debería ser así. Sasuke debería estar enfadado, debería rechazarlo tras esta tarde. Pero Sasuke solo lo ha silenciado con un beso en los labios. Un beso que no sabe a nada en los suyos.

Naruto solo lo deja hacer. Se deja guiar hasta la cama donde Sasuke lo empuja suavemente hasta que está sentado en el borde y observa impasible como luego este se despoja de cada una de las piezas de ropa que cubre su cuerpo hasta que está desnudo a sus pies donde se arrodilla y tira de su camisa. Él levanta las manos y deja que la prenda sea retirada. Sasuke le desata las sandalias y luego abre la cremallera del pantalón, pero nada más. Solo lo necesario para llegar hasta su erección. Que es inevitable tras presenciar el innegable espectáculo que es contemplar el cuerpo de su amante. Su piel pálida, el contraste con el cabello oscuro. Naruto no tiene que pretender que es un hermano diferente el que tiene delante para llegar al estado en el que está ahora.

Su rostro sigue indiferente pero no puede ocultar el temblor en sus manos cuando se enredan en el cabello de Sasuke y tiran de él mientras su boca se cierra sobre su miembro y lo envuelve en su calor sofocante y adictivo. Sasuke succiona y lame, usando las manos donde no llega con la boca. Con un ritmo perfecto, enloquecedor. Naruto cierra los ojos y deja caer la cabeza sobre un hombro mientras sus caderas se mueven al ritmo impuesto. Siente como se aleja cada vez más de la realidad gracias a la lengua que lo recorre de la base a la punta y los labios que tiran de la piel suave que rodea su pene.

Sasuke tiene talento, de eso no cabe la menor duda, siempre lo deja llegar casi al final para retirarse en el último instante y dejarlo ansiando más. Hasta que no aguanta más y con las manos comienza a mover la cabeza al ritmo que él desea, simplemente usando la boca que tiene delante. Se corre y no emite un sonido, se muerde los labios y el interior de la boca pero no le da el placer a Sasuke de escuchar los gemidos que quieren escapar la prisión de sus dientes.

Satisfecho se deja caer en la cama sin importarle mucho si Sasuke está bien o no, él no le pidió esto, a fin de cuentas.

Lo siente levantarse y sus ojos lo siguen inconscientemente mientras se dirige hacia el baño conectado a la habitación. Bebiendo de su imagen, recorriendo su cuerpo sinuoso y pálido. Deteniendo la mirada en la prominente erección y luego dirigiéndola al rostro de Sasuke. Sus ojos se encuentran por un pequeño instante y todas las palabras que deberían haber salido de sus labios mueren antes de nacer cuando los ojos de Sasuke le devuelven la mirada y lo ven solo a él, a nadie más.

(…)

A veces es cansino y agotador estar junto a Naruto. Sasuke no tiene estos pensamientos de manera constante o a veces ni tan siquiera consciente. Pero a veces, solo a veces, se encuentra mirando a Naruto como si no lo conociera y quisiera estar en cualquier otro sitio. Pero no aquí, no más aquí.

A veces se descubre mirando con anhelo más allá de las murallas de la recién reconstruida Villa. Hacia el bosque, hacia cualquier parte… pero lejos. De todo, y de todos.

Naruto se pasa todo el día en la torre donde se halla su oficina y toda la dirección general de la aldea, y Sasuke se pasa los días cuando no está en una misión solo, dentro de la residencia Uchiha. Pensando a veces en demoler el complejo y convertirlo tal vez en un enorme parque de atracciones, dios sabe que harían falta más espacios para los niños de Konoha. Después de la guerra la natalidad se disparó de forma aplastante, pero no tan sorprendente. Una guerra siempre tiene ese efecto. Los sobrevivientes se sientes abrumados por el instinto de reproducirse para cubrir las pérdidas. Una necesidad básica.

Con tanto tiempo libre, Sasuke, dedica más horas a pensar, a su propio monólogo interior, y a veces no se da cuenta de que lleva más de dos días sin articular una palabra en voz alta. Realiza las tareas diarias de manera automática. Siempre está levantado antes que Naruto y siempre es el último en irse a la cama, incluso las veces que Naruto llega pasada la medianoche.

Se ocupa de su Hokage con una dedicación más de asistente que de amante, o lo que quiera que sean. A veces se sorprende pensando en el rubio como su líder, su Hokage y no su amigo, ni tan siquiera el hombre con el que comparte el lecho a diario, o la mayor parte del tiempo, a veces Naruto simplemente se queda a dormir en la habitación encima de su cuartel.

