NOTAS DEL AUTOR

Con este capitulo la historia llega a su fin, si bien no es uno de mis historias mas populares, me he dado cuenta por medio de los comentarios de algunos de ustedes que esta historia les gusto mucho. Gracias a todos por leer y comentar, espero que este final les guste.


Capitulo 11: Minato

-Entonces, ¿Cómo puedo liberarte?- pregunto Minato.

-Muy simple mortal- respondió Kushina. -Vas a crear un campo de anulación definitiva para reprimir y eliminar el efecto de cada jutsu en la zona. La gama de este efecto será de unos 500 metros. Mientras estés en algún lugar cerca de Orochimaru, todos los jutsus que coloco en la gema se disipara y seré libre- Kushina le sonrío. -Ah, y dicho sea de paso, el jutsu de inmortalidad que les dio se disipara al instante. Tú y el resto de los miembros del Círculo morirá incendiado en llamas como Zabuza y Kisame-.

Minato recordó esto y una mueca se formo en su boca -No es el final que yo hubiera querido, pero al menos será rápido. Creo que es una justa retribución por las cosas que he hecho-, el pensó por un momento -Hay un problema, en caso de comenzar el jutsu cerca del Hokage, los ANBU estarán sobre mi al instante antes de que pueda completar el jutsu-.

Kushina asintió -No te preocupes-, ella se acerco y coloco un dedo sobre la frente del rubio, al instante este sintió como su mente era llenado por un cúmulo de conocimientos, un jutsu basto y multifacético, cien veces mas complejo que el Hirashin no jutsu. Sin embargo, el sabia como utilizarlo -Puedes simplemente escribir las cosas y utilizarlo en un pergamino-.

-Bueno eso es mejor- admitió Minato. -Pero hay muchas posibilidades de que ese pergamino sea tomado por los ANBU antes de que pueda hacer algo-.

-No uses un pergamino, vaya que eres tonto, escribe los sellos en tu cuerpo, tú serás el pergamino-.

Minato asintió lentamente -Creo que eso funcionara, entonces en la noche del festival haré lo que pides-.

Kushina rió alegremente -¡Bien! ¡Konoha arderá en llamas!-.

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Era una hermosa mañana. Cuatro personas caminaban por las calles, la gente amable les ofrecía saludos y espacio para que ellos caminaran. Haku siempre anduvo un paso atrás de Naruto. Había perdido a su padre y había sido encarcelado por el Hokage. Después fue salvado por Naruto y le había jurado su lealtad a el. Minato estaba feliz, Naruto había obtenido un amigo dedicado y dispuesto a dar todo por el. Haku ya no podía llevar su hitai-ite de Konoha y probablemente nunca más pudiera hacerlo. Alrededor de su frente se encontraba un simple trozo de tela. Con el fin de esconder los números que habían sido grabados en su frente.

Hinata caminaba junto a el con su habitual vestido shinobi de color negro. Tenia un buen estado de animo y parece que no le molestaba en lo mas mínimo perderse el festival.

-Hinata-.

Ella miro al padre de su prometido -¿Si, Minato-sama?-.

El le sonrío a la chica. -Solo quiero que sepas que siempre he pensado que eres una dulce y alegre niña, que me agrada saber que ambos, Naruto y tú se aman, te doy la bendición para que seas la esposa de mi hijo-. Minato se inclino y le dio a la sorprendida niña un beso en la frente.

Ella se sonrojo mucho y rápidamente se inclino -¡Gracias Minato-sama!-, esas palabras que el dijo con anterioridad significaban mucho para ella. Aunque no entendía porque se las decía en ese momento. Tradicionalmente, la bendición oficial se daba justo antes de la boda. Pero incluso si se la daba antes de tiempo, ella era muy feliz de haber recibido la bendición de el.

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Ya en las puertas de Konoha, Naruto volvió a ver a su padre con una molesta mirada. El estaba muy triste al saber que su propio padre le obligaba a abandonar el pueblo el día de su cumpleaños y el día del Festival de la Salvación.

-Bueno papa, creo que nos veremos en una semana- dijo cortantemente. Se dio la vuelta para irse, peros su padre le agarro tirando hacia el y le dio un abrazo.

-Te amo hijo- Minato le susurro. -Te amo y estoy orgulloso de ti, incluso si estas enojado conmigo, se que me amas también-.

