El aire olía a sal. Pero, ¿qué otra cosa podías esperar de una playa? El viento soplaba justo de la forma ideal al golpear la hermosa cola blanca del vestido de novia de Alex. Su piel dorada lucía un perfecto contraste con el blanco límpido de su vestido. Su piel era absolutamente hermosa comparada con mí pálido leche. Su cabello rubio era perfectamente rizado, enmarcando la cara de la nueva esposa de mi mejor amigo. Permanecí sentada en mi asiento, tratando de no llorar. Esto era lo más difícil que había tenido que hacer en mi vida. Quise gritar, moverme, pero no podía. Era simplemente imposible.

Sin embargo no se trataba sólo de que no quisiera moverme. Es que si lo hacía, sólo lograría arruinar la boda. Y no quería hacerlo. Nunca arruinaría su boda. Por eso tendría que quedarme simplemente sentada y superarlo. Apreté los labios mientras Alex repetía su parte de los votos. Los ojos de Edward relampaguearon por las promesas que ella le realizaba en ese momento. Sus orbes estaban llenos de amor, un amor que me gustaría me perteneciera a mí, y no a ella. No mentiría si dijera que la envidiaba.

De hecho estaba enojada, y deprimida. Todo este tiempo siempre había amado a Edward. Lo sé, es lo común enamorarse de tu mejor amigo, pero no podía evitarlo. Había soñado toda mi vida con que él me viera de esa forma. Con que él me mirara como si yo fuera la persona más importante en este mundo. Había deseado siempre que me dijera un 'te quiero' sin pensar en mí como su amiga. Pero eso era imposible. Un sueño que era demasiado absurdo para mi propio bien.

Mi corazón siempre le había pertenecido, siempre lo había amado, y quería verlo feliz, pero mientras él le repetía los mismos votos a Alex, no pude evitar morder mi labio inferior. Era como si la esperanza fuera pulverizada lentamente en mi corazón. Ya no había forma de contarle mis sentimientos. La unión se selló con un beso; un beso de él para ella, que yo tuve que quedarme sentada mirando. Tuve que quedarme sentada mirando como sus dedos se enredaban en su cabello, provocando que yo tuviera que clavar mis propias uñas en las palmas de mis manos.

Me sentí literalmente como si mi corazón se cayera hecho pedazos al suelo. Y la vida encima suyo. Tuve que morder furiosamente mi labio, reteniendo las lágrimas que sólo lograrían lastimarme más. Pestañeé para que la nubosidad en mis ojos se esfumara, rogando para que las lágrimas permanecieran en su lugar, pero mi visión se tornó aún peor. Suspiré cuando finalmente se separaron, y la gente comenzó a pararse de sus asientos para aplaudir. Él caminaba con ella sobre la arena clara, y mi corazón hacía un ruido sordo, sintiendo la adrenalina explotando sobre mí como una ola que se estrellaba contra la orilla, que era exactamente lo que sucedía en la realidad.

Y por una vez, deseé poder dormirme. Todos los recuerdos de sus sonrisas cuando me miraba, las risas que compartimos, las películas de los viernes por la noche, y los disfraces para Halloween, todos los momentos difíciles en los que él siempre estuvo a mi lado, todos pasaron por mis ojos como una película. Tuve que mirarlo mientras la llevaba de la mano por el pasillo de recepción. Y no pude resistirlo más cuando él le susurró un 'te amo' en el oído. Dejé que una lágrima resbalara por mi mejilla, tratando rápidamente de atraparla. Sin embargo a Edward no le pasó inadvertido; me miró por un breve momento, con los ojos reflejados de dolor. Traté de sonreír lo mejor que pude, considerando que mis labios no paraban de temblar. Sentí algunas otras lágrimas caer, y aplaudí lentamente, tratando de simular que eran lágrimas de alegría. Aunque Edward sabía que no se trataban de eso. Él sonrió de lado levemente, y se giró para mirar a su nueva esposa.

Sentí el dolor correr por mis venas, pero lo ignoré. Desde que él y Alex comenzaran a salir, el dolor en mi corazón era inevitable, y conseguí acostumbrarme a él. Aprendí a ocultarlo. Excepto cuando él faltaba a nuestras noches de película, para tener citas verdaderas con ella, que lloraba y lloraba en mi casa, dejando que la agonía me ahogara. Ésos eran los únicos tiempos que me permití demostrar dolor. Debí haber sabido que esas películas donde los mejores amigos terminan siempre juntos eran apenas una enorme bola de mentiras.

Suspiré mientras todos comenzaban excitados a seguir al novio y a la novia. Me quedé quieta en mi lugar, mirándolos mientras se alejaban. Sabía que no podría quedarme allí por mucho más tiempo, a mirar cómo ellos construían sus propias vidas, y tenían hijos... felices. Era demasiado para mi pobre corazón. Necesitaba comenzar de nuevo, y tratar de olvidar todo lo ocurrido. Necesitaba alejarme.

Respiré profundamente mientras me quitaba los tacones de 3 pulgadas que Alice me había obligado a llevar. Ella sabía que podía tropezar con facilidad, especialmente en la arena, pero me forzó de todas formas. Volví a respirar profundo mientras dejaba que mi pie descansara sobre la suave arena blanca, con los granitos escurriéndose entre mis dedos. Caminé hacia la orilla, dejando que el agua acariciara levemente mi piel.