Tal vez si vuelve a abandonar la Villa, Naruto ni se de cuenta de que no está. A fin de cuentas nada de lo que hace Sasuke vale la pena a sus ojos. Pero Sasuke no se lo reprocha a él, ni a su hermano. Lo mejor sería desapareces calladamente por la puerta de atrás, eso o cambiar el mundo para hacer que Naruto lo viera a él por una vez. Porque Sasuke sabe que aunque no ha pagado por todos sus pecados, este precio es más de lo que nunca ha considerado posible. Su orgullo, no es más que un lejano recuerdo. Pero sinceramente, después de acabar con la vida de la única persona que le quedaba en el mundo, Sasuke se quedó sin un objetivo para continuar. Si nada. Solo Naruto.

(…)

Naruto siente los ojos de Sasuke nada más entrar en la casa. Su presencia dentro de la mansión es abrumadora y a la vez sutil. Pero necesaria. Tan necesaria para su rutina que ya casi nunca se percata de que Sasuke es un denominador común en todo lo que pasa en su vida. Siempre esperándolo con la mirada prendida en el suelo y el cabello oscuro cubriendo parte de su expresión. Este no es Sasuke, esto no es más que una sombra del orgulloso e indomable Uchiha que una vez era todo el mundo para Naruto. Pero es lo que él ha creado, y ahora tal vez es demasiado tarde para cambiarlo.

Naruto ignora el dolor sordo que le presiona el pecho al observar a su… ¿amante?, ¿amigo?

El día hoy ha sido agotador, en menos de una semana Gaara llega de Suna para comenzar negociaciones en su nombre con el resto de Villas que se han aliado contra Konoha. Los preparativos, las ordenes, los reportes, el papeleo en general han dejado a Naruto exhausto.

De repente se descubre hablándole a Sasuke de su día, de Shikamaru y su constante holgazanería, de las quejas de Konohamaru y de todo y de nada en general. Sasuke mientras tanto se ha quedado muy quieto con las manos aún en los cierres de su capa. Sorprendido de escuchar la voz de Naruto dirigida a él en ese tono tan casual e incluso tierno. Pero el momento pasa y Sasuke sigue abriendo broches y deshaciendo lazos hasta que Naruto solo se queda con los pantalones estándar de shinobi y la camisa de malla que lleva debajo del uniforme. Todo el tiempo hablando de una cosa o la otra. Sasuke no sabe que hacer o contestar, lleva tanto tiempo acostumbrado a mantenerse en silencio que de vez en cuando solo mueve la cabeza para dar a entender que está escuchando, pero nada más.

Cuando ha acomodado toda la ropa, guía a Naruto al baño donde la bañera está llena de agua caliente y termina de desvestirlo.

Naruto se siente un poco como un niño pequeño, pero no se queja ni interrumpe a Sasuke, solo lo sigue con la mirada mientras lo prepara todo para su baño. Aunque ha hablado sin parar sabe que Sasuke no le ha contestado ni una sola vez.

Cuando está desnudo entra en la enorme tina, una compra reciente ya que no había una antes en la mansión, y se relaja por completo al sentir el agua a la temperatura exacta que le agrada. Abre los ojos, que no recordaba haber cerrado y se encuentra solo, Sasuke ha salido en silencio. ¿Acaso siempre es así entre los dos?

Naruto termina su baño y recoge todo antes de salir, si bien para que Sasuke no lo haga detrás de él. En la cocina la cena está servida y caliente pero no hay rastro de Sasuke. Naruto no tiene mucha hambre. Y si guarda la cena en la nevera en vez de dejarla sobre la mesa, es solo para evitar que se eche a perder. No está bien desperdiciar comida.

(…)

Sale hacia la habitación y aquí si que está Sasuke, de pie junto a las puertas corredizas que dan a la terraza. Lleva solo un pantalón de dormir y el cabello le cae en dóciles ondas sobre los hombros y parte de la espalda. Naruto se queda sin aliento por un instante, tan solo recorriendo su silueta con la mirada. Sasuke es perfecto. Sasuke, no Itachi, solo Sasuke.

Se acerca a él por detrás y rodea su cintura con los brazos. Su nariz se entierra en el cabello suave e inhala su aroma. Familiar, seguro, real…vivo. Sasuke está aquí y Naruto sabe que hace mucho tiempo que lo ha perdonado, porque eso es lo que Itachi querría y porque es lo que él quiere. Pero Sasuke está tenso en sus brazos, esperando tal vez un golpe bajo a sus emociones.