Naruto miro a su padre con absoluta sorpresa, el estaba un poco molesto, pero, ¿Por qué toda esa demostración emociones de repente?, el rápidamente le regreso el abrazo a su padre -Papa, por supuesto, ¡Te amo! ¡Siempre te he amado y siempre estaré orgulloso de ser tu hijo!-.

Minato asintió y miro a su hijo mientras sentía que las lágrimas salían de sus ojos, Naruto no entendía eso. -Hijo-, hablo su padre seriamente y con calma -He hecho muchas cosas terribles, cosas que lamente y de las que estoy avergonzado, he fallado tantas veces y he hecho tantas decisiones de cosas que tenia que hacer y que no. Pero por favor, créeme hijo de que todo esto lo hice por que te amo. Fue el amor por ti y mi amor por la gente de este pueblo lo que siempre me guió. Espero que puedas perdonarme por todas las cosas que no hice junto a ti-.

-Pero papa…-, Naruto le dio una sonrisa -… ¡Papa nunca me has fallado! Siempre me has querido y has estado allí para mi, todo lo que soy te lo debo a ti-. El miro a los ojos a su padre, y de alguna manera el pensó que esas eran las palabras que su padre quería escuchar -¡Pero, si hay algo, entonces, por supuesto que te perdono!-, Naruto vio como el flujo de las lagrimas de su padre aumentaba y también como su mirada mostraba serenidad.

-Gracias Naruto- susurro Minato.

-Papa, ¿Qué tienes? ¿Qué te pasa? ¿Por qué esto parece un adiós definitivo?- pregunto Naruto con preocupación en su voz, la molestia de hace unos momentos había quedado olvidada.

-No es algo que pueda explicarte hijo, déjame estar unos poco de tiempo así-.

Naruto asintió y los dos se quedaron allí simplemente abrazados por un par de minutos. La gente estaba comenzando a verlos pero ninguno de los rubios noto esto.

Pero al final, lamentablemente, Minato se separo, rápidamente limpio sus lagrimas y adopto un semblante serio -¡Ah, lo siento hijo! Creo que mientras más viejo soy, más emotivo me hago- dijo con una sonrisa, -Voy a verte cuando regreses-.

Naruto asintió lentamente, no estaba seguro de lo que había pasado o del repentino miedo proveniente de su padre -Papa, si no quieres que me vaya…-.

Minato sacudió la cabeza y sonrío un poco. -¡Ve hijo! Después de todo tengo que enseñarte una lección, te veré pronto-.

Toda la tristeza se evaporo y su padre parecía estar de buen humor de nuevo, tal vez no era nada, -Esta bien papa, nos veremos de nuevo en una semana-, el comenzó a caminar con Hinata y Haku. Mirando hacia atrás sobre su hombro le sonrío a su progenitor -adiós papa, te amo-.

-Te amo tanto hijo- susurro Minato allí, quedándose hasta que los tres chicos se habían perdido a su vista.

"-Vive una larga y feliz vida hijo, se que serás un buen hombre y se que siempre amaras y protegerás a la gente que es preciosa para ti-" pensó antes de irse.

Lamentablemente comenzó el largo camino de vuelta a casa.

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10 de Octubre.

Minato caminaba tranquilamente por las calles de Konoha, traía puesto un kimono azul, sus brazos y piernas estaban cubiertos con vendas para ocultar las letras y símbolos. Sabia lo que iba a hacer y estaba en paz con esa decisión. Estando caminando el miro a su alrededor, cada esquina estaba decorada con luces de brillantes colores y lámparas decorativas. El miro a unos niños, le molesto pensar en su futuro, ellos eran completamente inocentes. Lo único que lo mantuvo firme fue el pensamiento de que los niños en Kaze no Kuni también eran inocentes.

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Permanentemente en la cima de la Torre Hokage espero a los demás miembros del Círculo y al Hokage que haría acto de aparición con toda su gloria. Anko le miro con furia, mientras que Itachi le miro desinteresadamente, como de costumbre. No pensó en ellos. Miro a los otros tres, Jiraiya su querido sensei, Kakashi su apreciado estudiante cuyo corazón había sido desgarrado por la guerra, Tsunade una mujer con verdadera fuerza y valor, con un fuerte sentido del bien y el mal. Pero su amor por su pequeño hermano y marido había sido mas fuerte que cualquier otra cosa, todos ellos fueron personas buenas que tenían un lugar muy grande en su corazón, no podía culparlos por la elección que habían tomado. Si eran culpables, entonces el también lo era.