Recordé el día en el que Edward me dijo que iba a pedirle matrimonio a Alex. Yo estaba arreglando las maletas para ir a visitar a mi madre, cuando él apareció en mi apartamento. Al principio me puse muy feliz al verlo, e inevitablemente mis corazón se había encendido y mis mejillas se habían sonrojado, una sensación impresionante. Lo había abrazado con fuerza, pensando que él estaba allí para despedirse de mí, pero había sido un tremendo error.

"La amo." Había susurrado en mi oído, mientras yo lo sostenía contra mí. Mis brazos habían cedido rápidamente, cayendo a mis costados, mientras daba un paso hacia atrás. Mi corazón se había detenido por completo, y no había otro sonido en la habitación que mi respiración entrecortada.

"¿Qué?" había balbuceado bajito. No había sabido qué entender, pero había intentando creer que era alguna clase de broma, o que había entendido mal.

"La amo, quiero casarme con ella." Me había dicho. Su cabello estaba desalineado, y tenía un matiz de locura en los ojos, como siempre que pensaba cosas profundas. No había sabido que pensar, mis brazos se habían tornado de gelatina, y mis ojos se habían llenado de lágrimas. Estaba desesperada. Me rogaba y gritaba a mí misma. Habían durado bastante tiempo, pero había esperado que al fin de cuentas sólo fuera otra más. Otra vez, me había equivocado.

"¡No puedes!" Había gritado inmediatamente. Las lágrimas ya corrían por mis mejillas, mi corazón latía fuerte, y mis rodillas temblaban. Me había sentido rota, vulnerable. Edward había dado un paso hacia atrás, mirándome con cautela. Había podido ver la confusión en sus ojos.

"¿Por qué?" me había preguntado. En ese momento no había sabido qué decirle, ni qué hacer. Estaba sintiendo el rechazo, y perdiendo toda mi esperanza rápidamente, y desesperada, me había confesado. Le había dicho cada pequeño pensamiento que había cruzado por mi mente. Me había expresado, y llorado. Me había caído eventualmente al suelo, demasiado débil como para soportarlo. Y todo el tiempo él sólo se había quedado parado, mirándome. No había podido ver su expresión, o su rostro a través de las lágrimas. Él no me había hablado, o tocado, o intentado ayudarme. Todo lo que había hecho, luego de que le abriera mi corazón, fue decir 'lo siento', y se había marchado.

Las cosas nunca fueron iguales después de eso. Éramos muy diferentes, y Alex prácticamente tomó mi lugar en su corazón y en el de su familia. Era casi como si le hubiera cedido ese lugar a ella. La aceptaron como una hija, justo como deberían haber hecho conmigo. Había llorado mientras dormía esa noche y todas las demás noches. Mi mente, siempre llena de pensamientos, estaba vacía como mi corazón. Todo lo que podía pensar era acerca de la pérdida y el dolor.

Suspiré mientras sacudía la cabeza; eso era tonto, como si estuviera intentando borrar todos los recuerdos. La parte triste era que el agujero en mi corazón nunca se cerraría. Nunca se cerraría. El dolor que sentía estaría siempre allí, y ahora mientras ellos celebraban su boda, yo me iría a California, para volver a empezar.

Pasé mis dedos para secar la gota de agua salada que había escapado de mis ojos. Sabía que estaba mal, y que era egoísta marcharse en su boda, porque después de todo yo era su mejor amiga. Pero sentía que ese título ya no me iba a pertenecer más, ya que sería reemplazada. Supongo que esa es la razón por la que no quería quedarme cerca; quizás porque sería una especie de pequeña venganza hacia Edward por abandonarme en mi momento más difícil. Por dejarme caer sin tenderme una mano. Pero al mismo tiempo sabía que él tenía a alguien a quien extender su mano, y no era justo para mí, porque siquiera había tenido un aviso.

Suspiré mientras me levantaba de la arena y me alejaba de la casa de la playa. Todos nuestros familiares y amigos estaban ahí, felicitando nuevamente a los recién casados. Pestañeé y me miré los pies mientras trataba de atravesar a la muchedumbre. Quise pasar inadvertida, y ser olvidada, como un árbol viejo en el medio del bosque, abandonado y usado sólo cuando fuera necesario.

Mientras me abría paso, sentí el familiar tacto cálido de una mano que envolvió mi muñeca. Apreté los labios, y me volteé para enfrentarlo. Sus ojos parecían suplicantes, y apretó su mano con la mía con total seguridad. La culpabilidad me golpeó como una bofetada cuando recordé lo que estaba a punto de hacerle. Iba a dejarlo sin decirle adiós. Necesitaba decir algo, cualquier cosa. Necesitaba decir que estaba feliz por él, pero no era así, algo egoísta. Tragué saliva, y susurré la única palabra que pude decir en ese momento,

"Enhorabuena."

Primero que nada, tengo que aclarar que Congratulations (título original de enhorabuena) no es mío, sino que pertenece a la maravillosa retroninjachick, y los personajes por supuesto a nuestra Diosa Stephenie Meyer. Yo me limito a traducir.

Lo sé, dan ganas de llorar, trae ideas suicidas, da ganas de patear la pared hasta que se haga un agujero (y que lo pague el vecino xD). Pero les aseguro que vale la pena este drama, y también que el E/B será hermoso. Es uno de mis fics favoritos, porque contiene emociones que logran incluso hacerte llorar.

Bueno, espero que les guste este inicio, el capítulo que viene también es algo triste, aunque la acción no tarda en comenzar.

Les dejo un besazo enorme y bienvenidos al fic.

Laguna Negra.