Naruto lo abraza con más fuerza. Una mano abierta sobre su pecho y la otra sobre la cadera, de forma posesiva, instintiva. Sasuke es suyo, suyo para querer y cuidar. Suyo para proteger y amar. Suyo para romper, desgarrar, dañar. Solo él puede ver a Sasuke de este modo. Pálido y mortal. Temblando bajo sus manos. Arqueando la espalda contra su pecho. Suspirando bajo el asalto de sus labios en su cuello, sus hombros. Estremeciéndose cuando los labios dan paso a los dientes y los dedos a las uñas que lo marcan y lo obligan a retorcerse como una serpiente entre el pasto. Su cuerpo se inflama cuando sus dientes se hunden en la piel y la atraviesan y la sangre brota y llena su boca del sabor metálico y potente que es todo Sasuke. Y Sasuke presiona contra su boca y gime sin decencia, sin recato y pega su trasero contra sus caderas y se mueve y Naruto cree que enloquece cuando sus cuerpos ondulan como uno solo.

De un tirón arranca el pantalón que lleva Sasuke y lo deja desnudo contra el ventanal, sus manos apoyadas contra el cristal y presas en una de las de Naruto. La otra mano la lleva hasta los labios del otro y Sasuke acepta los dedos que abren sus labios y los lame y succiona, cubriéndolos de saliva. Naruto mira fascinado sus dedos en esa boca siempre seria que ahora está inflamada y complaciente. Enrojecida y oh!tan obscena que le cuesta trabajo retirar los dedos y dejarlos que recorran la espalda de Sasuke hasta que sin aviso los hunde en su cuerpo y sonríe cuando Sasuke se tensa y gime y sus manos arañan el cristal que tiene delante. Y Naruto deja que él mismo se empale en sus dedos hasta que le es imposible contenerse y de un tirón nada amable saca los dedos solo para reemplazarlos con su miembro y Sasuke grita algo incoherente y se estremece mientras que él comienza a un paso lento y profundo que tiene a Sasuke alzándose en las puntas de los pies de la fuerza con que lo penetra.

No puede durar mucho más, no así. Naruto deja ir las muñecas de Sasuke y le gruñe prácticamente, que no se mueva mientras el cierra las manos sobre su cintura y es casi violenta la forma en que sus caderas colisionan contra las del otro. Sus dedos dejando marcas en la piel blanquísima.

Es demasiado, las contracciones en su interior y la presión que está haciendo Naruto hacen que Sasuke se corra sin tener que tocar su erección siquiera, sus rodillas se habrían colapsado de no ser por que su cuerpo está preso entre esas manos que lo lastiman y lo sostienen. Sasuke no quiere pensar que no es a él a quien Naruto se está imaginando. Porque si cierra los ojos tal vez se imagine que al que tiene delante es a su verdadero amante, y no a él. Pero está bien, no importa. Sasuke se estremece cuando siente a Naruto quedarse rígido por un instante, lo siente temblar a su espalda, crecer dentro de él y luego el calor de su semen llenándolo, poseyéndolo, marcándolo como un hierro al rojo vivo.

Está bien si Naruto se separa de él y las piernas no lo sostienen más. Él se deja caer de todas formas, esperando el duro contacto con el suelo que nunca llega. Naruto los aguanta antes de que llegue a sentarse. Sus ojos están llenos de algo indescifrable cuando lo alza y suavemente lo deposita en la cama. Sasuke no sabe que hacer o decir. Ni ahora ni cuando Naruto sale de la habitación y entra al baño solo para regresar y cuidadosamente limpiarlo con movimientos relajantes y suaves. Como si disfrutara recorrer con la esponja húmeda su cuerpo.

Sus ojos se detienen en las marcas de sus caderas y por un instante Sasuke puede ver un resplandor rojizo en ellos. Pero cuando parpadea solo son del mismo azul intenso que opaca a veces al cielo.

Sasuke no entiende nada.

Cuando Naruto regresa, inmediatamente Sasuke se aparta hasta una esquina de la cama y se coloca de espaldas a él mientras se cubre con las sábanas y se hace un ovillo bajo las mantas. Por un instante, se queda inmóvil esperando sentir la cama hundirse bajo el peso de Naruto. Pero pasan los minutos y no se escucha nada dentro de la casa siquiera. Ni tan solo la presencia de Naruto.

Con cuidado se mueve y se gira hacia el otro lado. Pero no hay nadie en la habitación.

Continuará.

A/N: Hola a tods! Lamento no haber puesto esto antes pero no tenía Internet en casa, el wi fi no iba bien y lo que hice fue adelantar más la cosa. Por mis estándares esto vienen siendo dos capítulos en uno ^^. Ya se que escribo poco, lo siento.

Dejadme un comentario a ver que tal les parece.

Gracias.