Había pensado en invitarlos a su casa para una cena de despedida, pero, lamentablemente el opto por no hacerlo, una reunión de cuatro miembros del Circulo, sin duda, seria vigilada por ANBU. También existía el peligro de que uno de ellos sospechara algo y lo delatara. El pensamiento de que uno de ellos hiciera algo así le rompió el corazón. Pero el mundo no podría tener una oportunidad como esta.

Desde su lugar pudo observar todo el pueblo. Había cambiado desde que era un niño, especialmente en los últimos trece años, en cuanto al acantilado, y la enorme roca del Yondaime Hokage le hizo pensar que el pueblo ya no era el mismo que había sido. El anhelaba la antigua Konoha. El pueblo que había crecido con amor y devoción a su pueblo, no con miedo, ¿Cómo es que las cosas se habían vuelto así? La respuesta era culpa de Orochimaru, de hecho el era el culpable, pero también una antigua verdad era que el mal puede prosperar cuando los hombres buenos no hacen nada. Orochimaru ha tallado su imperio. Muchos optaron por permanecer al margen y simplemente no hacer nada. Mientras que otros, incluido el mismo y todo el mundo, le servia de buen agrado. Todos ellos tenían una parte de culpa en lo que sucedía en Konoha.

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En un gran destello de fuego apareció el Hokage con su tunica blanca y de oro. Desde abajo con alegría y una atronadora ola de aplausos se escucho para saludarlo. Como siempre, todos dirigieron su mirada hacia abajo y se arrodillaron.

-Pueden levantarse y verme- informo felizmente Orochimaru, -¡Esta noche será gloriosa! Y quiero compartir con ustedes mi gloria-.

Los otros hicieron algunas observaciones, pero Minato solo miraba el pálido rostro que les sonreía. Hace trece años había tenido el poder para matarlo y prevenir estos horrores, pero el no había conocido la verdadera naturaleza del hombre. Había sido engañado y pensaba que el Hokage era un héroe por haber salvado a Konoha del Kyuubi. Luego había sido demasiado débil, tenía demasiado miedo de perder a su hijo, si luchaba. Pero ahora para salvar a su hijo el estaba finalmente dispuesto para luchar. Siempre por el bien de Naruto. Para proteger a su hijo el había cometido el mas grande de los pecados. Ahora, para proteger a Naruto, el haría el sacrifico supremo y llevaría su hogar a la ruina.

El cerro sus ojos y recordó a su esposa sentada con el en el jardín de rosas, recordó a Naruto y Hinata de cinco años jugando inocentemente. Recordó como regreso a la seguridad de la aldea en un día soleado con Obito, Rin y Kakashi detrás de el. Recordó a Jiraiya-sensei mostrándole el borrador de su nueva novela y como le contaba lo emocionado que estaba. Recordó a Sarutobi, Tsunade, sus padres y sus compañeros Genin, sus profesores, sus viejos amigos y toda la gente que conoció a lo largo de su vida. Muchos de ellos ya se habían ido, algunos estaban de pie junto a el. Pero el confiaba en que ellos le entenderían y le perdonarían, "-Kushina, si Kami es misericordioso mereceré verte de nuevo, si no, me castigara justamente por mis pecados, espero que puedas perdonarme y olvidarme, Naruto te amo, vive una larga vida-".

Había llegado el momento, el mando todo su chakra a los sellos escritos sobre su piel, el sello se activo, su cuerpo se ilumino como una antorcha y grito mientras ardía en fuego, su ultimo pensamiento fue dirigido hacia su hijo.

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Orochimaru acababa de comenzar su discurso cuando escucho algunos gritos y sentía el calor proveniente detrás de el, el se volvió para presenciar como uno de sus cinco invitados gritaba y se retorcía de dolor, pero otro sonido atrajo su atención mas, un pequeño "crack".

El agarro la cadena alrededor de su cuello y saco la joya del kitsune. Se acababa de hacer una grieta en ella, Orochimaru vio con fascinación y con horror como el chakra de color rojo se filtraba a través de esta fisura como si fuera una botella rota.

-No-, susurro Orochimaru. -No puede estar pasando esto-.

El chakra rojo se solidifico alrededor de el, se encontró indefenso dentro de una esfera de chakra perteneciente a Kyuubi. Más y más chakra salía y comenzaba a adoptar una forma física. Aun cuando el cuerpo seguía formando los dos ojos, una voz se escucho y esta parecía estar burlándose. Se escucho.

-DEBES SENTIRTE HONRADO SERPIENTE, TU SERAS LA UNICA BASURA QUE SOBREVIVIRA HOY. DE HECHO, TE PROMETO QUE VIVIRAS CIEN MIL AÑOS, LO PROMETO-.

El Dios Emperador aúllo en la desesperación mientras el zorro se reía.

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Las multitudes estaban viendo lo que sucedía en la pantalla. Notaron el incendio, pero no habían visto la muerte de los miembros del Circulo, estaban viendo el impresionante y gigantesco remolina de chakra rojo que estaba tomando forma encima de ellos. Toso esperaban con impaciencia ver lo que su Hokage tenia en mente. El era conocido por sus maravillosas muestras de poder y cosas asombrosas. Nadie tenia miedo ni pánico, ellos habían vivido con el poder de Kyuubi durante tanto tiempo que no pensaban que algo hubiera pasado. Nadie dudaba del ingenio de su Hokage. No había pasado nada y eso no causaba ninguna diferencia. Nadie sabía que exactamente después de trece años de la llegada de Kyuubi, el día del juicio había llegado.

Encima de las torres de la aldea el chakra rojo finalmente comenzó a tomar forma, la forma de un gigantesco zorro con nueve colas, cuatro patas se formaron y cayó en la tierra, algunos edificios fueron aplastados debajo de estas. Finalmente con la verdad revelada la gente comenzó a gritar. Shinobis, kunoichis y gente por igual comenzó a gritar por su vida, el Kyuubi se rió maliciosamente mientras aspiraba la dulce fragancia del terror. Con un solo movimiento de una de sus colas la Torre Hokage se hizo escombros, el Kyuubi había recuperado su libertad hoy y era hora de la venganza.

-¡YO SOY EL GRANDE Y TERRIBLE KYUUBI!-.

Abriendo sus mandíbulas escupió un rió de fuego que asolo a la aldea completa, para aquellos que todavía estaban vivos la imagen era la del mismo infierno, y eso solo era el principio.

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A trescientos kilómetros de distancia Naruto, Hinata y Haku se encontraban alrededor de una fogata mientras veían el cielo. Desde su lugar escucharon un fuerte crujido.

-¿Qué fue eso?- pregunto Hinata.

Naruto busco entra las bolsas de su abrigo, el saco una llave de metal y fragmentos de un cristal roto, su corazón se hundió, el no sabia el porque, pero sabia que algo malo había sucedido -El cristal se rompió, se libero la llave, mi papa me dijo que si pasaba esto tengo que abrir el paquete-.

-¿Lo vas a abrir entonces?- pregunto Haku educadamente.

Antes de que pudiera responder, todos ellos notaron que la noche de pronto era mas brillante, se pusieron de pie y miraron al horizonte, no era un sol, pero era lo suficientemente grande para convertir la noche en un atardecer.

-¿Qué es eso?- pregunto Hinata.

-Debe ser un extraordinario incendio- dijo Haku.

Naruto miro la luz mientras lagrimas salían de sus ojos -Papa- susurro.

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10 años más tarde.

Touzuku era un hombre feliz, la vida era buena, era el líder de la fuerza más poderosa de bandidos en la región central. En su placa se encontraba su fuerza de doscientos hombres. Había doscientos duros y difíciles hombres dispuestos a hacer lo que el ordenara. Tenía tres docenas de vagones llenos de tesoros con esclavos, el botín era de cinco años de intensa lucha. Sonrío al pensar como la vida había cambiado desde la Noche de Fuego, el no era nada antes de ese día, era solo un humilde capitán a cargo de algún puesto de mando a distancia en el Reino de Konoha, solo una herramienta mas del Hokage. Luego, en una noche Konoha había desaparecido y el mundo cambio al instante. No más Hokage, no más Reino de Konoha, no más ejercito, no más gobierno y no más shinobis.

No todos los shinobis habían muerto por supuesto, había siempre shinobis de Konoha y había solo unos pocos de Iwa (Roca), Kumo (Nube), Kiri (Niebla), Ame (Lluvia), Kusa (Hierba) y de algunos otros lugares. Algunos de los shinobis de Konoha nacidos en el extranjero con la muerte del Hokage desertaron y decidieron regresar a sus hogares. Los que regresaron al País del Fuego trataron de encontrar un hogar. Con Konoha y su ejército desaparecido, cada gran ciudad declaro su independencia y trato de llenar el vacío de poder. A lo largo de las tierras shinobis había alrededor de 400 países, el número cambiaba cada semana, había tal vez 50 señores feudales e incluso un par de emperadores. Todos ellos eran poderosos señores con grandes ambiciones, pero todo su poder se media en la capacidad de sus tropas, las tierras shinobis fueron absorbidas en el caos y llena de luchas.

Junto con los señores feudales había todavía "Kages" y "Aldeas ninjas". Cuando un puñado de shinobis se unían formaban un pueblo y su líder era un Kage. Había siete en el mundo, pero ninguno de ellos era Jonin, de lo que se contaba en las historias. Y ninguno de ellos mandaba a más ninjas de los que se podía contar con la mano. En todo el mundo se podría contar que solo había un centenar de ninjas. Junto con la muerte de Konoha también se perdieron muchos jutsus, el Hokage había prohibido la existencia de estos pergaminos fuera de Konoha, es decir, la mayor parte del conocimiento ninja se había centrado en Konoha y por supuesto habían desaparecido. Por lo tanto, los pocos ninjas que quedaban, eran la sombra de lo que alguna vez habían sido. Muchas personas daban por sentado que los ninjas desaparecerían y con esto el nacimiento de una nueva era.

En esta maravillosa era, las oportunidades eran para hombres con fuerza y coraje para tomar ventaja de los demás. Después de la Noche de Fuego el había sido contratado por un señor feudal como su capitán de Guardia. A continuación hace cinco años había llegado a la decisión de que arriesgar su vida por ambiciones de una persona débil era demasiado estupido. El había matado al hombre y robo el palacio. Entonces se convirtió en el líder de una banda de ladrones. Había estado viajando lentamente hacia el sur para adquirir seguidores, tesoros, esclavos y lo que fuera. Luego comenzó a evitar a las grandes ciudades y señores feudales para evitar que se enteraran de su poderío. Después de todo eran débiles y el había tenido un éxito constante, ahora había llegado a un nuevo territorio en la región central, había varias pequeñas ciudades prosperas en el área. También había shinobis, pero solo eran dos, y contra cien hombres bien equipados a caballo, a el no le preocupaba eso.

A medida que llegaron a una curva en el camino una figura solitaria estaba de pie frente a ellos, el era un hombre joven de buena complexión y de pelo rubio. Tenía los pantalones negros y una camisa blanca, junto con un chaleco de color verde oscuro. Touzuku ordeno un alto y su ejército se detuvo. Alrededor de una docena de hombres y sus caballos se coloco alrededor de el. El extraño hombre les miraba con calma.

Touzuku rió -Tienes que ser un shinobi, cualquier otra persona ya hubiera escapado-.

El rubio asintió -Soy un ninja, o mas bien un Kage-, eso ultimo trajo una serie de risas, -¿dije algo gracioso?-.

Touzuku asintió -Oh es solo que he matado a cuatro señores feudales, pero nunca a un Kage, ¿Cuántos ninjas hay en tu pueblo? ¿Tres, cuatro?-.

-¿Contándome a mí?-.

-Claro, ¿Por qué no?-.

-Tenemos setenta y ocho ninjas en la aldea de Minato, eso sin contar a los estudiantes de la academia-.

Hubo otro fuerte estallido de risas -¡Oh para!- dijo Touzuku entre risas, -Claro, y la próxima cosa que vas a decirme es que están escondidos entre todos estos árboles listos para atacarnos-.

El sacudió la cabeza -No, estoy solo, estoy aquí para hacerle saber que la ciudad de mas adelante esta bajo mi protección y la protección de mi pueblo, ¿Cuáles son sus intenciones?-.

Touzuku sonrío y le apunto con su espada, sus hombres también se prepararon -Pienso saquearla, agarrar lo que quiera y quemar el resto-.

El rubio frunció el ceño -No voy a dejar que eso ocurra-.

-Déjame adivinar- dijo Touzuku, -Tu plan es masacrarnos a mí y a mis hombres con tus grandes habilidades ninjas-.

-Eso es correcto-.

Touzuku sacudió la cabeza -Hay idiotas que se creen mucho, pero he luchado contra ninjas antes, un muy bien ninja es capaz de enfrentarse a cinco hombre armados, yo tengo doscientos-.

El rubio sacudió la cabeza -Suena como que me encontré unos pocos Genin, no compares la fuerza bruta de un ninja, yo soy el Kage de la aldea de Minato, yo puedo contra cinco mil o mas personas sin problemas-.

Touzuku miro a sus hombres y les dio un guiño -Cinco mil, ¿no? Suena como que estoy en problemas-.

El rubio observo como sus enemigos se disponían a atacar, el suspiro -Les di una advertencia-, inmediatamente hizo algunos sellos con sus manos -HIRAISHIN NO JUTSU-.

Lo ultimo que vio Touzuku fue al ninja rubio desaparecer en un destello de color amarillo y al siguiente que se había caído de su silla con la garganta sangrando.

En menos de treinta segundos doscientos hombres estaban en la tierra muertos o moribundos.

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Unas pocas horas después, Naruto y unos doscientos treinta clones llevaban caballos y vagones a la aldea de Minato. Los esclavos habían decidido aceptar su oferta de residencia en la aldea. En su mayoría eran mujeres y el pensamiento de que serian protegidos por un buen shinobi les daba esperanzas. Aunque algunos aceptaron su oferta de ser otra vez libres. Los caballos, armas, armaduras, tesoros entrarían a la tesorería de la aldea. Cuando el regresaba fue abordado por uno de los miembros del consejo y jefe de clan.

Hyuuga Neji frunció el ceño -Kage-sama- dijo con una profunda reverencia. -Quiero que deje de salir a patrullar usted solo, la mayoría de las patrullas son de equipos de dos-.

-Vamos Neji, no perdemos nada si yo voy de patrulla de vez en cuando-.

Neji suspiro y sacudió la cabeza -¿Qué sucedería con el pueblo su le perdemos Kage-sama?-.

Naruto sonrío, la respuesta era muy obvia -Pues tendrán que elegir a un nuevo Kage y seguir adelante, yo no soy indispensable, nadie aquí lo es. El pueblo debe sobrevivir sin mi, ahora si me disculpas, quiero ver a mi familia, ¿Por qué no vienen Tenten, y tus hijos Hizashi y Hiashi mañana por la noche?-.

Neji asintió, estaba claro para el que su Kage no vela por su propia seguridad -Si Kage-sama-.

Naruto siguió sonriendo mientras se retiraba -Neji, ¿no hay alguna posibilidad de que puedas llamarme Naruto?-.

-Cuando estemos en privado tal vez, en público, seria irrespetuoso Kage-sama-.

Naruto asintió y se alejo, esa había sido la respuesta que el había esperado. Mientras andaba por las calles, la gente le saludo con sonrisas honestas. El estaba feliz de regresar. Como un Kage el conocía a su pueblo. El poder fue cuidadosamente compartido no solo entre el y el consejo, también con la Asamblea. Un grupo de treinta personas elegidos por toda la aldea, ninjas y ciudadanos. Los tres grupos tenían cierta autoridad y no podían pasar sobre los otros. A veces las cosas eran más difíciles y lentas, pero esto protegía al pueblo del abuso del poder.

Después de la Noche de Fuego, el había abierto el paquete y encontró tres kilos de oro, un pequeño saco de terciopelo cubierto de diamantes, un pergamino y una carta. La carta era una confesión y una despedida de su padre. En ella explicaba lo que iba a hacer, el porque y le pedía perdón. Haku entendió esto, mientras que Hinata lloro la perdida de su familia, especialmente la de su madre y su hermana pequeña. Pero ella también entendió el porque de sus acciones y también perdono a Minato. Naruto tomo una decisión esa noche. La carta se quemo y los tres juraron con sangre que nunca se hablaría de ello de nuevo, ni siquiera entre ellos, ni siquiera en su lecho de muerte. Naruto sabia que muchos odiarían a su padre si eso pasaba, por lo que decidió hacer eso para proteger la memoria y el recuerdo de el. Juntos, los tres, habían decidido fundar una nueva aldea en las tierras que su padre le dio. Y fundaron el pueblo en su honor.

Durante todo ese tiempo habían buscado sobrevivientes de la aldea que se unieran a ellos, habían encontrado a Neji y a su equipo un par de años mas tarde. Habían encontrado a Shizune, antigua aprendiz de Tsunade, aparentemente no había querido celebrar el festival y tomo algunas vacaciones, estas le salvaron. Con el tiempo, cada vez más ninjas sobrevivientes habían sido reclutados en la aldea de Minato. El pueblo que ellos tres fundaron creció a pasos agigantados. Asimismo, habían encontrado a varios clanes, Hyuuga, Namikaze, Inuzuka, Nara, Yamanaka Y Akimichi. Lamentablemente no hubo mas Uchiha y otras líneas tan nobles como los Aburame y Sarutobi, todos ellos se perdieron. Haku ha creado su propio clan, los Momochi y otros nuevos clanes surgieron. El pergamino que su padre le había proporcionado había resultado más valioso que el oro y los diamantes. Los jutsus en el se copiaron y se colocaron en la biblioteca para que todos los ninjas de la aldea los pudieran estudiar. Naruto había tenido el cuidado de mantener algunos jutsus como el Kage Bunshin, el Rasengan y el Hiraishin fuera del acceso general, esas serian técnicas propias del clan Namikaze.

Naruto desde el principio ha luchado para mantener lo mejor de la Konoha de los recuerdos de su padre, la principal lección es que no había ninguna persona demasiado poderosa, y NADIE podría estar por encima de la ley. Si el Kage cometía algún delito, la Asamblea podía quitarle el cargo y ponerlo a prueba, y nadie podía ser castigado sin un juicio. Naruto tuvo que admitir que esto hacia su trabajo más difícil a veces, no podía poner en peligro de muerte a personas desterradas. Pero era un precio que estaba dispuesto a pagar si eso significaba que ningún Kage de la Aldea de Minato nunca se convertiría en tirano. Naruto también hizo otro cambia radical en comparación a la política de Konoha. Tenían suficientes ninjas para poder conquistar a todos los pueblos y ciudades cercanas. Pero en su lugar, ofreció la unión de los pueblos como iguales, si una ciudad o pueblo deseaba unirse a ellos podían hacerlo. Una vez que se unía a su pueblo se convirtieron en ciudadanos con los mismos derechos de las personas que vivían en Minato. Incluido el derecho a votar o de ser miembros de la Asamblea. Pagaban los mismos impuestos y tenían que seguir las mismas leyes, y una vez que se incorporaban a la Unión no podían salir de ella. Pero a cambio se les daba protección. A diferencia de la aldea de Konoha, Minato aplico una política pacifica y con justicia. El pueblo creció rápidamente de tres mil habitantes a diez mil y se jactaba de su sistema de educación pública, la academia ninja, la biblioteca, el hospital y más cosas. Naruto se sentía orgulloso de lo que el y otros habían construido aquí y deberían seguir trabajando duramente para hacer que esto siguiera así y el pueblo siguiera creciendo.

Cuando abrió la puerta de su casa dijo -¡Estoy en casa!-, inmediatamente después sus tres hijos corrieron a recibirlo, Minato, Saru y su hija Hanabi se amontonaron encima de el -¡Ayuda!- grito con risa.

-¿Esta todo bien aquí?- su hermosa Hinata entro en la sal sonriendo al caos frente a ella, su vientre mostraba cinco meses de embarazo con su cuarto retoño. Shizune le aseguro que el bebe estaba sano.

Naruto sonrío -Todo esta bien cariño-, un poco de tristeza surco su pensamiento, recordó a su padre y lo que el había hecho. Todo lo que el vivía en estos momentos se lo debía a el. Naruto deseaba con fervor que su padre estuviera allí con el para ver a sus nietos.

Mientras pensó "-Gracias papa, te amo y se que ahora descansas en paz-".

EL FIN


NOTAS DEL AUTOR

Para todos aquellos que siguieron esta historia les agradezco sus comentarios, también quiero que sepan que he decidido escribir una secuela. Será una historia mucho más ligera y centrada en los esfuerzos de Naruto y algunos otros para mantener la aldea de Minato en la dirección correcta.

NOTAS DEL TRADUCTOR

Y llegamos al final de esta historia, como se abran dado cuenta el fanfic queda inconcluso, la segunda temporada de esta he decidido que la traduciré a futuro cuando el autor escriba la tercera temporada.

Si otro motivo agradezco los comentarios y el apoyo que me brindaron, nos vemos y espero que estén pendientes de mis otras traducciones.